Entrevistas

Pereira: algunos quieren utilizar al Ejército como distractor

El general retirado Oscar Pereira afirmó que la decisión de remover a Carlos Díaz "se corresponde con la gravedad de la falta". Díaz debió buscar personas con "mayor representatividad" que Fau y Sanguinetti, ironizó. Para Pereira, "pretender dar vuelta la página con el doctor Sanguinetti es un infantilismo político". "Todavía hay gente que quiere utilizar al Ejército como un distractor para someter al gobierno", concluyó.

(Emitido a las 8.50)

EMILIANO COTELO:
En general los partidos políticos de oposición han cuestionado la decisión del Poder Ejecutivo conocida ayer de relevar al comandante en jefe del Ejército, Carlos Díaz, a raíz de la reunión que mantuvo el miércoles con dirigentes del Partido Colorado (PC) y al saberse que también había invitado a dirigentes del Partido Nacional (PN) a otros encuentros, todo esto sin la autorización del gobierno.

El ex presidente Julio María Sanguinetti, que junto al ex ministro de Defensa Yamandú Fau, estuvo en el encuentro con Díaz y con los generales Pedro Aguerre y Miguel Dalmao el miércoles en el Cortijo Vidiella, dijo ayer que la resolución del presidente Vázquez mostraba, en realidad, debilidad.

(Audio)

"JULIO MARÍA SANGUINETTI:
Lamentamos el episodio en cuanto el Ejército pierde un muy buen comandante y el gobierno pierde un leal colaborador. En lo particular, se trató de una reunión de camaradería en la cual simplemente nos invitaron a comer un asado y concurrimos con mucho gusto para conversar con la lealtad y la camaradería de siempre, tratándose de personas a quienes conozco de muchos años, con las cuales trabajé y con las cuales colaboramos en el ejercicio del gobierno.

Lamento la disposición del presidente en cuanto parecería que quiere imponer un régimen en virtud del cual todo funcionario, civil o militar, que hable con cualquiera de nosotros de la oposición, aun un ex presidente que está muy vinculado con algunos de esos funcionarios en lo personal, va a generar una especie de conflicto. Es un sistema de cerco, de acorralar a quienes estamos hoy en la oposición actuando con la responsabilidad, con la serenidad, con el sentido constructivo con que lo estamos haciendo nosotros. Lo lamento, creo que la autoridad cuando se excede, lejos de demostrar fortaleza, demuestra debilidad."

(Fin.)

EC - Así hablaba el doctor Julio María Sanguinetti ayer en una breve conferencia de prensa en la que prefirió no contestar preguntas.

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¿Qué dice a propósito de estos hechos de las últimas horas el general retirado Óscar Pereira, autor del libro Historias de un soldado oriental del Uruguay, que a raíz de aquella publicación fue sancionado por el Ejército durante el gobierno anterior y luego rehabilitado en esta administración.

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General Pereira, ¿cómo observó el relevo del comandante en jefe?

ÓSCAR PEREIRA:
Como fue un hecho inesperado por lo infrecuente, conmocionó un poco el ambiente de la opinión pública, pero era absolutamente previsible porque la pena se corresponde con la gravedad de la falta. La explicación que dio el señor presidente de cuáles son los antecedentes que él maneja en este tema fue muy clara.

EC - Algunos oficiales del Ejército con los que conversábamos ayer entendían que si bien es evidente que hubo una violación de la Constitución en ese accionar del teniente general Díaz, también es cierto que la situación podía arreglarse de una forma más suave, simplemente comunicándole que el Poder Ejecutivo consideraba inconvenientes esos contactos y pidiéndole que no los repitiera. ¿Usted qué dice?

OP - El presidente ejerció su autoridad, elige la oportunidad y la forma de hacerlo. Alguien podría interpretar esta situación que se dio –no digo que lo sea– como una falta de lealtad del comandante en jefe hacia el presidente de la República y hacia la señora ministra de Defensa Nacional. No voy a decir que esta situación haya sido la gota que colmó el vaso pero en los últimos tiempos se venían sucediendo desencuentros por algunas acciones o actitudes del señor comandante que fueron cuestionadas por algunas personas muy cercanas al gobierno.

EC - Usted se alinea con quienes interpretan la dureza de la medida que tomó el presidente ayer como explicable en un contexto, que lo que se estaba sancionando no era el hecho aislado de la reunión del teniente general Díaz con Sanguinetti y con Fau, que había otros episodios anteriores que habían desgastado el vínculo con el comandante en jefe. ¿A cuáles alude concretamente?

OP - Algo así, a pesar de que lo de ayer fue absolutamente grave porque es un tema de carácter institucional. Los militares no son actores políticos, no pueden motivar ni participar en ningún tipo de reunión ni en ningún tipo de actividad política excepto el voto. En principio, la investigación del Ejército que se presentó el 8 de agosto del año pasado no ha resultado lo veraz que todo el mundo esperaba.

EC - ...y el teniente general Díaz en su momento fue uno de los redactores del informe.

OP - Fue uno de los responsables. La versión del segundo vuelo, el desencuentro que tuvo con el secretario de la Presidencia evidentemente dejó alguna rispidez en el aire porque el secretario de la Presidencia hizo una afirmación que puso en boca del señor comandante pero después el señor comandante encontró una forma un poco diferente de enfocar el problema y ahí hubo un desencuentro que en mi opinión fue importante. Después el comandante fue a la reunión del Círculo Militar, al acto prácticamente político que pretendía desacreditar la decisión del presidente de la República, incluso manifestando que la misma afectaba la soberanía del país.

EC - ¿A qué decisión se refiere?

OP - La que trató de los extraditados a Chile. Después el señor comandante concurrió a una reunión del Círculo Militar en la que se homenajeó al coronel Rodríguez Buratti y propició una situación para que el general Álvarez le increpara públicamente sus declaraciones referidas al segundo vuelo. Después no sé cómo se fue manejando todo este tema de la cárcel especial para militares, y ahora esto, que evidentemente es un hecho por sí lo suficientemente grave.

El presidente ejerció su autoridad. Se le critican muchas cosas pero no tiene que estar en ningún lugar particular ni hay ninguna formalidad especial para destituir al comandante. El comandante sabe perfectamente cuáles son sus obligaciones. Entonces se dio esta situación y habrá un relevo, el presidente seleccionará un general que tenga el perfil adecuado para cumplir el objetivo que se proponga para el Ejército. Y seguiremos para adelante.

Creo que el comandante, además del error de carácter institucional y grave de motivar una reunión política sin poner en conocimiento ni solicitar la autorización del superior, o sea la señora ministra, cometió un error en la selección de los interlocutores.

EC - ¿A qué se refiere?

OP - A hacer una reunión con Fau y con el doctor Sanguinetti para tratar los problemas de agenda. Tendría que haber hecho, por lo menos la primera reunión, la más importante, con personas que tuvieran mayor representatividad, que fueran más representativas. Fau no representa absolutamente nada ni a nadie, y el doctor Sanguinetti a esta altura como senador se representa a sí mismo, porque ni siquiera tiene el consenso de la gran minoría del espectro político del país.

EC - Aparentemente estaban previstas también reuniones con el doctor Jorge Larrañaga, presidente del Directorio del PN, y con el doctor Luis Alberto Lacalle, líder del Herrerismo, pero ambos se encuentran en el exterior.

OP - De cualquier manera el orden para una reunión tenía que haber sido el inverso, porque tratar los temas de agenda –como expresó públicamente el señor Fau–, que son básicamente los derechos humanos, y pretender solucionarlos, encarrilarlos o dar vuelta la página, como se está diciendo por ahí, con el doctor Sanguinetti es en cierto modo un infantilismo político.

EC - Sobre cómo queda el Ejército ahora y sobre todo el vínculo Ejército-Poder Ejecutivo, El Observador cita a un general que participó en la reunión de ayer de tarde con el teniente general Díaz que dijo que en esa deliberación se consideró que de ahora en más será muy difícil para el gobierno mantener el espíritu de colaboración del Ejército respecto de los hechos del pasado. "Nos pidieron colaboración, se la dimos y nos siguen destratando", dijo este oficial. ¿Qué comentarios le merece?

OP - No tengo idea, no sé si está nombrado el oficial.

EC - No está nombrado.

OP - Si no está nombrado no le atribuyo ninguna importancia, yo relativizo al militar y a las opiniones que exprese si no se anima a decir quién. De cualquier manera no creo que el asunto vaya por ahí, esa es una visión nostálgica del Ejército, muchos tienen todavía esa visión del período de la democracia cívico-militar en que los militares son actores políticos y tienen autonomía. No es así. El Ejército va por otro lado y la única posición que tiene que tener es cumplir las directivas del mando. No hay otro Ejército sano en una institucionalidad sana. Todo eso son fuegos de artificio porque todavía hay gente que quiere utilizar al Ejército como un distractor para someter al gobierno, a través de su influencia en la opinión pública, a una presión adicional en estos temas de los derechos humanos que tanto traumatiza a tantas personas.

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Edición: Mauricio Erramuspe