Un diplomático de carrera encabezará misión en España
Dejando de lado una tradición de embajadores políticos en ese destino, el gobierno designó a un diplomático de carrera al frente de su misión en España. Un destino destacado del Servicio Exterior uruguayo que asume nuevos desafíos. Ricardo González Arenas definió cuáles serán sus líneas de acción y destacó que "detectar oportunidades de inversión y de negocios" estará en sus prioridades.
(Emitido a las 9.07)
JOSÉ IRAZÁBAL:
Después de varios meses sin embajador en España, nuestro país ya tiene un nuevo representante diplomático ante la madre patria.
Si bien todavía no entró en funciones, su nominación ya es un hecho. Estamos hablando del embajador Ricardo González Arenas.
ANDRÉS GIL:
Además el gobierno ya recibió el beneplácito de España y el Parlamento votó la venia el pasado 27 de diciembre en pleno "sprint final" del Legislativo en 2006. Apenas faltan algunos trámites administrativos para que sea una realidad.
JI - Les proponemos conocer la trayectoria del embajador Ricardo González Arenas y repasar sus planes y sus primeras impresiones sobre el desafío que le ha tocado enfrentar.
AG - Estamos en contacto con Ginebra, donde se desempeña actualmente el embajador Ricardo González Arenas.
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Embajador González Arenas, empecemos con algunos datos básicos. Usted tiene 52 años, está divorciado, tiene dos hijos; se doctoró en Diplomacia en la Universidad de la República en 1982, realizó diversos cursos de especialización en Derecho Internacional, Integración Regional, Políticas Agrícolas y Negociaciones Internacionales; en 2002 fue ascendido por concurso de oposición y méritos al grado de Ministro Consejero del Servicio Exterior uruguayo; desde 2003 está asignado en la representación permanente de Uruguay ante la oficina de las Naciones Unidas y la Organización Mundial del Comercio (OMC); y desde 2005 es representante permanente adjunto de Uruguay ante las Naciones Unidas y la OMC.
¿Qué podemos agregar sobre esta última etapa de su carrera diplomática en Ginebra?
RICARDO GONZÁLEZ ARENAS:
Es la segunda vez que estoy en Ginebra, comencé mi carrera diplomática aquí en 1986 cuando se lanzó la Ronda Uruguay del GATT. Fue todo un orgullo para mí iniciar la carrera diplomática en un proceso de negociación tan importante y que llevaba el nombre de nuestro país. Esta segunda oportunidad en Ginebra es un nuevo desafío, hay nuevas materias, la agenda internacional se ha expandido enormemente. Las materias ambiente y derechos humanos hoy ocupan un lugar preferente en las negociaciones aquí, por lo tanto hay mucho trabajo.
Es un trabajo muy exigente desde el punto de vista profesional pero para un país como Uruguay es fundamental insertarse en el multilateralismo y en la agenda internacional, y en eso estamos.
AG - ¿Cuáles han sido algunas de sus tareas en estos años en una delegación que está al mando del ex vicecanciller de la República embajador Guillermo Valles?
RGA - Exactamente, Guillermo Valles es el representante permanente, yo soy el representante permanente adjunto, tenemos una distribución de tareas. Hay cerca de 30 organismos internacionales en los cuales Uruguay participa activamente.
AG - ¿Algunos ejemplos, además de los más conocidos?
RGA - Hay algunos bastante poco conocidos pero no por ello menos importantes desde el punto de vista de los beneficios que puede obtener Uruguay en términos de cooperación internacional, de inserción, de presencia y sobre todo de elaboración de las disciplinas y las normas internacionales. Por supuesto que para el gran público, para la opinión pública está más oculto todo eso, pero es una parte importante de la tarea aquí en Ginebra. Ciertamente la OMC y la negociación en curso, la Ronda de Doha, y la actividad del nuevo Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, del cual Uruguay forma parte, ha sido elegido en esta primera membresía entre los 47 miembros, son los temas prioritarios.
AG - Por su formación y por los antecedentes en la carrera diplomática que repasábamos recién, ¿podemos decir que es un embajador con un perfil marcado hacia los temas económicos y comerciales?
RGA - Sí, gran parte de mi trayectoria en el Servicio Exterior uruguayo ha sido en las disciplinas económico-comerciales, he participado como negociador en ejercicios relativamente importantes para el país, tanto en el exterior como en Montevideo, donde estuve como director general adjunto del Área Económica de la Cancillería hasta 2003, cuando vine a Ginebra. Sin embargo es difícil que un funcionario diplomático pueda encasillarse o ponerle una etiqueta "económico-comercial" o "aspectos políticos", porque en su trayectoria seguramente va a tener que incursionar en toda la policromía que tienen las relaciones internacionales. En mi caso ahora estoy desempeñando funciones básicamente en el área política, que es el Consejo de Derechos Humanos.
JI - Usted decía que entre 2000 y 2003 fue director general adjunto para Asuntos Económicos Internacionales en el Ministerio de Relaciones Exteriores; más concretamente, fue segundo negociador principal del tratado de libre comercio entre México y Uruguay que se firmó en 2003. Además ha tenido un papel importante como representante de Uruguay en las negociaciones de la OMC; esa sí que es una tarea compleja.
RGA - Es una tarea compleja, sobre todo porque son procesos de largo aliento. Esto no se negocia en el corto plazo, la Ronda Uruguay fueron siete años, la Ronda de Doha ya lleva cinco o seis; en ese transcurso hay todo un esfuerzo que a veces es invisible, lo que importa luego para la evaluación son los resultados. En general esos ejercicios han sido extremadamente importantes para Uruguay, Uruguay ha ampliado sus condiciones de acceso a los mercados de consumo más importantes de los países desarrollados merced en este tipo de negociaciones. Son negociaciones altamente tecnificadas, hay aspectos que para un gran público resultarían casi esotéricos, pero cada uno de ellos hace un poco a este contexto internacional en materia de comercio del cual tanto depende Uruguay.
JI - ¿A qué otros países lo ha llevado a vivir esta profesión, esta carrera que usted ha emprendido?
RGA - Obviando este destino Ginebra y mi comienzo diplomático en Ginebra, he estado como representante en Bruselas ante la Unión Europea, ahí estuve seis años, entre 1994 y 2000.
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AG - Hablemos de su nuevo cargo. La embajada en España es un puesto cotizado y tradicionalmente reservado a figuras políticas. ¿Le sorprendió su nominación como embajador en España?
RGA - Sí, me sorprendió porque yo ya estaba con una agenda bastante intensa aquí en Ginebra, pero entiendo perfectamente las razones del señor ministro y del gobierno uruguayo de tener cierta atención preferente con España porque hacía ocho meses que la embajada estaba vacante.
En segundo lugar, quizás llame la atención el hecho de que sea un funcionario de carrera del ministerio. Pero eso tiene también su explicación, tradicionalmente a la relación con España se la enfocaba desde un punto de vista eminentemente político porque la densidad de las relaciones con ese país a nivel parlamentario, a nivel político son muy fuertes. Pero en estos momentos la relación bilateral con este país tiene una policromía muy grande y el Servicio Exterior se ha profesionalizado en materias que van más allá de lo político; posiblemente haya sido esa la razón por la cual se haya pensado en un funcionario de carrera para desarrollar una tarea que incursione en otras áreas también extremadamente importantes para la relación con Uruguay.
AG - Uno recuerda algunos nombres de embajadores en España, todos referentes del sistema político uruguayo. ¿Sabe si es la primera vez que se nombra a un embajador proveniente del escalafón diplomático en ese destino?
RGA - De la carrera diplomática en general mi predecesor es el embajador Araneo. Yo soy en términos administrativos del escalafón M, y no recuerdo, por lo menos en la historia reciente, si ha habido otra designación. Pero ciertamente la designación de un funcionario de carrera es un hecho demostrativo de la vocación del Poder Ejecutivo de utilizar esta diplomacia que se ha venido profesionalizando en los últimos años.
JI - ¿Tenía usted algún vínculo previo con el partido de gobierno, con el Frente Amplio?
RGA - No, no tengo un vínculo, siendo un funcionario de carrera estoy sujeto a las reglas de imparcialidad y neutralidad política en el ejercicio de mis funciones. Por lo tanto me he mantenido dentro de esos criterios.
JI - Es como los jueces de fútbol, no pueden decir por qué equipo hinchan o en qué equipos han jugado.
RGA - Cada profesión tiene sus condicionantes. En el caso de la función pública es una regla general, yo como ciudadano tengo mis preferencias en el ejercicio del voto, mis preferencias políticas, pero esos son los criterios en el ejercicio de la función diplomática.
JI - ¿Fue la primera oferta que recibió de esta administración?
RGA - Yo había estado conversando con el ministro sobre otras posibilidades, pero la que se ha concretado ha sido esta de España, que para mí es un gran honor.
JI - ¿A qué se refiere con "otras posibilidades"?
RGA - Ha habido en el último año y medio embajadas que han quedado vacantes y en términos informales se me había sondeado sobre la posibilidad de ser transferido a alguna de ellas. El hecho es que aquí en Ginebra la actividad es extremadamente intensa y creo que estaba desempañando, que sigo desempeñando porque hasta ahora no he asumido funciones en la embajada en España un rol productivo para los intereses del país.
JI - Usted conoció al canciller Reinaldo Gargano en Hong Kong en el marco de las negociaciones de la OMC.
RGA - Exacto, lo conocí personalmente en esa reunión ministerial que se hizo en noviembre de 2005.
JI - ¿Cree que ahí está el germen de esta nominación como embajador en España?
RGA - Le aseguro que en esos momentos no hablamos de nada de esto pero trabajamos conjuntamente, él era el presidente de la delegación uruguaya, fue una reunión muy importante y yo integraba la delegación. Posiblemente él haya visto ahí mi desempeño. Pero la misión aquí en Ginebra tiene una actividad extremadamente intensa, por lo tanto mi relación con los mandos de las jerarquías de la cancillería es cotidiana a través de informes. Mi desempeño se puede verificar, evaluar en función de lo cotidiano en el ministerio.
AG - Teniendo en cuenta esa veta económica de la que hablamos, ¿tiene previsto cambiar la impronta evidentemente política que ha caracterizado a nuestras representaciones diplomáticas en España hacia algo más proactivo en materia comercial?
RGA - Sin entrar en cómo se han llevado hasta ahora estos temas en la embajada en España, le puedo decir lo que yo pienso hacer hacia futuro. El área económico-comercial es muy importante. No tenemos que olvidar que España es la octava economía mundial, si analizamos a los países de la Unión Europea individualmente es la quinta economía europea, es el séptimo exportador mundial de capitales, es el principal inversor en América Latina, el 50% de la inversión extranjera directa europea en América Latina es español. España en los últimos diez años ha incrementado constantemente sus importaciones llegando en el año 2005 a 224.000 millones de euros, 290.000 millones de dólares. Ciertamente que en materia de inversiones y oportunidades comerciales hay una potencialidad enorme para Uruguay y hay un rol importante para nuestra embajada en dotar a la embajada de objetivos concretos tanto en el área de la captación de inversiones españolas como de detección de oportunidades comerciales y apoyo al sector empresarial uruguayo en concretar negocios con España.
AG - ¿Usted cree que eso se concibió de esa forma desde la cancillería?
RGA - Usted leía al principio mi perfil profesional en el Servicio Exterior, es claro que destaca la parte económico-comercial porque ha sido mi trayectoria, entonces si se me ha ofrecido la embajada en España quizás se haya tenido en cuenta en forma especial ese aspecto. Y ciertamente voy a hacer un gran esfuerzo.
AG - ¿Se puede decir que en ese reperfilamiento de nuestro servicio diplomático en España se marca un diferencial respecto de otras delegaciones de América Latina?
RGA - Francamente, como no estoy todavía en España desconozco el perfil de las otras misiones latinoamericanas allí, pero creo que para muchas de ellas subsiste esa visión preferentemente política, que es muy legítima, las relaciones políticas con España son muy importantes. Quizás el énfasis en aspectos económico-comerciales venga desde el punto de vista de que Uruguay necesita mercados externos, España es un país puente con Europa y Europa es un mercado de consumo de especial importancia. Si bien las políticas comerciales no son competencia de España, son competencia comunitaria y se manejan en Bruselas, hay dos aspectos fundamentales para el desempeño de Uruguay, que son detectar oportunidades de inversión y oportunidades de negocios para incrementar el intercambio comercial bilateral.
AG - Le preguntaba a propósito de la comparación con otros países de América Latina en la medida que son nuestros competidores a la hora de captar inversiones y también a la hora de la colocación de productos.
RGA - Es cierto, hoy el mundo es un mercado global, competimos con todo el mundo. Pero efectivamente tenemos ahí una oportunidad importante de presentar nuestra oferta exportable. Estoy hablando demasiado de la parte económico-comercial, no quiero descuidar que también hay otros aspectos extremadamente importantes en la relación con España. Pero en la parte económico-comercial el desafío es grande y el esfuerzo que tiene que hacer la embajada es complementario con el que tienen que hacer el sector empresarial y los demás sectores de actividad uruguayos. Por eso el rol de coordinación que va a desempeñar la embajada con los sectores privados es fundamental, no es una cuestión que podamos resolver los que estaremos en Madrid.
AG - ¿Cree que los empresarios uruguayos están preparados para tener en la embajada en España un aliado en este sentido? Se lo pregunto porque da la impresión de que los empresarios apelan a las embajadas en aquellos destinos que les son más ajenos, donde las diferencias culturales e idiomáticas son más fuertes y son realmente una barrera. ¿Cómo ve esto en el caso de España?
RGA - Eso es muy cierto, la idiosincrasia, la cultura, la lengua comunes facilitan el desempeño de los empresarios en forma directa. No hay que olvidar que los negocios los hacen los empresarios, no la embajada, y que el apoyo que tradicionalmente el Servicio Exterior da a los empresarios rinde más en aquellos destinos difíciles, exóticos, con lenguas diferentes y donde el conocimiento de nuestro sector empresarial es menor. En España es el caso contrario. Sin embargo no hay que olvidar que la ventaja que tiene el Servicio Exterior es la permanencia, estamos los 360 días del año, por lo tanto el trabajo proactivo de la embajada de detectar oportunidades de negocios y armar esquemas que puedan facilitarles la tarea a los empresarios es fundamental. Estuve en Montevideo, contacté asociaciones empresariales y es claro que el sector privado también está esperando de parte de la embajada un apoyo, un rol en estos objetivos.
JI - Hablemos de otros objetivos que también aparecen como prioritarios en el corto plazo respecto de la relación Uruguay-España. Me gustaría que nos definiera la agenda en algunos puntos clave, por ejemplo ENCE, la presencia de muchísimos uruguayos en España, muchos de los cuales han tenido problemas a la hora de arribar al país y tramitar sus papeles.
RGA - Es cierto, por eso le decía que no quería concentrarme exclusivamente en lo económico-comercial, a pesar de ser un área de especial importancia para mí. Yo visualizo seis grandes ejes de trabajo: el área política; el área económico-comercial; el área cooperación, que es muy importante, hay un plan director con acciones de cooperación, España va a cooperar con prácticamente 5 millones de euros en este período; el área promoción cultural y artística, que es fundamental, es una de las fortalezas de la relación bilateral, hace la esencia de las relaciones entre Uruguay y España; el relacionamiento con la colonia uruguaya, que ciertamente es un capítulo prioritario; y el área turismo. Estos son los seis grandes ejes.
La colonia uruguaya en España ciertamente es una de las más grandes, está entre 75.000 y 80.000 personas. Hay problemáticas que la afectan en cuanto a las condiciones de regularización del trabajo o de residencia, esto se ha venido trabajando. También hay una nueva dimensión en la relación con la colonia del Departamento 20, del Ministerio de Relaciones Exteriores. Son nuevas modalidades de relacionamiento, con la formación de los Consejos Consultivos, tratando de darle al tejido de esas relaciones una densidad mayor. Este va a ser un trabajo al que la embajada en Madrid le va a prestar muchísima atención.
Usted mencionaba lo de ENCE. Por supuesto, entra dentro del capítulo inversiones, la empresa ha rediseñado su plan en Uruguay, en su plan estratégico que va hasta 2011 ha aumentado la inversión a 1.200 millones de dólares. Esto no va a estar ajeno al contacto y a la atención de la embajada en Madrid.
JI - ¿Le han pedido algo en particular con respecto a la facilitación que ha encarado el rey Juan Carlos?
RGA - No se me ha pedido nada por el momento, pero por supuesto, al estar al frente de la embajada en Madrid va a ser uno de los temas de mis contactos con las autoridades españolas. Por supuesto, con el objetivo de que todo esto salga lo mejor posible.
JI - En algún momento cuando empezó a hacerse la facilitación se habló de un segundo capítulo en el que la parte diplomática de ambos países iba a tener una presencia mucho más fuerte, incluso se hablaba de una mesa de negociación con diplomáticos argentinos y uruguayos en la propia España.
RGA - Es cierto, yo también escuché eso, pero al momento no he visto que se haya concretado en ninguna acción, por lo tanto se mantiene en el terreno de las suposiciones. Obviamente voy a estar a lo que dispongan el señor ministro y el presidente de la República.
AG - ¿Qué falta para que usted asuma la embajada en Madrid?
RGA - Simplemente aspectos administrativos relacionados con el Ministerio de Relaciones Exteriores en la medida que yo estoy en funciones en Ginebra y hay que dar todos los pasos procesales, administrativos, financieros para que me traslade a Madrid. Calculo que a fines de febrero ya estaré asumiendo funciones en mi nuevo destino diplomático.
JI - No le preguntamos si hay alguna raíz familiar con España que también haga que este destino para usted sea particular.
RGA - Al llamarme González, algún familiar debo tener.
AG - Algún familiar debe tener en España.
RGA - No tengo ninguna relación directa con España, salvo la que tienen todos los uruguayos, que es admirar ese hermoso país con el que nos unen tantos lazos históricos, tantos valores comunes, una filosofía de vida.
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Edición: Mauricio Erramuspe