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Comunicado de la Corporación Financiera Internacional que anuncia la postergación por una reunión del tratamiento del crédito a Botnia, accediendo al pedido argentino

Washington, 15 de noviembre de 2006.

La discusión de las juntas directivas de IFC y MIGA de una financiación de IFC y una garantía de MIGA para el proyecto de la planta de celulosa Orión en Uruguay ha sido postergada.

Las reglas de procedimiento de IFC y MIGA estipulan que cualquier tema en la agenda para consideración de la junta directiva puede ser postergado una reunión, sólo una vez, hasta la próxima reunión programada de la Junta, por solicitud de cualquier miembro de la junta.

En este caso, será el martes 21 de noviembre. IFC y MIGA están solicitando la aprobación de la Junta para el proyecto porque consideran que la planta no causará ningún daño ambiental y generará beneficios económicos significativos para Uruguay.

La planta Orión, de propiedad mayoritaria de la compañía finlandesa Oy-Metsa Botnia, será operada según las normas mundiales más elevadas y cumplirá con las normas ambientales y sociales respectivas de IFC y MIGA. Un informe independiente recientemente emitido brindó evidencia concluyente de que la zona local, incluyendo la ciudad argentina de Gualeguaychú, no experimentará impactos ambientales adversos.

Las mejoras ambientales relacionadas con la planta incluyen el tratamiento de las aguas residuales de la ciudad cercana de Fray Bentos, la generación de electricidad a partir de las operaciones de la planta que contrarrestará 68.000 toneladas anuales de dióxido de carbono mediante el reemplazo de petróleo consumido en plantas generadoras públicas y la reducción de la lluvia ácida, el tratamiento de los efluentes no tratados de una planta de celulosa más antigua y no relacionada en la ciudad cercana de Mercedes, y la producción de suficiente clorato de sodio como para permitir que las plantas locales de Argentina y Uruguay pasen a la producción de celulosa libre de cloro elemental.

La planta Orión representa la mayor inversión extranjera de la historia de Uruguay y ayudará al país a subir en la cadena de valor más allá de la exportación de materia prima, a la vez que generará unos 2.500 puestos de trabajo locales muy necesarios.

La planta generará un valor agregado equivalente a 2 por ciento de la totalidad del PIB de Uruguay (según cifras de 2005) y ligeramente por encima de 8 por ciento de las exportaciones del país para cada año de producción a plena capacidad. Se espera que la planta opere unos 30 años.

Para más información, visite: www.ifc.org/lac