El gobierno busca apoyar la productividad de forma diferente", afirmó el director nacional de Trabajo, Julio Baráibar

Los objetivos y límites de la política laboral del gobierno

La política laboral es una de las cuestiones más polémicas del gobierno del Frente Amplio. El director nacional de Trabajo, Julio Baráibar, dijo que lo que se ha hecho es "corregir situaciones de absoluta injusticia" por la "desregulación" de los últimos 15 años. "Eso fue un fracaso y el gobierno busca apoyar la productividad de forma diferente", afirmó.

(Emitido a las 9.09)

EMILIANO COTELO:
Casmu, el sector lácteo, la bebida, Dancotex, Impresos Vanni... Algunos nombres, seguramente los más sonados, en este complejo clima laboral que ha marcado las últimas semanas en el país.

Desde el gobierno se entiende que las visiones críticas exageran, que el clima no es tan malo como se refleja en los medios y como denuncia la oposición. Desde el Ejecutivo se sostiene que en realidad los niveles de conflictividad han tendido a bajar en los últimos meses, después de un pico –que sí se reconoce– se produjo en el primer semestre del año.

Lo cierto es que la situación actual parece estar caracterizada no por una enorme cantidad de conflictos sino más bien por conflictos de larga duración. Y esto no es un detalle, porque mientras se extienden las medidas de fuerza hay fábricas que no funcionan, servicios que no se brindan o negocios cuya viabilidad directamente se pone en riesgo.

Sobre estos temas vamos a conversar en los próximos minutos con el director Nacional de Trabajo, en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Julio Baráibar.

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Señor Baráibar, le adelanto que la idea no es entrar en los casos puntuales, seguramente no nos daría la mañana para tratar de entender cada uno de ellos, sino ver esta cuestión de un modo más general. Entonces, volviendo a lo que yo decía en la introducción, hay una sensación de que los conflictos tienden a perpetuarse, al punto tal que uno llega a perderlos de vista. Menciono dos ejemplos: el sector lácteo lleva casi tres meses en su etapa más crítica, y Dancotex que hizo mucho ruido en el primer semestre del año y todavía sigue abierto. La ocupación de esa textil empezó en marzo y hoy, ocho meses después, el propietario denunció este fin de semana que en la planta de Montevideo sigue habiendo máquinas que no puede retirar y que ponen en riesgo el futuro de la empresa.

Entonces, el MTSS o la Dirección Nacional del Trabajo (DNT), ¿no están preocupados por hacer un poco más ejecutiva la resolución de este tipo de controversias?

JULIO BARÁIBAR:
Es muy difícil apurar situaciones que dependen del acuerdo de dos partes. Le voy a decir simplemente lo siguiente: usted seguramente no lo recordará y la audiencia tampoco, pero yo sí y muy firmemente porque fui intérprete de un conflicto muy grande en la industria del medicamento en el año 70, yo era dirigente de ese sindicato y toda la industria tuvo 103 días de huelga y ese conflicto terminó el 23 de diciembre de 1970. Y como ese puedo recordar muchos, pero era un momento en el que las relaciones laborales no eran de interés de los medios, ese tipo de cosas no aparecían en los medios. Honestamente, el conflicto de Conaprole, que vivimos como sumamente largo, lleva 80 días. Por supuesto que son 80 días demás, habría querido que no hubiera más que un solo día y habernos puesto de acuerdo. Intenciones hemos tenido muchísimas, hemos hablado en varias oportunidades con las partes y lo estamos haciendo una vez más. Creo que esta es la definitiva, pero es difícil, porque cada uno trata de llevar agua para su molino e interpreta las cosas a través del vidrio con que lo ve mejor.

EC - El factor tiempo, ¿cómo integra el abanico de inquietudes del MTSS? Usted dice que en el pasado ha habido otros conflictos muy largos también, pero lo cierto es que mientras un conflicto como estos se prolonga se desgasta la relación empresarios-empleados, los obreros acumulan descuentos por los días no trabajados o el Estado paga, si es que, como en el caso Dancotex, existe la fórmula del seguro de paro, la empresa puede perder algunos negocios ya concretados e incluso la confianza de sus clientes, de sus compradores, surgen problemas financieros, la propia firma puede quedar cuestionada en su viabilidad. El factor tiempo no es nada indiferente.

JB - Ni que hablar, no es moco de pavo el factor tiempo, es muy importante. Con todo, en el conflicto de Conaprole, que vivimos muy intensamente todos los uruguayos, porque Conaprole es el buque insignia del empresariado uruguayo, porque los uruguayos la sentimos propia a la cooperativa lechera y disfrutamos sus avances tecnológicos y sus avances en el mercado internacional como algo muy uruguayo y con orgullo nacional. Por supuesto que nos duele. Pero este fue un conflicto muy especial, no es un conflicto en el que se esté utilizando toda la artillería, es un conflicto de baja intensidad. El sindicato de Conaprole podía haber obstruido todas las exportaciones, podía haber obstruido la distribución en el mercado interno, podía haber provocado el derrame brutal de millones de litros diarios de leche, sin embargo esto no ha sucedido porque el sindicato ha hecho un conflicto de baja intensidad. Durante 80 días ha estado mostrando su disconformidad con la resolución del gobierno, con el planteo de la empresa, no lo satisface determinado acuerdo, quiere un poquito más y ha venido tomando medidas, que afectan por supuesto, sobre todo en el aspecto de la rentabilidad de la empresa, pero que no han significado ni desabastecimiento interno ni un gran incumplimiento de los acuerdos internacionales.

EC - La cuestión es cómo define su papel el MTSS. La semana pasada un grupo de legisladores colorados se reunió con el ministro Eduardo Bonomi para trasladarle su preocupación por este tipo de cosas. Sobre los motivos de esa audiencia, el diputado forista Guido Machado advirtió que hay varias inversiones frenadas ante lo que ellos entienden como un cierto margen de inseguridad jurídica en el país. Machado sostiene que el gobierno no está asumiendo el papel que le corresponde en los conflictos en curso.

(Audio)

"GUIDO MACHADO:
Lamentablemente vemos que en muchos casos el MTSS, tratando de ser demasiado componedor, omite su función fundamental que le establece la ley, la Constitución de la República, de marcar la cancha y en casos concretos laudar situaciones que, sin duda, si no, entran en un callejón sin salida, como la que tenemos en varios sectores de la economía del país".

(Fin.)

EC - Machado incluía en su planteo el pedido de una señal más firme y contundente. ¿Qué responde usted?

JB - Yo puedo entender que Machado pida eso, pero discrepo con él –lo respeto muchísimo, por supuesto–, ni hay una conflictividad tremenda ni es que el gobierno no la esté atendiendo como corresponde. El gobierno es respetuoso de los convenios internacionales, no puede obligar a los trabajadores que presentan una disconformidad o que presentan aspiraciones a que dejen de tomar medidas. No puede hacerlo, esto no es una dictadura. Tratamos de llegar a un acuerdo todo el tiempo y este nuevo esfuerzo que estamos haciendo en este momento creo que va a fructificar, estoy bastante convencido, están muy cerca las partes. Ha habido muchos elementos que incidieron en el conflicto de Conaprole, y vuelvo a repetirle: no ha sido un conflicto salvaje.

EC - Pero a propósito de cómo tiene que jugar el ministerio, Machado ponía el ejemplo de este conflicto en el que el MTSS laudó pero luego el sindicato rechazó esa resolución y el tema volvió a trancarse. "Si el MTSS no logra imponer sus decisiones, no funciona como un árbitro", decía este legislador.

JB - No analiza las obligaciones y los derechos que puede tener el Ministerio. El Ministerio laudó, es verdad, pero lo hizo unilateralmente, no hubo tripartismo, fue una resolución por decreto y los trabajadores tienen su derecho, si discrepan, si lo consideran insuficiente, a seguir tomando medidas para llegar a un acuerdo con la empresa. Y el gobierno no les puede prohibir a los trabajadores ese derecho, los puede traer a tratar de encontrar una solución, pero no les puede prohibir. No ha habido en ningún momento desabastecimiento de un producto de primerísimo necesidad en el país, no ha habido riesgos de contaminación ambiental por tirada de enormes cantidades de leche que pudieran ameritar tomar medidas de otra naturaleza. El gobierno no puede actuar de otra forma que como ha venido actuando. Estamos en una democracia, lo que hacemos es incentivar a las partes a llegar a acuerdo, pero si las partes se niegan no podemos utilizar otro tipo de medidas más violentas para inhibir las medidas que ellos entienden democráticamente en el sindicato que deben tomar.

EC - Le menciono otra crítica que se le hace al gobierno. Hay quienes sostienen que en los primeros meses de esta administración el Ministerio salió a reequilibrar una situación de desventaja que los trabajadores acumularon en los gobiernos anteriores y lo hizo de manera muy decidida. Pero que ahora, quizás después de algunos excesos de algunos sindicatos, por ejemplo en cuanto a las ocupaciones, el MTSS resolvió asumir una actitud algo más "prescindente". ¿Hay algo de eso, algo de "que se arreglen entre ellos, porque de lo contrario me van a marcar que juego para los trabajadores"?

JB - No, de ninguna manera. El gobierno, en primer lugar, tiene que tener un rol neutral. Muchas veces gráficamente se decía desde algunas tiendas que el gobierno ponía el dedito en el plato de la balanza de los trabajadores.

EC - Ese ha sido el cuestionamiento.

JB - Nosotros entendemos que no, entendemos que lo que ha hecho el gobierno ha sido corregir situaciones que entendía que eran de absoluta injusticia. No olvidemos que en los últimos 15 años antes de asumir el nuevo gobierno hubo no digo flexibilización, digo desregulación, los trabajadores perdieron derechos conquistados durante décadas en este país en beneficio de una rentabilidad que no significó la venida de nuevos inversores ni un aumento de la productividad, significó simplemente engordar los bolsillos de algunos empresarios. Quedó demostrado que esa política fue un fracaso y el gobierno está en una política de mejoramiento, de apoyar la productividad de forma diferente, al mismo tiempo que entiende que tiene que haber una situación de mayor justicia redistributiva en el relacionamiento laboral. No ha cambiado su posición en cuanto a eso, pero no está dispuesto a admitir excesos fuera de lugar, dentro de la ley todo, fuera de la ley nada.

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EC - Varios aspectos de la política laboral del gobierno son cuestionados del lado empresarial, particularmente la idea de que la ocupación de los lugares de trabajo es una extensión del derecho de huelga. ¿El gobierno va a mantener esta postura en el futuro?

JB - La doctrina y la jurisprudencia en Uruguay lo han dejado bien claro, la ocupación más que una extensión es una modalidad del derecho de huelga, una modalidad de la huelga como puede ser alguna que utilizan en Japón, por ejemplo, que producen muchísimo más que en tiempo normal y por lo tanto abarrotan los stocks. La huelga puede tener infinidad de modalidades que afectan a la empresa en la creatividad de los trabajadores en la búsqueda de ser escuchados, de ser reconocidos en cuanto a sus aspiraciones. En el caso de Uruguay se usó históricamente, la doctrina lo ha aceptado, existe fuerte jurisprudencia en cuanto a eso.

Lo único que ha cambiado, y es malo, es que históricamente para muchos sindicatos la ocupación fue la continuidad, por eso se decía la extensión del derecho de huelga, usted tomaba medidas, primero un pequeño paro parcial, luego iba aumentando, luego iba a la huelga general y en determinado momento ocupaba la planta. Eso ha variado en el sentido de que muchas empresas hoy tienen un problema que tal vez se vive como muy importante pero sin serlo realmente y la primera medida que se le ocurre a un sindicato es ocupar. Allí entendemos que falta, y creo que en parte ha solucionado el aspecto el decreto 165, que regula las ocupaciones, primero hay que venir a negociar, negociar bilateralmente, venir a negociar al MTSS, y luego, si se ha estado negociando y no se llegó a un acuerdo, recién en ese caso la situación es diferente. Si no se ha hecho eso existe la posibilidad de desocupar a quien ha actuado de esa manera.

EC - ¿El decreto se está utilizando, se lo está aplicando realmente?

JB - Sí, se está aplicando, ha habido algunos fallos judiciales que han obligado a la desocupación.

EC - ¿En todos los casos?

JB - Prácticamente en todos los casos, y en muchos ha pasado desapercibido porque el juez ha dicho: dentro de una semana tomamos la decisión; lo más seguro es que va a ser esta. Y los trabajadores, antes que ser desalojados por la fuerza pública, prefieren llegar a un acuerdo y desocupar. Nosotros apostamos al diálogo, a la negociación y creemos que el decreto se ha transformado en una buena herramienta para estas situaciones.

EC - La concepción del Poder Ejecutivo en cuanto a que la ocupación es una extensión del derecho de huelga, ¿cómo condice con la decisión que se adoptó en su momento cuando un grupo de funcionarios del Estado ocupó la sede del Ministerio de Economía (MEF) y eso fue rechazado de inmediato por el gobierno? Se anunció que se iba a desalojar esa dependencia.

JB - Usted recordará que yo tuve una participación activa en ese momento junto con las autoridades del MEF. Vamos a suponer que los funcionarios del Hospital de Clínicas están en conflicto y en lugar de ocupar el hospital ocupan el Estadio Centenario cuando se va a jugar la final del Campeonato Uruguayo. Cada cual a lo suyo, los trabajadores de Radio El Espectador si tienen un conflicto, vienen dialogando y no son escuchados podrán tener derecho a utilizar una medida tan fuerte ocupando los locales de la radio, pero no pueden ir a ocupar los locales de la televisión, de Canal 4, de Teledoce. Sería una situación muy distinta de los propios funcionarios del MEF estuvieran en esa situación, entendía yo en aquel momento y sigo entendiendo. Luego el Poder Ejecutivo hizo saber a toda la población y a los trabajadores en particular que no se pueden ocupar los organismos del Estado.

EC - El criterio se estableció de manera muy general: no se pueden ocupar organismos del Estado.

JB - Muy general.

EC - ¿Por qué no se pueden ocupar organismos del Estado y sí se pueden ocupar empresas privadas?

JB - El Poder Ejecutivo indica, y sacó una comunicación a la población, que no se pueden ocupar las oficinas públicas. No se debe, deberíamos decir. Entendemos que hay una conmoción de tipo nacional si se ocupa el MEF, usted no puede ocupar el MEF y en cierto modo paralizar durante determinado período gran parte de las actividades económicas del país. Entendemos que afecta a toda la población del país, que tiene una repercusión de tipo nacional más importante, de la misma forma que aparece en el propio decreto que sacó el Poder Ejecutivo en cuanto a las ocupaciones, es decir, aquellas ocupaciones que traen conmoción nacional o que afectan valores fundamentales como la vida y la seguridad de la gente el gobierno está en condiciones de desocupar. Esta es una situación similar porque la ocupación de un organismo del Estado afecta a todo el país en forma muy importante.

EC - De todos modos, lo que hay como marco jurídico es un decreto, y eso no es lo adecuado para manejar situaciones como estas. Desde hace tiempo está pendiente la redacción de una ley, no ha habido posibilidad de acordar en esa materia con los sindicatos y con las gremiales patronales. ¿Qué piensan hacer para emprolijar lo que hasta ahora está vigente?

JB - Tiene que haber una ley, fue intención del MTSS sacar una ley, incluso se presentó un proyecto, lo hicimos en el Parlamento, lo que sucede es que ambos sectores del tripartismo nacional, el sector empleador y el sector de los trabajadores, muy firmemente se opusieron al anteproyecto de ley. El sector empresarial se oponía porque no podía sentirse partícipe de un proyecto de ley que en sí mismo reconocía la ocupación como una herramienta legal. Y considerando esa situación y valorando la importancia del tripartismo es que el MTSS eligió el camino de encontrar una herramienta a mano, como es el decreto, pero es una herramienta circunstancial. El destino final tiene que pasar por una ley de negociación colectiva que en sí tenga todo este tipo de cosas que afectan a la relación laboral en forma tan importante.

EC - ¿No se ha avanzado con los distintos sectores involucrados en la búsqueda de esa ley?

JB - Se ha avanzado, hoy se reúne por primera vez en forma oficial el Compromiso Nacional, y entendemos que uno de los temas que tienen que estar encima de la mesa es una posible ley de negociación colectiva, entre otros.

EC - Pero más allá de que empiecen las reuniones, ¿ha habido sondeos, conversaciones informales que permitan augurar una solución más o menos rápida, o acá empiezan las conversaciones y vamos a ver cuándo se llega a un resultado, si es que se llega?

JB - Ha habido sondeos, ha habido conversaciones que permiten augurar buenos resultados en todo lo que tiene que ver con la negociación colectiva, la ocupación y otro tipo de medidas de carácter sindical. Entendemos que la salida pasa por un ámbito de diálogo, de negociación, que busque el mejor relacionamiento laboral para beneficio del país y de todos los uruguayos.

EC - Estas conversaciones por la productividad del empleo, ¿tienen algún plazo?

JB - Se comienza hoy y la idea es trabajar rápidamente. Yo no estoy en la conformación de esto, el ministro y el subsecretario han sido quienes han trabajado más en Compromiso Nacional, y aunque la parezca mentira, si bien en el equipo discutimos todos estos temas, muchas veces por estar atendiendo los temas del relacionamiento concreto del día a día me pierdo ese tipo de cosas. Lo lamento, no le puedo decir con exactitud si se ha puesto fecha de finalización o si se va a poner en la reunión de hoy.

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Edición: Mauricio Erramuspe