Rodríguez Batlle y el "acuerdo
secreto" para la capitalización del Banco Comercial
Fragmento de la interpelación al ex ministro de Economía,
Alberto Bensión, en el que el ex presidente del Banco Central,
César Rodríguez Batlle, explica algunos aspectos del
acuerdo con los accionistas privados del Banco Comercial (11 y 12
de julio de 2002).
SEÑOR LARRAÑAGA.- De la Carta de Intención
que firmara nuestro país, desconfiamos hasta de la carátula,
porque textualmente expresa: "Sin perjuicio de lo que antecede,
el Gobierno está dispuesto a tomar en consulta con el Fondo
cualesquiera medidas adicionales que sean necesarias para asegurar
el éxito del programa". Puede decirse que se trata de
una desconfianza saravista, señor Presidente.
A todo esto que hemos expresado en materia de política cambiaria,
se agrega la medida o intención de eliminar la devolución
de los impuestos para el sector exportador. El 25 de junio, el señor
Ministro concurrió a la Comisión de Hacienda de la
Cámara de Representantes y al otro día, en otro ámbito,
realizó un anuncio que después tuvo que rever, quedando
en una muy gruesa desautorización, en lo que significa la
determinación de una política que tuvo que desandar.
Tenemos nuestras dudas y no nos han conformado las explicaciones
del señor Ministro, por lo que realmente continuamos con
una enorme preocupación en esta materia.
Ahora queremos pasar al tema del sistema financiero, señor
Presidente. Con franqueza debo decir que comprendemos la angustia
del señor Ministro y compartimos lo que ha expresado con
respecto al fraude, en el sentido de que la situación dada
en dos Bancos de nuestro país configura un acto criminal;
creo que así se expresó el señor Ministro,
si no sigo entendiendo mal sus explicaciones. Como dije, compartimos
esta situación de enorme preocupación. En algún
momento hemos dicho que es cierto que sin sistema financiero no
hay país, pero también es cierto que sin país,
sin producción, sin sector agropecuario, sin compatriotas
con capacidad de ahorro, ¿para qué queremos un sistema
financiero? Quizás lo mejor sería conciliar el sistema
financiero con el productivo.
También cabe reflexionar sobre la crisis de la Argentina
y sobre la situación de los Bancos en ese país. Señor
Presidente, señor Ministro y señor Presidente del
Banco Central: ¿no eran motivos suficientes como para estar
con más de cuatro ojos mirando la realidad de algunos Bancos
de plaza? La situación de la República Argentina en
lo que hace a su sistema bancario, ¿no obligaba también
al Ministro de Economía y Finanzas, al Presidente del Banco
Central y a todas las autoridades intervinientes en materia de contralor
financiero, a extremar los esfuerzos para que no sucediera lo que
le ocurrió al país con los Bancos en los últimos
cuarenta años? Yo creo que se debieron extremar los controles.
Me preocupan algunas afirmaciones que expresara el señor
Presidente del Banco Central cuando concurrió el 4 de abril
de este año a la Comisión de Hacienda del Senado.
En esa sesión, el Presidente Rodríguez Batlle expresó:
"Es obvio que, ante todo, el sistema ha dado una dura prueba
de liquidez; ha podido atender con sus propios recursos la inmensa
mayoría de estos retiros. Solamente el Banco Comercial ha
tenido un apoyo muy menor con respecto al volumen de depósitos
de retiros que tuvo; el resto fue atendido por el sistema privado
con sus propios recursos, dando una señal de los más
altos niveles de liquidez de cualquier plaza financiera." Me
gustaría saber si a más de dos meses, el señor
Presidente del Banco Central piensa lo mismo. A su vez, en esa Comisión
agregó: "Con respecto al resto del sistema -fuera de
los Bancos de Galicia y Comercial-, si bien ha tenido algunos movimientos
de retiro de depósitos, mantiene sus compromisos con el Uruguay,
su nivel de liquidez y de solvencia, no presentando ningún
elemento que nos lleve a decisiones similares, parecidas o de la
misma orientación que las que nos impulsaron en estos casos
a los que me he referido." Creo que mientras el señor
Presidente del Banco Central pensaba así, algunos señores,
fundamentalmente del grupo económico del Banco Montevideo,
le estaban poniendo ruedas al Banco para llevárselo.
En esa misma reunión de la Comisión de Hacienda,
el señor Ministro de Economía y Finanzas dijo: "Quiero
aclarar que procedimos de esta manera en función de la excepcionalidad
de la situación." Es una situación absolutamente
excepcional y comprendo la enorme angustia relatada por el señor
Ministro de Economía y Finanzas y por todo el equipo económico;
lo comprendo porque hay que estar en ese pellejo para sufrir esas
cosas y comprender que también se está frente a decisiones
muy difíciles que hay que adoptar.
El señor Ministro fundamenta la decisión de capitalizar
complementariamente el Banco Comercial en el artículo 15
del TOCAF, que prevé situaciones excepcionales. Dicho artículo
dice que cuando medien acontecimientos graves o imprevistos que
requieran la inmediata atención del Poder Ejecutivo -y habla
de las Intendencias Municipales- se podrá, precisamente,
establecer el compromiso de situaciones de esta naturaleza. El propio
artículo 15 del TOCAF expresa que en estos casos se dará
cuenta inmediata a la Asamblea General y a la Comisión Permanente.
Al respecto, queremos preguntar si también se cumplió
con este inciso final del artículo 15 del TOCAF.
SEÑOR GARGANO.- ¿Me permite una interrupción,
señor Senador?
SEÑOR LARRAÑAGA.- Con mucho gusto, pero pediría
que fuera la última porque, de lo contrario, no me va a alcanzar
el tiempo.
SEÑOR PRESIDENTE (Dr. Correa Freitas).- Puede interrumpir
el señor Senador.
SEÑOR GARGANO.- Agradezco la interrupción, y trataré
de ser muy concreto.
En apoyo a lo que el señor Senador venía diciendo,
debo expresar que tengo una visión extremadamente crítica
de la acción del Banco Central en materia de supervisión
del sistema financiero. Digo crítica porque creo que la opinión
pública debe saber, y el señor Ministro y el señor
Presidente del Banco Central deben explicar, cómo es que
pudo ocurrir lo del Banco Comercial. Los elementos que tenemos y
los comentarios que nos han llegado apuntan a que dicho Banco había
utilizado el dinero de los depósitos para la compra de valores
en Argentina, y que como contradocumento había un papel que
decía que esos valores estaban en poder de los tenedores
de las acciones del Banco Comercial.
No voy a dar cifras, pero los cálculos son realmente asombrosos.
Sin embargo, el Banco Central aceptó las auditorías
de algunas empresas que están cuestionadas en el mundo. Entonces,
me pregunto qué clase de supervisión se hizo. La otra
alternativa es que los supervisores fueran absolutamente incompetentes,
porque el agujero es tremendo.
Un caso similar es el del Banco Montevideo, ya que tres meses antes
de ser intervenido, se le vende el Banco La Caja Obrera en función
de los informes de las auditoras internacionales. Tengo algunos
cálculos -al igual que los demás señores Senadores-
del agujero negro que va a dejar el Banco Montevideo. No sé
a qué nivel llega la acción fraudulenta.
Acá se ha dicho "estamos nacionalizando la banca"
o "estatizándola"; en realidad estamos estatizando
y socializando las deudas de un sistema financiero para el que vamos
a disponer de un auxilio de los organismos internacionales de U$S
2.500:000.000. El señor Ministro dijo en la Comisión
que ese iba a ser el destino fundamental. Eso consta en la versión
taquigráfica, por lo que los señores Senadores pueden
corroborarlo. Además, afirmó -y ya termino, señor
Senador- que por decreto se había creado un fondo de asistencia
al sistema financiero, y que en función de la opinión
del Departamento Jurídico asesor del Ministerio, se había
hecho por decreto porque la Carta Orgánica del Banco Central
no le daba la latitud para hacerlo. Cuando el señor Ministro
dijo esto, me levanté -creo recordar- y me fui, porque era
una cosa demasiado gruesa. Insisto: señaló que lo
había hecho por decreto porque lo iba a nutrir con fondos
de un préstamo internacional, y como estos no tienen que
pasar por el Parlamento, se sentía habilitado -de acuerdo
con el asesoramiento jurídico- a hacerlo de esa forma. Cuando
el señor Senador Heber -si no me falla la memoria- planteó
el tema de que se iba a exigir una ley, el señor Ministro
accedió. Sin embargo, repito, actuó al margen de las
disposiciones bancocentralistas; se saltó la ley que crea
y determina el funcionamiento del Banco Central.
Simplemente quería hacer estas tres anotaciones leves y
brutales. Este tipo de cosas son un fraude al país, pero
también hay que ver el grado de incompetencia total con que
se ha manejado esto por parte del Banco Central. Me parece que comentarlo
en voz alta, nada más, es demostrarlo.
Gracias, señor Senador.
SEÑOR PRESIDENTE (Dr. Correa Freitas).- Puede continuar
el señor Senador Larrañaga.
SEÑOR LARRAÑAGA.- Después el señor
Ministro de Economía y Finanzas dijo textualmente en esa
reunión: "Con esto no pretendo hacer una justificación
completa de la situación, pero sí quiero reiterar
que si uno de los factores que debemos tener en cuenta para evaluar
este acuerdo es el resultado en términos del objetivo perseguido
que era la normalización del sistema financiero, este acuerdo
funcionó." Más adelante, en un párrafo
final de su exposición, agrega: "El sistema bancario
uruguayo demuestra una fortaleza excepcional que de aquí
en adelante la vamos a exhibir como un estandarte de orgullo ante
la Región y ante el mundo." También en esa reunión
se comprometió con el señor Legislador González
Álvarez a dar conocimiento del compromiso asumido con los
bancos extranjeros por el tema del Banco Comercial. Al respecto
señaló: ..."tengo el compromiso de informar al
Parlamento y lo asumo aquí públicamente. Al respecto,
quiero hacer tres precisiones. En primer lugar, creo inconveniente
dar a difusión pública este documento en aras de preservar
la posición negociadora del Ministerio de Economía
y Finanzas y del país frente a los bancos internacionales".
En lo que tiene que ver con el convenio que se firmó con
los bancos extranjeros no voy a hacer aseveraciones, señor
Presidente, pero voy a formular algunas preguntas en lo que respecta
al Banco Central. ¿Es cierto que el expediente de venta del
Banco Comercial se extravió? En caso afirmativo, ¿cuándo
se detectó el extravío del mismo? Quisiera saber si
el Ministro puede llegar a una transacción en la que se comprometa
a no iniciar acciones contra accionistas o empleados, según
el compromiso que se firmó. ¿El aporte comprometido
por los bancos accionistas es suficiente, cuando el Uruguay se obliga
a aportar un monto no limitado, y los montos que superen los U$$
33:000.000 integrados en acciones preferidas se concretarían
en acciones ordinarias con menos derechos? ¿Es cierto que
se libera en forma irrevocable y se exime para siempre a cada inversor,
sus afiliados directos, de todas y cada una de las pérdidas
que pudieran surgir? ¿Es correcto que el Uruguay se compromete
a mantener al Banco Comercial en situación sólida
y a proveerle recursos financieros sin limitación? ¿A
cuánto asciende el capital del Banco Comercial, y a cuánto
sus pérdidas? ¿Es cierto que el país otorgará
exenciones al Banco Comercial con relación a obligaciones
requeridas o exigidas por el Banco Central? ¿Es cierto que
los bancos extranjeros sólo pusieron U$S 80:000.000 en vez
de los U$S 100:000.000 comprometidos, con cláusulas muy beneficiosas
para ellos en cuanto a su recuperación? ¿Cuánto
ha puesto el Estado hasta la fecha?
En cuanto a la asistencia del Banco Central: habiendo claros informes
del mismo Banco, de KPMG y de PriceWaterhouseCoopers, en el sentido
de que las pérdidas son muy cuantiosas, ¿hasta dónde
se puede capitalizar a un banco para que se beneficien en un 75%
los accionistas? Con relación al convenio, ¿quién
lo autorizó y qué base legal tuvo? ¿Se publicó
o no la resolución? Estas son algunas de las preguntas con
respecto al tema.
¿Se cumplió con la Ley Nº 15.851 sobre las normas
para asegurar el funcionamiento de los servicios estatales? El decreto
de 17 de junio, por el que se crea el Comité Administrador
de Fortalecimiento del Sistema Bancario, a nuestro juicio es ilegal.
A ese respecto, no aceptamos las explicaciones que se dieron en
la Comisión. No fue un requerimiento del Partido Nacional
sino un anuncio del Ministro en la Comisión, quien dijo que
igualmente iba a impulsar un proyecto de ley. En esa misma sesión
de la Comisión señalamos que el 24 de junio y el 4
de julio pasado se autorizó al Banco Central del Uruguay,
en su carácter de agente financiero, a emitir la suma de
hasta U$S 200:000.000, en cada uno de los decretos, lo que hace
un total de U$S 400:000.000. Queremos saber cuánto fue para
asistencia o capitalización de los bancos de plaza. Estas
situaciones bancarias, estas crisis, terminan siendo pagadas por
la gente, por todos los uruguayos. Hay un denominador común,
que es el desvío de fondos proveniente del ahorro público
hacia empresas vinculadas a los grupos económicos propietarios
de los bancos.
En lo que tiene que ver con el Banco Montevideo, debo decir francamente
que me cuesta mucho definir los términos "producto",
"exposición", etcétera, pero dentro de la
precariedad de mis conocimientos voy a hacer algún tipo de
descripción.
La descripción precisa de cada una de las irregularidades
cometidas en el proceso que nos ocupa resulta tarea ímproba
para quien no es profesional en el tema y, particularmente, porque
aún no se cuenta con la información exhaustiva que
la complejidad del asunto requiere. Sin embargo, alcanza con los
datos conocidos para concluir que, a nuestro juicio, en el caso
del Banco Central los contralores, por lo menos, han fallado en
el tema del Banco Montevideo. Me refiero a determinadas operativas
que realizaba el Banco Montevideo que, realmente, son poco menos
que increíbles en lo que significa su instrumentación.
Si hubiera que resumir en un solo concepto la operativa del Banco
Montevideo desde el punto de vista que estamos analizando, se puede
decir que ha habido circulación de colocaciones dentro del
Grupo Peirano sin que operaran las limitaciones indispensables por
parte de la entidad reguladora del sistema financiero. Esta operativa
incluye no sólo la tan mentada operación del TCB sino
también -citando algunos ejemplos- préstamos a empresas
del Grupo, garantizadas con depósitos en el TCB; compra de
Carteras al Banco Velox por parte del Banco Montevideo; colocaciones
directas a empresas del Grupo. Citando algunas cifras, podemos decir
que, en lo que va del año, se fueron más de U$S 100:000.000
en el traspaso a través de esta operativa. Nos consta que
ya se había alertado que estas operaciones se venían
dando -aunque no con la intensidad y montos de ahora- desde hace
algunos años. Debemos señalar que a esa altura las
operaciones de desvío de fondos hacia empresas del Grupo
Peirano ya estaban al rojo vivo. Asimismo, se reconoce que algunas
de ellas contravenían disposiciones bancocentralistas. El
Banco Montevideo no estaba autorizado para las operaciones que después
terminaban con depósitos que se transferían al TCB.
Aun en este marco de gravedad y en un clima particularmente tenso
sobre el sistema financiero, el Banco Central se limita a imponer
al Banco Montevideo la cancelación de algunas operaciones.
Se habló de las resoluciones, de la supervisión intensiva,
del período de capitalización incumplido, del tema
del veedor hasta la intervención del 22 de junio, etcétera.
Pero desde febrero hasta el 22 de junio todos sabemos lo que pasó.
¡Pasó de todo! A los pedidos del Banco Central no se
les dio cumplimiento, por lo menos en forma total; al veedor, en
términos futbolísticos, "le pasaron la pelota
por arriba del moño" muchísimas veces; y de la
supervisión intensiva no se puede hablar, señor Presidente,
porque realmente es lamentable.
En la propia descripción que realiza el señor Presidente
del Banco Central el 25 de junio se reconoce todo esto; en las páginas
15 y 16 se expresa con claridad meridiana cuando se dice que el
veedor tiene facultades de veto de todas las operaciones que se
vinculan al Grupo, pero resulta que la intervención se llevó
a cabo el 22 de junio. Creo que el Banco Central sale muy mal parado
de todo este asunto: los controles llegaron a destiempo, se hicieron
mal, y me pregunto si aquellos que se llevaron a cabo sirvieron
a los efectos de preservar los recursos económicos que eran
transferidos por parte del Banco Central en régimen de asistencia
y que, según tengo entendido, terminaron en el TCB, en las
Islas Caymán. Esa es la situación. Creemos que no
hubo controles para defender los recursos públicos y el dinero
de los uruguayos; esta es la realidad. No se invirtió dinero
en el mantenimiento de la política cambiaria, pero me pregunto
cuánto le va a costar al país esta situación.
Realmente nos preocupa mucho.
Quiero precisar -y lo reitero, porque sé con quién
y de quién estoy hablando- que no tengo reservas personales
ni de idoneidad con ninguno de los altos jerarcas que están
compareciendo por el equipo económico en esta interpelación,
pero sin duda, señor Presidente, han habido errores trascendentes
que no se pueden dejar pasar. Es cierto que se hizo la denuncia
penal por parte del Banco Central en los dos casos. Es cierto, y
ojalá -estamos convencidos de que así será-
en nuestro país se haga justicia en una situación
de esta naturaleza, magnitud y trascendencia para la vida de los
uruguayos. Aquí, "el estado del alma" -lo digo
sin mofa y sin burla, con muchísimo respeto por el señor
Presidente de la República- también impone que haya
justicia, porque sin ella no puede haber paz. Sin duda, la sociedad
debe terminar asistiendo al hecho de que los banqueros terminen
presos y con sus bienes ejecutados.
Tenemos muchísimas dudas y queremos saber cómo se
instrumentaron las garantías de los bienes del Grupo Peirano
para el tema del Banco Montevideo. Queremos saber si es cierto o
no que faltan algunas firmas. Tenemos entendido que hubo irregularidades
en la constitución de las garantías reales, los certificados
de los registros con respecto a las distintas inhibiciones. ¿Están
o no están? Opino que este es un tema de enorme gravedad,
que seguramente el país tendrá que asumir.
Quiero terminar estas expresiones con algunas manifestaciones de
Wilson Ferreira, que a pesar de haberlas mencionado en otra sesión,
quiero reiterar: "Lo que pasa es que mirando el país
desde adentro, hay que creer en las instituciones que se dice se
están defendiendo. Lo que no vale es aparecer luchando por
ellas y no creer en ellas, porque los que no creen son los que terminan
defendiéndolas mal. Pretextando defenderlas son los primeros
en destruirlas. Quienes crean en nuestro sistema constitucional
saben que él no tiene otra arma para imponerse que la de
su propio funcionamiento armonioso y esto no se consigue sin gente
informada que decida en conciencia."
Esto es lo que me propongo hacer hoy: -decía Wilson en aquel
momento- "tratar de decir al país algunas cosas que
creo debe saber y que, por otra parte, no constituyen secreto para
una gran cantidad de uruguayos. Las saben los banqueros, las saben
las autoridades monetarias y del gobierno, las saben los acreedores
del Uruguay en el exterior, las saben los expertos, aun los aficionados
a las finanzas; las saben los especuladores, las saben los delincuentes
y los aprovechadores.
En suma, las saben todos menos la gente, menos el país mismo."
En este sentido, señor Presidente, creo que el sistema está
bloqueado.
Estoy convencido de que el Gobierno se ha ido arrinconando, lamentablemente,
y por las circunstancias, es comprensible. Hay una alta y creciente
tensión social, así como falta de confianza y de credibilidad;
creo que es fundamental impulsar un diálogo político
nacional para sortear estas dificultades. Si los dirigentes políticos
no pueden ponerse a la altura de las responsabilidades, seguramente
mal podremos encontrar un destino y, además, un diálogo
social que permita canalizar los disensos, la bronca, las discrepancias
y el resentimiento que hoy anida en muchos uruguayos. Pero también
se necesita actuar y seguramente no le temblará la mano al
Gobierno, porque sabemos que está empeñado en buscar
caminos de transparencia, para hacerlo con absoluto rigor y que
no haya impunidad para algunos señores que se han arrogado
el derecho de desestabilizar el sistema financiero nacional, la
economía, la paz social de los compatriotas y también
el futuro y el presente de todos los orientales.
Muchas gracias.
SEÑOR PRESIDENTE (Dr. Correa Freitas).- Tiene la palabra
el señor Ministro.
SEÑOR MINISTRO.- Señor Presidente: creo mi obligación
dar respuesta a las preguntas planteadas por el señor Senador
Larrañaga con relación a los temas vinculados al sistema
financiero y, particularmente, a los dos Bancos en cuestión,
es decir, el Banco Comercial y el Banco Montevideo. Para ello, nos
vamos a dividir las respuestas con el señor Presidente del
Banco Central; yo me voy a referir al Banco Comercial y él
hablará sobre el Banco de Montevideo.
El señor Senador Larrañaga ha reiterado alguna de
las preguntas que tuvo ocasión de formular en nuestra comparecencia
a la Comisión de Hacienda del Senado hace un par de semanas
y ha agregado otras sobre el mismo tema.
Voy a dar respuesta a las preguntas que ha planteado el señor
Senador Larrañaga, sin ninguna vacilación y ninguna
inquietud. Este es un tema que me atañe directamente en mi
calidad de Ministro, que hemos decidido con plena conciencia y plena
facultad de nuestras atribuciones, junto con el señor Presidente
de la República, en medio del inicio de lo que fue una crisis
bancaria muy fuerte en el correr del mes de febrero. Si he guardado
un cierto silencio sobre este tema, no ha sido por mi voluntad,
sino en atención al clima de dificultades y desconfianza
que desde entonces, lamentablemente, ha rodeado al sistema bancario,
y con el afán de no agregar nuevos factores de inquietud
o de perturbación en el funcionamiento de un sector tan delicado
de la economía; no por mi voluntad, señor Senador
Larrañaga. Puede creerme que -lo he dicho y lo reitero- desde
que nos vimos enfrentados a los problemas en el sector financiero,
estamos viviendo una situación personal y funcional en extremo
difícil, porque hay que lidiar, enfrentar, resolver y contribuir
a resolver un problema en el sector financiero, que nos golpea día
a día o que, por lo menos, tuvo una intensidad diaria muy
fuerte en las semanas previas.
A los efectos de dar respuesta a las preguntas que se han planteado
con relación al Banco Comercial, tenemos que ubicarnos en
el mes de febrero, cuando se dio conocimiento público del
fraude que se había descubierto en dicha institución
y cuando, como consecuencia de ello, comenzaron a registrarse o
intensificarse retiros de depósitos del Banco en cantidades
muy importantes. Junto a este acontecimiento, se verificaron retiros
de depósitos en la generalidad de los Bancos. Obviamente,
a partir de la constatación de ese hecho, tomamos contacto
con los Bancos internacionales accionistas del Banco Comercial,
dejando de lado, por supuesto, por obvias razones, al grupo accionario
constituido por la empresa panameña San Luis S.A., propiedad,
básicamente, de los hermanos Rohm. De modo que nuestro contacto
fue con los otros tres Bancos internacionales accionistas: Morgan,
Credit Suisse y Dresdner. Tuvimos negociaciones muy duras, con una
participación protagónica del señor Presidente
del Banco Central, durante dos semanas, buscando lograr un aporte
de capital de esas instituciones, a efectos de enfrentar la situación
que vivía el Banco Comercial. Como lo he reiterado más
de una vez, fueron negociaciones muy duras que se dieron en el marco
de una situación en la que claramente, como Gobierno y como
país, estábamos muy comprometidos, porque a diario
el Banco y el sistema estaban perdiendo depósitos.
Después de dos semanas muy duras de negociación,
los Bancos internacionales expresaban una resistencia importante
a capitalizar el Banco Comercial, habida cuenta del fraude y de
la desconfianza que eso les había provocado en el grupo que
hasta ese momento dirigía esta institución, comandado
por los hermanos Rohm. Como consecuencia de ello, llegamos en algún
momento a una especie de callejón sin salida. En ese momento,
nuestras opciones como Gobierno eran muy limitadas. Si partíamos
de la base de que los Bancos internacionales como accionistas de
una sociedad anónima no estaban dispuestos a capitalizar
a este Banco, la única posibilidad que nos quedaba como Gobierno
era intervenirlo, ya que creo que todos compartimos que la otra
opción posible, que era la caída del Banco Comercial,
hubiera significado una perturbación muy fuerte sobre la
economía y la sociedad uruguaya. Recuerden que el Banco Comercial
era -y aún lo sigue siendo- el principal Banco privado del
país, que en algún momento llegó a tener cerca
de U$S 1.500:000.000 de depósitos.
En consecuencia, una vez que llegamos a esta situación y
ante la opción de intervenir el Banco por parte del Estado,
entendimos preferible buscar algún acuerdo con estos Bancos
internacionales, porque en ese marco de dificultades que vivía
el sistema financiero, entendimos que una intervención del
Banco Central no habría servido para calmar las inquietudes
que en ese momento se estaban manifestando en todo el sistema. Con
ese propósito, reiniciamos una nueva etapa de negociaciones
que básicamente se tradujo en lo que es público y
notorio: los Bancos internacionales aportaron U$S 100:000.000 al
Banco Comercial, con el compromiso por parte del Gobierno uruguayo
de asociarse en ese aporte de capital con una cuota parte adicional
de U$S 33:000.000. Entendimos que ese era el mal menor con relación
a las otras dos posibilidades.
Eso nos aseguraba un ingreso de U$S 100:000.000 y nos prevenía
de una situación en la que podíamos caer como consecuencia
de las cláusulas que rigen la emisión de obligaciones
negociables por parte del Banco Comercial con vencimiento en los
años 2007 y 2009, en cada uno de esos años por U$S
100:000.000. De acuerdo con una de las cláusulas de esas
obligaciones, ellas se hacen exigibles, es decir, hay que pagarlas
al contado, en la medida en que los Bancos internacionales pierdan
la mayoría en el poder de decisión del Banco Comercial.
En consecuencia, las opciones, junto con la intervención
del Banco y la perturbación que en ese momento tan particular
del país creíamos que podía derivar de esa
decisión del Gobierno, tenían como contrapartida un
aporte de U$S 100:000.000 por parte de los Bancos internacionales
y la certeza, digamos así, de evitar al país un problema
adicional de U$S 200:000.000.
En esas circunstancias fue que firmamos este Convenio, al que se
ha hecho alusión más de una vez aquí en el
Parlamento y por parte de la prensa, y que no habíamos dado
a conocer en sus detalles, más allá de que contestamos
las preguntas que se nos hicieron sobre el particular, por razón
de prudencia en el manejo de estos temas en momentos tan difíciles
como los que ha vivido el país en los últimos meses.
Personalmente, no tenemos nada que ocultar y creemos que cumplimos
con nuestro deber, que era y es preservar la estabilidad del sistema
financiero, porque detrás de la estabilidad del sistema financiero
está la estabilidad del sistema económico uruguayo
y muchos otros valores muy superiores. Nosotros, repito una y otra
vez, no inventamos este problema; no lo creamos; no fue consecuencia
de errores de nuestra política económica, sobre la
cual podríamos discutir en otros sentidos. Tuvimos que enfrentar
y poner el pecho a una tormenta que se desató desde Argentina
e hicimos lo que entendimos que era nuestro deber para evitar una
quiebra del Banco más importante del Uruguay, con todas las
consecuencias que ello habría tenido sobre el resto del sistema.
En consecuencia, en ese Convenio, lógicamente, en contrapartida
a ese aporte de U$S 100:000.000, los Bancos nos pidieron determinadas
concesiones que a nosotros nos parecieron convenientes, más
allá de la opinión que uno pueda tener en circunstancias
en que tiene que decidir sobre caliente, que son poco más
o menos las que el señor Senador acaba de formular como preguntas.
Efectivamente, tomamos el compromiso de no iniciar acciones reparatorias
de orden civil contra los Bancos internacionales, aunque no así
de orden penal, en lo que tenemos completa libertad si es que se
comprueban delitos penales. Además, es cierto que como gobierno
comprometimos la capitalización y el buen funcionamiento
del Banco Comercial, porque era nuestra obligación hacerlo
ante estos Bancos y ante cualquier otra persona o institución
en el mundo, porque sabíamos que detrás de la estabilidad
del Banco Comercial estaba toda la estabilidad del sistema financiero.
Los Bancos internacionales aportaron los U$S 100:000.000, que entraron
el 1º de marzo al Tesoro del Banco Central, aunque hubo allí
una pequeña diferencia porque uno de los Bancos tenía
un crédito a su favor y, en consecuencia, quedaron en U$S
92:000.000 o en U$S 93:000.000.
Creo que esto es lo básico del Convenio, y repito: no lo
he manejado hasta ahora, porque me pareció que era un tema
demasiado sensible como para ponerlo en conocimiento de la opinión
pública en estas circunstancias. El señor Senador
lo pregunta, y yo le respondo; no tengo nada que ocultar. Y creo
que cumplí con mi deber. Defiendo lo que hice; con el señor
Presidente de la República fuimos conscientes de lo que estábamos
haciendo y decidimos a partir de una situación de verdadera
emergencia.
La pregunta sobre el expediente de venta del Banco Comercial va
a ser respondida por el señor Presidente del Banco Central.
Creo que no; esa es una versión que me llegó en el
día de ayer como un rumor. Está perfectamente identificado
en el Banco Central.
Sobre el decreto del 17 de junio, ya se han expresado opiniones
en el sentido de que es un decreto ilegal. Nosotros hemos defendido
la legalidad del decreto, pero en definitiva tomamos las palabras
del señor Senador Heber en nombre del Partido Nacional. Ya
hemos comenzado a hacer las gestiones del caso para enviar la iniciativa
la próxima semana a consideración del Parlamento,
a efectos de que si lo entiende conveniente la convierta en un proyecto
de ley. Esperamos que de esta forma podamos salir de este intríngulis,
que -lo digo nuevamente, señores Senadores- no hemos creado
nosotros. Estamos tratando de apagar incendios y estos son temas
en los que nos va la vida a todos, en primer lugar al Gobierno,
por supuesto, que es el que tiene que decidir.
Finalmente, en este intercambio de opiniones o de preguntas, queremos
aclarar que efectivamente hemos dado autorización al Banco
Central para emitir U$S 400:000.000 en Letras de Tesorería,
que básicamente han contribuido a regularizar la situación
de estos Bancos en los descubiertos o asistencias que han tenido
en el transcurso de estos meses.
SEÑOR PRESIDENTE (Dr. Correa Freitas).- Tiene la palabra
el señor Presidente del Banco Central.
SEÑOR RODRÍGUEZ BATLLE.- Señor Presidente:
quisiera hacer referencia a alguna de las expresiones del señor
Senador Larrañaga.
En primer lugar, ya que el señor Senador recordó
la afirmación del 4 de abril en la sesión de las Comisiones
de Hacienda del Senado y de la Cámara de Representantes,
diría categóricamente que la ratifico y que me alegra
de que la haya leído, porque sigo pensando lo mismo que en
ese momento. Es claro y evidente -y ya se ha mencionado en esta
Sala- el notorio efecto negativo que ha tenido la crisis del sistema
financiero en la Argentina sobre el sistema financiero uruguayo.
A nadie puede caber ninguna duda de que el sistema financiero argentino
cesó los pagos, entró en "default", cerró
las fronteras, impidió el giro al exterior y se bloqueó,
se terminó, se liquidó, hasta el día de hoy.
Sin embargo, nosotros venimos soportando prácticamente ocho
meses con un vecino que bloqueó al sistema financiero. No
dar importancia al efecto que esto tiene en la economía y
en el sistema financiero uruguayo, es subestimar notoriamente ese
efecto. Esto implica que ningún argentino más puede
retirar sus fondos como lo hacía antes, y significa para
el Uruguay la posibilidad de crecer en sus depósitos en un
15% en el año 2000 y en un 25% en el 2001. Y hemos pasado,
no a cero, sino a un flujo negativo, por las necesidades propias
que los depositantes del sistema financiero argentino tenían
de sus recursos colocados en el Uruguay, donde no hay ningún
impedimento para retirarlos, en contrapartida con un mercado que
los bloqueó aun para operaciones normales. ¡Cómo
no voy a decir entonces que el sistema uruguayo dio una prueba de
solvencia y de liquidez fabulosa!
(Ocupa la Presidencia el señor Luis Hierro López)
- El propio señor Senador Larrañaga señala
que los retiros pueden llegar a los U$S 5.000:000.000. ¿Cree
alguien que un sistema financiero débil puede resistir un
retiro de esa magnitud en seis meses, sin quebrar? El sistema financiero
en su globalidad, con las excepciones que estamos ahora refiriendo,
demostró una capacidad de reacción formidable; pudo
devolver dólar a dólar lo que los depositantes querían
llevarse. Y así lo hizo.
Esos problemas, ¿a quiénes afectaron primero? A aquellos
bancos que no tenían detrás la banca internacional
que los apoyara, les diera nombre o respaldo. Ya el señor
Ministro se explayó suficientemente sobre el caso del Banco
Comercial, donde intervinieron otros factores. Pero el Banco Montevideo
fue capaz de entrar en una licitación. Dicha institución,
en el mes de abril, en plena crisis de retiros -que señaló
el señor Senador Larrañaga-, vio aumentada su calificación
por Moodys, cuando a Uruguay se le había bajado. En este
sentido, el Banco Montevideo siempre cumplió con sus obligaciones.
Reitero que cuando vinimos a la Comisión, el 4 de abril,
todo lo que manifestamos era cierto; el sistema había perdido
cerca del 30% de sus depósitos, cuando cualquier régimen
severo de encajes -como es el caso del Uruguay- llega al 20%. Por
ejemplo, el Banco de Galicia, en un mes y medio, tuvo que devolver,
entre diciembre y enero, el 33% de sus depósitos. Es así
que, entonces, a posteriori de esa fecha se va deteriorando la situación
del Banco Montevideo, y este no es un fenómeno extraño.
Siguió el proceso que también el señor Senador
Larrañaga señaló de retiros y de atenderlos,
y empezaron maniobras que también nosotros comenzamos a seguir.
Pero no precisamente como lo expresó el señor Senador,
sino que en el mes de febrero empieza la primera supervisión
intensiva y el 7 de marzo hay una resolución que le impone
ya restricciones.
Ahora bien, ¿es posible una alternativa en la que, apenas
se detecte alguna irregularidad, sea necesario eliminar y cerrar
el Banco en medio de una crisis? Allí aparecen -y creo que
el señor Senador Larrañaga lo subestimó- el
requisito del Banco Central exigiendo capitalización y nuevas
garantías. No ponen un nuevo capital ni ponen garantías
los que no están dispuestos a seguir adelante con el negocio.
Y los accionistas pusieron capital y garantías. Es cierto
lo que dice el señor Senador en el sentido de que lo que
pidió el Banco Central era más. Sí, le pedimos
U$S 45:000.000 de capital y puso U$S 24:000.000; le pedimos garantías
reales y prendarias y accedieron a ello poniendo a disposición
algunas propiedades inmuebles. No importa si fueron muchas o pocas,
las pusieron. Esa es una señal clara de que estaban interesados
en seguir en el negocio. ¿Hay algún empresario que
en medio de la crisis y con intenciones de llevarse -como dijo el
Senador- el banco en rueditas es capaz de poner garantías
y nuevo capital?
El tema de la supervisión y de la regulación, sin
duda es algo que siempre da para discusión. Creo que el Uruguay
goza de una buena reputación en materia de supervisión
y regulación. No en vano en el año 2001 pasó
dos pruebas muy duras en cuanto a controles internacionales sobre
las normas de regulación y supervisión. Pasamos toda
la revisación del lavado de dinero. El Uruguay no tenía
una buena legislación sobre el lavado de dinero y en el año
2001 fue aprobada como plaza financiera capaz y con la regulación
suficiente para atender la lucha contra el lavado de dinero. Fuimos
aceptados por la comunidad internacional como una plaza calificada
en base a la regulación. Claro que es posible que entre esa
regulación y supervisión y el momento en que se detecta
el fenómeno o el desvío, pueda haber un plazo. Hay
un difícil equilibrio. ¿Cuál es el momento?
Cuando se detecta que hay una operación, ¿lo primero
que se pide es que se deje sin efecto o luego se le pide que ponga
capital y se espera a que lo coloque? Esos fenómenos fueron
ocurriendo en un proceso que duró tres meses donde todo el
Directorio en pleno, con la supervisión -éste no es
un trabajo individual, sino de equipo- seguimos paso a paso la evolución
del Banco Montevideo. Pero no sólo hicimos este seguimiento,
sino que hay 58 instituciones financieras en Uruguay y la inmensa
mayoría de ellas está bajo la supervisión del
Banco Central, y más precisamente de la Superintendencia.
SEÑOR FERNANDEZ HUIDOBRO.- ¿Me permite una interrupción?
SEÑOR RODRIGUEZ BATLLE.- Con mucho gusto.
SEÑOR PRESIDENTE.- Puede interrumpir el señor Senador.
SEÑOR FERNANDEZ HUIDOBRO.- Para ahorrar tiempo, ya que está
en uso de la palabra el contador Rodríguez Batlle, quiero
plantear algunas dudas que se me generaron por la exposición
del señor Ministro.
Cuando se refirió a las obligaciones negociables del Banco
Comercial exigibles en el año 2008 y 2009, siempre y cuando
la mayoría deje de ser de los bancos privados extranjeros,
quiero preguntar en qué oportunidad se autorizó esta
emisión de obligaciones negociables con esta condicionante.
La segunda pregunta es la siguiente. Si el fraude fue de los socios
de los bancos extranjeros, ¿ellos no tienen nada que ver
y no son pasibles de investigación? Si al Banco Central se
le escapó el fraude, ¿a los socios también
se les escapó?
Decimos actualmente -no recuerdo dónde, si en la Carta Intención
o en las exposiciones que se han hecho en algunas Comisiones en
el Senado- que con el Fondo que se va a crear, de aseguramiento
de la plaza financiera, vamos a apoyar la liquidez de los bancos
de plaza en el caso de que lo necesiten, pero desplazando a los
accionistas en el caso de que no capitalicen. Esta gente, según
han relatado, se había negado a capitalizar. En el supuesto
caso de que el Banco Comercial mañana necesite su apoyo y
se vuelvan a negar, ¿los desplazaremos con lo que quedarán
en minoría y sus obligaciones comenzarán a ser exigibles?
Por lo que he oído hemos sido víctimas de un burdo
chantaje que me deja mucho que dudar de la seriedad -de la que siempre
dudé; trabajé siete años en un banco y ahí
aprendí a robar- de estos grandes capitales financieros internacionales
que están en el Banco Comercial. Nos chantajearon del peor
modo imaginable. Yo no creí que fuera así: un chantaje
en medio de una crisis, sabiendo que si se ponían duros seguían
los retiros y, encima, con esta amenaza -no entiendo bien esto,
pero que me parece que es como una espada de Damocles que alguien
autorizó a crear- suspendida para el año 2007 ó
2009. ¿Cómo pudo el señor Ministro en ese mismo
momento, según lo leyó el señor Senador Larrañaga,
decir que podíamos lucir como un estandarte ante el mundo
la seriedad de estos bancos privados si en ese mismo momento nos
estaban chantajeando en el peor estilo del peor "lumpenaje"
y hampa del mundo?
SEÑOR PRESIDENTE.- Puede continuar el señor Presidente
del Banco Central, contador Rodríguez Batlle.
SEÑOR MINISTRO.- ¿Me permite una interrupción?
SEÑOR RODRIGUEZ BATLLE.- Con mucho gusto.
SEÑOR PRESIDENTE.- Puede interrumpir el señor Ministro.
SEÑOR MINISTRO.- Realmente, no sé cómo responder
a las preguntas del señor Senador. Voy a tratar de dar dos
respuestas que creo que van a cubrir lo que ha sido preguntado.
En primer lugar, me voy a referir a la relación entre los
socios del Banco Comercial.
El fraude, según todas las indicaciones, fue cometido por
uno de ellos sin conocimiento de los otros. Eso suele suceder, no
quiero decir que haya sido así ni es mi intención
prejuzgar, pero en el caso del Banco Comercial los señores
Rohm y, particularmente, quien actuaba como Vicepresidente Ejecutivo,
el señor Carlos Rohm, tenía por contrato la facultad
de gestionar el Banco que le habían cedido el resto de los
accionistas.
De modo que es muy factible -reitero que no quiero prejuzgar sobre
un hecho que conozco, pero no en profundidad- que los títulos
estuvieran o no, o que un crédito haya estado mal concedido,
fuera del conocimiento directo e inmediato de los Bancos accionistas.
En este caso en particular, se produjo la desaparición de
unos títulos que debían estar en custodia en Buenos
Aires. Y no aparecieron. Este fue un fraude denunciado como tal
por los Bancos accionistas, y como tal -no quiero decir que sea
así; no lo puedo plantear en esos términos- no es
un tema que dependa del control del Banco Central o de las auditorías.
Se puede decir que en determinada ocasión, alguien apretó
un botón y se terminó la operación, el título
o el documento, etcétera.
No quiero hacer alarde de conocimientos, porque no los poseo en
esta materia, pero cualquiera de los presentes puede recordar casos
similares que ha habido, en los últimos años, en Bancos
de otros países. Por ejemplo, el de un joven operador de
una mesa de cambios que fundió un Banco; cuando se dieron
cuenta, ya era tarde. Por supuesto, no digo que sea el mismo caso;
no quiero defender ni acusar, porque no me corresponde. Lo que digo
es que yo me enfrenté con el problema.
SEÑOR FERNANDEZ HUIDOBRO.- ¿Me permite una interrupción?
SEÑOR MINISTRO.- Está en el uso de la palabra el
señor Presidente del Banco Central.
SEÑOR RODRIGUEZ BATLLE.- Se la concedo con mucho gusto,
señor Senador.
SEÑOR PRESIDENTE.- Puede interrumpir el señor Senador.
SEÑOR FERNANDEZ HUIDOBRO.- Averiguar y no prejuzgar es una
tarea para la Justicia Civil, pero en la negociación que
se realizó, se los eximió de ser sometidos, precisamente,
a esa averiguación de la Justicia Civil.
SEÑOR PRESIDENTE.- Puede continuar el señor Ministro.
SEÑOR MINISTRO.- La averiguación de estos hechos
desde el punto de vista penal, está en la órbita de
la Justicia Penal. La denuncia se hizo e, insisto, está en
la Justicia Penal. Si de allí surgen consecuencias penales
para el señor Rohm, el Juez actuará como sea preciso
y no me corresponde opinar a ese respecto.
Todos los acontecimientos están en conocimiento de la Justicia,
tal como dispuso el Banco Central.
A propósito del Convenio con los Bancos internacionales,
el señor Senador reconocerá que no es para mí
una tarea sencilla calificar la actitud y la respuesta de los Bancos
internacionales, así como lo que nosotros, en ejercicio de
nuestras atribuciones y responsabilidades, debimos asumir en ese
Convenio con los Bancos.
Desde el punto de vista estrictamente jurídico, la sociedad
anónima Banco Comercial responde como tal. Los accionistas
no responden por la sociedad anónima. Es cierto que tuvimos
una negociación muy dura y también lo es que sus primeras
etapas estuvieron a cargo del señor Presidente del Banco
Central. Debo decir que como país y como Gobierno aspiramos
a una respuesta más satisfactoria -o menos insatisfactoria-
de la que finalmente obtuvimos de parte de los Bancos internacionales.
Reitero que las circunstancias en las que negociamos fueron muy
complicadas. En ellas pudimos obtener los U$S 100:000.000 que de
otra manera no habríamos podido conseguir y también
evitamos el problema que podría haberse planteado con estas
obligaciones negociables. Sé que, seis meses después,
es un tema opinable. Debimos decidir cuando los acontecimientos
estaban desarrollándose a pleno y créanme, señores
Senadores, que hicimos lo que entendimos mejor para el país.
(Dialogados)
SEÑOR PRESIDENTE.- La Mesa recuerda a los señores
Senadores que hay varios oradores inscriptos, por lo que sería
conveniente continuar con el orden de esa lista. De lo contrario,
por la vía de las interrupciones vamos a pasar otra noche
en esta discusión.
Puede continuar el señor Ministro.
SEÑOR MINISTRO.- Quisiera agregar una información
adicional a la cuestión planteada por el señor Senador.
Estas obligaciones se emitieron en el período anterior de
Gobierno y, seguramente, fueron autorizadas por el Banco Central
en esos años.
SEÑOR BRAUSE.- ¿Me permite una interrupción?
SEÑOR MINISTRO.- Con mucho gusto, si se la concede el señor
Presidente del Banco Central que es quien está en el uso
de la palabra.
SEÑOR PRESIDENTE.- Puede interrumpir el señor Senador.
SEÑOR BRAUSE.- Quiero hacer una precisión, puesto
que se ha mencionado la exoneración de la acción civil
respecto del convenio que se ha llevado a cabo. Este es un tema
jurídico y, por lo tanto, debe ser analizado con prolijidad,
ya que el señor Ministro ha dicho muy bien que en ese Convenio
no se exoneró la responsabilidad penal. Sin embargo, debe
quedar claro que en caso de que exista dolo, la responsabilidad
civil también es posible. El dolo, que es la voluntad y la
intención de cometer el ilícito, existe como figura,
tanto en la materia Penal como en la Civil. Es conveniente aclarar,
puesto que se trata de un tema jurídico, que ese Convenio
no exonera la acción civil en caso de que se configure el
dolo. Esta es la primera precisión que quería formular
desde un punto de vista jurídico.
También quiero precisar que hay que analizar cuál
es el nexo causal que podría tener el Estado para accionar
cuando, en realidad, no lo tiene. Digo esto porque, en todo caso,
contra los accionistas, quienes tienen la legitimación activa
son los depositantes del Banco Comercial.
Entiendo que estas precisiones jurídicas son muy delicadas
y requieren de un estudio en profundidad. Pero también es
necesario que quede claro cuál fue la intención que
fue consagrada en estos convenios, así como la dificultad
que puede tener el Estado para contar con legitimación activa
contra los accionistas del Banco Comercial.
Muchas gracias.
SEÑOR PRESIDENTE.- Estaba en uso de la palabra el señor
Presidente del Banco Central. Puede continuar.
SEÑOR GARGANO.- ¿Me permite una interrupción?
SEÑOR RODRIGUEZ BATLLE.- Con mucho gusto.
SEÑOR PRESIDENTE.- Puede interrumpir el señor Senador.
SEÑOR GARGANO.- En realidad, deseo que se me aclare algo
muy sencillo.
Si no recuerdo mal, en oportunidad de tratarse el vaciamiento del
Banco Pan de Azúcar, se mencionó que las normas del
Banco Central indican que los tenedores de acciones deben estar
individualizados dentro de esta Institución. Ahora bien;
cuando el señor Ministro afirma que el Banco Comercial responde
como una sociedad anónima, pero no lo hacen los tenedores
de sus acciones, creo que es un error, ya que se les obliga a declarar
sus nombres y la cantidad de sus acciones.
Por estos motivos, pienso que se trata de un error y, aunque no
soy un experto en el tema, tengo algunos recuerdos de cuando hice
una interpelación sobre el Banco Pan de Azúcar y este
tema estuvo en danza. Me parece que las cosas son tal como las planteo
y no como ha dicho el señor Ministro.
SEÑOR PRESIDENTE.- Puede continuar el señor Presidente
del Banco Central.
SEÑOR RODRIGUEZ BATLLE.- En seguida voy a responder al planteo
del señor Senador Gargano, pero antes quiero terminar de
contestar la referencia que había efectuado el señor
Senador Larrañaga.
A propósito de la supervisión, decía que es
un equilibrio bastante delicado y que en el año pasado todo
el sistema sufrió una revisión muy a fondo en materia
de normas internacionales, de control y de regulación.
En lo que tiene que ver con el Banco Montevideo, el asunto es al
revés de como lo ha expresado el señor Senador Larrañaga.
La intervención del Banco Montevideo es estrictamente el
resultado de la supervisión; es el resultado de haber detectado
operaciones y de haber exigido capital y garantías, y el
de haber fracasado en esos resultados y llegado al punto final que
es el de la intervención. La propia Carta Orgánica
y la Ley de Intermediación Financiera establecen etapas intermedias
antes de llegar a la intervención, para dar la posibilidad
de que el accionista cumpla con sus obligaciones, corrija sus errores
-si es que los ha cometido- y que la institución pueda seguir
adelante. La intervención no es el primer peldaño
de la escalera, sino justamente uno de los últimos.
Así como mencioné los avances en la regulación
y que Moodys ha aumentado la calificación, habría
un hecho importante a señalar: el Banco Central del Uruguay
intervino al Banco Montevideo el día 21 de junio; el Banco
Central de Paraguay lo intervino después y el Banco Central
de la Argentina también lo intervino con posterioridad. Quiere
decir que es claro que el primer Banco que detecta las operaciones
del Grupo Peirano y actúa en consecuencia es el Banco Central
del Uruguay. El Banco de Paraguay lo hace el lunes siguiente y el
Banco Central argentino cierra el Banco Velox un día después.
En todo este tema hay aspectos opinables acerca de los tiempos
y oportunidades, pero no hay duda de que el Banco Central con respecto
al Banco Montevideo actuó con premura, sigilo, vigilancia
y aplicando la presión que podía de acuerdo a las
circunstancias. En medio de todo ese fenómeno, el Banco seguía
perdiendo depósitos y continuaba atendiendo liquidez y necesidades
de retiros. En todas las oportunidades el Banco Central actuó
dentro del marco legal, tanto en las etapas de supervisión
intensivas, como para el trabajo del veedor, para la intervención
y para la asistencia financiera. En todos los casos, reitero, actuó
dentro de la ley. Y posteriormente a la intervención, actuó
con toda la fuerza de la ley contra los accionistas. Inmediatamente
presentó la denuncia penal, el pedido de embargo y encomendó
a los abogados del Departamento Jurídico que iniciaran acciones
con empresas vinculadas, tanto en el Uruguay como en otros países
donde puedan ser localizadas. Asimismo, dispuso la ejecución
de las garantías dadas. Se aplicó todo el peso de
la ley; ni más ni menos.
Quiere decir que la supervisión ayudó a detectar
un problema y a actuar en consecuencia. Lamentablemente, reitero,
la intervención no es la labor final del Banco Central. Su
objetivo final es cuidar la estabilidad y la solvencia del sistema
financiero. Estamos frente a un enfermo que no hace a todo el sistema;
el resto ha venido cumpliendo con sus obligaciones y atendiendo
un fenómeno lastimosamente profundo e intenso como el que
hemos vivido en los últimos meses.
Quiero responderle al señor Senador Larrañaga que
el expediente de venta del Banco Comercial no se extravió;
está en poder del señor Gerente General del Banco
Central del Uruguay.
Con respecto al planteo que hacía el señor Senador
Gargano, es bueno señalar que también en los últimos
tiempos...
SEÑOR LARRAÑAGA.- ¿Me permite una interrupción
para aclarar una pregunta que le he efectuado?
SEÑOR RODRIGUEZ BATLLE.- No por el momento, señor
Senador. Termino enseguida con mi exposición; pero no quiero
perder el hilo de la respuesta al señor Senador Gargano.
En el último año el Banco Central estableció
nuevas normativas en materia del sistema financiero y, particularmente,
del sistema bancario. Estableció la auditoría obligatoria,
la calificación obligatoria, la publicación mensual
de los balances, el registro de los representantes, el registro
de los Directores y la necesidad de presentar un currículum
para que los Directores de los Bancos sean aprobados como tales.
Frente a su pregunta tengo que responder que sí están
registrados los accionistas y el porcentaje de acciones que ellos
tienen en cada una de las instituciones. Desde ya le digo al señor
Senador que responden por el capital que han puesto en la sociedad
anónima, ya que se trata de sociedades anónimas.
SEÑOR LARRAÑAGA.- ¿Me permite para una aclaración,
señor Presidente?
SEÑOR PRESIDENTE.- Puede interrumpir el señor Senador
Larrañaga.
SEÑOR LARRAÑAGA.- En mis preguntas al señor
Presidente del Banco Central he planteado algunas dudas con respecto
al tema de las garantías y sobre eso no nos contestó
ni aclaró si falta o no alguna firma y si faltan o no los
certificados para la constitución de las garantías.
Quiero expresar también que el Banco Central le pidió
U$S 45:000.000, el señor Presidente del Banco Central dijo
que aportaron U$S 24:000.000, pero luego, en la propia Comisión
de Hacienda del Senado manifestó que la aplicación
neta de esos U$S 24:000.000 era de U$S 19:000.000. Esas fueron sus
expresiones textuales y quisiera una contestación al respecto.
Ahora bien; es cierto que, tal como señala el señor
Presidente del Banco Central, aportaron U$S 24:000.000 y que constituyeron
garantías, pero ¿cuánto se llevaron en el medio?
El señor Presidente del Banco Central luego dice que la
intervención es el resultado de la supervisación y
que la supervisación había fracasado; pero entre la
supervisación y la intervención mediaron algo más
de cuatro meses. Y convengamos que la intervención, si bien
es una facultad última en lo que significan las potestades
del Banco Central, es evidente que es una decisión discrecional
que bien pudo haberse tomada antes.
Con respecto a que el Banco Montevideo no había pedido autorización
al Banco Central para realizar determinadas operaciones -tal como
lo reconoce el Superintendente de Bancos en una entrevista que se
le realizó en un programa de radio, que es la información
a la que pudimos llegar-, seguramente de esa realidad había
sido alertada inmediatamente la supervisión intensiva decretada
en febrero, porque ese era el mecanismo. ¿Y cómo es
la cosa? Resulta que después se dice que la intervención
es el resultado de la supervisión intensiva y luego que fracasó
y que por eso se intervino. Y en el medio, pasó lo que pasó.
Más tarde se expresa que la intervención del Banco
Montevideo en Uruguay fue anterior a la que se dispuso en Paraguay
y en Argentina. ¡Y qué nos importa eso! El mal de todos
no puede ser nuestro consuelo.
Esas son las dudas que quisiera que el señor Presidente
del Banco Central nos aclare, a fin de no molestar más las
exposiciones ni entorpecer el transcurso normal de la interpelación.
Muchas gracias, señor Presidente. Muchas gracias, señor
Presidente del Banco Central.
SEÑOR PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor Presidente
del Banco Central.
SEÑOR RODRIGUEZ BATLLE.- Con respecto a las garantías,
en realidad cuando se le pidieron garantías reales no se
estableció un número exacto. Se presentaron unos 14
títulos, de los cuales aproximadamente 8 están completos
y otros requieren algunos certificados. Es cierta la información
que maneja el señor Senador en cuanto a que algunos de esos
títulos necesitan una cédula catastral o una constancia
de pago del Impuesto al Patrimonio. Ese asunto está en manos
de la Escribanía para lograr su regularización.
De todas maneras, ya hay un lote importante de garantías
correctamente constituidas. Las otras, no digo que no sean correctas,
sino que tienen algunos trámites formales por concluir.
Con respecto a los tiempos y a los plazos, parecería no
ponernos de acuerdo. En realidad, el veedor aparece los primeros
días de junio y la supervisión es del mes de febrero,
pero nosotros tenemos varias etapas en el medio, por lo que no estamos
hablando de cuatro meses, sino de que cuando los accionistas dejan
de cumplir el plazo que les había fijado el Directorio para
la entrega de la capitalización, es decir, el 15 de mayo,
ellos integraron U$S 24:000.000, de los cuales fueron capitalizados
U$S 19:000.000 para bajar la deuda. Ahí está la diferencia
entre los U$S 24:000.000 que entraron y los U$S 19:000.000 que se
aplicaron para bajar la deuda, como se había requerido.
Esto se produce el 25 de abril, o sea que ya estamos sobre los
días previos a la intervención. De todas maneras,
ésta se realiza por informe fundado de la Superintendencia.
Así está establecido en la Carta Orgánica y
el Directorio aprobó la intervención en función
del informe, en el primer momento en que la Superintendencia lo
sometió a su consideración. Quiere decir que no hubo
ningún rezago entre el planteo de la Superintendencia, de
los Servicios Técnicos, que cuando por primera vez plantea
la intervención, la somete a consideración del Directorio
y es ahí donde se resuelve, o sea, inmediatamente después
que la Superintendencia lo había sugerido. Reitero que no
hay ningún rezago entre el planteo de los Servicios Técnicos
y la decisión del Directorio.
Espero haber contestado las preguntas del señor Senador".
Texto
completo de la interpelación
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