En Primera Persona

A propósito de una entrevista estropeada...

A propósito de una entrevista estropeada...

Comentario de Emiliano Cotelo.

(Emitido a las 8.35)

EMILIANO COTELO:
La entrevista de ayer con el ingeniero Armando Regusci movilizó mucho a nuestra audiencia.  Por el tema, el motor de aire comprimido creado por Regusci, que es de por sí interesante y polémico. Y por la forma cómo se dio el reportaje telefónico, que en varios pasajes se convirtió en un verdadero diálogo de sordos.

A la hora de evaluar la nota, entre los mensajes  de los oyentes hubo de todo.  Desde censuras muy severas a Regusci hasta críticas a mi forma de conducir la entrevista. Todas, opiniones muy válidas y atendibles.  Pero hubo unas que me preocuparon un poco: las de aquellos oyentes que me notaron malhumorado y creyeron ver en esa actitud una cierta predisposición mía en contra de Regusci.

Quiero aclarar, entonces, que no había de mi parte ninguna animosidad hacia él, aunque sí es cierto que me sentí muy fastidiado con su comportamiento. 
Y esto lo que quiero explicar.
No siempre contamos la "cocina" de nuestro trabajo, pero en este caso es imprescindible hacerlo.  De paso, podemos aprovechar la oportunidad para contarles algunos de nuestros criterios de trabajo

Las precauciones

Sabiendo que el ingeniero Regusci estaba en Brasil preparando nuevos prototipos de su vehículo, nos pareció oportuno llamarlo allí y realizar la entrevista por teléfono.  Nos comunicamos con él el día anterior y acordamos que nos atendería ayer a las nueve, en un teléfono fijo.  Tomamos esa precaución y dejamos a un lado la opción de una llamada a un celular, para evitar riesgos de ruido, interferencias o mala señal.  Hace años tenemos resuelto que las entrevistas largas EN PERSPECTIVA no se hacen a través de teléfonos celulares.  Por una cuestión de respeto a nuestra audiencia, procuramos que esos reportajes en profundidad se cumplan con la mejor calidad de sonido posible, para reducir al mínimo los factores que pueden entorpecer el desarrollo de temas que suelen ser complejos.

Las sorpresas de último momento

Ayer mismo, 20 minutos antes de las 9, nuestra producción se comunicó con Regusci y éste confirmó que esperaría nuestra llamada en el teléfono fijo.  Todo parecía en orden.  Pero no.  Llegada la hora 9 y 5, y cuando ya estábamos por salir al aire, Regusci alegó que el teléfono fijo no podría usarse, y sólo dejó la opción del teléfono celular.  Como ya no había margen para gestionar una nota sustituta, nuestros productores no tuvieron otra alternativa que aceptar el cambio de planes.  De todos modos, le requirieron a Regusci que no se moviera durante la entrevista y se quedara en el lugar donde estaba, ya que allí la señal era perfecta.  Regusci aceptó quedarse quieto.
Sin embargo, dos minutos después, cuando ya estábamos al aire, y llegado el momento de su primera respuesta, nos encontramos con que los dichos de Regusci no se entendían.  El micrófono de su teléfono aparecía saturado por el soplido del viento,  típico de alguien que se desplaza a gran velocidad en un vehículo descubierto.  Fue entonces, cuando tuve que pedirle, delante de la audiencia, que frenara el auto y continuara atendiendo el reportaje sin moverse.  Regusci accedió, y la calidad de la comunicación mejoró.  Pero eso duró sólo por unos minutos, ya que resultó evidente que en determinado momento volvió a trasladarse, con las consiguientes interferencias y caídas en la calidad de la señal, al punto de que en varias ocasiones él dijo que no entendía mis preguntas.

Fue así que entramos en el diálogo de sordos, con preguntas que había que yo tenía que repetir una y otra vez, y con él contestando, varias veces, cosas que nada tenían que ver con lo que yo le había consultado.

Así no se hace

Una situación como esa, no tengan duda, a mí me produce una gran frustración.
Una nota tan defectuosa es una falta de respeto a la audiencia de EN PERSPECTIVA.  Yo lo siento así, y por eso organizamos nuestro trabajo de manera tal de que ese tipo de problemas no se den.  Una entrevista de divulgación en ciencia y tecnología, que siempre presenta alguna dificultad conceptual y que demanda mucha concentración del oyente, no puede, no debe realizarse con un invitado que sale al aire casi como si fuera un corresponsal de guerra esquivando los obuses en medio de la batalla.

Y ese malestar mío, que crecía con el paso del tiempo, se debía a que yo sabía que nosotros habíamos tomado todas las precauciones para que ninguno de aquellos problemas ocurrieran ...pero Regusci, con sus cambios de último momento, caprichosos e inconsultos, lo estaba estropeando todo. 
Empezó por desaprovechar él mismo una oportunidad interesante para la difusión de sus ideas.  Y además menospreció el trabajo de quienes dedicamos horas de producción y cuidado a la entrevista. 

Ponemos mucho esfuerzo detrás de una nota como la de ayer. A nosotros nos duele desperdiciar 20 minutos en nuestro horario central.  Por todo eso, sí, realmente, a mí me molestó profundamente su actitud.  Y no pude evitar que ustedes lo notaran. 

De todos modos, no estoy tan seguro de que él lo haya registrado.
Es más...¡tal vez ni siquiera me escuchó!