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La relación entre el Parlamento y el Poder Ejecutivo en el gobierno del Frente Amplio

La funciones de legislar y controlar que tiene el Poder Legislativo son fundamentales en la democracia. Una denuncia del diputado blanco Sergio Botana llamó la atención sobre este punto, en medio de una administración con mayoría oficialista en ambas cámaras. El siguiente informe de En Perspectiva da algunas respuestas.

(Emitido a las 8.45)

EMILIANO COTELO:
Las relaciones entre los poderes del Estado son un tema central en el funcionamiento de una democracia.

En los últimos tiempos la relación entre la Justicia y el Poder Ejecutivo e incluso la relación del Poder Judicial (PJ) con el Poder Legislativo (PL) han estado en la agenda de discusión. Podemos recordar, por ejemplo, los pedidos de desafueros de legisladores o todo lo vinculado a la revisión de las violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura.

Sin embargo, un capítulo no menor de este debate es la relación entre el Poder Ejecutivo (PE) y el PL. Aquí también se pone en juego lo que se conoce como "frenos y contrapesos". Y aquí también se pone en juego el funcionamiento correcto de la democracia.

Hoy, justamente, queremos detenernos en la relación entre estos dos poderes, el PE y el PL, a partir de las denuncias planteadas hace pocos días por el diputado Sergio Botana, de Alianza Nacional, Partido Nacional.

En primer lugar, Botana acusó a la bancada del Frente Amplio de no permitirle realizar un planteo político que procuraba cuestionar el papel que viene cumpliendo el Parlamento. Hablando en Índice 810, Botana explicaba su inquietud. "Estamos perdiendo mucho poder. Vamos a entregar a la generación del futuro un Parlamento débil, que no cumple con su rol, que está produciendo leyes de baja calidad porque la mayoría frenteamplista se deja mandatar por integrantes de una burocracia de quinta división, porque la mayoría frenteamplista tolera que no se contesten los pedidos de informe. Cómo vamos a ejercer el control si desde que se inició este período el Partido Nacional tiene 192 pedidos de informes con fecha vencida, pasados de fecha. Hay uno de marzo del mes que asumimos y todavía no les ha dado el tiempo para contestarlo", remarcó el legislador.

En resumen, Botana habla de un Parlamento débil que no cumple su rol, un Parlamento que produce leyes de baja calidad y destaca que hay 192 pedidos de informe no contestados y ya fuera de plazo desde que se inició esta legislatura. Estas acusaciones son severas y, en caso de ser ciertas, suponen un alerta importante sobre el funcionamiento de la democracia uruguaya.

Por eso la producción de En Perspectiva estuvo investigando sobre estos tres puntos.

¿Es débil nuestro Parlamento?

El politólogo Daniel Chasquetti, integrante de la tertulia de los jueves, se ha especializado en el estudio de los Parlamentos y, precisamente, en las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo. A él le preguntamos si el Parlamento uruguayo es débil. "Respecto de la acusación de que el Parlamento es débil habría que ser más precisos. Yo creo que el Parlamento es débil desde el punto de vista institucional. No es un Parlamento como sucede con otros Parlamentos del mundo, como por ejemplo el estadounidense, el brasileño o el chileno que favorecen la construcción de carreras legislativas de los representantes. Que fortalecen de manera decidida los órganos como las comisiones, con asesoramiento y recursos para los legisladores. Este es un Parlamento que gasta poco en eso y que está más preocupado por el papel que cumplen los partidos. Esto es una decisión institucional que Uruguay resolvió hace ya mucho tiempo. Yo ubicaría la decisión en torno a los inicios del Siglo XX. Sin embargo, en el Parlamento, y aquí está la paradoja, es donde conviven los partidos y donde políticamente se negocia la construcción de mayorías para poder legislar, para que un gobierno sea eficiente. Y en ese sentido, toda construcción de mayorías exige costos. Entonces, el Parlamento es débil en términos institucionales pero bastante fuerte en términos políticos", consideró el politólogo.

Cuando Chasquetti habla de las carreras legislativas alude a que nuestro diseño institucional no las estimula como sí sucede, por ejemplo, en el Congreso estadounidense. No hay estímulos para permanecer en una comisión, destacarse y especializarse en ella.

Por otra parte, plantea que el Parlamento "está más preocupado por el papel que cumplen los partidos". Esto significa que pesa más la institución partido político que el propio parlamento, por ejemplo a la hora de votar una ley o de definir una estrategia en el PL.

En definitiva, Chasquetti anota que siempre hemos tenido un Parlamento débil desde el punto de vista institucional pero que, como contrapartida, cumple un rol importante desde el punto de vista político.

Leyes relevantes

En cuanto a la acusación de que el Parlamento produce leyes de "baja calidad", en un estudio realizado por Daniel Buquet -otro contertulio- y Daniel Chasquetti se señala:

"En el año 2006 fueron sancionadas 147 leyes, 95 propuestas por el Poder Ejecutivo (65%) y 52 por el Parlamento (35%). En ese mismo lapso fueron presentados 321 proyectos de ley, de los cuales 131 llevaban la firma del Ejecutivo y 190 del Legislativo."

Un detalle importante vinculado a la productividad parlamentaria es que la cantidad de leyes aprobadas en el bienio 2005-2006 es la mayor desde la restauración democrática. Además, en cuanto a proyectos presentados, este Parlamento es más productivo: se han presentado más que en las tres anteriores legislaturas.

Ahora bien, ¿qué podemos decir de la "calidad" de esas leyes?

Existe lo que se conoce como "Índice de Importancia Política de las Leyes" que permite un tratamiento cualitativo (no ya en cantidad sino de calidad) de la legislación. Este índice clasifica a las leyes en tres grandes grupos: alta, mediana y baja importancia política.

Los indicadores que se utilizan en este índice son: que las leyes tratan sobre temas de importancia sustantiva, que provocan amplios debates en las Cámaras, que generan votaciones divididas y que logran trascendencia pública.

No nos vamos a detener aquí en cómo, a su vez, se construye cada indicador pero, Chasquetti y Buquet dicen que "la aplicación de este índice muestra que durante 2006 se aprobaron siete leyes de alta importancia política, 85 de mediana importancia, y 55 de baja importancia". Vale remarcar que las siete leyes de "alta importancia" corresponden a proyectos provenientes del Ejecutivo.

Por su parte, en el 2005 se aprobaron 13 leyes de alta importancia.

Ahora bien, estas 20 leyes de "alta importancia" aprobadas en 2005 y 2006, ¿son más o menos que en los dos primeros años de anteriores legislaturas?

Desde la restauración democrática en el 85, esta legislatura es sólo superada, precisamente, por aquella en la que se reinauguró nuestra democracia. En el bienio 85-86 se aprobaron 27 leyes de alta importancia. Por otro lado, en el bienio 2000-2001 correspondiente al gobierno de Jorge Batlle, se aprobaron 15 leyes de alta importancia.

Fiscalización al Poder Ejecutivo

Por último, el diputado Botana planteaba que hay 192 pedidos de informe sin contestar y con plazos "vencidos". Evidentemente,   Botana estaba preocupado por lo que serían trabas a la fiscalización que el Parlamento hace del Poder Ejecutivo.

La estadística indica que durante el 2005 y el 2006 los ministros y subsecretarios concurrieron al Parlamento en 240 ocasiones y se realizaron 10 interpelaciones y 10 llamados a ministros en régimen de Comisión General.

Chasquetti y Buquet plantean que:  "...sin ser el bienio más alto, el 2005-2006 se ubica como uno de los períodos con mayor número de incursiones del Legislativo sobre el gabinete."

En lo que tiene que ver específicamente con los pedidos de informe sin contestar, Chasquetti sostiene que esto no es muy diferente de lo que sucedía en administraciones anteriores. Claro, ello no significa que esto sea lo correcto.

Durante el año 2006, se presentaron 503 pedidos de informe al Ejecutivo, acumulando de esta forma un total de 1.012 en los años 2005 y 2006.

Un 62% de los pedidos fueron presentados por el Partido Nacional, un 19% por el Frente Amplio y un 17% por el Partido Colorado.

Los politólogos Chasquetti y Buquet plantean que "el Frente Amplio cedió su papel central en materia de fiscalización del Ejecutivo a manos del Partido Nacional."

También, de acuerdo a los datos recogidos por ellos, el Poder Legislativo recibió 578 respuestas, lo cual indica que un 57% de las solicitudes fueron respondidas. El Ministerio del Interior ha sido el más eficiente a la hora de responder.

Por último, la eficacia en la respuesta es bastante similar a los dos primeros años de la legislatura anterior, es decir el período 2000-2001. En esos años se contestó un 58% de los pedidos de informe. Pero, en lo que va de la presente legislatura, el tiempo promedio de respuesta es significativamente menor: 103 días contra 148 de los años 2000 y 2001.

La visión de las elites

Por último, en la consulta con Daniel Buquet apareció otra mirada. Daniel nos presentó los resultados de la Encuesta Permanente de Elites, que el Instituto de Ciencia Política lleva adelante desde el año 2001.

Esta encuesta se realiza año a año y los entrevistados son dirigentes políticos, gremiales, empresariales, intelectuales y periodistas. "Entre la elite uruguaya predomina la visión de que el Poder Ejecutivo se impone sobre el Poder Legislativo. En el período del gobierno anterior, es decir hasta el año 2004, los encuestados que compartían esta visión estaban en el entorno del 50%. Ahora, en la edición realizada ya con el actual gobierno en el año 2005, la cifra de quienes creen que el Poder Ejecutivo se impone sobre el Poder Legislativo ascendió a más del 70%. Es decir que, no sólo se mantiene esta visión sino que una vez que tenemos un gobierno que tiene una mayoría legislativa propia, prácticamente se hace hegemónica la visión que le otorga al Parlamento un papel subsidiario cumpliendo fundamentalmente el rol de aprobar iniciativas legislativas que envía el Poder Ejecutivo", señaló.

Conclusiones

En conclusión, si bien la opinión que surge de la encuesta de élites coincide con la preocupación del diputado Botana que mencionábamos al comienzo, los números que recogimos al comparar esta gestión parlamentaria con períodos anteriores no muestran que se estén generando leyes de baja calidad ni que el Poder Ejecutivo incumpla gravemente con la respuesta a los pedidos de informe. Al menos, no aparecen grandes diferencias con las legislaturas previas.

De todos modos, queda pendiente la inquietud de Daniel Chasquetti sobre la escasa fortaleza institucional que desde siempre ha caracterizado al Parlamento, sus recursos, los asesores disponibles y el funcionamiento de las comisiones.


Producción: Fernando Rosemblatt