Sistema financiero y política
monetaria. Situación y perspectivas
JULIO DE BRUN:
Muchas gracias, Emiliano, muchas gracias a los organizadores de
ACDE por la oportunidad de compartir con ustedes algunas reflexiones
sobre la situación del sistema financiero en Uruguay hoy
por hoy y lo que esperamos en materia de perspectivas, tanto del
sistema financiero como en materia de política monetaria
para el año 2003.
Básicamente, esta presentación tiene tres grandes
bloques, que cada una de ellas podría considerarse un tema
bastante autónomo entre sí y que voy a tratar de -en
atención al tiempo- ser lo más breve en cada una de
ellas, por lo menos para dar las ideas generales de lo que pensamos
plantear.
El primer bloque tiene referencia con una descripción de
lo que fue la situación del sistema financiero en el año
2002, con sus elementos más marcados: la corrida bancaria,
el plan de agosto de este año, con el cual se procuró
frenar esa corrida bancaria y los resultados obtenidos a partir
de ella.
El segundo bloque tiene un aspecto más reflexivo y tiene
que ver con nuestra percepción sobre el futuro del sistema
financiero. Y dentro de los múltiples temas que uno puede
plantear dentro de este título, vamos a concretar dos aspectos
fundamentales: Uno, en lo que tiene que ver con el nuevo marco de
regulación y supervisión del sistema y lo que tiene
que ver con perspectivas generales sobre lo que pensamos que va
a ser el funcionamiento o el marco bajo el cual va a funcionar el
sistema financiero en los próximos años.
Y, finalmente, otro bloque bastante independiente de los anteriores,
pero espero que sepan disculparme los cortes abruptos en los cambios
temáticos a lo largo de la disertación, tiene que
ver con la política monetaria que va a llevar adelante el
Banco Central durante el año 2003, básicamente en
lo que tiene que ver con la evolución hacia un ancla monetaria,
con diferencia a lo que tradicionalmente había sido -por
lo menos en los últimos 15 o más años en Uruguay-
en materia de darle prioridad al tipo de cambio como herramienta
para la conducción del nivel de precios hacia los niveles
deseados, y cuáles son esos objetivos o instrumentos a utilizar
durante el año 2003.
Yendo, entonces, al primer tema, vale la pena representar aquí
lo que fue uno de los aspectos más notables de la crisis
bancaria en el año 2002 en Uruguay, lo que denominamos la
corrida bancaria. O sea, ese proceso permanente, continuo,
pronunciado, de caída de depósitos en nuestro sistema
financiero.
Aquí tenemos los datos diarios desde el 28 de febrero -que
es cuando empezamos a construir este tipo de series- en los cuales,
incluyendo los depósitos del sector no financiero en moneda
nacional y en moneda extranjera, residentes y no-residentes en bancos
públicos y privados, la caída de los depósitos
fue desde el orden de los 13 mil millones , el equivalente a 13
mil millones de dólares hacia fines de febrero. De hecho,
ya se había iniciado durante el mes de febrero con la crisis
de gobierno del Banco Comercial, con la intervención del
Banco Galicia y con un elemento que ha sido importante a lo largo
de toda esta crisis, como fue la pérdida del grado de inversión
por parte de Standard & Poors, en su calificación del
grado uruguayo el día 14 de febrero.
Desde el 28 de febrero en adelante, la evolución de los
depósitos pasó de unos 13 mil millones de dólares
a algo así como 7.500 millones hacia fines del mes de julio.
Y podemos ver con un poco más de detalle lo que fue la evolución
en materia de depósitos de residentes y de no-residentes.
Los depósitos de no-residentes prácticamente tienen
una evolución casi en línea recta y decreciente durante
todo el período, con un excepción de la primera quincena
del mes de mayo que es cuando entre los días 3 y 14 de mayo,
primero Standard & Poors y luego Moodies rebajan en dos
puntos, en dos escalones la calificación de deuda uruguaya.
En materia de depósitos de residentes, hubo varios procesos
en escalón, los cuales se fueron desarrollando a partir de
determinados elementos adversos por los que fue atravesando nuestra
economía, nuestro sistema financiero durante todo este período.
Inicialmente, se declaraban de aquí que la corrida bancaria
estaba especialmente concentrada en depósitos de no-residentes,
mientras que los depósitos de residentes permanecían
básicamente estables.
Eso empieza a tener problemas a partir del 13 de marzo cuando Exits,
la que baja la nota de la deuda uruguaya desde grado inversor a
grado especulativo; luego, una vez que se concreta la capitalización
del Banco Comercial, aquí en el transcurso de marzo y a principios
de abril, volvemos a tener una situación de escalón
donde los depósitos se estabilizan. Pero, en la segunda quincena
de abril, luego de un largo feriado bancario en la Argentina, comienza
otro nuevo proceso de caída de depósitos, el cual
-al igual que lo que ocurre con los depósitos de los no-residentes-
entre el 3 de mayo y el 14 de mayo se acelera con los eventos ya
señalados de la rebaja de calificación de deuda por
parte de Moodies y Standard & Poors.
En la semana del 20 de mayo que es ésta que está
aquí- se aceleran los retiros de depósitos y tenemos
un escalón pronunciado en estos días aquí sobre
el 28 de mayo. Se aceleran los retiros de depósitos y tenemos
un escalón pronunciado en estos días aquí sobre
el 28 de mayo, cuando Fitch rebaja tres puntos, tres escalones,
de un solo saque la calificación de la deuda uruguaya. Con
la aprobación de la Ley de Estabilidad, Ley de Responsabilidad
Fiscal del 29 de mayo, se inicia una luna de miel que duró
aproximadamente un mes y que pudo ser el final de la corrida bancaria,
de no mediar otros dos elementos adversos que generaron este profundo
escalón sobre, ya sobre fines del mes de junio, fueron dos
eventos ocurridos el día 20 y 21 de junio. El día
20 se inició el sistema de flotación, donde se abandonó
el esquema de política monetaria vigente hasta este momento.
El día 21 de junio se decretó la intervención
del Banco Montevideo.
Esos dos eventos se reflejaron en esta caída de depósitos
en estos días de junio, seguidos posteriormente por un proceso
de caída paralelo al ocurrido en materia de depósitos
de no residentes hasta que ya en el mes de julio, además
de una nueva reducción en la calificación de la deuda
uruguaya ahora por parte de Standard & Poors, la interpelación
al equipo económico, y ya sobre los últimos días
de julio, lo que uno podía considerar el efecto Atchugarry,
¿verdad? Este último, esta caída adicional,
de depósitos sobre la... por no decir también Atchugarry
- De Brun, en los últimos, en los últimos días
del mes de julio. Como pueden ver, todo este proceso en materia
de depósitos, tiene por detrás básicamente
dos elementos fundamentales, uno, una pérdida de confianza
en lo que puede ser la capacidad del Estado de responder sus obligaciones,
remarcada por una seguidilla de reducciones en la calificación
de deuda del gobierno uruguayo, más una situación
de incertidumbre en materia del sistema bancario, que hace que la
corrida bancaria se generalice hacia todas las instituciones sean
ellas públicas y privadas, nacionales o extranjeras y todo
tipo de depositantes, residentes, no residentes, en moneda nacional,
en moneda extranjera.
Esta corrida bancaria, tuvo efectos muy marcados sobre la liquidez
del sistema, y esto se reflejó a su vez en la devolución
de los activos de reservas del Banco Central del Uruguay, los cuales
de niveles cercanos a 3.500 millones de dólares, a fines
de diciembre del año 2001, cayeron a niveles del orden de
los 630 millones de dólares al 29 de julio, cuando ya la
situación de reservas, y las predicciones que podíamos
hacer a partir de este momento en cuanto a lo que podía ser
la capacidad del Banco Central en atender los compromisos, y sus
responsabilidades frente al sistema financiero, y en lo que tiene
que ver con los compromisos de pagos externos, llevó a que
el día 29, para iniciarse a parir del día 30, se decretara
el feriado bancario.
Esta corrida en materia de depósitos, se refleja fundamentalmente
en una variable de stock ¿verdad? Que es una permanente y
continua caída en el stock de depósitos.
La otra corrida, es el reflejo de esto mismo, en materia del precio
de la deuda pública, aquí el stock no cambia, porque
tenemos siempre lógicamente un stock de deuda de circulación,
la corrida se refleja en una caída permanente del precio,
o visto de otra manera en un aumento persistente, en el riesgo país
con saltos y procesos de aceleración básicamente asociados
a los mismos fenómenos de las mismas fechas que veíamos
hace un rato en lo que tenía que ver con la evolución
de los depósitos, incluyendo, ¿verdad? en los últimos
días de julio los cambios políticos tras la modificación
del equipo económico llevando en el día previo al
inicio del feriado bancario al superar los tres mil puntos del riesgo
país.
Como decía entonces, esta corrida tuvo una serie de elementos,
uno... el disparador de todos ellos, probablemente eventos externos
lógicamente vinculados al contagio respecto de la crisis
argentina, lo que mencionábamos sobre las dudas sobre la
capacidad financiera del Estado que se refleja básicamente
en cuatro variables, la situación fiscal, la continua caída
en la calificación de riesgo crediticio para la deuda uruguaya,
el consiguiente aumento del riesgo país durante todo el período,
y el persistente proceso de pérdida de reservas internacionales,
que se hizo aún más notorio cuando esas reservas internacionales
comenzaron a publicarse, diariamente.
Y además un problema de información incompleta, que
es lo que generó esta corrida generalizada hacia todo el
sistema, básicamente la no posibilidad de distinguir entre
bancos buenos y bancos malos en esta situación, dado que
no había información que permitiera discriminar entre
ellos.
El plan de agosto, el plan implementado en la primer semana de
agosto y durante el feriado bancario, tuvo como objetivo precisamente
atacar todas estas cuestiones. Lo que motivó el inicio del
feriado bancario era que el nivel de reservas internacionales a
ese momento solo permitía atender a respaldar las cuentas
corrientes del Banco República, los depósitos de encaje
del sistema bancario privado y las reservas necesarias para atender
algunos compromisos de deuda externa durante unos 30 días
¿verdad? Esta era la situación de reservas del Banco
Central del Uruguay, al 29 de julio, y ante esa situación
y en proceso de negociaciones con el Fondo Monetario para un nuevo
programa es que se inicia este feriado bancario el cual tuvo como
propósito implementar una salida a esta situación
que corrigiera lo que considerábamos los elementos fundamentales
de la crisis que se estaba viviendo hasta ese momento.
Entonces la salida del feriado el día 5 de agosto, debía
permitir cuatro cosas simultáneamente, para poder de alguna
manera empezar a revertir la situación del sistema financiero.
En primer lugar separar la situación de los bancos públicos
de lo que era la percepción de la situación fiscal
por parte del público y de esta manera permitir la recuperación
de la liquidez en particular en el caso del Banco República,
por ello se solicitó en el Parlamento y se aprobó
la ley respectiva, la cual permitió un completo respaldo
de los depósitos de los bancos públicos, en el caso
de las cuentas a la vista, a través del Fondo de Estabilidad,
y en el caso de los depósitos a plazo la reprogramación
a tres años.
En segundo lugar, para corregir los problemas de información
y la percepción en la plaza de cuáles eran los bancos
en condiciones de funcionar se separaron los bancos buenos de los
bancos malos considerando en esta última categoría
aquellos que no tenían los niveles de patrimonio y de liquidez
que se consideraban necesarios para afrontar la situación
de lo que podía ser el retiro de depósitos en los
bancos privados, a la salida de este feriado bancario, el 5 de agosto.
En tercer lugar esa suspensión de los bancos, lo mismo que
la situación de los bancos públicos debía por
lo menos mantener en lo posible la cadena de pagos en la economía
y allí fue que se implementó el Fondo de Estabilidad
Privado entre comillas, que permitió respaldar y pagar las
cuentas corrientes y cajas de ahorro en los bancos suspendidos.
Y finalmente también debíamos iniciar en este proceso,
al final, desde esa fecha, deberíamos empezar a procesar
el inicio de un proceso de reestructuración de la banca pública,
cuyo primer paso fue el pasaje, la aprobación por ley del
pasaje de las cuentas en dólares del Banco Hipotecario al
Banco de la República.
Los resultados de este plan fueron básicamente comenzar
a revertir los efectos adversos de la crisis bancaria que se había
sufrido en el primer semestre. Los depósitos de residente
cayeron de manera pronunciada, durante el mes de agosto, fundamentalmente
en esa caída está el efecto de los pagos de los depósitos
en los bancos suspendidos, si se excluyen los depósitos dada
la situación de los bancos suspendidos, básicamente
en los bancos que estaban en operación, los depósitos
comenzaron a estabilizarse en la segunda quincena de agosto. Y ya
a partir del mes de setiembre y con o sin acciones, comienza un
proceso lento, pero firme de recuperación de depósitos
de residentes. En materia de no residente, la caída sigue
un poco más, aproximadamente hasta mediado de octubre y a
partir de ahí se inicia un proceso de recuperación
de estos depósitos que termina con un balance positivo en
octubre, una nueva recuperación en noviembre y también
una tendencia positiva en el mes de diciembre.
En lo que tiene que ver con los activos de reservas, también
comenzamos en agosto un proceso de reconstitución de nuestras
reservas, también lento, pero también firme y persistente,
pasando de unos 630 millones de dólares a fin de julio a
unos 780 millones de dólares en Navidad, digamos. Habiendo
llegado a un máximo de un poco más de 800 millones
de dólares, a fines de noviembre. Este aumento que en sí
parece modesto, hay que mirarlo también en un contexto en
el cuál durante este periodo, sin contrataciones, sin emisiones
de deuda por parte del Estado y sin recibir de los Organismos internacionales
otros desembolsos que los quedaron, afectados al fondo de estabilidad
y que no están incluidos en esta definición de activos
de reserva, cabe señalar entonces, que este aumento de reservas
y sin otros captaciones, digamos, de deuda a través de emisión,
digo, a través de emisiones de valores públicos o
a través de desembolso de Organismos Internacionales, se
logró en un contexto en el cuál durante este periodo
se pagaron 1.100 millones de dólares en materia de amortización
e intereses, incluido ahí en Bonos y Letras, prestamos de
Organismos Internacionales, y certificados de depósitos en
el Banco Central.
Y en ese mismo contexto y como contra cara también de la
reversión en la corrida bancaria, se comenzó un proceso
gradual de reversiones en la corrida, contra los valores públicos
uruguayos. Fundamentalmente estabilizada o con una tendencia más
firme desde fines de setiembre, cuando el riesgo país andaba
en el orden de los 2500 puntos, hasta los últimos días
donde ha comenzado a oscilar en torno a los un poquito por
arriba- de los 2.800 puntos. Eso entonces con respecto a la descripción
de lo que fue esta crisis y de los primeros pasos que se han ido
dando a partir de agosto para salir de eso.
Pasando al segundo tema, también vinculado al sistema financiero,
comiencen algunas reflexiones sobre lo que pensamos en el Banco
Central, en cuanto a nuestro rol y a lo que deben ser las características
del sistema financiero hacia el futuro. El funcionamiento tradicional
del sistema financiero uruguayo, el cuál, creo que ha sufrido
una ruptura importante en este año, era que su principal
pilar, verdad, su solidez, estaba de alguna manera basada en un
respaldo estatal implícito a todos los depósitos.
O sea el sistema financiero uruguayo era básicamente seguro,
porque en definitiva, detrás de todos los bancos, no sólo
los estatales, sino además también los bancos privados
y los depósitos en cualquier moneda tenían un respaldo,
no legal, pero de alguna manera implícito del Estado, sobre
todos los depósitos.
En este contexto las normas prudenciales y las regulaciones establecidas
por el Banco Central tenían como principal objetivo evitar
las cuestiones de riesgo moral y selección adversa que se
dan en situaciones de una garantía universal gratuita sobre
todos los depósitos del sistema bancario, esto es conductas
excesivamente arriesgadas por parte de Instituciones bancarias,
incluso de depositantes. En ese contexto la asistencia de liquidez,
para casos de situación de liquidez del Banco Central, no
tenía tampoco ningún rol especial, digamos, y de alguna
manera podía quedar sumida dentro de esa asistencia Estatal,
ese respaldo Estatal, generalizado sobre todo el sistema en ese
contexto.
A nuestro modo de ver el funcionamiento futuro del sistema bancario,
deberá tener como pilar fundamental la solvencia y la liquidez
de los propios bancos. O sea los primeros que deberán garantizar
los depósitos a sus clientes van a ser los propios bancos,
con su solvencia y con su liquidez. Y en ese contexto el rol de
las normas prudenciales va a estar dirigido a confirmar esa solvencia
y esa liquidez y hacerla transparente hacia el conjunto de la sociedad
y hacia el conjunto de los agentes económicos.
Aquí sí, adquiere un rol definido, claro, en un marco
de solvencia las asistencias de liquidez por parte del Banco Central,
como prestamista de última instancia, porque es en un contexto
de Instituciones solventes que eventualmente tienen problemas de
liquidez que la del apoyo del Banco Central a las Instituciones
bancarias aparece como una primera línea de... o una segunda
línea de defensa detrás de esa situación de
solvencia y de liquidez en las propias instituciones financieras,
que a partir de la Ley de reestructuración del sistema bancario,
aprobada en estas últimas horas, por parte del Parlamento
comenzaremos a recorrer el camino de la implementación de
un seguro de depósitos como una tercera barrera de seguridad
en el sistema para los casos de crisis no sistémicas del
sistema bancario, o sea, problemas concretos en alguna institución,
que permitan ser resueltos rápidamente, atendiendo a los
depositantes de la institución y procediendo rápidamente
a un proceso de reasignación y reestructuración de
los activos, antes que la crisis en una situación financiera
en particular se propague hacia el resto del sistema. En este contexto,
y sujeto a una reconstitución de la situación del
Estado en materia de estabilidad fiscal y de capacidad económica
del Estado como respaldo para el conjunto del sistema, en este contexto
no debería esperarse ningún apoyo explícito
del Estado al sistema bancario, más que en un caso extremo
de crisis sistémica en el cual hayan sido totalmente barridos
todas las líneas de defensa y todas las trincheras establecidas
previamente sobre el sistema bancario. Pero aquí lo importante
es que el mensaje es el futuro, es que la solidez del sistema bancario
está, en primer lugar, basada en las propias instituciones
de ese sistema bancario, y el rol del Banco Central es asegurar
que eso sea efectivamente así.
Esta crisis ha dejado diversas lecciones y ha motivado diversos
procesos de reestructuración. El primero de ellos en la propia
banca pública, en un paso inicial que ha sido la recomposición
de la liquidez del Banco de la República; ya a esta altura
el Banco de la República conserva el respaldo pleno sobre
todas sus cuentas a la vista, llámese allí depósitos
a la vista en cuentas corrientes y cajas de ahorros, y ya comienza
a generar la liquidez necesaria para atender todos los retiros,
o todos los pagos, o eventuales obligaciones contingentes que pueda
tener el banco en el momento en el que vayan quedando liberados
los depósitos reprogramados. De los 600 millones de dólares
de compromisos contingentes o eventuales que podrá tener
el Banco de la República una vez que se liberen los depósitos
que comienzan a vencer a partir de agosto del año que viene,
ya el Banco de la República durante estos meses ha ido generando
una liquidez equivalente prácticamente a la mitad de todos
esos compromisos, y en los seis o siete meses que quedan de aquí
en adelante hasta que ese proceso de liberación de los depósitos
se desarrolle a pleno, el Banco de la República va a tener
la liquidez necesaria como para atender todos los depósitos
que se le hagan exigibles a partir de agosto del año que
viene. Justamente, ese dinero va a estar sobre la mesa para transmitir
la confianza necesaria a los depositantes, para que ese dinero,
en definitiva, quede en el propio banco en el futuro. Y el segundo
paso en este proceso de reestructuración de la banca pública,
está siendo la reforma del Banco Hipotecario, con un elemento
que ha sido la ley correspondientemente aprobada en el Parlamento,
y todo el proceso de reestructuración de este banco, que
además conlleva a todo un proceso de especialización
de funciones dentro de la banca estatal en lo que tiene que ver
con los roles respectivos del Banco de la República y el
Banco Hipotecario.
También se ha iniciado un proceso de reestructura y consolidación
de la banca privada, estableciendo mecanismos de solución
para la banca suspendida, estableciendo también por parte
del Banco Central medidas adicionales de encaje para consolidar
la liquidez de todas las instituciones privadas del sistema en lo
que tiene que ver con su liquidez en moneda extranjera, y la permanente
supervisión del Banco Central para asegurar el adecuado mantenimiento
de los niveles patrimoniales de acuerdo a las normas establecidas
por el Banco Central en la materia.
Y, finalmente, estamos comenzando a trabajar en lo que tiene que
ver con una cosa que seguramente será un esfuerzo a largo
plazo, por lo menos los próximos 10 años, que es atender
a solucionar uno de los elementos fundamentales en la fragilidad
del sistema financiero uruguayo, que es su excesivo grado de dolarización,
y la solución a la aparente balance en materia de posición
en moneda extranjera que tienen las instituciones bancarias cuando,
frente a obligaciones en moneda extranjera, tienen créditos
en moneda extranjera, pero a sectores residentes cuyos ingresos
son, fundamentalmente, en moneda nacional. Ese es uno de los elementos
que está implícito en la fragilidad del sistema financiero
uruguayo, que hizo explosión durante el año 2002 y
que toda nuestra normativa prudencial tiene que apuntar a corregir
gradualmente en los próximos años.
Como dije antes, esto es fundamentalmente a través de la
propia solidez de las instituciones bancarias, pero además,
también, con una gradual introducción de instrumentos
en moneda nacional, que permitan gradualmente desdolarizar el funcionamiento
de la economía uruguaya y hacerla mucho menos vulnerable
en el futuro a situaciones de crisis.
También nos ha dejado lecciones esto en materia de regulación
y supervisión. En materia de regulación, el Banco
Central apuntará a un enfoque mucho más comprensivo
en esta materia, abarcando diversos aspectos en materia de topes
y clasificación de riesgos crediticios, consideraciones en
la cartera de riesgo país, riesgo de liquidez y riesgo de
cambio, justamente en lo que señalábamos recién,
atendiendo no sólo a la moneda, sino además a la actividad
del negocio en el cual el banco está involucrado, o se está
involucrando con sus préstamos, y mecanismos de supervisión
consolidada. Ya hemos hecho avances en la reciente legislación
de extender nuestra capacidad de captar información a conglomerados
económicos más allá de lo que son bancos, y
estamos iniciando un proceso de reestructuración y de mayor
coordinación interna en el Banco Central, a fin de que las
distintas áreas de supervisión del Banco Central que
atienden a realidades diversas en materia financiera, pero con operadores
que trabajan en todas esas áreas, puedan ser supervisadas
en un todo armónico y coordinado por las distintas áreas
de regulación del Banco Central.
Y esto además pasa también por una nueva filosofía
en materia de supervisión, una supervisión de arriba
hacia abajo, desde la licencia hasta los riesgos del propio negocio,
pasando por el adecuado análisis de los propios sistemas
de control interno de la institución bancaria. Y finalmente,
la transición de una supervisión tradicional de tipo
contable hacia un enfoque de supervisión bajo en riesgo del
negocio. Los últimos minutos creo que todavía
tengo dos o tres- los voy a dedicar a tratar de resumir el tercer
bloque de lo que pretendía ser esta exposición, que
es la explicación de lo que está haciendo y de lo
que va a hacer el Banco Central en materia de política monetaria,
sustituyendo el ancla tradicional nominal del sistema, que es la
política cambiaria.
En este proceso, hasta ahora hemos vivido dos grandes etapas. Una,
entre agosto y octubre, que ha sido una etapa de transición
y donde la prioridad estuvo en resolver un problema: la excesiva
expansión monetaria generada entre julio y agosto por los
problemas fiscales ocurridos en julio y, sobre todo, por los fuertes
pagos de depósitos en moneda nacional que se hicieron a los
bancos suspendidos en el marco de la ley de estabilidad del sistema
bancario aprobada el 4 de agosto. El objetivo de esas primeras medidas,
adoptadas en esos meses, fue recuperar el control de las variables
nominales, llámese la cantidad de dinero, el tipo de cambio
y la tasa de inflación.
Entre noviembre y diciembre se inició una segunda etapa,
que es de alguna manera los primeros pasos hacia lo que queremos
hacer en el futuro, que básicamente consiste en la aplicación
de las nuevas reglas monetarias por parte del Banco Central, que
pasaron por la definición de un agregado monetario objetivo
para nuestra política, establecimientos de metas sobre ese
objetivo y el uso activo de instrumentos de política monetaria,
APRA cumplir con esas metas.
Como consecuencia de esta expansión monetaria inusual sufrida
entre julio y agosto, la flotación del tipo de cambio alcanzó
niveles sumamente altos. En términos absolutos, allí,
a principios de setiembre, (tuvimos) un nivel de los33 pesos por
dólar interbancario, pero además con un alto grado
de volatilidad durante esas fechas.
Entonces, durante la segunda quincena de setiembre, ante un endurecimiento
de la política monetaria -apoyada además por la mejora
en la situación fiscal del mes de setiembre, que además
permitió sacar de circulación cantidad de los sobrantes
de pesos que había en el sistema que se había generado
entre julio y agosto- hemos logrado, y ya en el marco de la aplicación
de nuestra nueva estrategia monetaria a partir de noviembre- diciembre,
una mucho más marcada estabilidad en la evolución
del tipo de cambio, dentro de lo que serían los objetivos
consistentes dentro de la inflación con la que se pretendía
terminar este año. El control de las variables monetarias
también permitió reducir drásticamente las
tasa de inflación, que se habían acelerado hasta un
nivel cercano al 6% mensual en agosto, hasta terminar en niveles
de alrededor del 1% en estos últimos meses del año,
e incluso algo por debajo.
Nuestro esquema de política monetaria tiene básicamente
cuatro pasos o cuatro componentes: básicamente definir un
nivel de inflación. Por ejemplo, terminar el año 2002
con algún nivel del orden del 27% anual; un objetivo intermedio
para ello, que es buscar una variable monetaria que tenga una relación
de largo plazo con el nivel de precios y que nos permita, actuando
sobre ella, alcanzar los objetivos deseados en materia de inflación.
Esa, como vamos a ver enseguida, es el M-1, es decir circulante
del poder público más depósitos a la vista
y caja de ahorro en moneda nacional. Pero esa variable no está
bajo control del Banco Central. Por lo tanto, nuestro objetivo es
establecer una base más operativa sobre una base monetario
que sólo controlamos y sobre esta base monetaria establecemos
el instrumento sobre los cuales podemos llevarla hacia las metas
deseadas.
Como decía, este objetivo intermedio de política
monetaria es el M-1, el cual, al no estar controlado pro nosotros,
por el Banco Central, definimos un objetivo operacional, una base
monetaria que enseguida vamos a ver cómo se define y además
establecemos objetivos operacionales diarios o subsidiarios, si
se quiere, a este anterior que es la observación de los excedentes
de liquidez diarios de los agentes sofisticados del sistema, a fin
de reducir en lo posible la volatilidad de las variables nominales,
llámese en el corto plazo el tipo de cambio, digamos, como
el elemento más transparente del comportamiento de los precios
en el sistema.
Me voy a saltear esta definición de base monetaria. Es básicamente
una base monetaria que incluye emisión, depósitos,
todos los depósitos en pesos del Banco Central, ya sea a
la vista o en call, menos los depósitos del gobierno, en
el BPS y, en el Banco de la República, encajados al 100%.
Básicamente, esa definición de base monetaria tiene
dos objetivos: una variable que controlamos, los factores que la
determinan, llámese variación de reservas internacionales,
ya sea del gobierno, ya sea del propio Banco Central y los instrumentos
de esterilización, ya sea, fundamentalmente las letras de
tesorería o las letras de regulación monetaria, son
los elementos bajo control del Banco Central o que por lo
menos son predecibles para el Banco Central- y que afectan esta
base monetaria. Y en segundo lugar, tener cierta estabilidad en
el comportamiento de esa base monetaria, que la haga predecible
hacia los otros efectos de política monetaria.
Para el próximo año, aquí tenemos básicamente
el comportamiento de esta base monetaria, definida de esta manera.
En noviembre y diciembre, lo que se preveía que ocurriría
y lo que realmente ocurrió: (muestra una gráfica)
la línea es la evolución de la base monetaria y las
barras son la base efectivamente alcanzada en ese período.
Un pequeño desvío pro encima en el mes de noviembre
y un diciembre básicamente ajustado a la meta fueron los
resultados de estos dos primeros meses de aplicación de estos
instrumentos, que tiene su correlato en lo que veían ustedes
hace un rato: una mayor estabilidad del tipo de cambio y en un descenso
pronunciado en materia de tasa de inflación. Y esta es la
evolución prevista de esta variable para el próximo
año, para el año 2003, una variación, punta
a punta, del orden del 16%, que es, bajo supuestos restrictivos,
lo que estaríamos considerando como compatible con terminar
el año 2003 con niveles de inflación en el orden de
los actuales ¿verdad?. Un poco mas un poco menos, dependiendo
de algunos factores que hacen a las dificultades que tiene el uso
de este instrumento hacia el futuro, a diferencia de los que contábamos
antes en materia de política cambiaria.
En primer lugar, la relación entre ese M 1 y la inflación
es una relación de largo plazo. Por lo tanto, los horizontes
de inflación necesariamente los tenemos que hacer a plazos
no menores a un año. Y además, la coyuntura afecta
fuertemente esa relación, ya sea por los cambios en el nivel
de actividad, cambios en el portafolio de moneda por parte del público
etc.
Y, además, ese objetivo intermedio que no controlamos, tiene
una relación que no es del todo estable con nuestro objetivo
inmediato, que es la base monetaria. Es el multiplicador que vincula
el objetivo intermedio con el objetivo operacional. Tiene una alta
volatilidad, que todavía no hemos podido predecir con seguridad,
y que además está afectado por posibles cambios en
la conducta de los agentes económicos debido a la introducción
de la política de flotación, y que, por lo tanto no
encontramos antecedentes como para poder medirlos adecuadamente
en el pasado.
Para que se hagan una idea, aquí la línea verde sería
el objetivo devolución de la cantidad de dinero del
M 1 compatible con nuestras metas de política monetaria.
Esta es nuestro objetivo sobre la base monetaria. Y
esta línea que está aquí en el medio, que oscila
bastante, justamente la evolución de este multiplicador que
se caracteriza por su volatilidad, y que, como decía hace
un rato, todavía estamos tratado de predecir.
En vista de estas dificultades, nuestra política monetaria
va a tener que caracterizarse por su extrema cautela. Y, en ese
contexto, vamos a arrancar con una política monetaria que,
quizás, sea algo restrictiva con respecto a lo que son nuestros
objetivos generales de inflación para este año que
como decía hace un rato básicamente lo que van a procurar
es que la inflación del 2003 cierre en niveles similares
a los del año 2002.
Trimestralmente, en función de cómo vayamos analizando
el comportamiento de todas las variables del sistema, iremos ajustando
nuestra política monetaria de manera de hacerla compatible
con nuestro objetivo de inflación, y con el conjunto de políticas
económicas. Ya aquí en coordinación con el
Ministerio de Economía.
Creo que por aquí, ya creo que me tomé algún
minuto más de lo que me correspondía.
Muchas gracias.
Transcripción: Sepredi
(Nota sin editar)
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