El diputado del Foro Batllista Washington Abdala es, oficialmente, el primer precandidato presidencial colorado.

Abdala se lanza en la interna colorada

El diputado del Foro Batllista Washington Abdala es, oficialmente, el primer precandidato presidencial colorado. Hay otros en la contienda, dentro y fuera de su sector, y él afirma que peleará el espacio socialdemócrata. Dice que Bordaberry tendrá que definir sus "asientos filosóficos" y que con los demás postulantes foristas deberán diferenciar perfiles personales.

(Emitido a las 8.55)

EMILIANO COTELO:
"Esta es no es la hora de los especuladores, sino de aquellos que se la juegan; y yo me la vengo a jugar por el batllismo y a ponerme el Partido Colorado al hombro".

Así largó Washington Abdala su carrera hacia la elección de 2009.

Una carrera larga, porque todavía faltan más de dos años y medio para la próxima elección presidencial.
Una carrera compleja porque hay mucho para "ponerse al hombro"; por lo pronto hay que revertir la peor derrota electoral en la historia del Partido Colorado.
 
Y si la carrera es compleja, el momento para iniciarla no lo es menos. Su partido está en el centro de otra tormenta producto del pedido de procesamiento del senador y ex director de OSE, Juan Justo Amaro.

Les propongo esta mañana conversar sobre estos temas con quien es el primer pre candidato que se ha postulado a la presidencia por el Partido Colorado,  el actual diputado por el Foro Batllista, doctor Washington Abdala.

***

Doctor Abdala... ¿o tengo que decir "Turco" Abdala?

WASHINGTON ABDALA:
Como quiera... Usted tiene la libertad para manejarse como quiera.

EC -  En los comunicados, en los mensajes que por distintas vías usted hace llegar a los medios de comunicación y supongo que también a sus seguidores, se presenta a sí mismo de manera recurrente como "el Turco". ¿Estamos ante una especie de marca que usted busca imponer?

WA - No, estamos ante una especie de apodo con el que vengo cargando hace 47 años... (risas)

EC - Pero no es regla un dirigente político utilice el apodo en su difusión pública.

WA - Usted algo me conoce desde hace un tiempo en la vida política y sabe que en general todo el mundo me llama de esa forma. En realidad es una manera coloquial de llamarme. Yo creo que algunos lo han dicho en la sesión del Parlamento, es una forma de como se conoce a la gente. No es de repente muy normal...

El weblog nuestro está con el título "el Turco" porque ahí efectivamente se busca una comunicación un poco más coloquial. En esos instrumentos si no llegás a un terreno más o menos de diálogo coloquial no podés construir nada. No podés plantear el "doctor Washington Abdala"... No funcionaría. En ese sentido sí se busca una cosa más coloquial. Pasa que la política se ha complejizado tanto, son tantos los terrenos donde tenés que dar la batalla para poder comunicarte con la gente que en cada uno tenés que poner una cuota de talento.

EC - Eso en cuanto a la forma. ¿Qué espacio cree que va a ocupar con su precandidatura en cuanto a los contenidos en el Partido Colorado?

WA - Cuando tomás una decisión como la que yo tomé de decir delante de una asamblea colorada y en la sala de la Convención del partido que efectivamente estás dispuesto a librar la batalla por la candidatura presidencial y que querés ponerte el Partido Colorado al hombro, no es improvisado. Es una decisión que efectivamente maduraste.

Yo realmente siento que este es el peor momento de la vida colorado y que es un momento de tanta dificultad que lo peor que se podía hacer era especular, mirar con sentido muy individual y decir "a ver cómo se sale bien en lo personal". Yo no soy ese tipo de personas, en realidad siento que soy un tipo que tiene un coraje interior para hacer cosas importantes por causas nobles. Tanto la vida del país como la vida del partido me interesan muchísimo y siento que el instrumento para dar cosas a la vida del país es el Partido Colorado.

Entonces, ¿está muy mal el Partido Colorado? Sí, efectivamente, viene de una paliza electoral como nunca en la historia y me parecía que lo mejor era hablarle sin pelos en la lengua a la gente. Decirle: "miren, estoy acá, dispuesto a poner lo mejor de mí, la mayor capacidad de empuje, de garra, de talento, mi equipo de gente no viene pensando el país desde hace un día". Por ahí...

EC - ¿No es demasiado temprano?

WA – No lo sería si el Partido Colorado estuviera muy bien. Pero como el Partido Colorado tiene que recorrer un camino de recuperación electoral muy importante, diría que hasta puede faltar tiempo. Creo que no.

EC – Esa es una lectura. La otra es: "ya están preocupados por lo electoral, por qué no se dedican a los asuntos del país, a ejercer la oposición de la manera más constructiva posible". En fin, ese tipo de lecturas también pueden existir.

WA – Lo cual no implica que no sean concomitantes ambas cosas. En realidad, el gobierno también cuando actúa en su función de gobierno debe estar pensando supongo en tener un proyecto continuista como el Partido Nacional, como primera fuerza de la oposición, también debe pensar cuando ejerce el contralor opositor en alcanzar el gobierno. En nuestro caso también. Hacés una actuación de rango parlamentario, con aspectos a veces proactivos, útiles a lo que puede llegar una iniciativa en conjunto con los legisladores del gobierno, y en otros casos hacés el contralor que también te mandata la Constitución. Esto no impide que pares al partido político en la cancha.

Si estuvieras muy fuerte, capaz que podés darte el lujo de ciertas inercias, pero tenés que hacer un esfuerzo de reorganización.

Creo que la última vez que estuve contigo acá hablábamos de la reorganización interna del Partido Colorado. Ese es un esfuerzo que se ha hecho durante dos años y viene concretando algunos resultados en los próximos meses.

EC – Yo preguntaba recién cuál es el espacio que viene a ocupar la precandidatura de Washington Abdala en el Partido Colorado. ¿Cuáles son los ingredientes de esta oferta?

WA – Siento que mi vector ideológico, mi forma de razonar la política va sobre un eje socialdemócrata. No tengo una mirada en la que el Estado tiene que desaparecer pero tampoco tengo una mirada ultrapetita, si querés, de la presencia del Estado en cuanto ámbito está.

Inclusive, en esa jornada de lanzamiento de esta vocación por darle una mano al partido y al país, planteé cuatro o cinco temas. Uno tiene que ver con el regionalismo abierto, la inserción internacional del Uruguay, por dónde tendría que ir. No estoy en la teoría del Uruguay como país asociado al Mercosur. Me parece que sí hay que replantear el formato del Mercosur pero de una manera distinta. Salto al tema educativo donde el partido en esto me puede generar algún nivel de fricción interno pero creo que debe tener una mirada a dos puntas. Una mirada más centralista, con una idea de mayor planificación pero a la vez plantear la posibilidad de que haya estándares mínimos básicos en el sistema educativo y dar libertad para que haya innovación y creatividad a los efectos de que se pueda actuar tanto en los establecimientos públicos como privados. Me parece que podés ambientar un espacio de libertad con una línea de planificación.

Por ejemplo en materia energética planteé también que en el capítulo de la generación ya es medio evidente que la presencia del sector privado tiene que estar. No en transmisión porque me parece que en eso y en la distribución hay un planteo más de bien rango social.

Toco estos tres temas para decir que vengo pensando, junto a un grupo de gente, ciertas ideas en torno al país. Yo no quiero aparecer en escena, cuando uno pretende estar y ganar una carrera presidencial, como un individuo improvisado porque yo no soy un producto cosmético ni del marketing político. Francamente no lo soy, en la coincidencia o en la discrepancia llevo muchos años en la vida de la política del Uruguay. Llega un punto en el que buenamente explotás y decís: "este es un tiempo donde yo tengo cosas para decir, que son estrictamente mías, que vienen de una construcción partidaria de donde estoy yo, pero que tienen un componente individual muy importante".

EC – ¿Hay que entender entonces que el diputado Abdala va a defender el espacio socialdemócrata del Partido Colorado?

WA – Claro, claro.

EC – Probablemente, lo haga junto a otros nombres que van a surgir del propio Foro Batllista. Luis Hierro, que se maneja como otro precandidato, va a andar en la misma cancha.

WA – Tenemos una sintonía de frecuencia parecido pero probablemente luego pienso yo la gente podrá mirar las personas, las características individuales de cada uno y, eventualmente, dónde ponen los acentos. Porque podés tener una perspectiva socialdemócrata pero luego en ese prisma ideológico-filosófico pones los acentos en tal o cual cosa. Y eso hace también a la construcción de lo que la gente puede mirar como más atractivo o menos atractivo.

***

EC – Usted definía nítidamente el espacio donde quería colocarse como la socialdemocracia...

WA – O una matriz socialdemócrata, quizás no tenga una categoría cerrada.

EC - ¿Cómo observa a los otros nombres y corrientes que se van insinuando? Por un lado está la Lista 15, un sector ya tradicional, está la Unión Colorada y Batllista de Alberto Iglesias, que también tiene su anclaje en el Pachequismo... ¿Qué es Pedro Bordaberry que aparece como un desafiante fuerte?

WA – No es una frase marquetinera pero yo no compito con los demás trato de competir conmigo mismo...

EC – Lo dijo en el discurso en la Casa del Partido Colorado. ¿Qué quiere decir eso?

WA – Cuando tu estás en un escenario de elección interna tenés que tener un gran respeto por el resto de los compañeros que están en esa contienda o que supuestamente van a estar: Entonces, hacés el esfuerzo para que lo tuyo tenga el máximo nivel de impacto y el mayor nivel de enganche. Yo no voy a entrar en colisión con nadie porque me parece que dañino y que para la vida de la política eso es malo. Esa es la vieja política mal entendida, cuando entrás en una fricción permanente de sector con sector, intrasector... Creo que a la gente le produce un nivel de rechazo muy grande. Esto no quiere decir que no tengas perfiles distintos.

Con la 15 tengo claro que es un grupo político que tiene una perspectiva más afincada en una visión liberal. Es evidente que ahí tenemos algún punto de disenso. Si miras algunas de las visiones filosóficas de la histórica Lista 15 y es un dato que ellos tienen una mirada más de repliegue del aparato del Estado en algunas áreas en las que yo, que vengo del Foro, y soy del Foro y tenemos una visión socialdemócrata, es algo distinto.

EC - ¿Y Pedro Bordaberry qué representa, él se fue de la 15?

WA – Bueno, va a ser él que tendrá que definir el formato ideológico. En la medida en que está en la construcción de un espacio nuevo, supongo que es él el que tendrá que ir definiendo cuáles son sus asientos filosóficos. Esa es la verdad.

EC - ¿No lo ve claro todavía?

WA – Creo que él no ha estado todavía en una definición nítida de su perfil ideológico. Hay que darle tiempo, todos los actores van entrando en la cancha y en alguna medida se van mostrando. Esto puede ser un atentado contra alguna gente, de repente algunos amigos blancos que aprecio mucho, pero yo solamente fui una sola vez al hipódromo, me pareció fantástico este nuevo hipódromo, pero en la carrera, cuando largan los pingos, los muestran... Y bueno acá se tienen que ir mostrando los pingos, los vas variando, y después se ponen en las gateras los que van llegando.

EC - ¿Y la Tercera Vía qué es?

WA – Supongo que es también un espacio de relevo, de una mirada nueva. Ahí hay una combinación de distintas individualidades que ojalá puedan hacer un aporte interesante en la vida del partido.

EC – ¿Compitiendo en un espacio parecido al suyo?

WA – Yo no lo sé. Tampoco tengo muy claro, con todo respeto, cómo se van a hacer las presentaciones finales de los distintos grupos, la verdad es que no lo sé.

EC - Y en el caso de Abdala, ¿llegó la hora de desmarcarse de la figura de Julio María Sanguinetti?

WA – No, no se trata de desmarcarse.

EC – Lo pregunto porque Sanguinetti no concurrió al acto de lanzamiento de la candidatura el miércoles 28 de marzo en la Casa del Partido Colorado.

WA – Estaba en Europa.

EC – Bueno, está bien, pero es sugestivo que usted haya elegido una fecha justo cuando Sanguinetti no estaba en el país, cuando faltan dos años y medio para las elecciones.

WA – No.

EC - ¿A usted le servía ese vacío en el acto?

WA – No, no, para nada. No se trata de eso, al contrario. Se trata primero de que esa fue una situación estrictamente de casualidad porque la fecha la prefijamos y luego nos enteramos de que el doctor Sanguinetti no estaba en el país. O sea que lo último que hubo fue mala intención, si usted quiere. Lejos estoy yo de tener ese tipo de pensamientos.

En lo que tiene que ver si yo empiezo a ser ya no el soldado sino un dirigente con individualidad... si en eso sí. Es una búsqueda natural que tenemos que tener y eso no implica para nada desconocer el volumen, el peso, lo que significa el doctor Sanguinetti como referente no sólo en lo partidario sino en la vida del país.

EC – Su imagen está muy asociada a esa expresión: "el soldado". Usted la lanzó en su momento, era "el soldado" de Sanguinetti...

WA – El "soldado del Foro Batllista". De acuerdo. Alguna gente me lo objetó en algún momento, me dijo si no habrá significado una actitud que me pudo haber devaluado. Yo en realidad sentí que cuando uno juega con lealtad a una causa, a un partido, a ideas, no era así. Lo vi como un acto de lealtad y me parece que es bueno tener lealtad y convicción. No ser una especie de mutante, de sector a sector, y de partido, para un lado y para el otro.

Yo vivo la vida política con una gran convicción y sentí que en ese momento así había que actuar en política. Hoy siento que tengo que ser yo mismo. Hoy siento que la única manera de comunicarme con la gente es dejar de tener un papel en el colectivo para pasar a tener un papel de individualidad que dice sus pensamientos.

EC - ¿Qué lugar va a ocupar la figura, el nombre, de Julio María Sanguinetti en su campaña electoral?

WA – Es que el doctor Sanguinetti es un referente imprescindible del Partido Colorado y usted se imagina que tiene que estar en todo lo que es la elaboración del pensamiento filosófico nuestro. Él ha estado trabajando en los últimos tiempos en esta tarea, ha dicho insistentemente que quiere seguir dando una mano en ese capítulo de la vida del Uruguay y del partido. A mí me parece una muy buena tarea.

EC – Pero la pregunta era si en su campaña figurará Sanguinetti como imagen, como
apoyo.

WA – Pero escuche, yo soy un hombre del Partido Colorado y del Batllismo, vengo del grupo del doctor Sanguinetti. ¿Cómo voy a rechazar la imagen del doctor Sanguinetti? Lo que pasa es que cuando usted juega en primera y quiere ser presidente de la República, inevitablemente tiene que ser usted y sólo usted. Eso es lo que la gente le va a plantear.

***

EC – Usted ha planteado como uno de los pilares de su discurso una autocrítica severa a la actuación del Partido Colorado en los últimos años. ¿Esa autocrítica incluye solo el accionar como partido a propósito de esa confusión que usted señala entre Estado, gobierno y cuadros políticos, o también incluye ahí los desvíos éticos y hasta eventualmente delictivos, en muchos casos probados o investigados por la Justicia?

WA – Un poco de todo, ¿verdad? Cuando usted tiene un partido que en realidad es el Estado, gobierno, cuadro y es toda una mezcla, la gente empieza a tener distancia con ese partido porque no se siete afín. Eso como punto uno. Dos, mucha gente se arrima a ese partido estrictamente porque como es partido de poder, usted no termina discriminando efectivamente si esa ciudadanía viene por los pensamientos batllistas, humanistas o si efectivamente se está arrimando "porque ahí hay chocolate", como se dice con grosería.

Tres, hubo algunos casos y son reprobables. Los que han tenido verosimilitud y sentencia condenatoria, con franqueza creo que son situaciones lamentables. Le pasa lamentablemente a la vida de los partidos políticos, observe usted que –no voy a entrar a ser puntilloso con el gobierno actual, la entrevista no ambienta ese tipo de referencia- es un dato que a este gobierno en dos años y pico ya se le han instalado dos o tres escenarios complejos de ese tipo de naturaleza, vinculados a situaciones de corrupción o de eventual debate sobre la probidad moral.

Es un tema muy delicado que los partidos deben procesar con una gran inteligencia. En la Comisión de Reforma de Carta Orgánica, ese ha sido uno de los borradores con los que trabajé, mejoramos la Comisión de Ética y Disciplina de la vida del partido, incrementando su nivel de sanción y dándole mucha más potencia, justamente para que esté mucho más atenta a este tipo de casos.

EC – Pero hablando concretamente de lo que ocurre estos días, ¿cómo se planta ante un caso como el del hoy senador Juan Justo Amaro? A usted en este momento no le toca entrar en el Senado, cada tanto lo hace sustituyendo a Sanguinetti, pero si le tocara decidir sobre el desafuero que pide el juez, ¿qué haría? ¿Facilitaría la acción de la Justicia?

WA – Vamos por partes. No se trata de facilitar la acción de la Justicia, se trata de que la Constitución prevé en el artículo 114, con máxima precisión, que "ningún senador o representante, desde el día de su elección hasta el de su cese, podrá ser acusado criminalmente ni aún por delitos comunes que no sean de los detallados en el artículo 93, si no antes su respectiva cámara, la cual por dos tercios de votos del total de su componentes, resolverá si hay lugar a formación de causa". Esto quiere decir que se requiere una mayoría especialísima, segundo que los parlamentarios se transforman en jueces y, para actuar en esa causa, hay que tener una gran información, muy precisa. Inclusive sostengo que como se va a ver por los procedimientos que el remite, el que nos va a informar a los parlamentarios sobre el pedido de desafuero, es la Comisión de Constitución y Código de la cámara que es la que absorbió el planteo judicial.

Lo que hay que hacer con mucha seriedad es estudiar el planteo judicial, ver sus razones, sus fundamentos y luego tomar una decisión. Creo que no debe ser una decisión de rango corporativo, no debe serlo, me parece que tiene que ser una decisión lo más fundada posible.

Te voy a hablar con toda franqueza, conozco al senador Amaro, sé de su honradez personal, conozco lo que creo que es su honradez personal, pero en este caso con mucha seriedad, hay que analizar el caso tal cual como se plantea por la propia Constitución. No es un tema corporativo. Tanto no lo es que el Frente en los últimos tres días ha estado para adelante y para atrás en este tema. Has visto declaraciones de Alberto Cid y creo que de Nin, en su momento, que plantearon una perspectiva. Luego hubo un debate en la jornada de ayer y ahora están sosteniendo que van a tener una mirada corporativa...

EC – Pero la pregunta viene por este lado: teniendo en cuenta que está pendiente ese reciclaje del Partido Colorado a partir del revolcón tan duro del 10% en las últimas elecciones, teniendo en cuenta que en el caso suyo hay una preocupación por esa imagen negativa que se ha acumulado por episodios como estos de los que estamos hablando, ¿lo más sano no es que la Justicia pueda actuar y que se despejen las dudas? ¿Lo más sano no es que no quede en un sector de la población la impresión de que se protegió a Amaro y entonces no se sepa nunca si había mérito para procesarlo y eventualmente condenarlo?

WA – Tienes razón en que lo importante es no obstruir para nada el funcionamiento de la Justicia, yo lo comparto. También hay que entender que cuando un poder del Estado le reclama a otro poder del Estado, hay una requisitoria judicial, ese poder del Estado como es el Parlamento, creo que tiene constitucionalmente la libertad de analizar ese petitorio no sólo en lo formal. Si fuera solo en lo formal, sería una orden que el Poder Judicial le dictaría al Poder Legislativo que tendría que acatar. Por algo le ambienta al Poder Legislativo una mayoría especial y por algo obliga a los legisladores a que se transformen en jueces. Yo entiendo donde vas. Tu dices: "Abdala, tu estás planteando una mirada ética en torno al partido y lo único que falta es que ustedes por una solidaridad partidaria terminen defendiendo a un compañero". No se trata de eso. Yo creo que no es mi caso. A lo que voy es a analizar con puntillosidad el caso, mirar el fundamento del fiscal y del juez y mirar la carpeta que Amaro nos ha remitido.

Me parece que ahí, con libertad de criterio –como lo dijo Cid hace algunos días, ahora el pobre tendrá que cambiar de criterio- reflexionar sobre ese tema.

EC – Una última lectura sobre este mismo caso. Usted fue uno de los principales impulsores de esa Comisión de Ética del Partido Colorado. ¿Esa comisión no tiene nada que hacer en el caso Amaro?

WA – Cómo no. Tanto tiene que hacer que Amaro fue el primero que se constituyó en la Comisión de Ética y elevó un informe.

EC - ¿Y qué está haciendo la comisión y qué debería terminar resolviendo, según su punto de vista?

WA – La comisión sin duda estaba analizando el tema y Amaro elevó toda la información. Ahí está planteado el tema en la comisión y creo que Amaro ha actuado con dignidad republicana al remitir esa información allí para que pueda tener elementos de juicio.

EC – Una posibilidad sería que esa comisión le solicitara a Amaro que se presentara ante la Justicia.

WA – Podría ser. También podría encontrar que no hay fundamento. Le hablo con franqueza: desconozco lo que ha dictado o lo que ha evaluado la comisión.

***

EC - ¿No le parece que al Partido Colorado le hace falta una autocrítica pública más clara en torno a este tipo de hechos de gobiernos anteriores? Lo dice gente de su propio partido, no lo estoy inventando yo: declarar con nombres y apellidos que tales conductas no pueden repetirse nunca más. Algo así como asumir que existieron desvíos, reconocerlos, y ahí empezar de cero.

WA – Sí, definitivamente si pero con mucha responsabilidad porque no te olvides que mucha veces lo que hay es un contraataque político. Este gobierno lleva dos años y medio investigando todo lo que creía que eran gobiernos corruptos anteriores y hasta ahora ha sido tan poquito, la montaña ha parido un ratón y yo sentí durante años estigmatizar a gente, deshacer nombres públicos, destrozar vidas de ciudadanos republicanos y eso también está mal.

Entonces, es verdad que cuando hay algún caso...

EC – Hubo varios. Los ediles de Rivera, el ex intendente Signorelli...

WA – Pero justo en esos dos casos desde el Comité Ejecutivo Nacional, lo que pasa es que a veces las cosas no tienen repercusión, hemos sido muy críticos y desde la Convención del Partido también. Desde la suspensión y la separación de la posición de esas autoridades, se han tomado esas decisiones. Lo que pasa es que también en un país demócrata uno tiene que dejar ir actuando a la Justicia y que las cosas vayan tomando su curso.

Pero es verdad que hay que hacer reconocimientos cuando hay personas que no engalanan la vida de un partido. Ahora también es cierto que toda esta caza de brujas infernal que se ha montado desde el gobierno, remitiendo actuaciones en cuanto organismo hay, diciendo que las auditorías harían explotar poco menos que un capítulo de Mani Pulite, en los hechos ha sido muy poquito verdad.

***

EC – Hace pocos días usted planteó la necesidad de que el gobierno comience a considerar la eventualidad de tener que poner algún límite a los excesos del gobierno argentino. Incluso no descartó el extremo de la ruptura de las relaciones diplomáticas entre los dos países. Una propuesta polémica que no logró demasiado consenso. El canciller Reinaldo Gargano dijo que sería "insensato" avanzar en ese camino de confrontación. Y también desde la oposición, por ejemplo el senador Sergio Abreu, se discrepó con su postura. ¿Por qué salió a proponer una jugada tan arriesgada?

WA – (Abreu) discrepó pero al final planteaba que formaba parte de la secuencia no lógica pero eventual de una situación tan dramática como la que se está viviendo.

Primero es increíble que la Cancillería no entienda cuando desde la oposición se la pretende ayudar. Es maravillosa. Esta cancillería ideológica no termina de entender prácticamente nada, muy poquitas cosas.

Cuando desde la oposición se hace un planteo y se pregunta textual: "En algún momento de este largo conflicto con la Argentina se hicieron valoraciones en calidad de análisis para encarar la convocatoria en consulta del embajador uruguayo en Buenos Aires y se han realizado consideraciones eventuales y también en calidad de análisis sobre la ruptura de relaciones diplomáticas con ese país..." Insisto, lo que se está tratando es de dar una idea, una noción, de que si lamentablemente esto sigue mal como está esa consideración se va a tener que hacer en algún momento. Acá no se la está ni alentando ni estimulando ni proponiendo ni deseando. Al contrario.

Ahora, ¿qué es lo que tendría que hacer una cancillería inteligente, si la tuviéramos, un canciller que pudiera captar este tipo de cosas? Decir: "caramba, si estará complejo el tema que hasta desde la oposición se oyen algunas voces que están planteando el análisis de este tipo de medidas tan extremas". Básicamente, ¿para qué? Para fortalecer la posición uruguaya en un momento donde la Argentina nos venía pasando y nos viene pasando por encima. Lo que nos pasa con la Argentina no le pasa a la Argentina con Brasil ni con Chile. Estos despropósitos, estas atrocidades que vivimos, las vivimos porque somos pequeños y porque nos consideran casi que como una provincia. Entonces, en un momento donde además se está yendo a una instancia de facilitación o de negociación en España donde el canciller argentino se da el lujo de decir que sólo se va ahí en un ámbito de relocalización de la planta, a mi me da la impresión de que esas expresiones del canciller, más las barbaridades de dos o tres ciudadanos argentinos en estado de exaltación psicológica, una asamblea de Gualeguaychú desbordada, una Semana Santa o de Turismo en donde nos bloquearon todo lo que era posibilidad de mayor acceso a turistas, desde Uruguay que se oiga alguna voz que reflexione en este tema, sin alentarlo pero diciendo que está en formato –además está en el formato inevitable del portafolio de la Cancillería- me parece que era hasta ayudar al gobierno. Se lo entendió al revés.

EC – Y hubo quien dijo "ahí está el turco llamando la atención, haciendo campaña electoral".

WA – Bueno, es gente que no se da cuenta que el país está primero. En realidad cuando tu estás en la oposición tenés que poner al país primero en momentos graves como este que se está viviendo. Yo no estoy haciendo una picardía marquetinera. No, estoy ayudando al gobierno.

EC – ¿Pero si usted fuese diputado de un gobierno, si estuviese en el gobierno del Partido Colorado, hubiese hecho este mismo planteo?

WA – No lo podés hacer porque el diputado y el senador del gobierno tienen limitaciones de rango institucional. Tienen inevitablemente que cumplir ciertos protocolos y ciertas formas porque son la voz del gobierno. Pero en la oposición yo tengo mucho más margen, yo puedo ayudar al gobierno diciendo que la cosa está tan mal, tan incómoda, estamos tan humillados por la Argentina, que conviene que la Cancillería se siente y analice el tema. Eso le sirve al canciller y al gobierno uruguayo para fortalecer su posición internacional y decir: "¡caramba, las agresiones que me están dando son tan fuertes que tengo gente de la oposición que me plantea el análisis de este tipo de medidas!" Esa era la intención. Insisto, cuesta mucho que los mensajes lleguen a la Cancillería.

EC - ¿Y en qué quedó entonces el tema?

WA – Hay un pedido de informes que va a ser remitido en las próximas horas. Yo creo que no va a pasar absolutamente nada. Lo importante es que haya tenido la repercusión pública que tuvo, lo importante es que en Argentina se sepa que hay uruguayos que estamos muy preocupados, que nos sentimos humillados, arrodillados ante lo que es una prepotencia argentina, una aquiescencia del gobierno argentino, y que se plantean estos temas como temas de inquietud y de preocupación. Lejos estoy de salir a proponer la ruptura, ahí hubo alguna picardía de alguno por tratar de simplificar las cosas. Estoy diciendo que hay que evaluar todo esto. Es más, algunos representantes nacionalistas en algún momento plantearon la convocatoria en consulta del embajador uruguayo en Argentina. Es exactamente lo que planteo yo, inclusive como hipótesis de trabajo. Además forma parte del portafolio inevitable que la Cancillería tiene que tener y es más le estoy preguntando qué papel vienen cumpliendo los servicios de inteligencia y creo que esto tendrá que ser con Defensa para que nos remitan alguna información. Y si hay que tener alguna reunión reservada la quiero tener porque las expresiones de Lafluf en su momento sumamente inquietante sobre lo que él advertía que estaba pasando, me parece que no son temas menores. Yo no me querría levantar una mañana y que un grupo de gente díscola, irracional y loca de la Argentina cometiera algún tipo de barbaridad y que esto nos sorprendiera. No me parece justo y me parece que forma parte de consideraciones en un momento donde además, digamos las cosas como son, si bien las relaciones diplomáticas existen en lo protocolar, en los hechos están pulverizadas. El presidente Vázquez y el presidente Kirchner no dialogan. Los cancilleres no dialogan. Acá está fracturada una relación que lamentablemente nos faltan hombres distintos. Yo le digo una cosa, y tampoco es una mirada perversa, si tuviéramos un hombre como Enrique Iglesias en la Cancillería este tema estaba arreglado hace tiempo porque se necesita gente con mucha solvencia para solucionar estos temas.

Documento relacionado:
Discurso de Washington Abdala al lanzar su candidatura

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Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Guzmán Gordillo