"Trabajamos para devolver los depósitos y recuperarlos"
La gerente general de Negocios del BROU, contadora
Ana Guerreri, remarcó que la institución trabaja para
"generar confianza para que nuestros depositantes tengan la
certeza de que obtendrán sus depósitos". Y elevó
la apuesta: "apuntamos a devolverlos y obtenerlos nuevamente".
Discurso de la gerente general de Negocios del BROU, Ana Guerrieri
EMILIANO COTELO:
Después de escuchar al presidente del Directorio del BROU,
contador Daniel Cairo, damos paso a los paneles de esta mañana.
Las discusiones que vendrán tendrán sus aspectos
técnicos, y por ese lado quizás haya momentos espesos,
complejos; de todos modos procuraremos que estos debates estén
pautado por la agilidad y la claridad. Las dos mesas comenzarán
por una presentación a cargo de un alto funcionario del BROU,
y luego esa disertación será comentada por los panelistas
que hemos mencionado. Nos interesará que esos comentarios
sean relativamente breves para que a partir de ellos después
tengamos espacio para intercambio de ideas, para plantear preguntas,
para que de alguna manera esto se trasunte en lo que la propia sociedad
uruguaya está pensando y discutiendo sobre el futuro y el
presente del BROU.
Vamos a la primera mesa redonda, que busca hacer explícitas
las distintas visiones existentes sobre el rol del banco y el impacto
que sobre las mismas ha tenido la crisis financiera. Los comentaristas
serán el economista Nelson Noya de Cinve, la contadora Rosario
Medero, ex presidente de Antel y ex integrante del Directorio del
Banco Central; el dirigente de AEBU, Ángel Peñalosa,
y el contador Juan Carlos Protasi, ex presidente del BCU y consultor
privado.
Le damos la palabra en primer lugar a la gerente general de Negocios
del BROU, contador Ana Guerrieri.
ANA
GUERRIERI:
Buenos días a todos. Lo primero que quisiera marcar son las
razones por las cuales estamos sentados en esta mesa de discusión.
Cuando se nos planteó la temática consideramos que
sería bueno y tal vez único en el país -no
se ha efectuado anteriormente- poner en una misma mesa de discusión
distintos integrantes de los diferentes sectores de la actividad
del país. Intervienen en este panel, y por primera vez hemos
enfrentado cara a cara, distintos panelistas, distintos técnicos,
especialistas en distintos temas económico-financieros, formadores
de opinión pública; también hay representantes
de los distintos sectores productivos, a los cuales el banco ha
asistido históricamente; también están los
representantes de nuestros depositantes. Es decir que tenemos a
nuestros clientes, que forman parte de la actividad productiva del
país, y tenemos a nuestros depositantes, que han depositado
durante toda la historia del banco su confianza en el mismo; también
tenemos en este panel un representante de AEBU, gremio con el que
hemos contrastado nuestras opiniones; y tenemos al BROU, representado
por su presidente, su Directorio, su Gerencia General y su gerente
financiero.
Cara a cara, pretendemos disparar dos o tres ideas básicas.
La primera de ellas es que el BROU ha sido definido por la ley como
un ente autónomo, pero es un banco. La primera gran precisión
que tenemos que hacer es que por ser un banco debe comportarse como
tal. ¿Qué es ser un banco? Es muy simple: es captar
la confianza del ahorrista, de los distintos depositantes; canalizar
esos recursos hacia actividades productivas, actividades de desarrollo,
asistencia a personas físicas; canalizar esos recursos hacia
actividades productivas de la forma más eficiente posible.
Esto quiere decir que asignamos los recursos de terceros que tenemos
a distintos negocios; esos negocios tienen que contribuir al todo
que es la rentabilidad de un banco. Puede haber negocios más
o menos rentables, más o menos riesgosos, y recibirán
en consecuencia la cuota de capital que corresponda; ése
es el principio de la diversificación.
Consideramos que ya que fuimos definidos como banco, es la dirección
del mismo la que debe tomar las decisiones en cuanto a estrategia
de negocios y administración de riesgo, porque tiene la especialización
para hacerlo. Desde distintos sectores se podrá querer, con
muy buenas intenciones, que el banco tome decisiones sobre estrategia
negocial desde afuera, de cómo recuperar esos recursos, para
que vuelvan hacia quien los depositó, cuando la estrategia
negocial no ha sido canalizada con eficiencia. Podrá hacerse,
podrá hacerse muy eficientemente, puede ser que los fines
sean los más loables posibles, pero todo esto, depósitos
y colocaciones, se sustenta en un equilibrio patrimonial. Podrá
hacerse con leyes, con normas, con directivas, desde afuera, incluso
desde adentro, pero si no mantenemos ese equilibrio patrimonial
no somos un banco. La solvencia de un banco no puede determinarse
por ley sino que es su gestión, su planificación estratégica
la que nos dará la seguridad de ser un banco.
¿Para qué queremos ser un banco? Deben exigirnos
que volquemos a la sociedad, al Estado, los resultados de esa gestión
profesional; que se nos requiera un retorno sobre el patrimonio
que permita hacer políticas productivas y sociales a partir
de esa gestión eficiente.
Segunda idea básica: ¿banco público o banco
privado? ¿El Estado debe dedicarse a ser un banco? En mi
concepto pierde relevancia; un banco público o privado tiene
que ser eficiente y tiene que tener el retorno que la sociedad le
exige. Si es público o privado, lo dejo en manos de los panelistas;
si debe ser un banco de fomento o de desarrollo, un banco de la
pequeña empresa, dedicarse a aquellos sectores que la banca
privada no atiende, puede ser; si debe ser impulsor de desarrollo
de distintos instrumentos financieros, de generar mercado de capitales,
puede ser un destino. Lo que no puede es hacerlo ineficientemente
porque eso no es tolerable.
Banco público o banco privado es la segunda gran interrogante.
Creemos que allí no está la dicotomía, por
ser privado no se asegura la eficiencia ni la supervivencia -este
año ha sido un ejemplo de eso-, ni por ser público
se asegura la eficiencia. Se necesitan una dirección eficiente
y una planificación estratégica, cosas que van más
allá de la tenencia de las acciones de una empresa.
El tercer gran punto es que además de ser un banco del Estado
actuamos en competencia. El término de competencia y el rol
que ha tenido el banco en el pasado han ido cambiando a lo largo
del tiempo. Tal vez la opinión pública hoy todavía
esté en el pasado en cuanto a cómo actúa el
banco en el marco de la competencia.
Históricamente el BROU manejaba una serie de recursos, actuaba
en competencia pero lo hacía con algunos privilegios, tenía
una masa de recursos con un costo casi cero, proveniente del Estado,
se le permitía realizar algunas actividades que otros bancos
no podían efectuar por no tener esos privilegios. Desde afuera
todos los sectores discutían y peleaban por tener una porción
de esos recursos baratos.
Esto ya no es así hace muchos años. Cumplimos la
misma normativa que cumple cualquier banco privado en materia de
regulación financiera, somos controlados por el BCU como
cualquier otro, tenemos una auditoría externa, tenemos nuestra
auditoría interna además de la del Tribunal de Cuentas
de la República; tenemos que cumplir todas las regulaciones
bancarias. No estamos hablando de una industria más, es la
industria financiera, la industria más regulada del mundo.
Nos parece que así debe ser y es bueno que así sea,
porque eso nos fuerza a ser más competitivos y eficientes.
Este año el banco atravesó una de las crisis financieras
más grandes que ha tenido el país. Cuando cambió
nuestro entorno competitivo, desde hace ya más de cinco años,
comenzamos a prepararnos para enfrentar este cambio en el entorno.
Iniciamos un proceso de reestructura que abarcó áreas
clave del banco, como la planificación estratégica,
el proceso de créditos desde su concesión hasta su
recuperación, una evaluación de la cartera de riesgo
en forma eficiente y moderna, que permite una valoración
del activo en forma correcta. Hemos cambiado la organización
y la forma de acceder a los cargos, ahora en lugar de primar la
antigüedad priman las capacidades y habilidades personales;
hemos mejorado y cambiado nuestro sistema informático; nos
hemos preparado con una Gerencia Financiera competitiva en el mercado
y con habilidades desarrolladas eficientemente, que le permiten
competir con cualquier banco de plaza.
En el pasado tuvimos recursos de bajo costo que nos permitieron
hacer cosas que otros bancos no podían hacer, pero tampoco
teníamos toda la regulación que hoy adecua al banco
en cuanto a normativas financieras que dicta el BCU recogiendo normas
internacionales de Basilea. El banco se regía por normas
contables internas; no pretendemos juzgar si era bueno o malo, pero
eso hace que ante la opinión pública quede como que
al cabo de los años el banco ha achicado su patrimonio en
forma sensible. Son distintas formas de medir el patrimonio. Podemos
medirlo de forma tal que mi patrimonio sea comparable con el de
cualquier institución financiera, o podemos medirlo con reglas
empresariales que difieren sustancialmente de cómo debe regularse
normativamente un banco. En el pasado teníamos determinadas
normas, no teníamos adecuadamente medido el valor de riesgo
de la cartera, lo que nos daba un X patrimonio. A partir del año
2000 tenemos exactamente valuado nuestro patrimonio a valor de mercado,
que es lo que interesa, tenemos nuestros activos medidos a valor
de mercado. Esto quiere decir que podemos comparar nuestro activo
con el de cualquier institución financiera, lo mismo que
nuestro patrimonio.
Para finalizar les doy dos ejemplos de cómo nos fuimos preparando
durante varios años con esta reforma. Cuando comenzó
la crisis financiera devolvimos más de mil millones de dólares
de depósitos; mil millones de dólares en billetes
de a uno, en cada mostrador de cada dependencia del banco. Hubo
que importar esos billetes, que contarlos, se les aplicó
la logística para llegar a cada rincón del país.
En ningún momento, hasta el feriado bancario, el banco dejó
de pagar un solo depósito y nunca contó con asistencia
financiera. Eso quiere decir que no fue asistido financieramente
y que tampoco utilizó sus encajes; si la crisis financiera
hubiera seguido de ninguna manera hubiera sido posible soportar
el monto de retiros que la desconfianza en el sistema había
generado. Pero llegamos a este momento con nuestras reservas de
encaje intactas.
¿Cómo fue posible hacerlo? Con una gestión
y una administración de recursos eficientes. Una vez salidos
de la crisis financiera, malheridos, con depósitos reprogramados,
nuestro objetivo primero, primario, el de todos los días
cuando nos levantamos, por el que trabajamos en equipo con el Directorio
y todo el personal del banco, nuestro objetivo son los depositantes.
Nuestro objetivo es la desprogramación, es el bosque, no
la rama, no es la devolución de 500 o 1.000 dólares,
es la desprogramación de los depósitos, volver a transformar
al BROU en un banco, ése es nuestro objetivo. La decisión
estratégica de cómo hacerlo, de cuál es el
momento oportuno, es una decisión del banco, es parte de
la administración eficiente de la que hablamos anteriormente.
Por eso queremos administrar nuestros recursos financieros para
cumplir con nuestros depositantes, generar la confianza -primer
producto de cualquier actividad financiera- para que los depositantes
vuelvan al BROU y manejar nuestro activo en materia de recuperación
con normas profesionales de gestión bancaria. ¿Quién
mejor que un banco puede conocer a su cliente? ¿Quién
mejor que un banco puede saber si un cliente ha tenido problemas
producto de la devaluación, de la crisis bancaria, del problema
argentino, del mercado, del precio del commodity? ¿Quién
mejor que un banco puede saber si necesita un año o dos años,
si necesita gracias o si necesita ejecución? Nadie mejor
que un banco puede saber eso.
El otro elemento importante en el que a la salida de la crisis
hemos trabajado con eficiencia es el tema de la recuperación.
Podríamos haber actuado en el marco de normas bancocentralistas
de cancelación con bonos, pero no lo hicimos, consideramos
que era un instrumento que nos iba a permitir gestionar mejor la
cartera, tener una cartera menos pesada, sacarnos aquella cartera
de difícil recuperación. Fue todo un éxito,
con criterio profesional obtuvimos cancelaciones de carteras catalogadas
3, 4 y 5 por más de 80 millones de dólares. Así
queremos seguir trabajando.
Como reflexión final, nos comprometemos a generar confianza
para que nuestros depositantes tengan la certeza de que trabajando
en este rumbo podrán obtener sus depósitos. Pero apuntamos
a más que eso. Podríamos apuntar a devolverlos, lo
lograríamos. Sin embargo, apuntamos a devolverlos y obtenerlos
nuevamente. Para ello damos la tranquilidad de que vamos a trabajar
en esa ecuación de negocios en la cual hemos aplicado más
o menos eficientemente esos recursos. Gestionaremos la cartera buena
bonificando el costo de aquellos clientes que realmente, aun con
dificultades, han cumplido con el banco; generaremos los mecanismos
de flexibilidad para lograr la cobranza de la cartera con problemas
y aplicaremos las medidas de ejecución que sean necesarias
en aquella donde no sea posible utilizar ningún instrumento
adicional.
Con este marco y estos puntos espero que mis compañeros
de panel generen una reflexión sobre cuál es el rol
del banco y hacia dónde debe apuntar. Muchas gracias. Buenos
días.
Transcripción: María Lila Ltaif
Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Gentileza de Rúbrica
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