El "reactor del pueblo", un debate pendiente
Uruguay debería apostar a la energía nuclear a través del "reactor del pueblo". Así lo entiende el creador de este reactor a escala que visitó Uruguay el miércoles y varios especialistas uruguayos. Uno de ellos es Álvaro Bermúdez, ex director nacional de Energía, que explicó primero en entrevista y luego en tertulia sus razones para apoyar este desarrollo.
(Emitido a las 9.09)
EMILIANO COTELO:
Un iraní, en Montevideo, convenciéndonos de que el país debería apostar fuerte a la energía nuclear...
Eso pasó el miércoles de noche, cuando ante un Teatro del Centro colmado, el doctor Farhang Sefidvash llegó a presentar en Uruguay su "reactor del pueblo".
Un modelo de reactor nuclear a pequeña escala, que se ajusta a las necesidades de países en desarrollo, países que tienen cierto déficit de infraestructura, sin experiencia ni recursos humanos capacitados en el manejo y el control de la energía nuclear.
A fines de enero ya nos ocupamos aquí En Perspectiva del reactor del pueblo o, técnicamente, del "reactor de lecho fijo".
Pero vamos a aprovechar esta visita a Uruguay, y la presencia de autoridades de gobierno en esta conferencia, para ponernos al día y manejar algunos conceptos adicionales de este proyecto innovador que promete revolucionar a la industria de la energía.
Para ello el diálogo va a ser nuevamente con el ingeniero Álvaro Bermúdez, ex director de Energía, cargo que ocupó entre los años 2003 y 2005.
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Ingeniero Bermúdez, con usted conversamos en enero a propósito de este proyecto. Sería bueno empezar recordando qué es el reactor del pueblo y dónde empezó el proyecto.
ÁLVARO BERMÚDEZ:
El llamado reactor del pueblo es uno de los cuatro proyectos aprobados por la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), apoyado directamente por la OIEA por compartir los objetivos de una de sus organizaciones particulares, que es el INPRO (International Innovative Nuclear Reactor and Fuel Cycles), que trabaja con reactores nucleares innovativos.
La particularidad del reactor del pueblo es que no es patrocinado por ninguna empresa particular, es un proyecto abierto en el cual pueden participar todas las naciones que deseen hacerlo y de hecho de eso se trata, en este momento hay varias naciones, como Vietnam y Turquía, que participan en el proyecto. Durante mi gestión a la cabeza de la Dirección de Energía y Tecnología Nuclear, el ingeniero Suárez, un colaborador que todavía hoy sigue trabajando y que representó en el panel a la Universidad Católica (donde es profesor), participó en el estudio matemático inicial.
EC - Ubiquemos las ventajas de este reactor del pueblo.
AB - Las ventajas principales se refieren a la seguridad. Se pudo ver claramente en la exposición del profesor que este tipo de reactores es absolutamente seguro, pues, a diferencia de los más veteranos, que también lo eran pero tenían unas características que demandaban otro grado de seguridad, donde el hombre o la máquina tenían que intervenir, en este caso la ley de gravedad es la seguridad más grande del proyecto.
EC - ¿Por qué?
AB - Porque funciona en condiciones necesarias, en ausencia de condiciones necesarias pasa directamente a una posición pasiva. Normalmente, si no hay un flujo de agua, que es lo que transporta la energía desde el reactor hacia el generador, no hay posibilidad de que geométricamente se produzca la posición crítica en la cual la reacción en cadena sea segura, pasa a un estado absolutamente pasivo, a lo sumo hace un pico de temperatura pero en otro compartimiento, donde los materiales que lo rodean absorben los neutrones, que son básicamente la razón por la cual la reacción en cadena se puede desarrollar.
EC - Una de las virtudes de este reactor del pueblo es que resuelve de una manera muy contundente uno de los temores que la energía atómica siempre genera, sobre todo a partir del caso de Chernobyl. Es muy seguro.
AB - Exactamente. Otras características importantes son, uno, su tamaño, y dos, su potencia. El tamaño es manejable, en el panel el senador Fernández Huidobro, apoyando la presentación del profesor Sefidvash, destacó el hecho de que los submarinos tienen reactores nucleares pequeños y que han demostrado ser muy seguros, a pesar de algunos accidentes que ha habido, que no han sido nucleares (son muy conocidos los problemas mecánicos de algunos submarinos rusos), pero han trabajado desde hace 50 años o más sin ningún tipo de problema y en condiciones mucho más críticas que un reactor ubicado en un lugar específico.
Por otro lado, la potencia. Estamos hablando de 40 o 60 megavatios de potencia eléctrica, algo muy adecuado para un país en desarrollo o en algún caso específico de un país conformado por una gran cantidad de islas, donde es muy difícil tener una red interconectada como la que nosotros tenemos, que disfrutamos con Argentina y Brasil, en esos casos son generadores absolutamente aislados.
EC - Eso permite resolver la situación de la población de una isla cuando el país no está en condiciones (y quizás tampoco tenga sentido) de tender los cableados correspondientes para llegar a cada lugar. Y en el caso de un país como Uruguay podría servir para abastecer de energía eléctrica a una ciudad del interior sin necesidad de que esté conectada a la red.
AB - Exactamente. Eso viene muy a cuento de las pérdidas técnicas, que en nuestro país llegan a porcentajes muy importantes, en algunos casos por encima de 10% de la generación. Generalmente cuando uno habla de pérdidas técnicas se refiere a las pérdidas que se producen entre el generador y el consumidor, en la parte de transmisión.
EC - Por otro lado, ese dato que usted daba a propósito de la potencia de estos generadores se vincula con su tamaño, con su precio, supongo. Eso es una ventaja teniendo en cuenta que uno de los argumentos que enseguida aparecen cuando se discute a propósito de centrales de energía atómica es que requieren enormes inversiones y trabajos de largos años.
AB - Exacto, ese punto también se trató en el panel, Fernández Huidobro puntualizó que se había gastado en el orden de 200 millones de dólares y algo más en los últimos generadores de Puntas del Tigre, y que estos generadores nucleares, si bien estarían por encima porque hay una cantidad de cosas a tener en cuenta aparte del reactor en sí, estarían en cantidades muy manejables para países en desarrollo.
EC - Según lo que está previsto en el proyecto, este reactor podría emplearse en países que sin experiencia ni recursos humanos capacitados en el manejo y control de la energía nuclear. Estamos hablando de un paquete que se compra cerrado.
AB - Uruguay tiene la oportunidad en este momento (en este momento, tal vez más adelante sea muy difícil hacerlo, eso lo explicó muy bien el profesor al ministro Lepra, que estaba presente) de participar en el INPRO, por lo tanto de participar en el desarrollo del reactor y por lo tanto nuestros técnicos van a desarrollar los conocimientos en conjunto con otras naciones que tampoco tienen experiencia. Luego la operativa del reactor es muy interesante, porque los materiales e incluso el combustible se van a hacer centralizados en el lugar más adecuado que decidan estos países. Y el ensamble de las partes (que ya han sido licenciadas y aprobadas dentro de la tecnología nuclear y ensayadas hace muchísimo tiempo para otros reactores de otro tipo) se puede hacer aquí mismo en Uruguay o en cualquier otro de los países integrantes del proyecto. Esos países van a participar en la tecnología a medida que se desarrolla el proyecto y después cuando se desarrolle la parte más interesante, que es el prototipo y el ensamblado.
EC - Son unidades de pequeño tamaño, ¿cuál es el tamaño que se calcula?
AB - El volumen es pequeño, estamos hablando de subcilindros de dos o tres metros, por seis a nueve metros como máximo de altura.
EC - ¿Qué pasa cuando el combustible se agota? ¿Cuándo se agotaría, cuántos años después de su puesta en funcionamiento?
AB - Esa parte es muy interesante. Imagine que usted en su casa tenga un casete y utiliza toda la energía que necesita sin ningún problema y recién después de diez años tenga que cambiar ese casete. Estamos hablando de un reactor que puede tener su combustible sellado durante diez años, luego va a venir la OIEA a retirar ese casete, va a poner otro nuevo y usted seguirá otros diez años.
Esa organización se va a hacer cargo del combustible de desecho, que a su vez puede ser utilizado en múltiples aplicaciones de tecnología nuclear.
EC - Esto también es novedoso, ¿cómo es?
AB - En los reactores más antiguos al hablar de combustibles estaríamos hablando de barras de combustibles largas, a veces de nueve, diez, doce metros, que a su vez tienen una gran cantidad de otras barras dentro que una vez que han sido activadas uno no puede acercarse a metros de distancia so pena de morir irradiado. Una vez que están irradiadas, inmediatamente después de salir del reactor tienen que pasar a una piscina donde bajan su nivel de radiación. El manejo de ese material se hace bastante más difícil.
En el caso del reactor del pueblo se trata de pequeñas esferas (el profesor mostró una de ellas, por supuesto sin uranio 235) muy manejables y que pueden ser perfectamente reutilizadas, como estamos intentando en el país y como ya tienen Argentina y Brasil. El subsecretario Ponce de León indicó en el Senado que estaba muy interesado en seguir los proyectos que empezamos de irradiación de alimentos, que le permitirían a Uruguay exportar hamburguesas y otros cortes a países que no aceptan ningún otro tipo de proceso de inertizar esos alimentos que no sea la radiación. Hay una gran cantidad de barreras fitosanitarias en el mundo y hay países que directamente no reciben sus alimentos si usted no los irradia. Eso Argentina y Brasil hace rato que lo han resuelto con plantas de irradiación de alimentos.
Otra área muy interesante es el tema de los residuos hospitalarios. Existen plantas que por medio de radiación esterilizan estos productos. Usted puede empaquetar, hacer todo el packing de exportación y simplemente lo pasa a través de una cinta, se lo irradia rápidamente y queda totalmente inerte a todos los efectos, lo cual hace que el proceso sea muchísimo más barato y, sobre todo, seguro.
Hoy en Uruguay estamos utilizando una técnica muy antigua y peligrosa (peligrosa en el sentido general, porque cuando uno tiene mucha experiencia en el proceso no tiene ningún problema ulterior) desde el punto de vista de los riesgos, que siempre existen. Son técnicas ya superadas en otras partes del mundo.
También tiene aplicaciones en agricultura, en el estudio de los suelos, en el estudio del ambiente. Cuando hicimos el emisario en Montevideo se tuvo que hacer un buen estudio de las corrientes del Río de la Plata y eso se hizo con marcadores radiactivos. Ahí se descubrieron cosas que no sabíamos sobre el movimiento de las aguas desde la bahía de Montevideo hacia la playa de Carrasco. Y muchas otras cosas muy importantes para el proyecto. Eso se hace normalmente utilizando marcadores radiactivos.
En los antiguos reactores esto constituía un desecho, aquí se constituye en un producto. Lo explicó muy bien el profesor en el panel.
EC - Estamos recibiendo una cantidad de preguntas de los oyentes, varias de ellas cargadas de un muy fuerte escepticismo, cuando no directamente de rechazo.
Raúl, por ejemplo, dice: "Me gustaría que el entrevistado indicara durante cuántos años los sitios de los reactores continúan emitiendo radiaciones que afectan la salud humana".
AB - Los sitios de los reactores no van a emitir ninguna radiación que ponga en peligro la vida humana porque tiene su protección biológica como ante toda fuente radiactiva. Raúl tiene que tener en cuenta que él está rodeado de fuentes radiactivas hoy, en este momento. El presidente de la República, el doctor Vázquez, tiene fuentes radiactivas con las cuales sana a pacientes con cáncer. Podemos hablar horas de las aplicaciones medicinales con fuentes radiactivas que salvan la vida todos los días a uruguayos, argentinos y a la humanidad.
También tenemos fuentes radiactivas en la industria, por ejemplo en el caso de tener que medir el nivel de un reservorio donde tiene acero a 1.500 ºC, que está líquido y no puede poner nada en contacto con ese acero pero tiene que saber si el nivel puede llegar a subir tan peligrosamente que pueda desbordar. Se imagina el drama de desbordar acero a 1.500 ºC, la única forma de medir el nivel en ese caso es con fuentes radiactivas.
En el país tenemos miles de fuentes radiactivas activas en todas las aplicaciones, incluso en el estudio de suelos, incluso para protección del ambiente se hacen mediciones con productos radiactivos que controla la Reguladora de Tecnología Nuclear, que es parte del Ministerio de Industria, Energía y Minería.
EC - Pero con respecto a la pregunta concreta, cuántos años los sitios de los reactores continuarían emitiendo radiaciones que afectan la salud humana...
AB - No afectan a los humanos porque tienen sus protecciones naturales y en el momento en que se saca el casete, ese cubículo donde queda el producto radiactivo, se coloca otro y el desecho va a ser reprocesado en algún otro lugar para volverlo un producto que nuevamente se venda para las aplicaciones que mencionamos.
EC - Otra pregunta de Raúl: "Puede ser segura la operación pero seguramente nuestro país será dependiente de la provisión de combustible desde los productores extranjeros".
AB - Por supuesto, es cierto, si no participamos en el INPRO, si no participamos en este proyecto ni en ningún otro alternativo. Pero de todas maneras, en el peor de los casos, la incidencia del costo del combustible en la explotación dela Central Batlle, de la Central La Tablada, de estas centrales nuevas o de las que queríamos hacer de ciclo combinado, es del orden de 77% del costo final, usted está comprando permanentemente un producto que no tiene en el país y son ríos, tsunamis de fueloil, gasoil o gas licuado contra volúmenes tremendamente pequeños, relativamente hablando, por potencia, de este tipo de productos en que la incidencia llega a solo 17% del costo final.
EC - Otro mensaje: "No quiero nada de nuclear en el país donde vivirán mis hijos. ¿Por qué no insistir con las energías renovables?".
AB - Le tengo una mala noticia: ya convive con miles de fuentes radiactivas. Pero por supuesto que tenemos que apostar a las energías alternativas, a la eólica, a la biomasa, a las que podemos en las que tenemos muchas ventajas comparativas. Pero invito a la oyente a que averigüe datos concretos y empiece a hacer un cálculo sencillo de cuánta inversión necesita en energía eólica, por ejemplo, y no solo en el generador, también en las líneas de transmisión hacia cada uno de esos generadores, para lograr los 600 megavatios de potencia que hoy necesitamos en el país. Y que multiplique por cinco, porque en energía eólica, para tener estadísticamente seguro un megavatio de energía eléctrica necesitamos instalar cinco megavatios.
EC - Si entiendo bien, de todos modos la apuesta implícita en una conferencia como la del Teatro del Centro es a la diversificación en cuanto a las fuentes de energía.
AB - Absolutamente, el profesor es un gran defensor de las energías alternativas, ha tenido injerencia en Brasil en distintos proyectos de este tipo. Yo personalmente he sido un impulsor de la energía eólica y mucho ayudé al desarrollo de una central muy interesante que se hizo con residuos de la ciudad de Maldonado. Tenemos que iren ese camino, vamos a tener un surplus de biomasa a partir de la explotación de celulosa que nos va a permitir tomar distintos caminos, entre ellos podría estar el etanol pero con base celulósica, que es muchísimo menos polucionante que con base en maíz, en sorgo o en caña de azúcar.
Tenemos muchas y buenas posibilidades de energía alternativa, la que está en primera línea sin duda es la eólica, teníamos una gran ventaja comparativa en conocimientos a principios del siglo pasado y no la seguimos desarrollando. Pero las cantidades de estas energías no suplen las necesidades actuales, tenemos que hacer un salto energético para poder independizarnos y no seguir escuchando que algunos empresarios van a Buenos Aires para hacer una inversión en Uruguay.
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EC - Decíamos que Sefidvash es iraní, se doctoró en energía nuclear en Londres en los años sesenta, y hoy se desempeña como profesor de ingeniería nuclear en la Universidad de Río Grande del Sur. El miércoles estuvo en Montevideo y usted fue uno de los organizadores de la conferencia. Una conferencia en la que además del invitado se había conformado una mesa en la que se encontraban el ministro de Industria, Energía y Minería, Jorge Lepra, el subsecretario de Vivienda y Medio Ambiente, Jaime Igorra, el senador Eleuterio Fernández Huidobro, el doctor Luis Alberto Lacalle, el ingeniero Ruperto Long, representantes de las distintas universidades, de las privadas y de la estatal, y también representantes de la Asociación Uruguaya de Generadores Privados de Energía Eléctrica. ¿Qué se buscaba con el acto del miércoles? ¿Cuál era el objetivo?
AB - Nuestro objetivo principal (incluyo al diario El País y al doctor Carlos Maggi, sin quienes habría sido imposible hacer tamaña presentación e invitar a este profesor) era que comenzáramos a discutir el tema de la energía nuclearcon pasos mucho más concretos y con posibilidades ciertas de que Uruguay pueda participar con sus técnicos, con sus expertos y necesariamente con el apoyo político de todos los partidos, porque la gente es la que decide y el público en general, todos nosotros tenemos que decidir. Luego nuestros representantes tienen que operar, pero primero tenemos que estar informados.
Los más capacitados de la sociedad son los que tienen que trabajar en la técnica específica, esto es una gran oportunidad que tenemos hoy, que seguramente se va a cerrar en los próximos años porque vamos a tener 25 proyectos o más de reactores que se van a poner en funcionamiento en los próximos cinco años y China va a estar entre uno y dos reactores nucleares por año. Por lo tanto va a pasar lo mismo que con la eólica, llegamos tarde, hoy hay que ponerse en lista de espera para que le fabriquen un equipo eólico, y ni que hablar de desarrollo tecnológico. Todavía tenemos la puerta abierta del INPRO para participar, para que muchos de nuestros jóvenes, que tienen muchas ganas de estudiar tecnologías modernas y quedarse en el país viviendo de una industria seria y bien vista y bien paga a nivel internacional, puedan participar.
EC - El doctor Sefidvash fue muy insistente en la conveniencia de que Uruguay se incorpore a los estudios que viene preparando este proyecto de reactores del pueblo, fue muy enfático en la conveniencia para nuestro país de esa participación.
Me gustaría averiguar por qué, dónde estaban las razones que lo llevaban a insistir tanto en el caso de Uruguay. Vamos a hacerlo en el espacio de la Tertulia, porque usted acaba de mencionar a Carlos Maggi, que fue otro de los impulsores de la venida del doctor Sefidvash, y ya que él está presente puede ser bueno escucharlo a él y a los otros integrantes de la mesa.
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MAURICIO ROSENCOF:
Me parece muy bien que hayan invitado al asesor energético de Carlos Maggi.
EC - Están trabajando juntos con el ingeniero Bermúdez desde hace meses, ¿no, Carlos?
CARLOS MAGGI:
Hemos hecho un buen tándem, Bermúdez es el hombre que he encontrado que sabe más, yo soy el que sabe menos, entonces el dúo es bueno.
EC - Seguimos en Tertulia con la participación del Ruso Rosencof, Carlos Maggi, Alberto Volonté y Carmen Tornaría.
Estábamos con el ingeniero Bermúdez por un lado conociendo el proyecto Reactor del Pueblo y por otro las novedades surgidas de la conferencia que dio el miércoles en el Teatro del Centro uno de sus impulsores, el doctor Farang Sefidvash.
¿Por qué el término "reactor del pueblo", ingeniero Bermúdez?
AB - El término surgió, no necesariamente por su autor sino por la idea, mucha gente se enamoró de esa idea. Por el hecho de ser abierto y de poder participar muchos países de distintos tamaños y distinta influencia en la organización lo asimilaron a algo muy democrático, muy abierto, generalmente uno dice "esto del pueblo" cuando quiere hablar de algo muy abierto y muy democrático.
MR - No lo bautizó Chávez, ¿no?
CM - Yo quería contar a propósito de eso una anécdota que me gustó muchísimo. Cuando le preguntaron a Sefidvash cuánto costaba el reactor, él dijo que estaba a mil pesos el kilovatio, entonces Fernández Huidobro dijo: "Yo no tengo una computadora, pero si mis números están bien, ese reactor cuesta 40 millones de dólares, ¿es verdad?"; "Sí, yo no tengo el cálculo exacto pero pienso que en el entorno de 40 millones", dijo el iraní. Y Fernández Huidobro dijo: "Entonces me compro uno para mí, porque si nosotros gastamos 100 millones en la central que acabamos de hacer en Puntas del Tigre y el primer año funcionó seis meses y consumió 187 millones de gasoil, este, que no consume nada durante diez años y cuesta 40 millones de dólares, me parece muy barato".
EC - ¿Qué dice usted sobre esos números?
AB - Los ingenieros somos mucho más complicados para decir algo tan simple y tan bien como lo dijo Maggi.
EC - ¿Podemos extendernos un poco en ese tema de la inversión necesaria y los costos de operación?
AB - El profesor explicó, respecto de los costos que al no tener todavía el prototipo, hace una medición indirecta. Hay un proyecto que está muy avanzado, yo tuve la suerte en Viena de participar en una reunión con unos sudafricanos que trabajan con un reactor nuclear que, a diferencia del de Sefidvash, que es de lecho fijo, es de lecho fluido y trabaja con gas en vez de agua, tiene otras características, permite incluso trabajar con temperaturas mucho más altas, podría generar hidrógeno para el transporte con celdas de combustible, tiene otras alternativas, pero tiene muchos puntos en común desde el punto de vista de los materiales. Como habíamos visto por las preguntas del público, los materiales son muy importantes, porque es lo que garantiza la seguridad humana y el funcionamiento. Él hizo un cálculo creyendo en los valores que han manejado los sudafricanos, es una medición indirecta. No vamos a saber exactamente el costo hasta que se haga un prototipo.
EC - Todavía no estamos en la etapa siquiera del prototipo. Eso es una ventaja, según lo que enfatizaba Sefidvash en la conferencia, por el lado de la eventual participación de Uruguay en esta institución, el INPRO. ¿Qué quiere decir la sigla INPRO?
AB - Reactores Nucleares Innovativos, en inglés.
CM - "International Project."
EC - ¿Cómo se daría la participación de Uruguay? ¿Cuánto costaría? Otro factor que siempre aparece en estos debates.
AB - Muy probablemente esté dentro del entorno de las cifras que él mostró.
EC - ¿Cuánto costaría participar, cuánto le costaría al país tener su presencia en este instituto y por lo tanto en la elaboración de este proyecto?
AB - En este momento participar le cuesta al país solamente una carta del director de Energía dirigida al ingeniero Sokolof, presidente del INPRO, diciendo que Uruguay quiere participar. Hoy le cuesta solamente eso.
EC - ¿Qué tendría que aportar Uruguay?
AB - Técnicos, trabajo, conocimiento, formar un grupo técnico que pueda participar hoy, ya, en los grupos que están en marcha de Vietnam, Turquía y creo que Suiza.
CM - La decisión de si Uruguay es aceptado o no depende de Sefidvash, que ya adelantó que sí porque está muy entusiasmado. Está muy entusiasmado con Uruguay porque es uno de los países típicos para ganar mucho con su modelo.
EC - ¿Por qué?
CM - Porque no necesita líneas de transmisión. Como tiene nada más que 40 megavatios de producción se instala donde se necesita esa electricidad, y cuando se necesita en otro lado se hace otro, porque el costo es inmensamente bajo. Cuando él dijo 40 millones, alguien le preguntó lo que el ingeniero Bermúdez describió recién: ¿cómo, sin haber hecho un prototipo, puede saber el costo? Y él dijo una cosa muy modesta que me gustó mucho: "Mi proyecto no innova nada más que en un punto, es absolutamente convencional y se va a hacer todo con accesorios que ya están hechos y funcionando y están probados. El cambio que yo hice es en cómo se presenta y se maneja el combustible". En el reactor de Sefidvash no hay desechos porque el tanque donde está el combustible se devuelve al fabricante y el fabricante trae otro lleno, que lleva nada más que cuatro toneladas, que caben en un camión cualquiera. Ese combustible dura diez años y no queda el desecho en el país que lo consume, se llevan el tanque cerrado y traen otro nuevo. Ese es el cambio sustancial que introdujo este hombre, pero no el reactor en sí mismo, que se compone con las mismas piezas que están en uso en el mundo, hay 400 funcionando y no pasa nada.
EC - Si entiendo bien, el hecho de que un país participe en la elaboración de este proyecto le da derechos a su vez en el futuro. ¿El país es copropietario de la patente, socio en la empresa que lo fabrique? ¿Cómo es eso?
AB - De eso se trata. Somos grandes inversores en royalties, compramos siempre tecnología hecha por otros países y pagamos hasta el último peso, lo que muchas veces nos ha generado deuda externa. En este caso sería completamente a la inversa, participaríamos en ese proyecto abierto, tendríamos derechos, tendríamos licenciamientos propios y tendríamos la oportunidad para nuestra industria de fabricar partes de este reactor y exportarlas, porque esto necesariamente va a permitir la participación de la industria de los países que hoy empiecen a ser el estudio.
EC - Me gustaría que ahora en la mesa discutiéramos un poco a propósito de este proyecto, de lo que se ha conocido. Por ejemplo Carmen, seguramente muy lejana a estas tecnologías por su formación, por su profesión, ¿qué has podido sacar como conclusión?, ¿qué impresión tenés?
CARMEN TORNARÍA:
Los grandes saltos en la historia y en el progreso han tenido que ver con la innovación energética, desde que el hombre aparece sobre la tierra, desde el fuego en adelante los grandes saltos se han dado a través de eso.
Pero escuchando al ingeniero Bermúdez, cuando tú le preguntabas por qué se llamaba el "reactor del pueblo", hice una conexión, me parece que este minirreactor vinculado con la energía atómica es lo que Linux es a la informática desde el punto de vista de la democratización y el acceso de todo el mundo.
EC - ¿Cómo le resulta esa comparación, ingeniero Bermúdez?
AB - Muy correcta, la idea es muy similar. Y tiene otros puntos de contacto, estamos hablando de una gran empresa como Microsoft, que fue multada varias veces por su comportamiento, en contraposición con Linux, que representa el otro bando totalmente distinto y con objetivos muchísimo más loables. Creo que haber entendido que el Proyecto Ceibal también tiene base en software de Linux, que es un software abierto.
En este caso podríamos participar como participa Vietnam, como participa Turquía, y además el profesor añadió la posibilidad de que Uruguay (que él indicó tiene un muy buen nombre a nivel internacional como centro financiero) participara como el centro financiero del proyecto, atrayendo inversiones de capital para la parte de desarrollo del prototipo y los distintos ensayos, y después también en la explotación del producto.
EC - ¿De dónde podría venir esa plata? ¿Hay orígenes más o menos estimados?
AB - El ministro de Economía (todos nuestros de Economía, pero sobre todo el actual) ha salido al exterior a destacar estas virtudes de Uruguay, y el hecho de haber pasado la tremenda crisis de 2002 como lo hemos hecho, pagando hasta el último centavo, a diferencia de lo que pasó en Argentina, que hizo una quita del orden de 85%, nos ha dado un nombre a nivel internacional. Al público le llamó la atención porque el profesor dijo que somos un centro financiero y que tenemos poca burocracia y que un país pequeño podía manejar esto mucho más rápido que otros países. En ese caso se nos asimiló a Suiza.
MR - ¿De qué país hablaba?
EC - Mauricio, Alberto, alguno de ustedes fue a la conferencia también, ¿cómo lo ven?
MR - Es algo que suena como revolucionario, porque una de las grandes inquietudes que tenemos en el país como es la cuestión energética. Lo escuchaba a Bermúdez que hablaba de la obtención de etanol de pasta de celulosa, de la energía eólica, y de pronto aparece una propuesta de esta naturaleza en un país con reticencia a la utilización de energía atómica. Da la impresión de que esto arroja aceite sobre las aguas desde el punto de vista presupuestal y de los riesgos de la contaminación. Uno oye hablar de esto y antes pensaba en Hiroshima, ahora piensa en Chernobyl. Me quedan no dudas pero sí interrogantes en cuanto a cómo funcionaría, se me ocurre que la fabricación sería en serie, porque si están Vietnam, Turquía, Suiza y ahora con una carta estaríamos nosotros también, ¿dónde se produciría, cómo se produciría, quién es el responsable de su fabricación? Es simplemente la inquietud de cómo se fabricaría algo tan interesante. Y pienso en aquel ejemplo que ponía siempre Maggi, que Stora Enso no podía terminar de afincarse para fabricar ya no pasta de celulosa sino papel porque necesitaba más energía y por falta de energía tuvo que postergar. Problemas de esa naturaleza se resolverían con un reactor del pueblo.
CM - Agrego una cosa a lo que dice Mauricio: como el proyecto ha nacido de y es auspiciado por la OIEA la fabricación y la realización del reactor es un problema internacional, se va a fabricar donde se fabrican las piezas para los reactores de todo el mundo, porque este reactor lleva un mínimo de piezas especiales, lo explicó con mucha modestia el inventor, dijo "yo no inventé prácticamente nada, lo único que solucioné es que el combustible sean bolitas para que se puedan desplazar y la ley de la gravedad las haga caer en un recipiente". Cualquier inconveniente que tiene el reactor, en vez de prender una luz amarilla para que hagas algo, hace que las bolitas caigan hacia un recipiente blindado, en el que fue traído el material, sin riesgo para nadie, y el reactor deja de funcionar.
EC - Esas "bolitas" están inmersas en agua.
CM - Esas bolitas, que son de un centímetro y medio (él tenía una de vidrio entre los dedos, exactamente como las que van a estar dentro), son levantadas por una corriente de agua muy poderosa. Cuando la corriente de agua poderosa cesa, la ley de la gravedad, que no falla nunca, las hace caer, si no, quedarían suspendidas en el espacio de manera extraña. Y cuando caen, caen en un recipiente abajo que hace interrumpir la reacción en cadena y quedan bloqueadas por una cosa que está totalmente protegida para no irradiar alrededor. Ese es el gran invento de seguridad, 100%. La fabricación de ese aparato se va a hacer donde se fabrican actualmente todos los accesorios de un reactor atómico menos ese tanque donde se lleva el combustible y la parte de arriba donde se quema el combustible. Eso es lo nuevo que tendrán que hacer las empresas que hacen las otras partes de los reactores.
EC - ¿Alberto?
ALBERTO VOLONTÉ:
Fue una impresión excelente, tuve la suerte de escuchar a ese hombre. Primero hay que hacer un reconocimiento, porque Carlos Maggi hace ya mucho tiempo que desde su pluma y acá con su palabra viene despertando un letargo, yo era de los aletargados en materia de utilización de la energía atómica para la producción de energía eléctrica. Esto ha creado un estado de revolución en materia energética. Me gustaría que el ingeniero Bermúdez destacara, él con mucha más precisión que yo, las virtudes de la seguridad que tiene este equipo. Porque el tema de la energía atómica es muy interesante, la energía en sí es la más limpia y la que se adapta mejor a las exigencias más severas de preservación del ambiente, los peligros de contaminación son por errores en el funcionamiento, por desperfectos o por inconvenientes en los equipos. Entonces, si se demuestra que los equipos pueden llegar a la perfección, que el funcionamiento puede ser el adecuado y que por tanto la seguridad nos deja totalmente tranquilos, encontramos una energía limpia, constante y barata. Por lo tanto le pediría a Álvaro que haga hincapié, porque toda la resistencia a la utilización de la energía nuclear es por problemas de seguridad. Lo de Chernobyl fue un desperfecto vinculado con una suerte de omisión de quienes tenían la responsabilidad del manejo; pero no quiero entrar en ese tema. Hay que hacer conciencia de que estamos ante la posibilidad de utilizar energía atómica sin riesgo para nadie.
MR - Lo de Chernobyl no fue un desperfecto técnico, para abaratar costos la entonces Unión Soviética a los reactores en vez de ponerles dos camisas, les ponía solamente una. Las camisas son estructuras de hormigón para impedir que en caso de accidente salga la radiación. Por eso el control y la elaboración de estos reactores populares importan mucho, por lo menos a mí me despierta esa inquietud.
AB - Muchas de las cosas referidas a seguridad ya se han dicho, las han dicho ustedes con palabras muy exactas. Respecto de lo que decía Rosencof, el tema de los grandes reactores y estos pequeños reactores, hay una gran ventaja desde el punto de vista de la seguridad por el total manejo de energía que involucra a uno y a otro. Ustedes habrán visto que siempre se habla de un costo de energía se habla de un megavatio o kilovatio eléctrico, a diferencia de otro tipo de megavatio, que generalmente se dice que es el megavatio térmico. Siempre en los reactores nucleares se tratan muy especialmente estas dos cantidades, porque para tener un megavatio eléctrico en nuclear probablemente se manejen energías térmicas que son tres o cuatro veces mayores dentro del reactor. Entonces cuando estamos hablando de una de las cuatro unidades de Chernobyl, estábamos hablando de reactores de miles de megavatios de energía, multiplicados por tres o por cuatro, estamos hablando de una cantidad de energía muy grande que evidentemente viene asociada con protecciones biológicas sumamente importantes.
Con estos reactores pequeños eso también proporcionalmente baja tremendamente y resuelve muchos de los problemas de radiación. Me pareció excelente la exposición del tema desde el punto de vista de que el error muchas veces es humano más que técnico, pero en este caso además tenemos a favor la ley de gravedad, lo cual hace que en los nuevos reactores, en todos los proyectos nuevos se empiece a hablar de seguridad pasiva, de seguridad inherente, de seguridades que antes no podíamos tener porque estaban en los paneles de control de las computadoras y en los sistemas de pronto auxilio, y además en esquemas de seguridad que dependían exclusivamente de los sistemas automáticos.
En este caso, como explicó Maggi, depende exclusivamente de la ley de gravedad, y la ley de gravedad trabaja un poco más de ocho horas por día, entonces podemos estar bastante tranquilos. En el caso de Chernobyl pasó algo parecido, faltaron los especialistas en el momento en que era necesario, además de llevar el reactor a un punto de trabajo que al diseñador había dicho específicamente que no se debía llevar, era un reactor muy particular que llevado a un punto de mínima energía se volvía inestable. Y eso fue exactamente lo que hicieron técnicos, que no estaban capacitados para hacerlo, porque el ingeniero jefe estaba durmiendo, no estaba de guardia.
Esto es absolutamente distinto, totalmente distinto, es un nuevo concepto, todos los nuevos reactores van a salir con conceptos de seguridad pasiva, inherente, va a ser totalmente otra tecnología. Pero no nos engañemos, los de antes son seguros porque hace 50 años que están funcionando, algunos en Estados Unidos ahora van a llegar a 60, y no han tenido ningún incidente. Estamos hablando de una gran cantidad de países y de más 420 reactores en el mundo sin ningún tipo de problemas.
EC - De todos modos, estamos hablando de un proyecto que todavía está lejos de su concreción. Hay que mirar en un horizonte ¿de cuánto?, ¿de diez años?
AB - Eso decía el señor Sefidvash cuando hablábamos en privado, él ve las cosas a un máximo de cinco años.
EC - ¿Y en cuanto a la participación de Uruguay?, ¿salió alguna novedad de la conferencia del miércoles?
AB - Creo que hubo un convencimiento general, pero quienes tienen la mano en el truco son el señor ministro de Industria, Energía y Minería, y el director de Energía y la Reguladora.
CM - Me gustaría no cerrar este espacio sin destacar un aspecto de la reunión del Teatro del Centro. Había 250 personas, todos especialistas (menos algunas excepciones como yo). Pude seguir muy bien las cosas porque el hombre eludió todo lo que era técnico y dio explicaciones al alcance de cualquiera. El espectáculo extraordinario fue que las 250 personas tuvieron la posibilidad de hablar y ni una sola planteó el problema de la seguridad después de que el disertante explicó. Nadie dijo "a mí me quedó una duda", ninguna. Así que las dudas quedaron para los que no fueron.