Entrevista con el canciller, Reinaldo Gargano, tras la decisión del gobierno de ingresar el Banco del Sur.

Las razones para ingresar al Banco del Sur

El soporte financiero al proceso de integración. Así define el canciller Reinaldo Gargano al Banco del Sur. Afirmó que hay buena voluntad de los países "de mayor desarrollo relativo" y hay que "felicitarse por esto". En cuanto a las dificultades dijo que todos los procesos de integración las tienen. "Europa lo ha logrado, tenemos que lograrlo nosotros", afirmó.

(Emitido a las 9.10)

EMILIANO COTELO:
Todo parecía indicar que la íbamos a mirar de afuera. Pero a último momento el Poder Ejecutivo tomó la decisión: Uruguay se embarca de lleno en el proyecto Banco del Sur.

Desde el inicio la postura de Uruguay frente a esta iniciativa había sido tibia; además, la relación con el presidente venezolano Hugo Chávez, "padre" del Banco del Sur, no pasa por su mejor momento.

Como si esto fuera poco, las aguas estaban divididas en el gobierno: el ministro de Economía, Danilo Astori, rechazaba la incorporación de Uruguay a este banco que tiene previsto nacer esta misma semana.

Pero finalmente, primó en el Ejecutivo la postura del canciller de la República, Reinaldo Gargano, con quien vamos a conversar en los próximos minutos para saber qué es el Banco del Sur y por qué entiende que es una buena idea integrarse al mismo.

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Canciller Gargano, más de una vez, ante algunos temas vinculados con la política exterior del país, a usted le había tocado adaptarse a posiciones que adoptaba el Ejecutivo que no coincidían con sus opiniones personales. Entonces, ¿siente lo de ayer como un triunfo de su "visión de país"?

REINALDO GARGANO:
Primero, no recuerdo que me haya tenido que adaptar a ninguna posición política del Poder Ejecutivo que no coincidiera con mis puntos de vista. Si usted me recuerda algunas, le digo enseguida que sí. La orientación de la Cancillería es la que ha tenido el Poder Ejecutivo en estos dos años y medio.

EC - El gobierno dio pasos como las negociaciones con Estados Unidos en procura de un nuevo acuerdo comercial, eventualmente un TLC. Y hubo posiciones con respecto al Mercosur.

RG - La postura de no aceptar un TLC estaba en el programa del Frente Amplio (FA), lo que yo dije fue lo que confirmó la realidad y lo que el presidente de la República decidió. Y dejémosla ahí, porque no hay otra verdad que esa. Aunque haya otros integrantes del Poder Ejecutivo que hayan pensado lo contrario, lo que todos convinimos fue que acuerdos comerciales puntuales sí, pero un modelo de tratado de comercio como el que se negoció con Perú, que se tramitó sobre la base de las premisas que puso Estados Unidos en cuanto a la propiedad intelectual, las compras del Estado, la investigación científica y técnica y demás, no está en el programa del Frente; al contrario, se rechazaba expresamente.

EC - Volviendo al Banco del Sur, ¿es una satisfacción para usted, es un triunfo personal la posición que se adoptó ayer?

RG - No es personal, si algo remarcó el presidente de la República fue que esta es una resolución del Poder Ejecutivo, no es una resolución personal. No hay perfiles en esta materia, comprende a todos los integrantes del Poder Ejecutivo y todos debemos ejecutar esta política.

EC - Pero es notorio que el ministro de Economía tenía una posición bastante más reticente. Es más, según versiones de prensa, ayer mismo cuando se discutió el asunto propuso que Uruguay se incorporara como observador.

RG - No comento las opiniones que se han dado en el Poder Ejecutivo, sería hacer un streap-tease de las reuniones. Lo que hay que tener es transparencia, decir lo que pasó y comentar las conclusiones, no comentar las opiniones de uno u otro miembro del Poder Ejecutivo. Somos 13, llevaría mucho tiempo, no daría un programa entero de la radio para hacerlo.

EC - Uruguay ingresa ¿como miembro pleno o como observador?

RG - No hay miembros plenos y observadores, hay un proceso de discusión de lo que va a ser el Banco del Sur. Hasta ahora hay una declaración de intenciones de varios países, a los cuales se suma Uruguay, de crear una institución financiera que se va a llamar Banco del Sur y que va a tener por objetivo (lo más importante a trasmitir a la audiencia es esto) tratar de formar una base financiera que pueda colaborar con el desarrollo económico de los países de América del Sur. Eso es lo que dice el primer párrafo de la Declaración de Quito, que fue la primera reunión que se hizo al respecto. Que además sirva como mecanismo de fortalecimiento del Fondo de Reservas que existe para atender aquellas oscilaciones de mercado, esa especie de convulsiones que periódicamente ha atacado a las economías de menor desarrollo relativo producto de la especulación financiera internacional. Necesitamos tener una base sólida con la cual ampararnos cuando eso ocurra.

La crisis de 2002 en Uruguay fue producto de dos hechos, de la liquidación de la convertibilidad en Argentina, el gran invento de Cavallo que denominó durante mucho tiempo la economía argentina, y el robo que perpetraron los hermanos Rohm y los hermanos Peirano en el Banco de Montevideo, en el Banco La Caja Obrera y en el Banco Comercial, que tuvieron la consecuencia de que durante tres años la economía nacional cayera de cabeza.

Para atender las situaciones de emergencias está planteado también la constitución de una organización financiera de este tipo, que va a ser distinta en sus fines de instituciones financieras tradicionales multilaterales, como el Banco Mundial (BM), que es el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, creado en 1946 en los acuerdos de Breton-Woods , cuando se creó el Fondo Monetario Internacional (FMI), que actúan sobre la base de que el que aporta más capital es el que manda, de forma que siempre el presidente de ese banco es un estadounidense, como el presidente del FMI es un europeo, porque son los que ponen más plata y se vota según la cantidad de plata que se tenga. Aunque los sillones sean compartidos. Y nosotros tenemos una sexta parte de un sillón con compartimos con Bolivia, Argentina, Paraguay y con Chile, y a veces da la casualidad que en ese sillón está sentado representando al grupo Argentina y cuando se planteó el tema de informes sobre ambiente que mandó hacer el BM por el asunto de Botnia, el representante votó en contra de Uruguay. Para dar una de las paradojas.

El mecanismo del Banco del Sur es distinto, cada país va a tener un voto, se va a resolver por mayoría y se va a acordar que uno de los objetivos sea coordinar las políticas macroeconómicas, lo que quiere decir buscar que en el plano tributario haya sintonía, que no haya incentivos especiales para algunas producciones que saquen de competitividad a los productos de otros países del Mercosur. Un conjunto de cosas nuevas, distintas, producto de una realidad diferente que se quiere crear, donde prime el interés colectivo y no el interés de un sector o de una concepción ideológica o de una concepción financiera.

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EC - Usted señalaba que este banco se propone (incorporo punteos tomados de documentos que circularon en la prensa): fortalecer la integración regional, contribuir al desarrollo económico y social de la región y constituir un fondo de solidaridad social destinado a reducir la pobreza y la exclusión social. ¿Estamos hablando de un banco de desarrollo?

RG - Sí, esa es una de las primeras definiciones que se adoptaron.

EC - ¿En qué medida se superpone o no con otras instituciones que ya existen, incluso en lo estrictamente regional, por ejemplo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o con el Fondo Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Plata (Fonplata) o la Corporación Andina de Fomento (CAF)? ¿Cuáles serían las diferencias con estas instituciones que ya existen?

RG - Explico. Fonplata hace cinco años que no funciona, porque tiene su sede en Bolivia y como hay un diferendo en torno a cómo se les paga a los funcionarios no actúa.

EC - Está integrado por Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.

RG - No funciona. Hay que darle funcionamiento pero por ahora no tenemos capacidad para resolver cómo hacerlo funcionar, por lo menos los países que lo integramos.

Segundo, la CAF pertenece a la Comunidad Andina de Naciones, tiene un gran capital y ha recibido de la institución que coordina las infraestructuras de América Latina más de 51 proyectos. Lo dije en la reunión que se hizo en Río, donde se habló por primera vez del Banco del Sur, convendría que se insertara en algún gran proyecto que permitiera desarrollar infraestructuras imprescindibles para unir e integrar América Latina. No hay ninguna carretera que una el Pacífico con el Atlántico, ni ninguna vía férrea, y la hidrovía tiene carencias muy grandes que no se han podido resolver. Esto 200 años después de la Revolución de Mayo, en 200 años ha habido un proceso de desintegración, no de integración, se ha hecho todo lo posible por fragmentar, dividir. El Banco del Sur se propone apuntar a dar soporte financiero al proceso de integración.

Es distinto del BID, el BID está integrado por países americanos pero también que no pertenecen a América, como Japón y algunos países europeos, se vota según la cantidad de dinero que se ponga, se votan los proyectos que decide la mayoría de los integrantes según lo que pongan de dinero y se paga el interés, que normalmente está con la tasa Libor, la tasa internacional de Londres, más un tanto por ciento, con algunas facilidades como plazos de gracias y demás, porque el banco ayuda. Pero siempre hay que pagar. Es bueno recordar que hubo una operación de salvataje de Uruguay de la cual se ha hablado mucho, como de la renegociación de la deuda, el préstamo que nos hizo el FMI y la actitud del presidente Bush en aquel momento.

EC - Durante la crisis de 2002.

RG - Por ese adelanto de tres días de 1.500 millones de dólares se pagaron intereses, en plata nadie regala nada en el mundo, ni el presidente de Estados Unidos, ni el presidente del BM, ni el del BID.

EC - Supongo que los préstamos del Banco del Sur también van a tener intereses.

RG - Pero van a adecuarse a los niveles de desarrollo que cada uno de los países tenga, no se le va a cobrar el mismo interés a un país que tenga necesidades apremiantes y que tenga un desarrollo relativo menor que a uno que tenga potencialidades financieras muy grandes. Hay una buena voluntad de algunos países que tienen un buen desarrollo relativo, de economías emergentes, de apoyar el desarrollo de los que están más atrás, de los que vienen con mayores dificultades. Hay que felicitarse por esto.

Además no sería comprensible (esto es una opinión del Poder Ejecutivo) que estando en un proceso de integración, los gobiernos de América Latina, ahora que tenemos todos gobiernos elegidos democráticamente, que Uruguay quedara al margen de esto. Yo personalmente nunca estuve al margen, seguí día tras día este tema y proporcioné toda la documentación que se me facilitó. Que haya habido desinteligencias o quien creía que Uruguay podía quedar al margen, es su problema. Yo nunca creí que fuera así y he cumplido con mi función de canciller de proporcionar toda la información de que disponía para el Poder Ejecutivo adoptara una posición.

EC - Estamos hablando de un banco que se plantea como banco de desarrollo y que va a promover la integración regional, pero que al mismo tiempo puede llegar a colaborar con países de la región a enfrentar turbulencias financieras. ¿Podría llegar a ser algo así como el Fondo Monetario del Sur?

RG - No, porque no tiene la concepción que el FMI. Me permito recordar que el FMI presta dinero para situaciones de emergencia, pero condiciona el préstamo a que se cumplan determinadas cartas de intención, que son las que delinean las políticas que hay que seguir en el plano macroeconómico, financiero, fiscal, etcétera.

EC - Y el Banco del Sur cuando preste para enfrentar contingencias difíciles, ¿no va a poner condiciones?

RG - Va a tender a que el préstamo se aplique al objetivo que ha sido planteado. Estamos en una etapa inicial, no es preciso que comente que no hay nada estructurado ni firmado, hay que discutir, conversar, participar, y de allí que una de las decisiones más inteligentes del Poder Ejecutivo de ayer fue participar, porque si usted no participa, deja que otros hagan y no da su opinión, después si quiere entrar va a tener que aceptar las reglas que otros pusieron, en cambio si lo hace desde el principio va a colaborar a darle una estructura seria, responsable, con perspectivas de desarrollo de futuro. Si se pone al margen deja de ser protagonista para ser nada más que observador.

El presidente subrayó ayer que en el conjunto de países progresistas que hay hoy en América del Sur (lo digo así porque así es) Uruguay no puede estar ausente. Hace bien en integrar esta discusión previa a la constitución de un banco; luego se votará su constitución y el protocolo que se firme tendrá que ser ratificado por los respectivos parlamentos, porque es un compromiso internacional que adquiere el país.

EC - Los países que están involucrados en el lanzamiento del Banco del Sur hasta ahora son Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Venezuela, Chile en calidad de observador, y ahora Uruguay.

RG - Sí, esos son los países. Chile no pertenece al Mercosur, tiene un tratado de libre comercio con el Mercosur, está asociado al Mercosur.

EC - Ecuador tampoco integra el Mercosur.

RG - Por eso es una operación de carácter político-financiero de mucha importancia, el Poder Ejecutivo ha hecho muy bien en decidir esto. La dimensión la dan los países que usted ha nombrado.

EC - ¿En qué medida este proyecto depende de la permanencia en los gobiernos de esos países de los presidentes y los partidos que hoy están al frente de ellos? Usted recién habló de este cuadro político en el que están instalados gobiernos progresistas. ¿Qué pasa con este proyecto si cambian los partidos en los gobiernos?

RG - Tenemos que recordar la historia, la memoria enseña mucho en esta materia. Cuando se votó la constitución del Mercosur gobernaban en la región el general Rodríguez en Paraguay, el señor Lacalle en Uruguay, el señor Collor de Melo en Brasil y el señor Menem en Argentina. Califique usted la tendencia de estos sectores. Nosotros que éramos oposición votamos a favor porque nos importaba la integración regional por encima de la circunstancia de quienes estaban al frente, gente (con todo derecho y con todo respeto) con posiciones muy diferentes de las de los sectores que están hoy gobernando en varios países, que tienen una posición que vamos a denominar globalmente progresista. Habrá que discutir, constituir esta organización, darle un protocolo que es una ley interna, ratificarlo en el Parlamento y volverlo vigente. Después cada país tendrá que cumplir. Y si algún gobierno luego quiere irse su Parlamento tendrá que derogar su adhesión al Banco del Sur.

EC - En cuanto a la viabilidad de este proyecto, teniendo en cuenta la experiencia del Mercosur, sus problemas para funcionar y la escasa incidencia que ha tenido Uruguay a la hora de plantear su situación, los problemas que atraviesa, los reclamos de cambios, ¿por qué entiende que en esta otra institución, el Banco del Sur, que es aun más amplia, participan en ella más países que en el Mercosur, allí sí se daría un funcionamiento eficiente, allí sí Uruguay podría hacer pesar su voto?

RG - Primero quiero dar una información, porque la información que se proporciona muchas veces no es correcta. Uruguay no deja de tener una gran participación en el Mercosur, 27% de las exportaciones de este año va hacia la región, con arancel cero. Exportamos 4.000 millones de dólares al exterior y más de 1.000 millones van a la región con arancel cero, mientras que cuando van a Estados Unidos pagan un arancel que cuando está dentro de la cuota es de 7% y cuando está fuera es de 24% o de 17%. Para aclarar y que el que quiera irse del Mercosur diga a dónde van esos 1.000 millones de exportación que hacemos con arancel cero, sin pagar impuestos.

EC - Pero es notorio que el Mercosur tiene problemas y que múltiples veces, en numerosas ocasiones, las decisiones las toman los países grandes y los chicos las tenemos que aceptar. ¿Por qué no va a pasar eso en el Banco del Sur?

RG - Las decisiones no las toman los países grandes, se toman por consenso, según el Tratado de Asunción y el Tratado de Ouro Preto. También hay que decirle a la gente que no solo es un socio muy importante, es el más importante y el más favorable para Uruguay, al que tenemos que agregar otros que se acoplen a este proyecto para hacerlo más grande. Usted mencionó los países, pero si está Venezuela, está Ecuador, está Brasil, está Argentina, está Uruguay, está Paraguay, está Chile, está la inmensa mayoría del América del Sur, están más de 300 millones de habitantes y las riquezas más grandes que hay en el planeta actualmente. Potencialidad hay de sobra para ir adelante.

EC - Yo me refería a las dificultades que ha habido para que funcionen otros acuerdos de integración como el Mercosur. ¿Por qué acá eso no va a darse?, ¿por qué esto va a funcionar bien?

RG - ¿Cuáles son esas dificultades? Los incentivos que Argentina ha dado a cuatro provincias.

EC - Por ejemplo.

RG - Hemos tomado medidas, tenemos contramedidas, les aplicamos aranceles a esos productos para que no destruyan la competitividad de Uruguay. Para las medidas paraarancelarias que se toman contra el arroz en Río Grande del Sur hemos logrado que el presidente de Brasil actúe e interponga su influencia y su decisión para que esto se elimine. ¿Que tenemos otro tipo de problemas? La Unión Europea en 50 años ha tenido miles de problemas, decenas de millones de litros de vino se derramaron en las carreteras de Francia porque venían de Italia y eran competitivos con los franceses. ¿No recuerda los camiones de naranja que se tiraron en la frontera francesa cuando venían desde España y competían con la fruta que se vendía ahí? Todo tiene sus dificultades porque en el mundo nadie regala nada, absolutamente nada, hay que ganarlo todo sobre la base de un esfuerzo sistemático de voluntad de integración real. Europa lo ha logrado, tenemos que lograrlo nosotros también, como tenemos que lograr un tratado de libre comercio con la Unión Europea que elimine los aranceles altos y los subsidios que dificultan la colocación de nuestros productos.

EC - El Banco del Sur va a contar con un fondo inicial de 3.000 a 7.000 millones de dólares aportados por un porcentaje variable de las reservas internacionales de cada país. ¿Cuál va a ser el aporte de Uruguay? ¿Cuánto sale participar en este proyecto para un país chico como Uruguay?

RG - No está definido el porcentaje.

EC - Se ha hablado de unos 200 millones de dólares.

RG - Se hablaba primero de que cada país aportara una cantidad similar, pero no se definió, no está definido en los documentos. Se va a discutir, se analizará. Todos los ministros de Economía de los países que integran el Mercosur y sus asociados son gente muy responsable, que mira con mucho cuidado lo que pasa en la economía de su país y va a tomar las decisiones que se adecuen mejor a la realidad interna y que además coadyuven al proceso de integración.

Yo soy integracionista, creo que América del Sur tiene futuro si logra coordinar a los respectivos países en su desarrollo económico y apoyarlo, y si crea un frente común para combatir la pobreza, esos 200 millones de pobres que tiene sobre 400 millones de habitantes y la mayor riqueza del mundo. Si elimina la absurda situación de que países como Brasil, que tienen una riqueza formidable, al mismo tiempo sean los campeones de la desigualdad social interna.

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Edición: Mauricio Erramuspe