Radio en vivo


07.03.2003




























 


Las líneas del sanguinettismo

Discurso del ex presidente Julio Sanguinetti durante el homenaje por los 100 años de la primera presidencia de José Batlle y Ordóñez. Tomado del sitio web del sector que lidera, el Foro Batllista.

"A 100 AÑOS DE LA PRIMERA PRESIDENCIA DE BATLLE

PRINCIPALES CONCEPTOS DEL DISCURSO DE J.M. SANGUINETTI

Sala de la Convención, 1° de Marzo de 2003

En los albores de la revolución norteamericana, dijo un día Benjamin Franklin: “ ¿que es eso de desear y esperar tiempos mejores?, el trabajo no precisa del deseo y el que espera seguirá esperando”. En tiempos de tormenta como los de hoy, venimos a recordar a Batlle, en el comienzo de su primera Presidencia, no para hundirnos en la nostalgia y volver a soñar con tiempos de bonanza. Como Franklin sabemos que el trabajo no precisa del deseo y que hoy debemos hacer lo que nos impone la situación, aún cuando nos desagrade; y que no podemos simplemente esperar que los vientos cambien. Tenemos nosotros que construir y ello empieza en el terreno de las ideas, del pensamiento, en la claridad que necesitamos para definir el rumbo a seguir. Desgraciadamente, aquí en Uruguay, como en América Latina, quedamos muchas veces encerrados en un dogmatismo que confronta sloganes como si fueran conceptos, o en un debate arcaico y demagógico que solo procura halagar oídos con perspectivas electorales, aún a costa de que no se entiendan los problemas o se confunda a la gente con promesas ilusorias.

Estamos sufriendo una grave crisis económica, con sus consecuencias sociales. Todos sabemos, y no podemos ignorarlo, que ella provino del sector bancario y desde afuera. Se está enfrentando. Como no puede ser de otro modo, es el gobierno quien asume esa responsabilidad y todos en este país tenemos el deber de colaborar con él. Nosotros lo hacemos. A veces concordamos con ciertas medidas, a veces no, pero seguimos apoyando, porque en medio de una crisis el patriotismo impone a todos los ciudadanos ayudar el gobierno que está a cargo. Esa es la ley de la democracia. El gobierno podrá ser de un Partido u otro, pero hay que ayudarlo a que supere la crisis. Debilitarlo y cuestionarlo todo el tiempo, jaquearlo con propuestas que invalidan el camino elegido, simplemente no es patriótico y así lo decimos, sin enojos para nadie, tratando nada más que provocar una reflexion. Pero también afirmamos que el deber de un Partido como el nuestro es ubicarse al día siguiente de la crisis, para encarar el porvenir. Más tarde o más temprano, esta crisis pasará, y un país, una sociedad, una nación, no pueden vivir en la confusión sobre el modo cómo se insertará en el mundo. VIVIMOS UNA REVOLUCION TECNOLOGICA QUE UNOS LLAMAN GLOBALIZACION PERO QUE AUNQUE NO TENGA NOMBRE EXISTE Y EXISTIRA Y ES A ESE MUNDO QUE EL URUGUAY DEBE INTEGRARSE, ES EN ESE MUNDO QUE TENEMOS QUE LUCHAR Y TRIUNFAR. RECHAZANDOLO SOLO INSTALAREMOS LA CONDICION DE NUESTRA DESGRACIA, A TRAVES DE LA MARGINACION. BUENO O MALO ESE ES EL MUNDO QUE NOS TOCO VIVIR, ESA ES LA EPOCA HISTORICA EN QUE ESTAMOS Y NUESTRO DEBER ES TRIUNFAR ADENTRO DE ELLA.

*** No podemos ignorar que la avalancha teconológica genera un desasosiego constante. La desocupación está instalada hasta en Alemania y Japón. La inseguridad en el trabajo ha cambiado la vida. Como consecuencia, vivimos un tiempo de migraciones y ellas, a su vez, generan frustraciones y resentimientos, hasta conflictos raciales como ha vivido Europa.

En este mundo América Latina parece haber quedado rezagada. Luego de los ominosos años 70, con dictaduras, rebeliones e hiperinflaciones, los 80 reverdecieron con la democracia. Y lentamente se fue ganando en el dominio de la inflación, el equilibrio macro-económico, las relativas aperturas de la economía, una democrcia que aún con accidentes avanzaba, resolviendo sin golpes procesos tan traumáticos como el de Fujimori en Perú, la caída de Mahuad en Ecuador o la de De la Rúa en Argentina. Estos han sido resultados que debemos cuidar y consolidar. Pero a la vez, los últimos años nos confrontan con serios problemas: en muchos países, como Argentina, se vivía, y se vive, un desencanto fuerte ante el proceso de privatizacion, muchas veces mal resuelto, las aperturas comerciales dejaron mucha gente en el camino, los déficits públicos son persistentes... Todo el mundo comenzó de nuevo a mirar al Estado y allí mientras unos le reclaman más presencia para mitigar las consecuencias sociales de este proceso otros le exigen una reducción drástica de su peso en la econonmía y la sociedad.

El tema, entonces, no es solo el Estado, es también una sociedad contradictoria que plantea aspiraciones inconciliables. Y eso es el resultado de un tema cultural. “El subdesarrollo está en la mente” se llamó un viejo libro de Lawrence Harrison que ha sido hoy largamente continuado con análisis que ubican precisamente en la cultura el tema fundamental, como lo hace recientemente un último libro de Hantington y otros. En esa perspectiva es que vemos que no existe una mentalidad de competencia, no se acepta el riesgo, sobrevive un espíritu de paternalismo estatal en el que se asocia el empresario para pedir subsidios con el trabajador para pedirle al Estado protección. Detrás del reclamo, se instala a su vez el monstruo satánico: el “neo-liberalismo”, y a ese chivo expiatorio los contestatarios de ayer, los revolucionarios y guerrilleros de ayer, arrojan todas sus culpas, pese a que en América Latina muy pocos gobiernos, o casi ninguno, aplicó esa doctrina, si por ella entendemos privatizaciones, apertura comercial drástica y reducción del Estado. Solo Chile, desde la segunda época de Pinochet, caminó por ese sendero y no le fue mal, pero fue una política aplicada desde el autoritarismo. En el resto, nadie ha instalado esa ortodoxia, pues la Argentina, por ejemplo,habrá privatizado abiertamente, pero no por ello redujo los défictis públicos y el exceso de gasto.

Esto nos enfrenta entonces a un debate profundo de ideas, sobre lo que realmente queremos, sobre aquello a lo que efectivamente aspiramos. Seguimos despreciando el trabajo manual. Nos seducimos detrás de la creencia insustancial en que una educación presuntamente “humanística” es superior a la educación tecnológica, precisamente en un mundo tecnológico. Cuando en la economía alguien quiebra, le reclamamos al Estado que se haga cargo de todo y de todos. Cuando alguien debe, también le pedimos a ese mismo Estado que arbitre los medios para que nadie pague. Se lo pedimos a ese mismo Estado al cual queremos más reducido y eficaz. Allí está, entonces, en la cultura, en la psicología, en el mundo de las ideas y los valores, la profundidad del subdesarrollo latinoamericano. Y es en ese escenario de razonamientos y sentimientos que debemos también librar nuestra batalla. NUESTRO ESPIRITU SOLIDARIO NO NOS PUEDE LLEVAR A LA PARALISIS ECONOMICA INVIRTIENDO EN LO QUE VA A MORIR DE TODOS MODOS NI NUESTRA NECESIDAD DE EFICIENCIA NOS PUEDE LLEVAR A OLVIDAR A LOS MAS NECESITADOS.


En un marco muy distinto en cuanto a los hechos, los mismos debates los vivió Batlle. Recordémosolo por un instante para volver a la esencia. Batlle fue mirado desde ambos flancos con espíritu crítico. Mientras adentro del propio Partido, los riveristas, preocupados por el avance de la legislación social, le preguntaban: ¿Seguimos siendo colorados o somos socialistas?, Mibelli , desde la izquierda marxista, lo acusaba de defender los privilegios de los poderosos.

Cuando en 1989 cayó el muro de Berlín y con él la utopía marxista, enfrentada a su horroroso fracaso en la construcción de una sociedad mejor, emergieron victoriosas tanto la democracia liberal como la economía de mercado . Pero ello ocurrió en medio de una profundísima revolución científica y tecnológica que cambiaba modos de producir, de trabajar, hasta hábitos de comportamiento y el hogar mismo, ya no más reunido en torno al calor del milenario fuego sino configurado ahora en torno a un aparato de televisión y una computadora con Internet. Esta revolución ha desatado enormes fuerzas. Hay naciones que se han adelantado y naciones postergadas, pero adentro de unas y otras, a su vez, aún de las más proósperas, hay gente que se incorpora a ese nuevo mundo con éxito y hay quienes quedan al costado del camino. En los años del optimos expansivo, el mundo de Davos, donde se reúnen los capitanes del mundo capitalista, ha vivido lejos de las consecuencias sociales de esa mundialización. A la inversa, ha nacido en Porto Alegre una contestación basada en hechos ciertos, pero sin programa, sin propuesta, congregada solo por un rechazo que por eso puede reunir desde agricultores franceses que quieren cerrar sus mercados para no competir con la producción de países más pobres hasta sindicalistas maoistas que aún sueñan con la destrucción del sistema capitalista. EL MUNDO ACTUAL Y EL QUE YA VIENE NO PUEDEN RESUMIRSE EN LA CARICATURA CONFRONTATIVA DE DAVOS Y PORTO ALEGRE. EL FUTURO ESTA EN UN MUNDO RACIONAL QUE NUNCA SERA PERFECTO PERO QUE POR LO MENOS PERMITA PERCIBIR CON CERTEZA LAS IMPERFECCIONES Y RESOLVER RAZONABLEMENTE LAS DISPUTAS.

Amigos, con este espíritu es que abrimos hoy este debate. Nuestro propósito es apenas iniciar un diálogo sobre el futuro Entre nosotros, batllistas foristas y entre todos los colorados. Entre todos los colorados y quienes no lo son. Por eso nuestra idea es invitar a hombres y mujeres de buena voluntad de todos los orígenes que deseen pensar en serio sobre el futuro. Invitaremos a veces y nos haremos invitar en otras, para escuchar aún a quienes piensan distinto. La idea es formar amplios grupos de trabajo sobre los diversos temas y ángulos y como aporte a ello digamos los titulares y meollos de esa búsqueda


Comencemos por los derechos humanos y la seguridad. Los gobiernos son democráticos, pero hoy las ciudades del mundo entero son más inseguras que antes y la gente siente la necesidad de mejorar sus policías y seguridades. En Uruguay felizmente hemos enfrentado el tema con claridad pero basta observar la lucha diaria del Ministro Stirling para comprobar cuántas cosas tendremos que hacer en el terreno de las leyes, de sus interpretaciones y aún de los sentimientos, cundo vemos gente más preocupada por los derechos humanos de los delincuentes que por los derechos humanos de la mayoría trabajadora y sana de la sociedad.

No podemos ignorar temas que nos desafían desde la realidad:
Menores infractores
Embarazo adolescente
Drogadicción

Son temas económicos y sociales pero también espirituales, porque todos esos males están asociados más que a la pobreza al debilitamiento familiar, al abandono, a la falta de afectos, a la ignorancia.

*** Sigamos por la educación. Aquí el país abrió el camino a las reformas. Por supuesto, fue un arduo trabajo. Hoy resulta risible que se impugnaron hasta los métodos para darle más y mejor de comer a los niños, pero esto ocurrió. Lo rescatable es que la reforma se abrió camino y que esto ya es irreversible. La pre-escolar se universalizó, la escuela de tiempo completo se inició y hoy alcanza a 20 mil niños, los centros de formación docente se esparcieron por el país, los bachilleratos tecnológicos se instalaron, la enseñanza media inició una experiencia reformista. Hoy todos sabemos que debe seguirse adelante. Aquí - no nos engañemos- se juega lo sustantivo, porque con gente preparada para este nuevo mundo tendremos oportunidades de competir, ganaremos o perderemos pero competiremos; de lo contrario, quedaremos simplemente marginados como hoy lo está media Africa. Es así de dramático. Y bien,hay que seguir trabajando:
l) para mejorar la calidad y amplitud de la oferta tecnologíca,

2) modificar textos y programas para darle al joven los parámetros para entender los mecanismos del mundo en que vivirá y saber distinguir entre un costo y una ganancia, entre una inversión y un gasto.

3) reformular el ciclo básico, donde la universalización de la informática es un destino concreto, cierto, posible y no lejano.

4) encarar el tema social de la población marginada, para que la escuela de tiempo completo sea un centro de las acciones sociales, reconfigurando el barrio como unidad básica.

5) configurar las condiciones del espacio educativo, y ello va desde la selección de Directores y su estabilidad hasta el estado de los locales y su conservación. Aquí debe ampliarse la participación y ello nunca debe ser co-gobierno sino contribución para que nos entendamos y hagamos aquello práctico que está a nuestro alcance.La batalla es contra la marginalidad y ello supone generar hábitos desde el inicio, hábitos de comportamiento y hábitos saludables. Si por un lado toleramos con indiferencia el destrozo del local y por el otro miramos hacia otro lado, mojigatamente, ante la precocidad sexual y sus consecuencia, ante el alcocholismo, la drogadicción y el tabaquismo, no estaremos formando generaciones con perspectivas. No basta la información. Es imprescindible la formación y ella comienza por generar una actitud positiva ante la comunidad educativa que es el comienzo de tenerla ante la propia vida, ante el futuro, ante el país. La escuela ,durante años , nos mostró un mapa en que en nuestro territorio cabían varios países de Europa; hace ya muchos años que oímos en cambio hablar de nuestra pequeñez, de nuestra pobreza, de una especie de fatalismo que nos condena. Tenemos que recuperar desde el inicio, el orgullo de ser uruguayos y convencernos de que si pudimos y todavía podemos destacarnos en el concierto latinoamericano podremos hacerlo en el futuro.

Veamos ahora la seguridad social. En un país con un 20% de la población jubilada, el tema es crucial. Y lo va a ser más en el futuro en la medida que felizmente la espectativa de vida aumenta, el crecimiento demográfico es casi nulo y a ello se agrega, desgraciadamente, la emigración de muchos jóvenes. No se puede abordar este tema sin recordar que el Uruguay procesó en este terreno la más importante de las reformas ocurridas en los últimos 50 años en el Estado uruguayo y que ella a esta altura significó: un mejor BPS, que hoy tiene cuentas por persona y tramita una jubilación sin aquellas eternas demoras; un sistema más justo, porque no premia al que no aporta y defrauda, como fue la historia de nuestro país y por encima de todo un sistema viable, porque el país ha podido mantener al día el pago de sus pasividades, pese a tantos propósitos agoreros que se hicieron. Hacia el futuro, el gran programa es preservar el sistema. Por supuesto habrá que perfeccionarlo, ajustarlo, pero sobre todo preservarlo, darle tiempo a que opere. Y ello supone también asumir la superación del informalismo. Ningún sistema de seguridad social puede instalar cambios sino cuando una generación se sustituye con otra. Y este es nuestro caso. Llevamos ya siete años. La experiencia es buena y nos muestra un buen camino del modo cómo debemos reformar el Estado, conciliando eficiencia con solidaridad, en el caso ahorro voluntario con garantía minima. Pero el peligro acecha. Todos los días escuchamos propuestas voluntaristas para tomar el dinero de las AFAPS y esto es terrible. Todos los días nos enteramos de algún proyecto demagógico para gastar más y esto no puede ser. Como también vamos tolerando actividades al margen de toda ley. Por esa vía podemos comprometer un sistema que hemos salvado, que hemos asegurado y que es mejor que todo lo anterior.

Sistema de salud. Así como un día hubo que salvar el sistema de seguridad social y hoy se trata de preservarlo, aquí también estamos ante un escenario impostergable. Vivimos más y mejores años, pero ello encarece el sistema; el mundo experimenta una revolución de la ciencia y hay que incorporarla, y ello es también caro. Por eso es que hay que salvar el sistema. Pero salvar el sistema no supone salvar a todos y cada uno de los actores, como oímos también todos los días. Ni tampoco supone hacerse el distraído ante la superpoblación de médicos, que seguimos produciendo en cantidad inabsorvible por el mercado y a los que, además, tampoco los formamos con la mística preventiva que en los años venideros será fundamentalísimo, para evitar enfermedades y no correr tarde detrás de ellas. No podemos seguir repitiendo modelos importados que nos imponen el fanatismo de las especialidades, la magia de los aparatos, la novelería terapeútica en desmedro de la prevención y de un nivel general aceptable de asistencia.

Calidad del gasto social.Es enorme la nversión social del Estado uruguayo y sin retaceos hay que decir qu esa red social, tantas veces cuestionada, es la que ha permitido transitar esta crisis sin una rebelión social. Pero allí está una gran asignatura pendiente, que es mejorar sustancialmente la calidad del gasto. En el comercio quien se equivoca tiene la sanción de la quiebra; la ineficiencia en materia social, en cambio, la pagan los pobres. Y aquí es donde hay toda una frontera para mejorar. Pensemos en un mejor control de usuarios de la salud, en los modos de compras de medicamentos, pensemos en las evaluaciones efectivas de programas hechos con rigor por gente independiente. El BPS es un buen ejemplo de cómo se puede mejorar, pues terminó el vía crucis del trámite jubilatorio pero falta mucho en ese terreno y en el general del gasto social. Todos hemos sido alguna vez permisivos con la ineficiencia y no nos los podemos permitir más.
.
Detrás de todo esto está la economía y ella empieza por la inserción internacional. Este es un asunto capital. Nuestro destino no se va a resolver aquí adentro sino afuera, donde coloquemos el resultado de nuestro esfuerzo. Asumámoslo clara e inequívocamente: mirándonos el ombligo o tratando de encontrar culpables en el mundo iremos cada día hacia atrás. Hay que decidir el rumbo en esta materia, nuestro rumbo, porque nadie lo hará por nosotros:

l)¿Qué vamos a hacer con la integración regional? Hay quienes proponen optar entre Mercosur o Alca. Enfáticamente digo que debemos optar por los dos, Mercosur y Alca. Aquí hay un debate de fondo muy profundo que debe partir de la idea de que, ante todo, no hay incompatibilidad entre uno y otro.

No se puede ignorar que Mercosur vive hoy una crisis y que para salir de ella tendrá que superar dos temas, que se soslayaron desde el inicio y que son las asimetrías de tamaño y el hecho de que el socio de la economía mayor no tiene una moneda que pueda servir de base.Tenemos que encontrar, ante todo, un modo de sobrevivencia de las economías más reducidas y eso supone visión amplia de los más grandes.También, encontrar una compatibilidad cambiaria, pues resulta inútil hablar del resto si no se logra una coordinación real en la materia. Esta fue la limitación del acuerdo de Ouro Preto, que registró grandes avances pero no pudo resolver estos dos dilemas. Y esto deberá resolverse hacia el futuro. El Mercosur está impuesto por la geografía y la historia; no se las puede saltear. Pero ello supone sortear estos desafíos y no quedarnos, como en parte nos pasó en tiempos de bonanza, encerrados en él sin pensar en el mundo.

2) El Mercosur, ¿excluye los acuerdos bilaterales? Para nada. Así como un día lo hicimos con Mexico debemos avanzar con otros, sea India o EE.UU

3) Por último están los acuerdos multilaterales, radicados básicamente en la Organización Mundial del Comercio. No somos optimistas ni en corto ni mediano plazos. Las cosas allí no van bien. Habrá que persistir, pero en todo caso está claro que debemos esforzarnos en los acuerdos bilaterales y en los procesos de integración.

Producción y empleo. Todo este esfuerzo de integración tiene un destino, que es trabajar y generar trabajo. Luchar para que en lugar de exportar gente, podamos exportar la inteligencia de la gente, incorporada a sus productos.

A corto plazo, estamos viendo la respuesta en la carne, la lana, el arroz, los cueros, las zonas francas, el turismo, que pese a todo lucha y sobrevive.

Pero a mediano plazo, hay que ir más allá, pero definiendo prioridades y esto lo digo con énfasis, definiendo prioridades, porque cuando todo es prioridad nada es prioridad:

Y bien, la prioridad es dedicarse exclusivamente a aquello que podemos exportar. Y en lo que ya exportamos, añadirle valor agregado nacional. En los últimos 30 años el Uruguay ha dependido de cinco productos de bajo valor agregado, que tienen una tendencia general a caer en sus precios. No podemos seguir con eslóganes hablando del agro en general o de la industria en general o de algo aún peor que es la confrontación entre agro e industria. El Uruguay debe abordar ambas, pero pensando en aquello que se pueda exportar más y mejor. Agro sí, pero exportable, industría sí pero exportable. Y muchas cosas más. Que nos incorporen a un mercado más dinámico.

Debemos pensar el agro también desde la bio-tecnología, enorme campo que se abre todos los días. No podemos pensar sólo en comodities sino en alimentos cada día más sofisticados.

Debemos pensar en una forestación abriéndose ya a una etapa industrial. Cuando lanzamos el proceso forestal, siempre el escepticismo clásico pretendió minimizar su logro. Hoy sabemos lo que significa, pero tenemos que ir más allá. Se puede aún plantar mucho más pero sobre todo hay que enriquecer la madera.

Debemos sesguir pensando en la tecnificación lechera y en productos carnicos especializados.

Si se pudo hacer con la uva y el vino lo que ya se pudo hacer, y aún estamos muy lejos, ¿cómo no podremos hacer algo parecido en la granja, con la fruta, con la miel?

Lo mismo ocurre con la industria, complementaria indisolublemente del agro. La lana, el cuero, la carne, son ejemplos concluyentes de ellos.

Pero hay que ir más allá. Debemos lanzarnos al desarrollo del soft ware. Todavía es un sector pequeño ,pero proyectos como Genexus nos demostraron que podemos ser líderes y que hay en todo este sector un enorme campo..

Los puertos, la logística, se expanden vigorosamente
Los productos de reciclaje medioambientel crecerán año a año.

La publicidad , la cinematografía, ya pisan fuera de fronteras. No tienen horizontes. Para seguir creciendo.

El turismo, ya ha demostrado lo que es. Imaginemos lo que puede llegar a ser si avanzamos con espíritu innovador. En fin, no pretendo ser exhaustivo. Apenas señalo ejemplos.


El debate político. Y así deberíamos seguir discutiendo. La salida de la dictadura fue con dialogo. Las grandes reformas también: la reforma política, la educación, la seguridad social, los puertos. “Cuando se viven situaciones de crisis severas, solo se tiende a señalar culpables con el dedo y la gente entra en la metastasis el mal”, dijo aquí un experto norteamericano. En la caza de brujas que divide y encona, no encontraremos respuesta. Tenemos que volver a debatir para construir, no para descalificarnos recíprocamente. Lo que nos ha ocurrido en la banca y en la economía es el equivalente a lo que fue en lo político el golpe de Estado. Solo saldremos si el país todo pone un esfuerzo patriótico y coherente. Tenemos que comenzar por recuperar el viejo espíritu pionero que nos permitió en 1930, con la crisis en la puerta, construir en menos de un año el Estadio Centenario, o, sin ir más lejos, aquel espíritu que en 1985 nos unió detrás de la reconstrucción democrática y a partir de allí crecer económica y socialmente. Dejarnos de pensar en que solos, encerrados, temerosos del mundo, saldremos adelante; dejarnos de imaginar que hay otros caminos que no sea el trabajo para crecer y prosperar. El Batllismo sigue siendo una respuesta, nunca para repetir viejas fórmulas, porque el propio Don Pepe sería el primero en reprochárnolo; sobre la vieja matriz liberal, impregnados siempre del espíritu de justicia para con los más necesitados, aspiramos a un país moderno insertato en el mundo.

Amigos, el comienzo de la respuesta está adentro nuestro. Como Shakespeare le hace decir al rey Enrique V: “todo está pronto si nuestros corazones también lo están”. Nuestra convocatoria de hoy es un desafío a la razón, pero detrás de ella tenemos que ponerle el fuego del amor al país, la fe en nosotros mismos, el optimismo de los inmigrantes que llegaron aquí sin nada y construyeron el Uruguay, la lúcida obstinación de Don Pepe para edificar un siglo de avances como él lo hizo".



 



En perspectiva
l Dinámica Rural l Deportes l Página principal

Para escuchar la radio en vivo necesita el Real Player
Optimizado para Internet Explorer a 800x600
Copyright Espectador.com All Rights Reserved