La Audiencia Opina

De la Juventud del Partido Socialista a propósito de la tertulia de los viernes

"Señor Emiliano Cotelo:

En "La tertulia" del día viernes pasado se trató, entre otros, el tema del Debate Educativo en curso. En particular, buena parte de la discusión se centró en un aporte a dicho debate elaborado por nosotros. Si bien nos alegra que una elaboración de una organización juvenil sea incorporada al debate en los medios de comunicación, cosa no muy frecuente, nos hubiera gustado que, como acostumbran a hacer en ese espacio, se nos hubiera invitado a participar y a defender nuestro documento. Lamentablemente no fue así, y lamentablemente, los "tertulianos" demostraron no haber hecho una lectura demasiado profunda del mismo y dijeron algunas cosas, al menos, inexactas. Así es que, apelando a su firme actitud en defensa de la ética periodística, contamos con usted para transmitir unas breves puntualizaciones.

El Dr. Maggi, afirma que documentos como el nuestro se inscriben dentro de la "izquierda fanática" y que atentan contra la tolerancia y la laicidad de la educación, al intentar hacer pensar "a todos iguales". La verdad es que de parte de un intelectual de la estatura del Dr. Maggi, esperábamos algo un poco más serio. Nos llama la atención, cómo puede extraer esas conclusiones de un documento que dice cosas como que "Educar en Derechos implica un proceso cuyo punto de partida es la diversidad, y cuya meta es la equidad, la igualdad de oportunidades para todos y para todas, sin distinción alguna. Es tomar en cuenta las particularidades, las experiencias diversas, los bagajes culturales propios de cada individuo, colectivizarlos, aprovecharlos, y partiendo de ellos construir el conocimiento. Conocimiento que nos permita enriquecer nuestra vida, posibilitarnos proyectar una sociedad mejor desde el respeto, la tolerancia, la paz, la justicia y la verdad."

Tal vez, al Dr.(al igual que al profesor Carbonell), le haya asustado una parte en que se afirma "Esta forma de ver a la educación como una herramienta para garantizar la verdadera libertad que parte de iguales oportunidades de desarrollarnos como individuos y como sociedad, como herramienta para ejercer plena y concientemente nuestros derechos, es una instancia más, un paso más en el camino hacia una sociedad sin oprimidos ni opresores, sin explotados ni explotadores". Tal vez algunos vean allí que los jóvenes socialistas pretendemos usar a la educación como un frente de adoctrinamiento de anticapitalistas y subversivos varios. Pero no. No es esa nuestra intención. Nuestra propuesta educativa no consiste en adoctrinar socialistas, consiste en formar hombres y mujeres libres y críticos, con capacidad de pensar y repensar la sociedad en la que viven y de cuestionar y cambiar las injusticias. Seres capaces de decidir libremente en qué tipo de sociedad quieren vivir. Ellos resolverán, no nosotros. Tal vez a algunos esto no les guste, pero creemos que lo compartimos con la enorme mayoría de los uruguayos. Por nuestra parte estamos convencidos de que de una sociedad compuesta de seres sensibles, críticos y solidarios será una sociedad que avanzará en paz y democracia hacia la superación de las actuales injusticias, pero en todo caso esa es nuestra opinión, absolutamente discutible. Lo que nos parece llamativo es que se nos condene por querer hacer de la educación una "herramienta para ejercer plena y conscientemente nuestros derechos" y que se lea allí una violación a la laicidad.

Nada más lejano de nuestra intención que violar la laicidad. Por el contrario, pretendemos profundizarla. Porque a la laicidad se la puede violar no solo con lo que se dice sino también con lo que no se dice. Por ejemplo, creemos que se viola la laicidad cuando se excluyen temas, se oculta la verdad, se niega la posibilidad de enseñar sobre cosas tan importantes en la formación de ciudadano, como los sucesos de la última dictadura. No se trata de transmitir la verdad objetiva de lo que sucedió, sino de incluir diferentes interpretaciones del proceso y por supuesto, muchos datos objetivos, que claro, dejan mal parados a algunos. Cuando este tipo de proyectos enfrentan obstáculos varios, se viola la laicidad, porque en base a la defensa de interese políticos concretos, se niega información y discusión de hechos importantes.

Se niega la laicidad también cuando se niega la educación en sexualidad. Se niega el derecho de todo joven a conocerse, a conocer sus derechos y a poder ejercerlos con responsabilidad. ¿A qué criterio "objetivo" responde tal ausencia?. Responde a intereses de grupos religiosos, que apuestan al oscurantismo y a la ignorancia y obligan a nuestros jóvenes a vivir en la misma ignorancia. Y eso cuesta vidas, contagio de enfermedades, embarazos no deseados y la imposibilidad de disfrutar plenamente de la sexualidad. Por eso, nos llama especialmente la atención que la Profesora Tornaría haga un análisis tan superficial y se asuste de que le dediquemos "casi 3 páginas al tema de la sexualidad" ¡Qué horror!. Tal vez seamos "jóvenes desconcertados", pero lo que nos desconcierta son algunas reacciones de personas tan "calificadas" y que demuestran tanta liviandad de análisis.

El Dr. Carbonell nos acusa de apuntar a una educación manejada exclusivamente por grupos corporativos cuando en el documento se afirma expresamente que "es deseable que la integración del CODICEN, se dé con la participación(...)de los actores de la educación, (...), pero también es importante que toda la sociedad se sienta integrante de este proceso, por lo que el Parlamento debe poder designar miembros del Consejo Directivo Central, que puedan ser representantes de quienes deben de participar en la construcción de ciudadanía (...), a través de la educación, pero que no están vinculados directamente a la actividad educativa". Creemos que, como "jóvenes desconcertados" no pedimos demasiado al exigir que al menos se lea el documento que se va a criticar.

Agradecemos finalmente el paternalismo "ninguneador" de la Profesora Tornaría y demás integrantes de la tertulia, a la que evidentemente no estamos en condiciones de asistir a defender nuestra postura y como "jóvenes desconcertados" elevamos nuestro "pedido de ayuda" para que nos sigan iluminando desde su sapiencia absoluta.

Juventud Socialista del Uruguay"