Entrevistas

Obispos buscan "sumar aportes" para el entendimiento entre Uruguay y Argentina

Los obispos de Gualeguaychú y Salto realizaron una oración por una solución al conflicto por las plantas de celulosa, sobre el Puente General San Martín, en el límite entre ambos países. El obispo Pablo Galimberti dijo que "son planteos en los que uno, desde otro ángulo, de pronto se encuentra que está superando aquel conflicto, que de pronto puede hablarlo sin esgrimir de inmediato prejuicios o muros mentales". El religioso de todos modos advirtió sobre lo difícil que es la situación.

(Emitido a las 7.49)

EMILIANO COTELO:
No habrá tregua en el piquete del Puente General San Martín para esta Noche Buena y esta Navidad. Seguirá bloqueado el tránsito. Pero esto no fue obstáculo para que los obispos de las dos orillas de esa zona de conflicto se unieran junto a un grupo de feligreses en una plegaria por la paz en la mitad de ese puente, límite entre Argentina y Uruguay.

Según cuenta la crónica del diario El País, "al caer la tarde, dos grupos avanzaron hacia el exacto límite divisorio sobre el Puente Fray Bentos-Puerto Unzué. Desde la orilla uruguaya, el grupo que no llegaba a 20 personas iba encabezado por el obispo de Salto, Pablo Galimberti, y el obispo auxiliar Heriberto Bodeán. Desde la orilla argentina, la comitiva de algo más de 30 personas tenía al frente al obispo de Gualeguaychú, Jorge Lozano.

A cada lado de la divisoria se ubicaron ocho efectivos de la Gendarmería Nacional argentina y seis de la Prefectura Nacional Naval uruguaya. Parece que las autoridades pidieron que por seguridad no se sumaran más personas a este acontecimiento.

Estamos con uno de los protagonistas de ese episodio tan interesante de ayer, el obispo Pablo Galimberti.

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Obispo Galimberti, ¿está satisfecho con el resultado?

PABLO GALIMBERTI:
Sí, muy satisfecho. Y sumado a lo que venían contando con Rosario creo que es la fuerza de los aparentemente débiles, si le sumo a otro evento que hubo el domingo último también en Fray Bentos con un grupo que vino de Montevideo, con un periodista José Pedro Rivas, madres de asentamientos que llegaron hasta la puerta, hasta el lado argentino y dejaron una bolsa de arroz y un cuadro de Artigas. Realmente son gestos que uno ve que también además de todo lo que se está haciendo la ingeniería política, diplomática, que es tan importante, estos gestos sorprenden y pueden ir planteando enfoques nuevos.

EC – Había antecedentes, ¿no? Ustedes mismos habían organizado el 3 de setiembre un encuentro en Paysandú, en la Parroquia San José Obrero. Ahí hubo delegaciones de ambos países con el lema "la fe nos une, el río también". Luego, el 1º de octubre, la cita había sido en la localidad de Colón en Argentina donde estuvieron acompañados por delegaciones de jóvenes.

PG – Exactamente y con el obispo de Concordia. Queremos ir sumando estos aportes que en estos tiempos, en estos días navideños, nos parecía que era  bastante significativo plantear un hecho de esta naturaleza.

EC – ¿Cómo se sintió usted cuando llegó allí a la mitad del puente? Estaba cargado de mucho simbolismo ese lugar en estas circunstancias.

PG – Bueno, para mí era la primera vez que iba caminando y que me detenía porque cuando uno va en auto apenas puede mirar hacia los costados. Fue muy lindo, un aire fresco, nuevo. Uno contemplaba las dos orillas, miraba hacia el lado nuestro y veía la piedra del escándalo y miraba para el otro lado y veía las banderas de algunos asambleístas o por lo menos que pregunté después si eran efectivamente ellos. Los argentinos habían traído la amplificación, habían llegado en auto, el acuerdo era que era caminando y que a lo máximo podíamos ir con diez o 15 personas según yo había hablado con la presidenta de CARU.

EC – Esto se coordinó con la Comisión Administradora del Río Uruguay.

PG – De nuestra parte tuvimos que pedir permiso porque habitualmente no se permite andar a pie. Hubo una colaboración total para que se pudiera realizar con total tranquilidad pero querían que las personas estuvieran debidamente identificadas. El desarrollo fue preparado por los argentinos, fue una lectura del Relato de la Navidad del Evangelio de Lucas, capítulo 2, los primeros versículos, posteriormente unas palabras del obispo de Gualeguaychú y después un mensaje mío. Yo enfaticé, intentando plantear el tema que sobre el "río de los pájaros" estábamos sobre un puente, obra de una ingeniería muy compleja. De modo que la misma naturaleza nos estaba mostrando que los seres humanos no somos simples espectadores sino actores para imprimir huellas de desarrollo, de crecimiento.

Hablé también de los derechos en conflicto y en pugna. Por un lado el medio ambiente tan valorado y necesario por otra parte el derecho tan importante al trabajo, a la estabilidad de la familia pero que hoy estaban estos derechos en pugna. De modo que ahí estaba la necesidad de tener fuerzas nuevas, capacidades nuevas para plantear estos nuevos escenarios y destrabar esta situación.

Después hubo un intercambio de regalos. Ellos nos regalaron la figura central del Pesebre que es el niño, el niño Jesús, y que la vamos a traer aquí a la Catedral diciendo cuál es el origen. Nosotros les entregamos algo más profano, que es unas botellas de vino una caja de vino que yo ponía en una esquela dirigida al obispo Jorge. "Te ofrecemos vino de nuestras tierras para brindar y que la luz de la nochebuena alumbre nuevos caminos de paz, justicia y concordia entre argentinos y uruguayos".

Después se terminó con la Oración de la Paz muy conocida, la oración de San Francisco.

EC – Por qué no nos la recuerda...

PG – "Haznos un instrumento de tu paz, donde haya odio ponga yo amor, donde hay mentira verdad..." y así sigue. No la recuerdo totalmente de memoria.

EC – ¿Qué extensión tuvo este acto?

PG – Después hubo muchos saludos y nos quedamos un rato y mucha prensa

EC – ¿Había emoción en el ambiente? Cómo lo define?

PG – Había cordialidad, distensión, observación por parte de otros, había alguna autoridad. Encontré al intendente de Gualeguaychú y la impresión fue que realmente ellos lo ven difícil. Por otra parte caminando hacia este lugar, una señora que nos acompañaba de Fray Bentos nos decía: "de Gualegaychú nos dicen que si se va Botnia ellos van a pasar todos los productos o su comercio a través de Fray Bentos". Uno dice: "pero esto es un imposible esto no es ni..." En fin. De modo que hay esos comentarios.

Por otra parte la impresión cuando uno pasa por nuestra aduana: es un desierto, es un pueblo del far west. Un restaurante pequeño totalmente vacío, el shopping donde han trabajado hasta 22 personas, solamente con dos, los funcionarios de la aduana que otras veces con ómnibus de turismo están repletos, bueno había dos. De modo que eso indica si se extiende el panorama hacia atrás, hacia las dos ciudades, realmente una paralización y en medio de eso posturas de los asambleístas que requieren un análisis más profundo.

EC – Justamente teniendo en cuenta todo ese contexto, ¿qué le parece que puede haber aportado un encuentro como el de ayer? ¿Qué es lo que buscaban ustedes cuando la cosa está tan árida, tan dura?

PG – Yo creo que lo que se venía comentando ustedes mismos, con estos chicos, con estos niños y con otros gestos... A veces cuando uno tiene un conflicto, un complejo, un problema, no puede seguir rascando siempre en la herida, uno tiene que tener otros abordajes desde otros ángulos novedosos. Y nosotros desde la fe que nos da perspectiva, nos da costumbre de soñar ante las cosas difíciles, cuando hay muerte mirar en los caminos de vida, miramos la cruz y planteamos la resurrección. De modo que estamos acostumbrados ya  por hábito de la propia fe a dar estos saltos, de modo que vemos el conflicto es real, yo le puse nombre. No era cuestión de decir "pensemos en Belén de hace 2.000 años", pensemos en el hoy. Son planteos en los que uno, desde otro ángulo, de pronto se encuentra que está superando aquel conflicto, que de pronto puede hablarlo sin esgrimir de inmediato prejuicios o muros mentales. Pero uno ve que están, que son fuertes, que hay una militancia de base muy fuerte, que está presente en muchos lugares y quizás ahí de una manera muy particular focalizada hacia el tema ambiental.

EC – Monseñor Pablo Galimberti, felicitaciones por su participación en este emprendimiento, suerte entonces en las gestiones que pueda seguir desarrollando desde su nueva responsabilidad porque hace muy pocos meses que usted está al frente del Arquidiócesis de Salto.

PG – Sí, de finales de junio.

EC – Tiene bastante trabajo entonces con este asunto. Feliz Navidad y nos reencontramos en cualquier momento.

PG – Igualmente Emiliano, hasta pronto.

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Edición: Mauricio Erramuspe