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18.07.2003




























Alpargatas: la historia del calzado

Vaya uno a saber cuál fue el origen. De lo que no hay dudas, es que es viejísima. Lo rudimentario de su fabricación, así como la simpleza de los materiales con los cuales está confeccionada, hacen aparecer la alpargata en épocas remotas, remedando quizás algún calzado utilizado por los griegos o romanos. Las primeras referencias concretas pueden encontrarse en la Edad Media - por ahí cuando los europeos se dedicaron a descubrir el nuevo mundo- donde es posible encontrar registros, más que nada, de los fabricantes de ese tipo de calzado. Sabido es que la lista de los gremios de los artesanos eran, por esa época, uno de los métodos más confiables de registrar a las personas.

Y ya por esos siglos aparecen varios " alpargateros", en especial en el norte de España y el sur de Francia, donde este tipo de calzado es tan popular como en nuestras costas, además de ser seguramente habitantes de esa región los que las introdujeron al Río de la Plata

ORIGEN DEL NOMBRE

Sobre lo que no hay dudas es sobre el origen del nombre con el que las conocemos: las enciclopedias y diccionarios coinciden en indicar que el origen de la palabra alpargata está en el vocablo árabe albargat, plural de albarga, que significa abarca.

En cuanto al origen de este tipo de calzado en sí, bueno.... ahí la cosa se complica. Aunque la historia no registra el nombre del primero al que se le ocurrió arrollar una cuerda para fabricar su suela, habiendo cáñamo o esparto, sólo faltaba una tela burda para confeccionar la capellada, y un par de manos hábiles que cosieran el conjunto.

Lo que sí es probable que los jeques árabes impusieron a los españoles - entre otras tantas cosas- este calzado. Por la soltura y comodidad que presentaban a los caminantes, las zapatillas fueron adoptadas por los soldados de infantería de la Madre Patria, que las preferían para sus marchas forzadas al calzado de cuero.

Según parece, fue en primera instancia usada por las tropas de La Corona de Aragón, pero con el tiempo se extendió a toda la infantería española, conforme se desprende de un Real Decreto sobre los Tercios Provinciales de 14 de marzo de 1694, donde se lee "Y habiendo resuelto S.M. que además de los zapatos que se den a los soldados de estos Tercios con el vestuario, se compre por los corregidores un par de alpargatas para cada uno de los soldados, debiendo tener cuidado los maestres de campo de su cumplimiento".

Casi tres siglos después, siguiendo con el tema bélico, las tropas republicanas las adoptaron como su calzado de batalla para la Guerra Civil, quizá tanto por sus ventajas anatómicas, como por sus características democráticas.

LA ALPARGATA EN EL RIO DE LA PLATA

A pesar de que el cuero abundaba por estas regiones, y la bota de potro era el calzado por excelencia de nuestra campaña, poco a poco la alpargata fue ganando terreno no sólo en la ciudad sino también en el campo, donde la asociación de la bombacha criolla con la alpargata al pie es la mas normal cuando se piensa en los estribos de una montura campestre. Limitada primero a la clase baja, cuando las patricias rioplatenses se animaron a tomar los primeros baños de mar, lo hicieron calzadas con alpargatas.

A fines del siglo XIX se registraban en Buenos Aires y Montevideo varios talleres familiares dedicados a su confección artesanal. Dueño de uno de esos talleres en Buenos Aires, el Sr. Juan Etchegaray, forma una sociedad con la firma Douglas Fraser e hijos, de Escocia, de donde se importaban lona y otros artículos. Así se funda en el año 1885 la Fabrica Argentina de Alpargatas, y en el año 1890 su homónima uruguaya.

La tradicional alpargata Rueda se fabrica en la empresa Alpargatas Calzados del Uruguay ubicada en la Ciudad de Dolores departamento de Soriano, Uruguay.

BONDADES DE LA ALPARGATA

Que hace que este calzado, si se quiere rudimentario, haya perdurado en el tiempo, y aún sea moda en el siglo 21 ¿Calzar alpargatas es lo mas parecido a andar descalzo..., pero sin estarlo.

Es además un calzado muy fresco : la capellada de lona de algodón permite la ventilación del pie, y la fibra de yute de la suela absorbe la transpiración. (Es bueno señalar que el yute es una fibra muy higroscópica que a temperatura y humedad normales absorbe un 17 % de agua, mucho mas que el algodón, 8 %, y ni que hablar de suelas de goma).

También es, aunque no parezca, anatómico : a las pocas horas de calzarla, la zapatilla se acomoda al pie, toma su forma, aún en la suela.
Otro punto muy importante es que la alpargata es 100 % ecológica. Todos sus componentes son "made in naturaleza", desde la tela de algodón de la capellada, a la suela de yute, pasando por el hilo sisal de costura.

 



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