Proclama leída en el acto convocado por la Concertación
para el Crecimiento del martes 16 de abril de 2002
Lectura hecha
por Delfi Galbiatti
"Orientales: este es un mensaje para construir la esperanza.
La inmensa mayoría de nuestro pueblo - es decir nosotros
- está atravesando un grado alarmante de "penurias materiales"
toda vez que no puede ver resueltas sus condiciones más elementales
de vida. Pero no es menor el grado de "penuria interna"
que nos afecta cuando se nos muere la esperanza, cuando no encontramos
una perspectiva humana, un sentido de realización concreta
de valores universales a nuestra vida. No se puede vivir sin esperanza.
Es al mismo tiempo un mensaje al conjunto del pueblo oriental,
a todas las uruguayas y los uruguayos honestos, a todas las organizaciones
sociales representativas del quehacer productivo, social, científico,
cultural y político del país. En los tiempos de infortunio
nacional, los Uruguayos hemos aprendido la noble lección
de encontrarnos. Pero lo hemos hecho siempre en una situación
de extrema gravedad y para decir con mucha fuerza NO VA MAS.
Como en 1983 nos juntamos frente a este mismo obelisco por las
libertades civiles, hoy volvemos a reunirnos reclamando a esta administración
un gesto de humildad para reconocer que el modelo económico
ha fracasado rotundamente y que comparta con nosotros el sentimiento
de que lo que no es bueno para los uruguayos no es bueno para el
país.
¡ El país se nos hunde y lo tenemos que sacar adelante!
¡Toda la sociedad Uruguaya tiene que decidirse a actuar para
estabilizar y profundizar la democracia!
Y esto es necesario porque quienes gobiernan los destinos del país
pretenden hacernos creer que lo que nos pasa es una fatalidad de
la historia. Las cosas son como son... y no pueden ser de otra manera.
Como si ellos no tuvieran nada que ver. Como si nosotros no tuviéramos
nada que ver. ¡Sabemos que no es así ! La historia
la construimos los pueblos, los hombres, las mujeres, los jóvenes.
*****
El pensamiento único, inunda toda la sociedad generando falsas
expectativas.
En sus esquemas neoclásicos, no hay cabida para las soluciones
de carácter productivo y solidario. "Desregulación
de los mercados", "privatización del patrimonio
nacional", "flexibilidad del mercado laboral", "costos
laborales y rebaja salarial", etc. forman el sentido común
de los orientadores de las políticas. Y esto es así
porque ellos conciben la sociedad -y por tanto se esfuerzan por
construirla a su imagen y semejanza- como una selva agresiva y salvaje.
La sociedad es la suma de individuos egoístas que buscan
"maximizar su ganancia"; el mecanismo del mercado es el
más eficiente asignador de los recursos y por lo tanto la
intervención del estado es un factor de ineficiencia en el
funcionamiento económico; el valor surge de la utilidad subjetiva
que presuntos "consumidores" individuales le asignen a
las mercancías, no surge del trabajo; la competitividad surge
de la mejor combinación de los "factores de producción"
en la empresa considerada aisladamente, no es un sistema construido
socialmente, etc, etc, .......... son los lugares comunes de los
neoliberales.
Esta suerte de "ley del mas fuerte", de "selección
natural" aplicada a los seres humanos, las empresas, las organizaciones,
los países, esta concepción de la sociedad basada
en que el hombre es lobo del hombre, está instalada en el
poder, y es la responsable de la situación de miseria y penurias
cotidianas de cientos de miles de uruguayos.
Por eso el actual proyecto de país socava día a día
el tejido social uruguayo. Por eso ante la insensibilidad oficial,
convivimos con los niños que debiendo estar en la escuela,
ofrecen sus "servicios" en las calles y en las esquinas
por algunos pesitos. Un drama escandaloso de la actualidad, que
de perpetuarse, de convertirse en estructural, está hipotecando
todo el futuro de nuestra nación y ante el cual cualquier
hombre o mujer sensible debiera rebelarse.
Muchas veces se apuesta al desconocimiento o la ignorancia de las
cosas. Los países más pobres, las naciones subdesarrolladas
pagan muy caro los consejos y sugerencias de asesores que explican
las bondades del mercado como asignador de recursos, de la sabiduría
de la oferta y la demanda para arreglar todas las cosas de este
mundo. En cambio los países ricos practican el proteccionismo
de la producción y del trabajo de su gente, invierten en
obras públicas, reducen la tasa de interés, fomentando
la inversión como caminos idóneos para atenuar las
crisis cíclicas y para desarrollarse. Además cuentan
con seguros sociales importantes y los estados ágiles, eficientes
y fiscalizadores, intervienen directa y fuertemente apoyando la
marcha de sus economías nacionales y de los bloques regionales
que integran y promueven todos los días. Sin embargo, nosotros
aplicamos el liberalismo sin cortapisas que nos exportan a los países
pobres y como testigos pasivos comentamos el proteccionismo que
aplican hacia adentro de sus fronteras.
HAY QUE DECIRLE BIEN FUERTE A ESTOS SEÑORES QUE LAS SOCIEDADES
NO FUNCIONAN COMO LO INDICAN SUS MODELOS ABSTRACTOS! TAMBIÉN
DEBEMOS DECIRLES QUE NO NOS RESIGNAMOS AL PAPEL DE OBSERVADORES
PASIVOS FRENTE A LOS RESULTADOS DE LA APLICACIÓN DE ESTE
MODELO.!
La sociedad no es la suma de individuos egoístas, hay relaciones
sociales, hay colectivos, hay dinámicas fraternas. Creemos
que el mercado no logra resolver todos los asuntos humanos. Que
el trabajo nos ha convertido a lo largo de miles y miles de años
en seres humanos, y que sin trabajo no solamente nos morimos de
hambre, sino que nos vamos deshumanizando. Por eso los problemas
de la marginación y la exclusión social, los problemas
de la seguridad ciudadana, el gravísimo problema de que en
estos últimos años se viene agudizando la penosa diáspora
de cientos de miles de Uruguayos obligados al exilio. Según
cifras oficiales son 12000 las familias destruidas en los últimos
4 meses . Todos estos problemas hay que analizarlos a la luz de
la crisis en el trabajo y la producción nacional, a la luz
de la desesperanza y falta de perspectivas en que tienen sumido
a nuestro pueblo.
En definitiva en contra de lo que se piensa y se hace desde las
altas esferas creemos que:
· no existe otra forma de existencia social que no sea sobre
la base del trabajo como actividad creadora de la vida.
· Es necesario abrirle paso entre todos a una estrategia
de desarrollo productivo con una justa distribución de la
riqueza.
· Es necesaria la profundización de nuestra Democracia.
Esta estrategia de desarrollo productivo sustentable y de justicia
social no puede construirse solamente desde el sistema político;
también debe participar en su elaboración el conjunto
de la sociedad, a través de sus organizaciones.
¡¡¡ Es posible y necesario construir entre todos
un país mejor !!!
*****
El 35 % de las empresas han quebrado desde el 98 a la fecha. Particularmente
en el agro 15 productores abandonan su explotación por día.
Aquellos que aún subsisten en la actividad, no pueden concretar
sus perspectivas de desarrollo padeciendo un endeudamiento que en
las actuales condiciones los torna inviables.
A esta altura seguramente mas de 225 0000 desocupados, desocupación
que en algunos departamentos trepa hasta el 20%; según el
Banco de Previsión Social 75000 trabajadores estuvieron en
el Seguro de Desempleo durante el año 2001; mas de 500000
trabajadores en condiciones de informalidad, sub-ocupación
o precariedad; el país hundido en la desesperanza y el bajón
generalizado; los jóvenes con los ojos puestos en emigrar;
los problemas de la infancia y la educación; amplísimos
sectores empresariales desconformes, no solamente están lanzando
una bofetada a las falacias del gobierno, sino que están
diciendo a viva vos que nuestro Uruguay está paralizado y
que estamos ante la crisis terminal de una concepción de
país, que estamos asistiendo al agotamiento definitivo de
determinando modelo económica.
Esta dura realidad no es sustancialmente diferente a las vivencias
latinoamericanas en general y a la de los vecinos más próximos
en particular. Somos testigos de realidades sociales dolorosas como
la nuestra, cuyas resultancias son el caos, la confrontación
entre hermanos, el desencanto y la angustia como sentimientos cotidianos.
Por ello es necesario abrir las tranqueras de un verdadero diálogo
entre todos los actores involucrados en el diseño de una
estrategia de desarrollo para nuestro país, por lo que queremos
evitar...... y por lo que queremos construir.
*****
Tomemos algunos ejemplos de la realidad actual:
Hace pocas semanas pudimos apreciar el asombro y la preocupación
de los principales actores de la prensa, de la política y
de los negocios frente a la noticia de que Uruguay había
perdido el "grado inversor". Las calificadoras internacionales
les dirían a partir de ese momento a sus clientes que en
Uruguay no hay condiciones para la inversión. ¿De
que inversión está preocupado el equipo económico?
Evidentemente no de la inversión productiva, donde cada vez
son más los inversores nacionales que se quedan por el camino.
Se trata de la inversión especulativa, de la venta de bonos
del tesoro y de préstamos para cubrir el enorme agujero producido
por este modelo económico. De espaldas a la producción
nacional y vestidos de gala para atraer al venerado inversor internacional
se quedaron sin visita, mientras asistían impávidos
a la agonía del auténtico inversor nacional y de nuestros
trabajadores. No es que no nos preocupe el "grado inversor"
que refleja - a pesar de las posibles arbitrariedades de las calificadoras
internacionales -, la imagen de nuestro país en los circuitos
financieros mundiales. Pero lo que está quedando demostrado
es que sin el crecimiento y el desarrollo de una economía
real, anclada en la producción, son efímeras las preocupaciones
del gobierno por cautivar a los inversores. La economía burbuja,
la del permanente endeudamiento con los organismos financieros internacionales,
la de las importaciones indiscriminadas, la de las desproporcionadas
ganancias del sistema financiero, sin un anclaje en la vida productiva
real, está agotada.
El país de la improvisación y de la incertidumbre
que genera, de la falta de una cultura productiva y de la negligencia
del estado ya no da para más. Veamos lo que pasó con
la aftosa. En aras de preservar un mercado nuestros vecinos de Argentina
ocultaron la enfermedad y a pesar de que hasta un meteorólogo
podía predecir la venida de la aftosa, el gobierno debilitó
los servicios de sanidad animal del MGAP que perdió gran
parte de sus recursos. Ahora aunque ya no se hable tanto del tema
el país todo sufre las consecuencias. Por ejemplo, los productores
de carne han perdido el 30% de sus ingresos y los trabajadores están
parados o con sus salarios sumergidos. Esta es una demostración
de a lo que puede llevarnos la improvisación, y la falta
de políticas productivas, en este caso de políticas
ganaderas y sanitarias sustentables y construidas con todos los
involucrados, política que por otro lado solamente se puede
construir en el plano del Mercosur.
Nos preguntamos Así como la devaluación en BRASIL
se veía venir, también se veía venir en ARGENTINA.
¿Por qué no nos adelantamos nunca a los problemas?
¿ Será que siempre reaccionamos a las medidas de los
demás? ¿Porqué no nos encaminamos a diseñar
las políticas productivas para estimular el trabajo de los
Uruguayos?
Desde que asumió el gobierno actual, sólo se preocupó
de reducir el mercado interno bajando la inversión pública
en 100 millones de dólares, lo que significó perder
20 mil puestos de trabajo, reduciendo los salarios públicos
e incentivando a rebajar los salarios privados y por lo tanto reduciendo
las jubilaciones. Ahora aplican un nuevo ajuste fiscal. Cuando se
hacen imprescindibles medidas para sacar al país del pantano,
cuando se hacen necesarias "medidas anticíclicas",
el gobierno toma "medidas procíclicas". Es decir,
preocupados unilateralmente por el déficit fiscal, reducen
la inversión productiva del estado (por ejemplo en viviendas),
generan una nueva contracción de la ya casi paralizada economía,
en un círculo vicioso que genera ante la mayor paralización,
menores posibilidades de recaudación por parte del estado.
Lo que pretenden "ahorrar" mediante reducción del
gasto público, se les irá como arena entre los dedos
debido al mayor gasto en Seguros de Paro de los trabajadores parados
y la menor recaudación por concepto de impuestos no pagados
de...... ¡¡¡¡ las empresas cerradas !!!!
Asimismo el país también ve menguado sus ingresos
por la caída de las exportaciones producto de la pérdida
de competitividad del sector.
La concepción del gobierno para la "competitividad"
del país no tiene perspectivas. Ellos solo se fijan en los
llamados "COSTOS". No se trata de que este aspecto no
tenga importancia, pero en un país como el nuestro, cuyas
empresas grandes son pequeñas al lado de las empresas Argentinas
y más aún de las Brasileras, y que son microscópicas
al lado de las grandes empresas de los países ricos y desarrollados,
¿Puede Uruguay competir en base a productos estándar
y de bajo costo? Estamos convencidos que la situación expresada
en forma de dilema es la siguiente: URUGUAY SERA PRODUCTIVO O NO
SERA. Para resolver esta encrucijada el país debe definir
un perfil productivo para insertarse en un mundo cada vez más
difícil y complejo, no en base a los "costos" mirados
unilateralmente, sino sobre la base de la CALIDAD, EL CONOCIMIENTO
Y EL VALOR AGREGADO, COMO UNICO DESEMPEÑO VIABLE PARA EL
URUGUAY. En el discurso muchos dirían que están de
acuerdo, pero en la práctica el crecimiento de la informalidad,
de la precariedad, la subocupación, los salarios de hambre,
la ausencia de una política de estado enfocada a la competitividad
auténtica que estimule al empresario que "emprende",
están demostrando que hasta ahora el país viene tomando
el rumbo del deterioro de sus relaciones sociales.
Asumimos el compromiso serio y responsable, como parte de las cadenas
productivas para agregarle valor y calidad a nuestros productos.
Pero exigimos políticas comerciales activas y marcos monetarios
y cambiarios adecuados para profundizar una estrategia nacional
y regional de inserción internacional.
Sin políticas productivas activas, sin un proceso de democratización
de las relaciones laborales que promueva organizaciones productivas
dinámicas y complementadas, que posibiliten la movilización
del conocimiento de nuestra gente, lo cual implica sin dudas promover
las libertades sindicales y la negociación colectiva informada
e inteligente, no se puede producir bienes y servicios de altísima
calidad. Con la conmoción diaria que significa no saber si
mañana tendrás trabajo, con empresarios que no saben
a ciencia cierta si se verán obligados a cerrar su establecimiento,
no es posible una estrategia productiva basada en serio en la calidad.
El país está paralizado. Estamos ante una EMERGENCIA
SOCIAL Y PRODUCTIVA. La falta de perspectivas y la irresponsabilidad
del Gobierno, nos han conducido a esta situación. El modelo
económico aplicado en los últimos 30 años atraviesa
su fase de agotamiento definitivo. Ahora son necesarias cambios
sustanciales en el modelo a seguir.
Hemos acordado una serie de medidas e instrumentos concretos como
ideas para un proceso de debate nacional con los ojos puestos en
sacar al país de la crisis y abrirle paso a un proyecto de
desarrollo productivo justo y sustentable. No es momento aquí
de enumerar todas las propuestas construidas que son viables de
existir la necesaria voluntad política. Aquí nos referiremos
a otro aspecto más importante aún.
En el debate publico están planteados una serie de temas
que reflejan determinada lógica de razonamiento. El déficit
fiscal, la política monetaria y cambiaria, las presuntas
"reformas estructurales" ya sean de primera, de segunda
o de tercera generación, etc, etc. Se trata de debates sobre
instrumentos, sobre medios. El problema es cuando los instrumentos
opacan a los fines. Esta espiral de preocupaciones meramente instrumentales,
está implicando una racionalidad negadora de los fines. Las
cifras, los medios de la discusión técnica, deshumanizan
y des-socializan a la economía. Los números se convierten
en más importantes que la suerte de los hombres y mujeres
de nuestro país.
Nuestro planteo está dirigido a construir otra forma de
razonamiento en donde los fines primen sobre los medios. El objetivo
de nuestras propuestas apunta abiertamente a aquel concepto Artiguista
del fin supremo del buen gobierno. Nos referimos a la "pública
felicidad".
Un Uruguay productivo, con justa distribución de la riqueza,
con una estrategia de inserción internacional potenciadora
de nuestras cadenas productivas, de democracia ampliada, apunta
directamente al bienestar de nuestra gente.
¿ Qué otro objetivo deben perseguir sino este, las
políticas del estado?
Por eso son necesarios cambios estructurales de un sentido bien
diferente a los soñados y proyectados por los actuales orientadores
de estas políticas.
Por ejemplo ubicando en una lógica diferente al debate sobre
las empresas públicas y más en general sobre el aparato
del estado. El asunto no es pulverizarlo. Esas políticas,
mal discutidas y peor implementadas, ya han arrojado resultados
espantosos en los países hermanos. El asunto esencial es
como generar consensos nacionales para transformar las empresas
públicas y el estado en general, en un sentido de mejores
servicios a la población y de trabajo nacional, es decir
en la perspectiva de su contribución al desarrollo productivo
y social del país.
Por ejemplo abriendo la agenda del desarrollo tecnológico
propio, con el objetivo de delinear un sistema de nacional de innovación,
concebido desde nuestras necesidades, para procesos intensos en
conocimiento productivo, para generar el mayor valor agregado posible,
para maximizar nuestra formación profesional.
Para ello es necesario abrir los espacios de encuentro para que
desde cada rincón de la sociedad, nos pongamos en movimiento
para alumbrar una estrategia productiva para el Uruguay y para resolver
las necesidades básicas de nuestra castigada población.
En ese sentido elevamos una propuesta de una nueva articulación
entre el sistema político y las organizaciones sociales.
Por eso se hace necesario que todos los actores uruguayos podamos
aportar nuestro ladrillo para reconstruir la esperanza. Necesitamos
planes concretos para generar trabajo y desarrollo, para ensanchar
el mercado interno y producir para la exportación. Estos
planes, estas "políticas de estado" concebidas
para pensar un país para su gente y para las décadas
futuras, no puede construirse aisladamente desde el sistema político.
Es necesario abrir una negociación con la participación
de todos los actores involucrados. PROPONEMOS LA CREACIÓN
DE UN ÁMBITO PARA EL DISEÑO DE POLÍTICAS PÚBLICAS
RELATIVAS AL TRABAJO Y LA PRODUCCIÓN NACIONAL, PENSADO PARA
DEFINIR ESA ESTRATEGIA DE DESARROLLO PRODUCTIVO Y SOLIDARIO QUE
TANTA FALTA LE HACE AL PAÍS. Ámbito enriquecido en
su integración por la participación de los actores
sociales.
Que en principio dirima las acciones urgentes e imprescindibles
para salir de la crisis generando las condiciones para el país
que queremos.
A nuestro entender los ejes para empezar a cambiar son:
1. Reactivación del mercado interno, que representa el 85%
de nuestro producto bruto interno y es pilar fundamental en la generación
de empleo.
2. Defensa de la producción nacional frente a la presión
de productos de fuera de la región altamente subsidiados.
3. Reactivación del sector exportador a través de
políticas comerciales activas como fuente imprescindible
de recursos para atender nuestros compromisos internacionales y
financiar nuestro crecimiento.
4. Reformulación del papel del estado potenciándolo
como factor de desarrollo nacional y de respaldo del aparato productivo
y como mecanismo de redistribución social de la riqueza.
5. Reformulación del MERCOSUR. La construcción de
un MERCOSUR integrado macroeconómicamente, de complementación
productiva, democrático y solidario, no solamente es una
condición necesaria para nuestro desarrollo económico
sino para el afianzamiento de nuestra soberanía.
Ámbito que además sea Idóneo para analizar,
discutir y definir las cuestiones nacionales de largo aliento, que
le sirva a la sociedad toda y respalde a nuestro aparato político-parlamentario
en las encrucijadas históricas. Donde los Uruguayos todos
definamos que tipo de estado queremos, que tipo de Empresas Públicas
queremos, que tipo de inserción productiva y comercial regional
e internacional queremos. Por lo tanto ámbito que trate todas
las cuestiones de fondo, que nos van a comprometer por los próximos
30 o 40 años. Aquellas que necesitan del concurso de las
grandes mayorías, para darle sustento en el tiempo, y para
poner a disposición de las diferentes organizaciones sociales
todos los elementos para involucrarnos y comprometernos con ellas,
con alma y corazón.
En tal sentido los convocantes de este acto, manifestamos la voluntad
de conformar una Mesa Permanente para trabajar por estos objetivos
planteados.
Solo podremos salir de esta situación si nos disponemos a
construir escenarios de negociación entre los diferentes
actores para sacar el país adelante, para delinear un proyecto
nacional de desarrollo con todos los involucrados. Sin trabajo y
sin pan, no hay democracia auténtica. Sin ciudadanos libres
y en condiciones de participar creativamente en la producción
de la vida -eso es el trabajo para nosotros- no hay democracia real.
Que no se diga que esta propuesta va en desmedro de la institucionalidad
democrática. ¡Al contrario! Quienes aquí estamos
hemos hecho mucho por la democracia. Justamente se trata de fortalecerla.
Los problemas del diseño de un nuevo proyecto de país
son tan complejos, que requieren del aporte y la participación
de todos los involucrados en el asunto, sin ciudadanos de primera
y de segunda categoría. Generando relaciones productivas
y dinámicas entre el sistema político y los actores
sociales, ambos saldremos fortalecidos.
Se trata de una gran cruzada por el Uruguay orientado al desarrollo
productivo, orientado al crecimiento sustentable, humanizante fraterno
y solidario y en ese sentido convocamos a todas las fuerzas sociales
y políticas a encontrarnos para abrirle paso a ese país
posible. Como en los grandes momentos del Uruguay, como lo decía
José Gervasio Artigas, "nada podemos esperar, sino de
nosotros mismos". Con ese propósito, tenemos que encaminarnos
a derrotar el bajón, a reconstruir la esperanza, a cerrarle
las puertas a las correntadas de botijas que estamos mandando al
destierro !!!!!!!.
Es hora de poner el corazón, la cabeza y las manos a esta
empresa histórica. Por todo esto convocamos a un gran movimiento
para cambiar el país. Somos un pueblo rebelde, el del éxodo
del pueblo oriental, el de la conquista de la democracia y el que
ahora alumbrara las condiciones para un proyecto de país
basado en el desarrollo productivo nacional, con justicia social
que nos inserte en la región rescatando así el legado
Artiguista para los de ahora y para los que vienen en el futuro.
Reivindicamos nuestro derecho de pertenecer a un lugar, trabajar
en él, educar a nuestros hijos, preservar nuestra familia
y nuestra cultura, sin dejar de participar en un mundo que ha podido
internacionalizarlo todo menos a los pueblos y a sus valores nacionales.
Desde el pasado, lo reclaman nuestros muertos. Desde el presente
lo reclaman nuestras familias. Desde el futuro, lo reclaman nuestros
hijos y los hijos de nuestros hijos.
POR EL TRABAJO Y LA PRODUCCIÓN NACIONAL
PORQUE OTRO URUGUAY ES POSIBLE
¡Y PORQUE TODOS JUNTOS PODEMOS!"
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