Entrevistas

Énfasis en coincidencias marcaron el paso de Bush por el país

Con el objetivo claro en enfatizar las coincidencias, Vázquez recibió a un Bush abierto a profundizar los lazos con Uruguay. El mandatario estadounidense dejó claro que Uruguay puede levantar el teléfono y pedirle lo que precise, porque cuenta con su país y con él. Mientras, Vázquez le agradeció la ayuda brindada durante la crisis de 2002. Crónica de En Perspectiva y análisis de Carlos Pauletti de una visita llena de elogios y reconocimientos, que dejó como saldo la reafirmación de los caminos de negociación y la voluntad de ampliar el relacionamiento comercial.

(Emitido a las 7:37)

EMILIANO COTELO:

"Dejemos de lado las diferencias, hablemos de las coincidencias". Se podría decir que esa fue la frase que pautó el encuentro que, este fin de semana, mantuvieron los presidentes de Uruguay y Estados Unidos.

Tabaré Vázquez y George W. Bush ya se habían reunido en mayo del año pasado en la Casa Blanca. Pero esta vez, apenas 10 meses después, Bush retribuía la gentileza y venía a visitar a Uruguay al primer presidente del Frente Amplio (FA) en la historia de nuestro país.

Por eso, y por lo que Bush significa para la izquierda latinoamericana, incluso por la contragira que simultáneamente desarrollaba Hugo Chávez, empezando en Buenos Aires, había una expectativa importante por saber cómo se daría en vínculo entre Vázquez y Bush en la estancia de Anchorena.

¿Y cuál fue el resultado? Asado criollo, caminatas al aire libre, algunos minutos para navegar por el río San Juan y aparentemente pescar; un clima distendido, un buen relacionamiento personal, gestos mutuos de comodidad en el trato personal y en el reconocimiento institucional. Y, lo más importante, a propuesta de Vázquez, una agenda dominada por las coincidencias.

(Audio)

TABARÉ VÁZQUEZ

"Hace 16 años y monedas, visitaba el país otro presidente de Estados Unidos, fue un 5 de diciembre de 1990. Ese presidente era su señor padre. Yo era, en aquel momento, intendente municipal de Montevideo y me tocó entregarle las llaves de la ciudad de Montevideo. Tuvimos un breve intercambio con el señor presidente Bush padre y recuerdo una de sus frases de aquel momento: ‘Dejemos de lado nuestras diferencias –que las tenemos– y transitemos por el camino de las concordancias y del encuentro en las coincidencias, que también las tenemos’".

Haciendo pie en aquella sugerencia de Bush padre, el presidente Tabaré Vázquez efectivamente soslayó las diferencias que su gobierno puede tener con el de Bush hijo, y se dedicó a enfatizar los puntos en común entre los dos países y sus pueblos.

(Audio)

TABARÉ VÁZQUEZ
"Usted representa, señor presidente, a un pueblo que es amigo del pueblo uruguayo. Históricas relaciones amistosas unen a estos dos países, a estos dos pueblos. Relaciones firmes, respetuosas y solidarias".

Y a la hora de ejemplificar esas relaciones, Vázquez eligió dos ejemplos que calificó como muy significativos. Dos ejemplos de solidaridad del pueblo estadounidense con el pueblo uruguayo. El primero: la cantidad de compatriotas que viven en Estados Unidos, donde encontraron condiciones de vida que no tenían acá. Esta es una muestra clara "de lo que el pueblo norteamericano ha tendido como mano al pueblo uruguayo", enfatizó Vázquez. Y pasó de inmediato al segundo ejemplo: la asistencia que esta misma administración Bush le dio a Uruguay para sortear la crisis financiera del año 2002, durante el gobierno del doctor Jorge Batlle.

(Audio)

TABARÉ VÁZQUEZ

"Y el segundo ejemplo que quiero dar es, ni más ni menos, que –y los uruguayos lo recordamos muy bien– cuando nuestro país vive la crisis económica más brutal de su historia, cuando Uruguay estaba viviendo una situación económica y social realmente conmocionante y grave para nuestro país, fue precisamente vuestro país –y en particular usted, señor presidente– quien tendió la mano para ayudar a que Uruguay saliera de ese pozo en el que se encontraba y comenzara un camino de recuperación que hoy estamos tratando de consolidar".

¿Cómo respondió el presidente Bush ante tanto reconocimiento? Desde lo estrictamente personal lo resolvió con una fórmula tan sencilla como efectiva: "Me siento muy como en casa".

Yendo más a lo institucional, Bush retribuyó el agradecimiento con un elogio muy fuerte a la conducción económica del país.

(Audio, traducción)

GEORGE BUSH

"Hemos hablado del hecho de que –al menos yo he hablado, ya que el presidente es una persona muy modesta– la economía uruguaya está creciendo, se estima, al 7%. Y yo lo felicito, señor, por crear las condiciones para que la gente sienta que puede hacer inversiones. Eso impulsa la economía".

Entre agradecimientos y reconocimientos, el clima fue tan distendido que hasta hubo espacio para algo de humor tejano.

(Audio, traducción)

GEORGE BUSH

"Un lugar en el que tenemos un campo común es el respeto por los derechos humanos y la dignidad humana, el respeto por el Estado de derecho. Vemos con beneplácito una libre prensa la mayor parte del tiempo... No, no... es un chiste, todo el tiempo. Le hacemos honor a las elecciones. Uruguay es un muy fuerte ejemplo de la estabilidad que puede conllevar la democracia. Pero usted también reconoce una cosa que yo reconozco, que la democracia no se puede dar por sentada. El pueblo tiene que ver los beneficios tangibles de la misma".

Y como si todo este buen clima no hubiera sido suficiente, al caer la tarde, en la residencia del embajador estadounidense en Uruguay, Frank Baxter, Bush volvió a sorprender a los uruguayos. Frente a unas 40 personas, entre autoridades del gobierno, líderes políticos de la oposición y algunos empresarios que habían sido invitados a esta recepción, sacudió a su auditorio al decir: "Si Uruguay necesita alguna cosa sólo tiene que levantar el teléfono y pedirlo, porque cuenta con Estados Unidos".

Sobre esta acumulación de gestos del sábado pasado y, en especial, sobre la recepción en la residencia del embajador, vamos a conversar con Carlos Pauletti, periodista del Servicio Informativo de El Espectador, especializado en asuntos económicos, quien participó de esta recepción en el parque Batlle. Además, siguió muy de cerca la presencia de Bush en Uruguay y lleva años informando y analizando la relación entre Uruguay y Estados Unidos.

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Que "no pasó nada concreto en materia comercial" y que "sólo fue un cúmulo de sonrisas y anuncios de buenas intenciones" son algunos de los comentarios que se han escuchado o se han leído desde el sábado. ¿Era realista esperar mucho más de lo que se conoció en el terreno comercial y económico?

CARLOS PAULETTI:

No, no era realista esperar mucho más de lo que se conoció. Las visitas presidenciales sirven siempre, básicamente, para dos cosas. Por un lado, para poner en marcha algún tipo de relación personal entre presidentes que no se conocen. Y esas relaciones personales, en caso de ser cálidas, ayudan al posterior relacionamiento entre los gobiernos y terminan influenciando la relación entre los Estados. Puede haber relaciones más cálidas o menos cálidas también entre los Estados.

En segundo lugar, en lo estrictamente comercial, generalmente en las reuniones presidenciales se ponen en marcha procesos que luego llevan su tiempo –de acuerdo con la velocidad de cada país– para llegar a conclusiones y, en reuniones futuras, concretar alguna firma de documentos en los que se puedan plasmar acuerdos del tipo que sea. Esa es la experiencia que uno recaba tras cubrir este tipo de hechos durante algunos años.

EC - De hecho, si miramos al terreno estrictamente comercial, un dato que no podía ignorarse era que la secretaria de Comercio del gobierno de Bush ni siquiera vino, se quedó en Brasil. Ese detalle generó alguna preocupación en la delegación uruguaya, cuando se conoció en los días previos.

CP - Susan Schwab (representante comercial de Estados Unidos) está, desde hace un tiempo, abocada al tema más global de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y de la Ronda de Doha. Cuando el presidente Vázquez fue a Washington hace un año a visitar al presidente Bush, Schwab estaba viajando por Asia y Europa buscando caminos para sacar adelante la ronda global de negociaciones comerciales.

En esta oportunidad, como hubo avances muy fuertes con Brasil, aparentemente de cara a una especie de relanzamiento de las negociaciones por la Ronda de Doha, ella se quedó allí. De todos modos, de acuerdo a información previa, Schwab nunca estuvo en la lista de las personas que iban a venir a Uruguay. Pero sí vinieron funcionarios de su cartera, el United States Trade Representative (USTR), que tiene rango de Ministerio de Comercio Exterior, y también funcionarios de la Agencia Nacional de Seguridad, del Consejo Nacional de Seguridad y del Departamento de Estado, encabezados por Condoleezza Rice.

EC - ¿Entonces, cuál es el saldo?

CP - El saldo sería la apertura o la reafirmación de caminos de negociación, aparentemente, una negociación en dos planos. La primera parte es el TIFA, con la creación del Consejo de Alto Nivel, para lo cual las primeras reuniones van a tener lugar en la segunda quincena de abril y, eventualmente, el propio Consejo se va a reunir a fines de ese mes.

EC - Ese es un primer canal de negociación.

CP - Es un primer canal de negociación que apunta básicamente a todos los temas comerciales desde el punto de vista global, a los grandes temas que están en el programa de trabajo del TIFA y que, con otro nombre, también están en la negociación vía fast-track, aunque esta no lo es.

EC - ¿Cuál es la segunda vía de conversaciones?

CP - Son los temas puntuales para resolver, para lo cual Uruguay tiene un equipo técnico, en el que seguramente seguirán los mismos técnicos y los mismos ministros, con la coordinación del secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández. Los temas son la carne vacuna, ovina, arroz, arándanos, software, cítricos, lácteos, entre otros.

Esa negociación se hace porque existe el Sistema Generalizado de Preferencias, que es un mecanismo de otorgamiento de preferencias por parte de los países, en el marco de la OMC, que permite avanzar un poco más rápido que en la negociación de un acuerdo comercial global.

EC - ¿Qué puede implicar a estos efectos la relación que tejieron (o que continuaron tejiendo) Vázquez y Bush el sábado en Anchorena?

CP - Desde el punto de vista de la negociación de temas puntuales, siempre hay una decisión política en cuanto a los tiempos de las cosas. Por ejemplo, hoy o mañana llega una misión sanitaria por el tema carne ovina, que difícilmente llegaría si esta visita no se hubiera producido.

EC - ¿Qué importancia le asignas al reconocimiento que Bush hizo del crecimiento anual que tiene la economía uruguaya y la forma como esta administración está manejando lo macroeconómico?

CP - Es un reconocimiento que ha tenido lugar en otros ambientes internacionales, pero que no se había producido en una reunión de presidentes de esta magnitud. Evidentemente también hay un reconocimiento explícito a la creación del clima para las inversiones. Uruguay tiene vigente desde hace muy poco tiempo el Tratado de Protección Recíproca de Inversiones con Estados Unidos y allí se empieza a crear (condiciones para la inversión). Incluso, hubo un anuncio de una primera inversión por 20 millones de dólares de una empresa láctea de Estados Unidos en Uruguay, que se va a concretar.

Hay un primer reconocimiento internacional que hace el presidente de Estados Unidos, que es tomado por los medios y leído en buena parte del mundo, en los ámbitos donde se toman este tipo de decisiones, que tiene su importancia. Es decir, Uruguay es un país donde se pueden radicar inversiones con seguridad y con certezas. Eso tiene un impacto importante; cualquiera estuviera analizando una decisión de inversión en nuestra región lo tomaría en cuenta.

EC - La nota que The New York Times publicó esta semana, de su enviado a la estancia de Anchorena, cita a Dan Fisk –el hombre que más sabe del Cono Sur dentro del Consejo Nacional de Seguridad del gobierno Bush– que señaló: "Uruguay está eligiendo las políticas correctas".

CP - Exactamente. Es interesante el tema de la participación de la gente del Consejo Nacional de Seguridad, pero no sólo ahora sino desde el momento de la crisis de Uruguay. En Estados Unidos, a partir de los hechos del 11 de setiembre de 2001, existe una política integral exterior, y el tema de la seguridad, de la tranquilidad de ser un país sin problemas de terrorismo, con certidumbres, que respeta sus compromisos internacionales, se toma mucho en cuenta. Cuando se habla de políticas correctas, en buena medida se está hablando desde el punto de vista integral. Y cuando el presidente Bush toma la decisión de asistir a Uruguay en 2002, tiene una reunión con Condoleezza Rice (entonces asesora nacional de Seguridad) hace un análisis y le dice: "Condy, aquí hay que ayudar". Ya en las reuniones y en las negociaciones de entonces participaba gente del Consejo Nacional de Seguridad. O sea, hay una continuidad en esa política, más allá de que en el tema Irak y lo demás se pueda estar en desacuerdo.

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EC - Desde la audiencia, María, de Pocitos, dice: "Yo no voté al FA pero, para mí, Tabaré Vázquez, su esposa, los ministros, todos se merecen 10 puntos por la reunión del sábado".

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EC - Es un buen punto de apoyo para continuar nuestra charla con Carlos Pauletti.

Aquella frase de Bush padre en su encuentro con Vázquez en 1990, cuando Vázquez era intendente y Lacalle presidente: "¡Al diablo con las diferencias!", parece estar pautando el vínculo entre Tabaré Vázquez y Bush hijo. En el discurso de 1990, cuando le entregó las llaves de la ciudad, Vázquez puso cuidado en marcar distancia y señalar discrepancias con el gobierno de Estados Unidos pero Bush padre le sugirió trabajar de otra manera. Y ahora Vázquez efectivamente se inspira en aquel consejo y apela, en su contacto con Bush, a un recurso diplomático que no es nuevo para nuestro país: se evita transformar el encuentro en un cúmulo de reclamos y críticas, se prefiere pasar un buen rato juntos, aceitar las relaciones personales. Esto no es una novedad en la diplomacia uruguaya pero puede desconcertar en este caso concreto.

CP - Puede desconcertar un poco. Pero tenemos que remontarnos a la reunión del año pasado en la Casa Blanca. Esta relación personal comienza a plasmarse en esa reunión y, de manera estudiada, el presidente Vázquez buscó por algunos caminos que había identificado como los más apropiados (y aparentemente lo son), comenzar a forjar una relación de calidez. No diría de estrecha amistad, pero especial.

EC - ¿En qué estás pensando de la primera reunión, la de la Casa Blanca, que también cubriste?

CP - Estoy pensando en los instrumentos que utilizó Vázquez para buscar un acercamiento, una cierta empatía con Bush. Por ejemplo, hablar de lo que tenían en común los dos países y ellos mismos desde el punto de vista personal, con alguna broma: "Somos muy parecidos, tenemos en común que usted es de Texas y yo soy de La Teja". Por eso, Bush en Anchorena dijo: "Recuerdo que usted también es tejano". También el tema de que Vázquez acababa de ser abuelo en ese momento, el tema familiar.

Si bien Bush estudió en el noreste de Estados Unidos, en universidades muy importantes como Yale, su cultura es sureña, tejana y todavía mantiene algo de aquellos cowboys a los que jugábamos cuando éramos niños. Cuando terminó aquella reunión, en función de si iba a haber un TLC como el que Uruguay tenía con México, se dieron dos apretones de manos y le dijo "done". Como la gente de nuestro interior, que cuando se da la mano y está de acuerdo no precisa firmar papeles, el tema está liquidado. Es ese tipo de personalidad, salvando las distancias.

Vázquez buscó un acercamiento y lo logró, al punto que cuando terminó aquella reunión en la Casa Blanca Bush hizo un comentario público que me quedó mucho: "he’s a good man", ("es un buen hombre"), refiriéndose a Vázquez. Ese tipo de forma de aproximarse a una relación comenzaba a forjar lo que ahora se vio más en público.

EC - En esta ocasión Vázquez eligió apoyarse en algunos otros puntos para fortalecer ese vínculo en el plano personal, como el interés común en la pesca e invitarlo a su lugar de descanso en el campo, cosa que Bush destacó como un gesto que es sinónimo de proximidad, y que en Estados Unidos no se hace con cualquiera. El hecho de ir a la estancia presidencial le traía reminiscencias de su propio "rancho". Todo aparentemente bastante cuidado para seguir afianzando ese vínculo que, a esta altura, parece la continuación del que en su momento llamó mucho la atención entre Batlle y Bush.

CP - Exactamente. Batlle no conocía a Bush y fue en la cumbre de Québec, con la frase (respecto a lo que debería ser el ALCA): "Así como Venezuela tiene sus 14.000 o 18.000 estaciones de servicio (en Estados Unidos), nosotros queremos tener 14.000 o 18.000 carnicerías", que se empezó a forjar la relación. Y también fueron elementos personales, de afinidad, los que rodearon eso.

Y con Vázquez hay elementos comunes, ya que en algún momento mencionó que había estudiado en Houston, lo cual no es poco desde el punto de vista de que está en Texas. El año pasado, al terminar la reunión en la Casa Blanca, tuve la chance de preguntar (cuando me llevaban en el aire los amigos del Servicio Secreto) por qué Bush no venía a Uruguay. Y Vázquez respondió: "No se preocupe, va a venir a pescar con nosotros a Uruguay". Y vino a pescar a Uruguay y a hacer otras cosas.

Estas cosas no son nuevas en la diplomacia uruguaya, los presidentes siempre han buscado tener relaciones personales correctas y hasta de calidez con sus contrapartes.

EC - Se los vio muy cómodos, muy próximos en la estancia de Anchorena el sábado. Se los escuchó decir frases, elogios, reconocimientos que apuntaban a fortalecer esa relación. No fue menor el agradecimiento del doctor Tabaré Vázquez (que en 2002 era líder de la izquierda en la oposición) a la ayuda de Bush cuando la crisis financiera de nuestro país.

Y todo esto tuvo, en la tarde, un nuevo impacto en la residencia del embajador Frank Baxter, cuando ante unas 50 personas, Bush dijo que siempre lo pueden llamar por teléfono si Uruguay tiene algún problema. ¿Qué comentó la gente que estaba allí a propósito de esa disposición?

CP - Las calificaciones fueron desde que fue un mensaje muy fuerte de apoyo a Uruguay, hasta que fue un mensaje muy optimista que abre caminos para esas negociaciones y ese estrechamiento de relaciones que se busca entre los dos estados.

La frase vino a propósito de ese reconocimiento público que había hecho Vázquez a la ayuda y la actitud del presidente Bush en 2002. Bush se refería a eso: "Así como le dije esta mañana al presidente, les digo a todos ustedes que si Uruguay tiene alguna dificultad, algún problema, no dude, que levante el teléfono y me llame porque cuenta con Estados Unidos y conmigo". Esto hizo un impacto muy fuerte entre todos los asistentes con los cuales pudimos conversar. Un mensaje de tanta fuerza no es demasiado habitual a estos niveles y en estos ámbitos.

EC - Sobre todo, teniendo en cuenta que el presidente de Uruguay ya no es Jorge Batlle; ya no es aquel presidente colorado que le pidió una mano, a la que él accedió en 2002. Es un presidente de izquierda.

CP - En los días previos a la visita hubo múltiples declaraciones de funcionarios de la Casa Blanca, del Departamento de Estado, de Thomas Shannon, encargado de las Relaciones Hemisféricas en la Casa Blanca, con respecto a los gobiernos de los distintos países de América Latina a los que se iba a visitar.

"Estamos trabajando y podemos trabajar perfectamente pese a las diferencias que podemos tener con gobiernos como el de Uruguay. Sabemos que en una época estuvimos enfrentados, que con los ex guerrilleros tupamaros tuvimos problemas, pero están en el gobierno. Las relaciones son con los estados, hay una muy buena relación entre los presidentes; se trata de cuestiones de Estado, no de cuestiones ideológicas o políticas que puedan interferir en el relacionamiento", aseguró el funcionario estadounidense.