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08/17/2001































El siguiente es el texto completo del discurso del presidente de los Estados Unidos George W. Bush, tras ordenar el comienzo de los ataques:

"Siguiendo órdenes mías, las Fuerzas Armadas estadounidenses han comenzado los ataques contra los campos de entrenamiento de terroristas de Al Qaeda y contra las instalaciones militares del régimen talibán en Afganistán.

Estas acciones, cuidadosamente seleccionadas, están destinadas a impedir el uso de Afganistán como base de operaciones terroristas y para atacar la capacidad militar del régimen talibán.

Estamos unidos en esta operación con nuestro fiel amigo, el Reino Unido. Otros amigos cercanos, incluyendo a Canadá, Australia, Alemania y Francia han desplegado fuerzas según la operación se desarrolla.

Más de 40 países de Oriente Medio, Africa, Europa y Asia han garantizado la apertura de su espacio aéreo para el tránsito y aterrizaje de aparatos.

Muchos países más han compartido su información. Estamos apoyados por la voluntad colectiva del mundo.

Hace más de dos semanas, di a los líderes talibán una serie de peticiones claras y específicas. Cerrar los campos de entrenamiento, entregar a los líderes de la red Al Qaeda y liberar a los ciudadanos occidentales, incluyendo a los ciudadanos estadounidenses injustamente detenidos.

Ninguna de estas exigencias ha sido cumplida. Y ahora, los talibán pagan el precio.

Destruyendo los campos y cortando sus comunicaciones, haremos más difícil que la red terrorista entrene a nuevos activistas y coordine sus malévolos planes.

Al principio, los terroristas podrán esconderse en cuevas y otros sitios. Pero nuestra acción militar está también diseñada para despejar el camino a operaciones más amplias y sostenidas que les hagan salir y comparecer ante la justicia.

Al mismo tiempo, el pueblo oprimido de Afganistán conocerá la generosidad de América y sus aliados. Al tiempo que bombardeamos objetivos militares, dejaremos caer comida, medicamentos y suministros para los hambrientos hombres, mujeres y niños de Afganistán.

Estados Unidos es amigo del pueblo afgano y somos amigos de los casi mil millones de personas que profesan la religión islámica en el mundo.

Estados Unidos es enemigo de aquellos que ayudan a los terroristas y de los bárbaros que profanan esta gran religión cometiendo asesinatos en su nombre.

Esta acción militar es parte de nuestra campaña contra el terrorismo, otro frente de una guerra que incluye la diplomacia, la inteligencia, el bloqueo de activos financieros y los arrestos de conocidos terroristas mediante el refuerzo de las leyes en 38 países.

Dada la naturaleza y alcance de nuestros enemigos, ganaremos este conflicto mediante la paciente acumulación de éxitos, enfrentando una serie de retos con determinación y voluntad.

Hoy nos centramos en Afganistán, pero la batalla es más amplia.

Todas las naciones tienen una opción que tomar. En este conflicto, no hay terreno neutral. Si algún Gobierno patrocina a los criminales y a los asesinos de inocentes, se convertirá en criminal y asesino. Y tomará por su cuenta este camino asumiendo el peligro que conlleva.

Les hablo desde la Sala de Tratados de la Casa Blanca, un lugar donde los presidentes Americanos han trabajado por la paz.

Somos una nación pacífica. Sin embargo, como hemos podido comprobar de forma repentina y trágica, no puede haber paz en un mundo de terror imprevisto. Ante esta nueva amenaza, el único camino para perseguir la paz es perseguir a aquellos que la amenazan.

No hemos pedido esta misión, pero la vamos a completar. El nombre de la operación militar de hoy es Libertad Duradera. No sólo defendemos nuestras preciosas libertades, sino también la libertad de todo el mundo que quiere vivir y criar a sus hijos libres de miedos.

Sé que muchos americanos sentirán miedo hoy. Y nuestro Gobierno está tomando fuertes precauciones. Todas las agencias de inteligencia y de defensa de la ley están trabajando en América, en todo el mundo y las 24 horas del día.

A petición mía, muchos gobernadores han puesto en alerta a la Guardia Nacional para reforzar la seguridad de los aeropuertos. Hemos llamado a las reservas para reforzar nuestra capacidad militar y asegurar la protección de nuestra patria.

En los meses venideros, nuestra paciencia será una de nuestras fuerzas, paciencia para con las largas esperas que resultarán del refuerzo de la seguridad, paciencia y comprensión de que la consecución de los objetivos llevará su tiempo, paciencia para todos los sacrificios que puedan venir.


Hoy, los miembros de nuestras fuerzas armadas, defendiéndonos desde muy lejos de casa, y sus familias son los que afrontan estos sacrificios.

Un comandante en jefe envía a los hijos e hijas de América a la batalla en un país extranjero, pero con el mayor de los cuidados y después de muchas oraciones.


Les pedimos mucho a los que visten nuestro uniforme. Les pedimos que abandonen a sus seres queridos, que viajen muy lejos, que se arriesguen a ser heridos, incluso que se preparen para el supremo sacrificio de sus vidas.


Ellos tienen dedicación. Son honorables. Representan lo mejor de nuestro país y les estamos agradecidos.

A todos los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas, a cada marino, a cada soldado, a cada piloto, a cada guardacostas, a cada marine, les digo esto: vuestra misión es clara. Los objetivos son claros. Vuestro objetivo es justo. Tenéis mi plena confianza y tenéis a vuestra disposición todos los instrumentos para llevar a cabo vuestro deber.

Recientemente he recibido una carta que dice mucho sobre el estado de América en estos tiempos difíciles, una carta de una niña de cuarto cuyo padre está en el ejército. "Tanto como no quiero que mi padre luche", escribe la niña, "estoy dispuesta a dártelo". Este es un precioso regalo. El mayor que esta niña puede dar. Esta niña sabe cómo está América.

Desde el 11 de septiembre, una generación entera de jóvenes americanos ha obtenido una nueva comprensión del valor de la libertad y del coste que implica en deber y en sacrificios.

La batalla ha comenzado en muchos frentes. No vacilaremos, no descansaremos, no faltaremos, no fallaremos. La paz y la libertad prevalecerán.

Gracias. Quiera Dios seguir bendiciendo a América".






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