Una medición de fuerzas al interior del partido gobernante
Análisis político del profesor Oscar A. Bottinelli.
(Emitido a las 7.35)
EMILIANO COTELO:
Pasado mañana, domingo 12 de noviembre, tendrán lugar las elecciones internas del Frente Amplio (FA), comicios que el oficialismo desarrolla para elegir sus autoridades. Serán las primeras elecciones desde que el FA se encuentra en el gobierno nacional. El politólogo Oscar Bottinelli, director de Factum, nos presenta una especie de guía sobre estos comicios. El título: "Una medición de fuerzas al interior del partido gobernante".
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Oscar, ¿podríamos explicar al principio qué tipo de elección es esta?
OSCAR A. BOTTINELLI:
Al medir la correlación de fuerzas al interior del FA tenemos que diferenciar tres tipos de elecciones con electorados de tamaño y composición diferentes. Un tipo son las elecciones nacionales, en las que vota todo el mundo, con voto obligatorio; otro tipo son las mal llamadas elecciones internas, como la que tuvimos el 27 de junio de 2004, que en realidad son elecciones generales de todo el electorado nacional con voto voluntario y con carácter de preliminares o primarias; y el tercer tipo son estas elecciones verdaderamente internas, que vamos a llamar elecciones de afiliados o propiamente internas. En esta última votan los afiliados al FA, que son las personas que ya están afiliadas o las que se afilian en el momento de votar. Normalmente se afilia un número importante de personas y se vota con cédula de identidad, por lo tanto tiene que corroborarse la identidad de todos los votantes. Sólo el ingreso de la cédula de identidad lleva una semana, de modo que los resultados estarán dentro de más o menos un par de semanas.
EC - Elecciones propiamente internas las defines tú. Sigamos, ¿qué es lo que se elige el próximo domingo?
OAB - Se eligen el Plenario Nacional y los 19 Plenarios Departamentales. En cada plenario se eligen los representantes de las organizaciones políticas y los representantes de las bases. Hay una diferencia de método, los representantes de las organizaciones políticas se votan a través de hojas en las que van listas de candidatos, igual que en una elección nacional, identificadas con un número, y todos han elegido los números clásicos que identifican a los grupos políticos: 77, 90, 1001, etcétera. Para los representantes de las bases hay una papeleta en la que están todos los nombres y se marca con cruces.
A nivel nacional se vota en una circunscripción única nacional, la lista vale en todo el país y se eligen 85 miembros de las organizaciones políticas y 85 de las bases, los cuales, más el presidente del FA, el ingeniero Jorge Brovetto, completan el Plenario Nacional.
Las listas nacionales son 15 y agrupan a 28 de los 30 grupos nacionales o admitidos en el FA. No se presentan y por lo tanto quedan fuera del Plenario Nacional la Unión Popular, el viejo grupo de Enrique Erro que lidera su hijo, Enrique Erro, y el Grupo Pregón, fundado por Alba Roballo y que lidera su hijo, Sergio Previtale. Estos dos grupos no se presentan, los otros 28 sí, y los cabezas de las listas principales son José Mujica, Danilo Astori, Reinaldo Gargano, Mariano Arana, Rafael Michelini, Víctor Rossi y Marina Arismendi, todas figuras conocidas y que están en el gabinete o en el Senado de la República.
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EC - ¿Qué lecturas van a poder hacerse de los resultados?
OAB - Una primera lectura es medir la concurrencia, es un dato para el FA, cuál es su capacidad de convocatoria para elecciones propiamente internas del FA. Esta es la tercera elección de este tipo, con esta metodología, las anteriores fueron en 1997 y en 2002. Hay un dato muy interesante, en las dos elecciones anteriores el porcentaje de votantes fue exactamente el 23% de las personas que habían votado al FA en la elección nacional anterior.
Vale decir que en 1997 fueron unas 140.000 personas y en 2002 fueron unas 197.000 personas. Para mantener ese porcentaje, el 23% de la última elección nacional, tendrían que concurrir entre 255.000 y 259.000 personas. De ese modo se podría decir que el Frente mantiene proporcionalmente el mismo poder de convocatoria.
Habría otra medición, en 2002 fue a votar casi la mitad de los que habían votado en las elecciones primarias o preliminares, las mal llamadas internas que se hacen antes de las nacionales para todos los partidos. En ese caso el Frente cumpliría la cuota con 226.000 personas.
Estamos fijando dos cifras interesantes para medir la convocatoria, entre 255.000 y 260.000 para redondear, o 225.000. O una tercera, que es 197.000, para decir que convoca a la misma cantidad de personas que en 2002, aunque la proporción sea menor, porque se puede decir que cuando un partido crece como ha crecido el Frente su posibilidad de convocar en forma militante es más difícil porque la que adhiere al final siempre es gente de actitudes más pasivas.
EC - Estamos hablando de un desafío importante, entonces.
OAB - Es un desafío importante para el FA porque va a haber muchas lecturas, incluso alguna gente ha dicho que esto es un plebiscito del gobierno, refiriéndose a la convocatoria, y otros han dicho que no.
EC - Segundo resultado a atender después de las elecciones del domingo.
OAB - El segundo resultado es la correlación de fuerzas entre los sectores, entre los grupos políticos. Allí podemos diferenciar entre el resultado real, que es la fuerza que adhiere cada uno con los votos por lista más los delegados de base que le son afines, y el resultado simbólico, que quizás es lo más importante en principio, es decir, cuál es el porcentaje de votos que tiene cada grupo, se va a comparar con las elecciones nacionales y con la última elección propiamente interna de 2002, va a ser inevitable.
Se va a comparar el ranking, quién tiene el primer lugar, quién el segundo, quién el tercero.
Hay que tener claro que no es una muestra de la elección nacional, no es como cuando se hace una encuesta y se dice que 1.000 personas representan a dos millones, cuando se va reduciendo, el electorado va cambiando. El electorado nacional que vota al FA es una muestra transversal del país, de todos los sectores sociales, gente activa, gente pasiva, de distintos niveles educativos. En las elecciones primarias, preliminares, por ejemplo las que se realizaron en junio de 2004, votaron muchísimos menos, menos de la mitad de los votantes del Frente, y es una gente mucho más comprometida, mucho más activa que la que vota sólo en la elección nacional. Y cuando es una elección de afiliados es casi una elección de militantes, no en el sentido de gente que está todo el tiempo militando pero gente que tiene una actitud militante, que tiene una camiseta muy fuerte puesta, que se informa permanentemente, que se guía mucho por los medios de comunicación afines al Frente o por comunicaciones internas, que sigue a los dirigentes.
Sin duda esto beneficia a algunos grupos y perjudica a otros. Para situar dos extremos, es la situación más cómoda para la 1001, que es un sector de fuerte estructura militante, y es el escenario más incómodo para Asamblea Uruguay, que es el sector que tiene menos militancia en proporción con el electorado y mucho más espacio de opinión pública pasiva. Esto es un dato a la hora de medir el resultado de los distintos grupos.
EC - ¿Algunas preguntas que pueden estar sobre la mesa con vistas al domingo?
OAB - Preguntas y desafíos. Mujica y el MPP, la 609, ¿revalidan el primer lugar que han tenido en 2002 y en las dos elecciones de 2004? ¿Suben su porcentaje? ¿Bajan su porcentaje respecto de las de 2004 y las de 2002? ¿Qué pasa con Astori, este ministro de Economía bastante controversial al interior de la izquierda y que puede salir muy fortalecido o no? ¿Qué pasa con la 90, con toda la conflictividad que ha tenido, con una lista que encabeza el presidente del partido, el canciller Gargano, segundo el secretario general, Lalo Fernández, tercera la senadora Mónica Xavier, y que lleva como suplentes al ministro del Interior, la ministra de Defensa y el secretario de la Presidencia? ¿Esto es señal de fortaleza o de debilidad? ¿Sale robustecido? Y si vota bien o mal la 90, ¿cómo se va a leer dentro? ¿Qué pasa con Arana y la Vertiente, cuya segunda figura es Rubio, un senador bastante clave en este gobierno? ¿Y qué pasa con Michelini, que vota por primera vez dentro del FA, que no estaba en el FA desde 1989? ¿Cómo le resultó la polémica con Bordaberry? ¿Lo beneficia o no? ¿Cuánto? ¿Qué pasa con Víctor Rossi, que encabeza la Alianza Progresista, del PDC, el grupo de Nin y la Confluencia Frenteamplista? ¿Cuánto van a jugar la rebaja del boleto y el conflicto que lo tuvo como protagonista? ¿Qué pasa con Marina y el Ministerio de Desarrollo Social? ¿Juega mucho, va a jugar mucho a su favor? ¿Qué contras puede tener? ¿Y cómo se van a comportar los grupos chicos? El Grupo Sendic se larga por primera vez por cuenta propia escindido del 26 de Marzo y con un diputado escindido del Nuevo Espacio. ¿Qué pasa con la Liga Federal que lidera el diputado por Maldonado Darío Pérez? ¿Y qué pasa con los grupos llamados radicales, más combatientes, como la Corriente de Izquierda, el 26 de Marzo y el 20 de Mayo? Es un conjunto de preguntas muy interesantes, los grupos más radicales son los más cuestionadores de todas las políticas del gobierno.
EC - ¿Conclusiones?
OAB - Las conclusiones las sacamos cuando esté el escrutinio y se le vean las patas a la sota, lo que va a tardar unos quince días. En este caso no llegamos con escenarios de encuestas claras como en otras elecciones.
EC - ¿Pero qué se puede decir como adelanto de conclusiones?
OAB - Se puede decir que estos resultados pueden influir en el fortalecimiento o debilitamiento de los diferentes sectores. Aunque el escenario sea distinto del de las elecciones nacionales y se puedan hacer todas las advertencias que hice en cuanto a que es un escenario más reducido y más militante, esto va a fortalecer y debilitar grupos políticos, en algunos casos puede fortalecer la situación interna o provocar problemas internos, y además va a generar fortalecimiento o debilitamiento en particular de los ministros. Y seguramente el resultado de esta elección va a ser un dato, no el único pero un dato, que va a tener en cuenta el presidente de la República cuando, quizás en el verano, quizás en enero, comience a barajar los cambios en el gabinete que se presume que se van a dar antes de arrancar formalmente el tercer año de gobierno.
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Edición: Mauricio Erramuspe