Entrevistas

Volonté: Bielsa está confundido y olvidado

El ex canciller argentino Rafael Bielsa "está confundido y olvidado", dijo Alberto Volonté quien era embajador en Argentina durante el gobierno de Jorge Batlle. Entonces, participó de la reunión en Anchorena a la que aludió Bielsa al decir que el conflicto por las plantas de celulosa "comenzó por una mentira" de aquel gobierno uruguayo.

(Emitido a las 7.38)

EMILIANO COTELO:
"El conflicto por las papeleras empezó por una mentira". Este titular aparecía ayer en LaNacion.com, el sitio en internet del diario La Nación, de Buenos Aires.

"El ex canciller Bielsa describió a LaNacion.com la reunión en la que el ex presidente uruguayo Batlle se comprometió con Kirchner a no autorizar las pasteras de manera unilateral", era el complemento del título.

Luego la nota comenzaba diciendo: "Pese a los meses que hace que está alejado de la Cancillería y de los asuntos exteriores de la Argentina, Rafael Bielsa vive el conflicto por las papeleras con obsesión. Registra cada detalle de lo ocurrido en la controversia con Uruguay en su memoria y está dispuesto a reconstruirlo.

En diálogo con LaNacion.com, relató los detalles del encuentro en el que el ex presidente uruguayo Jorge Batlle y Néstor Kirchner habrían acordado ‘no innovar’ en el tema pasteras sin acuerdo conjunto previo y el comentado acuerdo verbal entre él y su par, el entonces canciller Didier Opertti sobre la instalación de las pasteras".

Primera pregunta: "¿Cómo se resuelve el conflicto por las papeleras?".

Contesta Bielsa: "Es un conflicto muy complejo. Yo fui testigo de una reunión que tuvo lugar el 9 de octubre de 2003 en la Estancia Anchorena el día que Kirchner le pidió a Jorge Batlle [entonces presidente de Uruguay] que su país no tomara decisiones vinculadas con las pasteras sin cumplir con el estatuto del Río Uruguay. La respuesta del presidente Batlle fue: ‘Absolutamente, podés contar con eso’. Ese mismo día, Batlle había firmado, antes de hablar con Kirchner, el decreto que autorizaba la construcción de ENCE. Cuando en un conflicto hay un interlocutor que empieza así...".

El periodista interrumpe: "¿Entonces el origen del conflicto está en una supuesta mentira de Batlle a Kirchner?".

Bielsa impide que termine y responde: "Esto no es una supuesta mentira. Esto es una mentira. Y está registrado mediáticamente, fue publicado. No es que solamente yo lo oí. Esto demuestra que no hemos empezado bien. Si se toma en cuenta que el presidente Tabaré Vázquez se comprometió a iniciar una ronda de negociaciones en Chile [en marzo de 2006], que llega a Montevideo e incumple con su palabra, si se toma en cuenta un discurso [de Vázquez] dado en 2004, que tengo grabado en mi computadora, donde dice que las papeleras son un negocio del norte para polucionar los países del sur, y cuando llega al gobierno hace lo que hace. Entonces es muy complicado resolver, porque hace falta un interlocutor con voluntad de acordar".

Estamos con el doctor Alberto Volonté, a quien convocamos esta mañana porque cuando se produce aquella reunión en Anchorena de la que habla el ex canciller Bielsa, el 9 de octubre de 2003, era el embajador uruguayo ante la República Argentina.

***

Doctor Volonté, usted participó en esa reunión en Anchorena, fue uno de los testigos de las conversaciones Kirchner-Batlle.

ALBERTO VOLONTÉ:
Sí, participé, fui testigo, concurrí a esa reunión. Recuerdo que fui el único embajador porque por razones que ignoro el embajador Hernán Patiño Meyer no concurrió, como es lo habitual, que los embajadores concurran. Pero yo sí estuve allí, participé en el encuentro de los presidentes Batlle y Kirchner con la presencia del canciller Bielsa y el del canciller uruguayo, y también del vicepresidente de la República en aquel tiempo, Luis Hierro.

EC - Ya hicimos con un usted una entrevista hace un tiempo a propósito de todo este proceso de las plantas de celulosa. Recuerdo que en particular hablamos de esta reunión en Anchorena; recordemos ahora qué fue lo que se trató allí, qué temas estuvieron sobre la mesa.

AV - El tema que ocupó más espacio, sin duda, fue la desaparición de la nuera del poeta argentino Juan Gelman y cómo se podía conciliar la legislación uruguaya que en ese momento estaba en plena vigencia y sigue estándolo hoy (la ley de caducidad) con el interés argentino de encontrar los restos de la nieta del poeta argentino. Ese fue el tema central. Se habló de muchos otros, recuerdo que se habló del puente Colonia-Buenos Aires, que en ese tiempo ambos gobiernos estaban de acuerdo en construir.

Por tanto el tema de las fábricas de celulosa, si bien ocupó espacio, fue un poco encargado por parte de los presidentes a los dos cancilleres. Ese tema se trató más por los cancilleres en la conferencia de prensa posterior. A su vez marcaron una línea de acuerdo que cumplieron estrictamente, línea de acuerdo que empezó ese 9 de octubre del año 2003 y culminó el 15 de mayo del año 2004, cuando se firmó un acto. Veo que el ex canciller Bielsa está muy olvidado y seguramente confundido, creo que está en un momento de gran confusión, no recuerda las cosas fundamentales.

EC - ¿Qué pasó exactamente? Vayamos a uno de los puntos que señala Bielsa. Señala que en la Estancia Anchorena Kirchner le pidió a Batlle que su país no tomara decisiones vinculadas con las pasteras sin cumplir con el Estatuto del Río Uruguay, y la respuesta del presidente Batlle fue "absolutamente, podés contar con eso". ¿Hasta allí vamos bien?

AV - No, no fue así. Estaba muy bien informado el presidente argentino de que la legislación interna uruguaya en materia de exigencias ambientales era muy buena, y le dijo: "Descuento que como ustedes tienen una buena legislación interna, la misma al aplicarse va a dar garantías de que se va a mantener la buena calidad, el estándar ambiental que todos queremos". A lo que el doctor Jorge Batlle dijo: "De más está decir que seremos rigurosos y estrictos".

Y vaya si lo fue Uruguay cuando a veces se quejaban las empresas que solicitaban permisos de que las exigencias del Ministerio de Vivienda y Medio Ambiente eran excesivas en materia de cumplimiento ambiental.

De manera que no hubo compromiso porque nadie puede comprometerse a cumplir una ley, los presidentes las cumplen, no tienen que comprometerse. Sí aseguraron, lo aseguró Batlle, que Uruguay, que era un país muy jugado a defender su ambiente y que tenía su legislación de primer nivel internacional, iba a garantizar el espacio ambiental sobre el río Uruguay y en las aguas del río, dando cumplimiento estricto a la ley interna.

EC - En cuanto al cumplimiento de lo que establece el Estatuto del Río Uruguay, ¿qué se dijo en esa reunión?

AV - Prácticamente no se dijo nada porque se les encargó a los cancilleres que a partir de ese 9 de octubre siguieran la línea de negociación, y que esa línea de negociación terminara en un acta en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), léase Tratado del Río Uruguay. Como el acta se firmó el 15 de mayo de 2004, queda claro que ambos presidentes, el uruguayo y el argentino, Batlle y Kirchner, cumplieron los dos lo que habían dicho.

EC - Bielsa dice que hubo una mentira porque Batlle se comprometió a tomar decisiones sobre las pasteras en el marco del Estatuto del Río Uruguay y ese mismo día, antes de la reunión con Kirchner, había firmado el decreto que autorizaba la construcción de ENCE.

AV - ¡Ay, qué confusión tiene Bielsa, está confundido!

EC - Para empezar hay un problema de fechas, porque según veía en declaraciones que hace hoy el ex vicepresidente Luis Hierro, el decreto en cuestión en realidad fue firmado el 9 de marzo de ese año, bastante antes.

AV - Pero aparte de que haya un problema de fechas, Bielsa está muy confundido, terriblemente olvidado, lo lamento. Recuerdo que en la reunión del 1 de marzo del año 2004 ambos cancilleres acordaron una serie de etapas que después cumplieron, y entre esas etapas el canciller uruguayo, doctor Didier Opertti, le dijo: "Está pendiente la autorización de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA)", autorización ambiental previa, que será una resolución del Poder Ejecutivo. Es un trámite administrativo y de rigor. Por supuesto, eso sigue en marcha y eso no enerva el compromiso de terminar todo esto en la CARU. Son cosas totalmente diferentes.

Si me permite, voy a leer lo que textualmente dijo Rafael Bielsa al terminar la reunión presidencial el 9 de octubre de 2003, junto con los presidentes.

Bielsa dijo así: "El gobierno argentino no se opone a la construcción de la planta. Por el contrario, nos parece muy bien como generación de puestos de trabajo. Pero esperamos que se cumplan todas las garantías y la legislación vigente en ambos países sobre protección del medio ambiente". Por tanto no se refirió a la legislación internacional, vale decir al Tratado del Río Uruguay. Ese día Bielsa, en ese mediodía, sobre las 2 de la tarde, en conferencia de prensa (está grabado y está escrito), dijo claramente: "No nos vamos a oponer, no se opone el gobierno argentino a la construcción de la planta". Lo único que pidió (si le tendría fe a la legislación uruguaya) fue que Uruguay aplicara su "excelente legislación en materia de medio ambiente". Esta es la verdad, esos son los hechos.

EC - Esta discusión que se genera mediáticamente entre ayer y hoy puede permitir terminar de aclarar un punto que cada tanto reaparece en este largo conflicto: cuál es la responsabilidad de Uruguay, en qué medida se violó o no el Tratado del Río Uruguay. Me interesa que usted detalle eso que ya mencionó sobre cómo continuaron los contactos entre los dos países después de aquella cumbre de Anchorena. ¿Qué documentos se firmaron en 2004?

AV - Lo que hicieron los cancilleres puntualmente fue cumplir aquello que los presidentes los instruyeron. La secuencia fue la siguiente.

El 12 de febrero del año 2004 hubo una cumbre diplomática en la que se resolvió que el tema de la fábrica de celulosa fuera tratado directamente por los dos cancilleres; los dos cancilleres se reunieron el 1 de marzo de 2004 en el Palacio San Martín y resolvieron labrar un acta (fue trabajoso, se hicieron varios borradores para esa acta) que se firmó el 15 de mayo en Paysandú mismo, en la sede de la CARU. En el medio hubo una reunión importantísima, el canciller Bielsa viajó a Uruguay y almorzó con el presidente Batlle y el canciller Opertti (yo también estuve en ese almuerzo, era mi obligación, era embajador en aquel tiempo), y cuando hablaron nuevamente del tema plantas de celulosa Bielsa le dijo a Batlle: "Quede tranquilo, presidente. Está todo muy bien encaminado. Es más: hemos resuelto con Didier (así le dijo, familiar y amistosamente) que nuestros directores de Política, vayan haciendo borradores de esa acta que firmaremos entre fines de abril y mediados de mayo". Me tocó a mí ver más de un borrador y tener que tramitarlo entre una y otra de las partes.

EC - Bielsa dice que él no firmó nada.

AV - Claro que no firmó, tampoco firmó Opertti, porque el acta del 15 de mayo de 2004 fue firmada por las delegaciones acreditadas, la uruguaya y la argentina, ante la CARU. No firmó porque no tenía que firmar, porque lo que hicieron los cancilleres por orden de los presidentes fue mantener todo dentro del espacio jurídico del Tratado del Río Uruguay, que es la CARU. Ahí se firmó. No firmaron los cancilleres porque tenían que firmar las delegaciones, cinco miembros por cada país.

EC - ¿Este acuerdo es el que luego es aludido en el mensaje del presidente Néstor Kirchner al Congreso de la Nación en marzo de 2005?

AV - Así es, este acuerdo fue la base para que el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, preparara en el verano de 2005 el informe que después hizo suyo el presidente Néstor Kirchner. Allí, sobre la base de aquel acuerdo y aquella acta firmada por las respectivas delegaciones, el presidente argentino se dirigió al Congreso y a la Nación dando todas las tranquilidades de que Uruguay había hecho bien las cosas, de que no había conflicto de ningún tipo. Y ya se hablaba en aquella acta del 15 de mayo de 2004 de hacer el monitoreo conjunto.

EC - Todo esto estaba referido a la planta de ENCE. La planta de Botnia vino después.

AV - Por supuesto que vino después, pero debo recordar que cuando el presidente Néstor Kirchner está terminando de elaborar su discurso a la Nación y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, haciendo su informe en el verano de 2005, ya tenían marcha activa el desarrollo y las autorizaciones de la planta de Botnia. El gobierno argentino estaba informado por quien habla como embajador y por el embajador de Finlandia en Argentina, que era concurrente en Uruguay (persona de mi amistad, con quien me reunía muy seguido) y que desde fines del año 2003 informaba a la cancillería argentina de lo que una empresa finlandesa iba a realizar en Uruguay. Por mi parte daba la información pertinente y las delegaciones en la comisión de la CARU intercambiaban ideas. De manera que cuando el presidente dijo su discurso, cuando Alberto Fernández preparó su informe, tenían claro conocimiento de que Botnia iba a instalar una segunda planta.

Posteriormente se resolvió sacar el tema de los canales de la CARU, con la creación de una comisión ad hoc a partir del 5 de mayo de 2005. Eso puede haber formado parte de confusiones y equívocos, cambiar un procedimiento que a mi juicio estaba muy bien encaminado, documentado, con actas firmadas y con la aprobación política del presidente Kirchner y del jefe de Gabinete Alberto Fernández, con las expresiones a las que usted se refiere en ese verano y principios de otoño de 2005.

------------
Edición: Mauricio Erramuspe