"Más vale rico y sano que pobre y enfermo"
Si bien no tengo simpatía por Nicolini debo advertir que este acontecimiento tan sonado me lleva a reflexionar, en particular sobre las causas que lo llevaron a atenderse en la Salud Pública.
Debo admitir que me provoca ante todo pena.
El legislador manifestó que de acuerdo al descuento realizado por su sector percibía unos veinte mil pesos. No es una suma despreciable como remuneración pero admitamos que en este Montevideo tan caro en términos relativos tampoco es para tirar manteca al techo, máxime si se tienen cargas familiares.
A diario observamos que esta sociedad nuestra no solo se fragmenta sino que se hace más costosa.
¿Cuánto vale hoy un alquiler en el Montevideo habitable, vivible? Hablo de alquiler porque de créditos inmobiliarios no hablemos, no existen directamente. Y digo "Montevideo habitable" sí, y creo que todos entendemos ese fenómeno que lo ha reducido a una faja pequeña más bien ubicada al este y sobre la costa del Rio de la Plata y que ese mismo fenómeno se retroalimenta haciendo subir los precios inmobiliarios en esos lugares. Como hijo de la escuela pública yo con mis 35 años sé que si envió hoy un hijo a la misma poco menos que le estoy hipotecando el futuro. Salvo fenómenos testimoniales y sostenidos a expensas de la vocación de las maestras (como lo es la Experimental de Malvín por ejemplo) quedan pocas de aquellas escuelas donde se realizaba el ideal vareliano de la integración. A nivel de educación secundaria el problema es bastante similar.
Vivienda, educación, todo es gasto, también percibo que ha cambiado la comensalidad, esto es, la forma en la que nos alimentamos, ya no existe casi. Aquella figura del ama de casa preparando el almuerzo para la familia, esa licenciada en economía y nutrición donde existe está relegada casi exclusivamente a la cena lo que contribuye también a encarecer la vida.
En fin todos sabemos lo que cuesta el día a día en esta Montevideo tan cara relativamente.
Cuando escuché la noticia del asunto Nicolini más que encararla por el lado de la posible declaración jurada falsa me llamó la atención por sus causas. Aca hay un problema de opciones o de falta de ellas. Yo fui usuario de la salud pública en mi infancia y he concurrido en la actualidad como acompañante de usuarios y realmente, solo a falta de otras opciones, es admisible. Estar internado en una sala general de un hospital público es bastante deprimente. Recuerdo que hace algunos años la Universidad de la República nos impuso la obligación de sacar el carné de salud en el Hospital de Clínicas . El mero recorrido por el mismo era un espectáculo en sí mismo . Recuerdo que las puertas de los baños de los corredores estaban rotas y emanaba de los mismos un olor insoportable. En otra ocasión acompañé una persona a la urgencia de ese mismo hospital y la antesala oficiaba por la noche de refugio de indigentes, imagínese lo que significa tan solo tomar asiento por allí. No conozco el Maciel pero resulta fácil hacer un paralelismo. No me cabe ninguna duda del nivel académico y humano de los profesionales de la salud pública pero sí me caben reparos sobre la infraestructura y las condiciones en las que se permanece en la misma.
Por eso estas líneas, me preocupa la razón por la que un legislador carece de atención a la salud, quizás porque lleva una vida desarreglada en lo económico o quizás porque debe hacer frente a cargas familiares que le obligan a postergarse a sí mismo como haría cualquier padre. Creo que esa reflexión ha estado ausente en el debate cuando debería ser esencial para poder comprender una conducta aparentemente tan extraña.
Sandino (escucha y vecino de la radio)