Entrevistas

Fau: destitución de Díaz es descalificadora y confrontativa

El ex ministro Yamandú Fau fue uno de los participantes de la reunión que provocó la separación del cargo del ex comandante en jefe del Ejército, Carlos Díaz. Dijo que aquel encuentro "fue útil". Para Fau, "hay una desproporción muy acentuada en la eventual falta y la sanción que se aplica". "Señalar que es ilegal que un ex presidente de la República y un ex ministro de Defensa conversen con los mandos, es proclamar algo que no tiene mayor fundamento", afirmó.

(Emitido a las 9.10)

EMILIANO COTELO:
"El comandante en jefe del Ejército, teniente general Carlos Díaz, ha invitado a líderes políticos de los partidos tradicionales para intercambiar puntos de vista sobre asuntos de actualidad en conversaciones informales, según expresaron a Búsqueda fuentes políticas y militares."

Así empieza la noticia que publicó el semanario Búsqueda en su edición de ayer bajo el título "Jefe del Ejército se reúne con líderes políticos". Esta novedad, que los integrantes del Poder Ejecutivo y en particular el Ministerio de Defensa Nacional y el presidente de la República conocieron a través de la prensa, fue la que precipitó ya ayer en horas de la mañana la decisión de relevar de su cargo al teniente general Díaz.

Una determinación que desde la oposición se considera demasiado drástica, que ha sido criticada y que va a terminar en la comparecencia de la ministra Azucena Berrutti convocada por el Partido Nacional (PN).

Una decisión que hoy es el gran asunto en el panorama político uruguayo, con distintas repercusiones, comentarios, y por otro lado una cantidad de preguntas que han quedado flotando.

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EC - Preguntas que tienen como destinatarios a quienes participaron en la primera de estas reuniones. Porque, según la propia nota de Búsqueda consignaba, la reunión de este miércoles 18 en el Cortijo Vidiella, un establecimiento lindero al Batallón Nº 14 de Infantería, tuvo como protagonistas al comandante Díaz, a los generales Pedro Aguerre y Miguel Dalmao y al doctor Julio María Sanguinetti, más el ex ministro de Defensa Yamandú Fau.

Estamos en diálogo con el ex ministro Fau.

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Profesaor Fau, ¿de qué manera fueron convocados ustedes a esa reunión? Esa es una de las tantas preguntas que hoy se hacen oyentes y dirigentes políticos.

YAMANDÚ FAU:
Fuimos a esa reunión accediendo a una invitación. Por otra parte son reuniones que, más allá de detalles, son muy comunes en la vida del país, en una sociedad tan pequeña como la nuestra, en la que los vínculos de conocimiento y en algunos casos de amistad se dan con total frecuencia, no es llamativo que una mesa de camaradería convoque a gente a conversar, a dialogar. Fue en ese sentido que nosotros concebimos esa reunión, y luego experimentamos la sorpresa que experimentamos por los resultados que tuvo.

EC - Usted dice que concurrieron a la reunión a partir de una invitación. ¿De quién era la invitación?

YF - Del Ejército.

EC - ¿Del comandante en jefe del Ejército, Carlos Díaz?

YF - Mmmm... Sí, sí.

EC - Se lo pregunto porque en unas declaraciones que formuló ayer en Canal 5, Díaz comentó que la iniciativa de la reunión con los colorados no había sido suya sino sugerencia de alguien cuyo nombre no reveló.

YF - Los detalles de cómo se procesó la reunión no los tengo, cuando a usted lo invitan no indaga sobre cómo llegaron a invitarlo, usted tiene la consecuencia objetiva de la invitación. Nosotros accedimos a una invitación.

EC - Y cuando accedieron a la invitación, ¿averiguaron si esa reunión que estaba convocando el Ejército y a la que ustedes habían sido llamados estaba en conocimiento de las autoridades, si se desarrollaba cumpliendo con las formalidades del caso?

YF - Habría sido una falta de respeto y consideración a quienes nos invitaban hacer ese tipo de averiguación o incluso tener la precaución de hacer esa pregunta. La jerarquía de los invitantes nos inhibía de todo tipo de consideración. Cuando a usted un señor embajador lo invita a almorzar no le pregunta si su presidente lo autorizó a invitarlo, usted accede a la invitación. En este caso no correspondía, no tenía ningún sentido e incluso habría sido una irrespetuosidad que nos pusiéramos a averiguar cómo se había procesado y si se había tomado determinada medida. La invitación llegó y accedimos.

EC - ¿Qué se trató en esa reunión? Se ha hablado de que los temas que estuvieron sobre la mesa fueron asuntos de actualidad. ¿Qué se puede conocer con un poco más de precisión?

YF - Si usted me pregunta qué se trató tendría que señalarle un hecho que haya sido analizado, discutido, profundizado, evaluado y con respecto al cual eventualmente se haya llegado a una conclusión. Le trasmito con la más profunda sinceridad que la reunión tuvo las características que tiene toda reunión de camaradería, es decir, una conversación absolutamente informal sobre distintos temas, algunas veces se volvía sobre unos, se pasaba a otros, en un ambiente absolutamente distendido, y por tanto, como ocurre en cualquier reunión de tipo colectivo, los temas de la agenda estuvieron en las reflexiones.

EC - Concretamente, ¿estuvieron sobre la mesa los casos de violación a los derechos humanos durante la dictadura, que vienen siendo investigados desde que empezó la administración Vázquez por la justicia penal, que han derivado ya en algunos procesamientos y pueden terminar en otros?

YF - No, los hechos ocurridos bajo la dictadura no fueron analizados.

EC - ¿El manejo del tema violaciones a los derechos humanos durante la dictadura que hace esta administración sí?

YF - Hubo algún cambio de ideas sobre eso, pero no con ánimo de enjuiciar ni de pronunciarse, simplemente cada uno dio su punto de visto y no todos opinaban sobre todos los temas.

EC - Se lo pregunto porque según la versión que publica hoy el diario El Observador, en el encuentro de ayer de tarde con los generales, que tuvo lugar en la sede del Comando cuando Díaz ya había sido relevando, el ex comandante en jefe comentó que "la reunión con Sanguinetti y Fau pretendía lograr un consenso para, en línea con lo que el gobierno quiere, cerrar las heridas y la discusión sobre el pasado y poner a los dirigentes al tanto de las novedades en ese tema. La idea era convocar luego a dirigentes blancos y también a frenteamplistas", dice la nota.

YF - Yo no estuve en la reunión de la tarde, no conozco lo que allí se dijo, pero cuando usted convoca a una reunión se supone que invita a aquellos con quienes considera que puede pasar un rato de conversación agradable y en quienes deposita una dosis de confianza como para compartir alguna cosa que tiene necesidad de compartir. En ese sentido, conociendo al teniente general Díaz, conociendo su honradez, su principio de lealtad, estaría preocupado por generar los mayores encuentros, porque se comprendan y conozcan todos los hechos para poder aproximar posiciones. Por tanto si había un ánimo en ese sentido era un ánimo saludable.

EC - ¿Pero efectivamente se conversó de eso?

YF - Querría que usted comprendiera que cuando se lleva a cabo una conversación entre dos partes es muy difícil que una de ellas se sienta dueña e invada cosas que pueden comprender a otros. Lo que le quiero decir –y acudo a su inteligencia– es que en una reunión de ese tipo no se obvian los temas que son de dominio público, por tanto esos temas estuvieron en los cambios de ideas que tuvimos. No estoy en la actitud de querer ocultar, pero sería absurdo decir que nos reunimos y que los temas de la agenda no estuvieron, si le dijera eso le estaría mintiendo.

EC - Porque luego la versión agrega que los colorados le reprocharon a Díaz que el Ejército hubiera colaborado con la administración frenteamplista en la búsqueda de los desaparecidos, como no lo hizo con ningún otro gobierno.

YF - Eso no es cierto, no hubo reproche ni de un lado ni de otro, de ninguna manera, y si eso ha tenido estado público yo puedo decir que no se compadece con la verdad.

EC - Cuando ayer usted se entera de que a raíz de esta reunión y de las otras que el comandante Díaz estaba programando con el doctor Lacalle y con el doctor Larrañaga, al conocerse esta serie de encuentros a través de la prensa, el Poder Ejecutivo resuelve el relevo del entonces jefe del Ejército, ¿qué evaluación hace de esa reunión en la que había participado?

YF - De la reunión sigo pensando que fue útil y que ojalá reuniones de ese tipo se puedan dar normalmente. Hay una desproporción muy acentuada, muy marcada en la eventual falta que se pudo haber cometido y la sanción que se aplica. Admitamos que remover a un comandante en jefe cuando no se viene generando un proceso de desaciertos, de disconformidad en su gestión que hiciera pensar que en cualquier momento ese hecho podía ocurrir... Se trata de un comandante designado por este gobierno y a quien este gobierno permanente le había dado su respaldo total y absoluto. Si la confianza era de esa naturaleza predisponía a una actitud de comprensión hacia hechos que pudieran haber ocurrido que de pronto no cumplían con alguna formalidad. Hay una desproporción absoluta y total entre lo que el comandante era hasta ese día para el gobierno y la remoción, la separación del cargo y la sanción a dos señores generales.

EC - Para usted, ¿qué había que haber hecho? Es bastante claro que el comandante en jefe para tener estas reuniones tiene que conseguir antes la autorización de sus superiores. Usted fue ministro de Defensa.

YF - La normativa no lo establece expresamente, "artículo tal, cuando usted se vaya a reunir con fulano de tal o de tal cargo o tal función debe pedir permiso". Hay un sentido de disciplina y de dependencia jerárquica que hace que ciertas cosas, más allá de que no estén reguladas, se cumplan.

Me pregunta qué haría... Claro, con el diario del lunes resulta fácil encontrar respuestas, pero me puse a pensar sobre eso, y siempre en mi vida he tratado de comprender al otro poniéndome en su lugar. Si me hubiera pasado una cosa así no habría dudado en llamar a mi despacho al señor comandante, habría conversado con él, le habría preguntado qué había ocurrido, cómo había ocurrido, qué había sido, con qué ánimo lo había hecho, con qué propósito, con qué objetivo, y allí podría haber llegado a la conclusión de que sus explicaciones eran satisfactorias o que no me conformaban. Si no me conformaban le habría dicho: "Señor comandante, hemos venido trabajando en forma conjunta, hemos trabajado en forma correcta, usted tiene mi confianza, le pido que esto no vuelva a ocurrir, que si en el futuro se le presentan situaciones de este tipo me ponga en conocimiento". Tengo clarito que jamás se me habría ocurrido llegar a una sanción de esta naturaleza. Admito y le concedo al señor presidente de la República el derecho a reclamar ser informado, no tanto quizás él, pero sí a través del señor o la señora que ocupe el Ministerio de Defensa. Lo que no comprendo es la extrema gravedad de la medida, por lo que significa prescindir de un comandante en quien se tuvo la confianza hasta ese día y que es un hombre que en 40 años de vida militar no hizo otra cosa que actuar con honestidad y lealtad.

Además duele el mensaje que queda de todo esto, un mensaje descalificador y confrontativo, que coloca a fuerzas políticas en una situación totalmente incómoda en cuanto las consecuencias que puede tener dialogar con ellas.

EC - El presidente ha recordado que en el pasado, cuando no era presidente de la República sino líder del Frente Amplio, para tener reuniones con autoridades militares realizó la gestión correspondiente ante el Poder Ejecutivo y en una ocasión se le concedió la autorización, pero que en otra –curiosamente en el último gobierno, cuando era presidente el doctor Jorge Batlle y usted el ministro de Defensa Nacional– esa autorización no le fue concedida.

YF - Dos respuestas telegráficas: primero, cuando la iniciativa la tiene un dirigente político para entrevistarse con los mandos es obvio que debe pedir autorización porque estos están sometidos a jerarquía. No es este el caso, nosotros no pedimos para entrevistarnos con los mandos sino que los mandos nos cursaron una invitación. Primera diferencia entre esto y lo que ocurrió con el doctor Vázquez.

La segunda diferencia es que cuando él pide entrevistarse con los mandos lo hace en función de su condición de candidato a la Presidencia de la República, candidato de un partido político, por tanto de suyo en ese momento lo que predominaba era el aspecto político-partidario de su actividad, que es lo que les está impedido ejercer o practicar a los señores comandantes como a todo funcionario público. Por tanto se entendió que no era conveniente que los candidatos, los que expresaban a los partidos, los que estaban en campaña electoral, tuvieran en ese momento esas conversaciones. Esa es la segunda diferencia con respecto a los ejemplos que el doctor Vázquez puso.

EC - El diario El País hoy dice que "el pase a retiro de uno de los hombres de mayor confianza del presidente Tabaré Vázquez en la fuerza de tierra fue la inmediata respuesta del mandatario a los partidos de la oposición, y en especial al ex presidente Sanguinetti, ante el convencimiento de que el líder del Foro Batllista rozó la ilegalidad al asistir a esta reunión. Sin mencionar el término ‘conspiración’, en filas del gobierno se quiere saber qué hay detrás de esta serie de reuniones que el ex comandante pensaba mantener con líderes de la oposición justo en momentos en que los lemas tradicionales acusan a la administración del Frente Amplio de actuar por fuera de la legalidad".

YF - Señalar que es ilegal que un ex presidente de la República y un ex ministro de Defensa conversen con los mandos cae por sí solo, es proclamar algo que no tiene el mayor fundamento, por tanto sería agraviar a dos personas de profunda convicción democrática pensar alguna cosa de esas. Por el lado del Ejército no puedo pensar que el comandante, que tenía la absoluta confianza, la plena confianza, reiterada públicamente por parte del presidente, haya podido manejar otra hipótesis que no fuera la sana intención de dialogar con determinadas personas. Descarto esas hipótesis que me parecen absolutamente disparatadas.

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Edición: Maurico Erramuspe