Como ustedes saben, en El Espectador hemos estado especialmente atentos a los acontecimientos que afectaron a nuestro sistema bancario desde comienzos del año. El punto culminante fue el feriado bancario de fines de julio, durante el cual nuestra cobertura periodística no tuvo pausa y llegó a incluir emisiones especiales durante los fines de semana. Nos consta que la información, el análisis y los debates que organizamos por aquellos días resultaron útiles a muchos uruguayos para comprender lo que estaba sucediendo y evaluar las alternativas que se presentaban.

Pero con ese mismo espíritu seguimos de cerca toda la cadena de hechos salientes que pautó el año 2002 en esta materia. Desde la crisis regional de fines del año 2001, pasando por la estafa en el Banco Comercial, la corrida bancaria en general, la liberación del tipo de cambio, la intervención del Banco Montevideo-Caja Obrera, la ley que creó el Fondo de Estabilidad del sistema bancario, las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, las investigaciones judiciales y parlamentarias, la preocupación de los ahorristas, el reclamo de refinanciación de los deudores en dólares, la reforma del Banco Hipotecario, y el debate en torno al futuro de los bancos suspendidos.

A todos esos aspectos les hemos prestado atención en El Espectador en estos meses, pero al llegar fin de año nos pareció que faltaba poner el foco en un elemento fundamental del sistema, el Banco República, en torno al cual el debate se ha ido dando, pero de manera entrecortada y desordenada.

Ustedes saben que el llamado "banco país" fue golpeado fuertemente por esta crisis, y hoy enfrenta el desafío de recuperar su solidez tradicional y encarar el futuro. Para eso la sociedad uruguaya debe repensar la misión del BROU y el papel que le corresponde en una plaza financiera que, ya lo sabemos, será notoriamente diferente de aquella a la que nos acostumbramos en las últimas décadas.

Sobre estas cuestiones hay visiones distintas en el espectro político, en el ambiente económico, en el académico y en los sectores de la actividad nacional que tienen relación con esta institución. La discusión no es sencilla porque varios de estos enfoques se formulan a partir de intereses divergentes y en muchos casos
contrapuestos.

Justamente, desde Radio El Espectador hemos querido hacer una contribución a ese proceso de reflexión, y por eso presentamos esta mañana este seminario o, si ustedes prefieren, esta emisión especial de EN PERSPECTIVA, porque en definitiva de eso se trata: de un programa de radio, hecho en régimen de "fonoplatea", con un formato inspirado en nuestra tertulia de todos los días.

Desde ahora y hasta las 12 y 30 les proponemos un debate sobre los desafíos estratégicos que permitirán reorientar la misión de BROU. A esos efectos hemos conformado dos mesas, la primera integrada por la gerente general de Negocios del BROU, contadora Ana Guerrieri; el economista Nelson Noya, de CINVE; la contadora Rosario Medero; Ángel Peñalosa, de AEBU; y el contador Juan Carlos Protasi; y la segunda encabezada por el gerente financiero del BROU, economista René González y compuesta por el ingeniero Gregorio Aznárez, de la Cámara de Industrias; el contador Héctor Álvarez, de la Asociación Rural del Uruguay; un representante de los ahorristas del BROU, el arquitecto Carlos Anchita; y el doctor Carlos Maggi, hombre de nuestra Tertulia y además hombre de larga trayectoria vinculada al BROU y al Banco Central.