Bonomi: mercados desarrollados presionan para una mayor protección laboral
La competencia desleal de países con menores costos laborales, como China, lleva a que las potencias exijan el respeto a los trabajadores en los países con los que comercian. Según el ministro de Trabajo, Eduardo Bonomi, esto hace que la legislación en temas como las tercerizaciones o el fuero sindical sea más dura en la región que en Uruguay. Agregó que sus asesores han confirmado que los TLC con Esados Unidos fueron beneficiosos para los trabajadores de los países que los firmaron.
(Emitido a las 8.50)
EMILIANO COTELO:
"Bonomi: un TLC traería mayor protección para los trabajadores", es uno de los título que se puede encontrar en la prensa al recorrerla esta mañana. Ese es el caos de La República pero El Observador, por ejemplo, titula con que "Bonomi reivindica los acuerdos comerciales con Estados Unidos (El Observador).
La nota de La República dice que el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Bonomi, consideró que "un eventual tratado de libre comercio tendrá como impacto en las relaciones laborales de empleo una mayor protección a los trabajadores en sus derechos sindicales, por ejemplo fuero y libertad sindical, debido a la exigencia de los compradores. Yo comenté que cuando se discutía un TLC en Chile, Ecuador, Colombia y Perú siempre existía una Comisión de Relaciones Laborales, y nosotros en el ministerio tenemos que integrar la comisión del TIFA al respecto. Averiguamos lo que ha pasado en otros países y es una exigencia que haya mayor protección a los trabajadores, sostuvo Bonomi al término de la Comisión de Legislación del Trabajo de Diputados. Puntualizó que esto es así porque los trabajadores norteamericanos se protegen contra la entrada de productos elaborados o realizados con trabajo esclavo o de trabajadores que no están suficientemente protegidos. Eso siempre implica un costo menor para el empresario, por lo tanto si no se cumplen normativas que funcionan a nivel mundial este tipo de producción va contra los trabajadores norteamericanos. Por otra parte los trabajadores norteamericanos se expresan muchas veces a través del Partido Demócrata, que no aprueba esos tratados si no tienen un capítulo de derechos laborales que se basan en una mayor protección a los trabajadores. Otro elemento que incide es que los compradores de productos en países como el nuestro exigen un buen trato de los trabajadores, sobre todo lo exigen los compradores de productos que van directo al consumo final, porque entienden que el descontento de los trabajadores puede expresarse de distintas formas, y una de ellas es a través de la mala calidad del producto".
Estamos con el ministro de Trabajo, Eduardo Bonomi.
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Ministro Bonomi, la consulta básica es cómo hay que interpretar estas declaraciones suyas, el hecho de que usted destaque las consecuencias positivas de un TLC en materia de normativa laboral. ¿Implica que usted comparte el camino de un TLC?
EDUARDO BONOMI:
No implica necesariamente eso, implica que en la Comisión de Legislación Laboral, donde hablamos de estas cosas, hablamos de lo que vamos a hacer en el ministerio en este año y las tareas que tenemos por delante. Una de ellas es integrar la Comisión de Relaciones Laborales del TIFA. Comentamos que consultamos laboralistas muy buenos y de mucha trayectoria internacional (aunque son uruguayos), y nos comentaban qué había pasado en esos países. No podemos deformar la realidad, informamos sobre lo que sucede, no sobre lo que nos gustaría que sucediera para poder oponernos mejor. Las cosas son como son y uno las analiza como son.
Dijimos eso y al salir de la comisión los periodistas nos preguntaron (porque algún legislador les había informado lo que habíamos opinado) si era beneficioso, y yo dije esas dos frases que usted citó, que creo que son textuales pero son referidas a cosas distintas. Una se refiere a la experiencia de las comisiones de relaciones laborales en los TLC que se han firmado con otros países.
La otra no se refiere a ningún TLC, se refiere a algo que pasa ahora en Uruguay con empresas que venden al consumidor final, que exportan para el consumidor final. Estas empresas son controladas por sus clientes en cuanto al trato que brindan a sus trabajadores, porque entienden que el malestar de los trabajadores se expresa de distintas formas y una de ellas, si no se expresa de otra, puede ser en el producto. Eso no tiene nada que ver con un TLC, es una realidad comercial hoy.
Nos preguntaron si eso quería decir si estaba de acuerdo en que sería beneficioso. No respondí si estaba de acuerdo o no ni si era beneficioso o no, respondí que en Uruguay no necesitamos presiones para defender a los trabajadores. Para proteger a los trabajadores se necesita conciencia de esa necesidad entre los que elaboran las leyes y entre los que tenemos la obligación de aplicarlas, y que eso es beneficioso para los trabajadores, para los empresarios y para toda la sociedad. No entré en ese tema.
EC - En todo caso parece claro que para usted un TLC no implica consecuencias negativas en materia de relaciones laborales para el país que firma ese acuerdo con Estados Unidos.
EB - Esa fue nuestra consulta.
EC - Consecuencias negativas no, por ejemplo no se requieren medidas como algunas que el movimiento sindical uruguayo ha rechazado en distintas ocasiones, lo que se llama flexibilización.
EB - No; justamente, esa era nuestra consulta a laboralistas, y la respuesta fue la que acabo de decir. Es más, dije esto porque muchas veces cuando discutimos fueros sindicales, cuando discutimos la ley de tercerizaciones se dice "Uruguay va por el mal camino, hay que seguir el camino chileno". Entonces yo comentaba que en Chile han aprobado una ley de fueros, que está en vigencia ahora, que es más dura que la nuestra. Además, aprobaron en octubre del año pasado, y reglamentaron este año, una ley de tercerizaciones más dura que la nuestra. Esa suerte de Derecho comparado que se quería hacer cuando impulsábamos determinadas leyes en este momento ya no se hace. Cuando yo señalo esto algunos empresarios me dicen "no nos interesa el Derecho comparado", y yo digo, que ahora no interesa, hace un año, un año y medio se comparaba permanentemente con Chile; con Chile, con Argentina y con Brasil, porque las leyes de tercerizaciones de los tres países son más duras que la nuestra.
¿Por qué sucede eso ahora? Porque hay presiones internacionales hacia una mayor protección de los trabajadores porque en Estados Unidos tienen el problema (que también tenemos nosotros) de la competencia china, de la competencia de los elaborados por trabajadores que reciben salarios bajísimos, que tienen otros niveles de consumo, que tienen otros niveles de organización sindical. Entonces quienes tienen mayores niveles de consumo y mayor nivel de organización sindical exigen que a los productos que entren a sus países no se les abaraten los costos por lo que cobran o por lo que se les prohíbe hacer a los trabajadores que los producen. Se establecen estos niveles de protección que inciden posteriormente en presiones hacia otros países. Ese fue el tenor de mi intervención. Muchas veces se atribuyen intenciones que surgen de no discutir objetivamente.
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Edición: Mauricio Erramuspe