"Las leyes de refinanciación son como
la aftosa para el sector agropecuario"
El
representante del Sector Banca Pública de la Asociación
de Empleados Bancarios del Uruguay, Ángel Peñalosa,
consideró que el principal problema del BROU es la injerencia
política externa. Y fue gráfico: "hay que vacunar
al BROU" contra ese mal. "El Estado lo precisa".
Llamó a trabajar con transparencia para recuperar la confianza
en la institución. Además se manifestó contrario
a las refinanciaciones de deudas generalizadas.
El que sigue es el texto completo de su primera intervención
en el seminario.
Buenos días. Agradecemos la invitación al evento.
Vamos a dejar una puntita para el panel, por algo que decía
la contadora Guerrieri: la crisis del sistema que hoy está
viviendo el país empezó en el sistema privado y arrastró
al BROU. La paradoja es que la recuperación de la crisis
del sistema financiero pasa por el BROU, la fortaleza que pueda
obtener en los próximos meses del año que viene también
va a beneficiar al resto del sistema privado. Eso con respecto al
tema de la eficiencia de lo público y lo privado.
Yo quería referirme a dos puntos que ya fueron tocados por
el panel. En primer lugar consideramos que la debilidad principal
del BROU es la injerencia política externa. Durante los últimos
15 años ha sido sometido a una visión errática
por parte de los distintos poderes ejecutivos. Por un lado se le
quitó las prerrogativas que la contadora señalaba,
pero no se le dio las herramientas para competir, siguió
sosteniendo ineficiencias internas, mecanismos impuestos por el
sistema político a costa de su patrimonio y en consecuencia
el objetivo de ponerlo en igualdad de condiciones en el mercado
se convirtió en una situación de debilidad con respecto
al sector privado.
Ésa es una de las primeras claves del asunto. Creemos que
el Estado debe tener un BROU eficiente, solvente, que admita todos
los pilares del sistema financiero: sus obligaciones con los ahorristas,
su responsabilidad en el otorgamiento y la recuperación del
crédito, el adecuado manejo de sus recursos, de sus números
y la rentabilidad sobre su patrimonio. No por ser un banco público
debe trabajar a pérdida. Pero el BROU tiene una obligación
más que el resto del sistema financiero: la de ser transparente
en el uso de sus recursos. El problema del banco frente a la demanda
política es que se tiene la concepción de que es el
barril sin fondo que resuelve todos los problemas. La única
forma de revertir esto es que tenga un manejo adecuado y transparente
de sus recursos, que quienes hoy le demandan sepan de dónde
salen los fondos, cuáles son sus disponibilidades y de qué
forma se administran.
Ésa es otra condición indispensable: de qué
forma se administran esos recursos a los efectos de poder medir
la gestión. O sea que ésta es la primera debilidad
del BROU y hoy queda de relieve por la crisis. En épocas
de bonanza muchas de estas cosas se podían pasar por alto,
ahora no: el Estado tiene que definir con claridad que sea un banco
de fomento, que no debe trabajar a pérdida. Si va a asumir
roles de instituto del Estado tienen que plantearle de dónde
vienen los recursos, quién los pone y que la sociedad sepa
a quién subsidia en un mecanismo como éste.
El segundo concepto que quería incorporar se está
viviendo particularmente en este momento. Creemos que las leyes
de refinanciación son sumamente nocivas para el país
y para el BROU, podríamos decir que son como la aftosa para
el sector agropecuario porque afectan al país y al sector.
Las leyes de refinanciación le quitan confianza al país.
El gobierno le ha dicho al sector privado que no iba a promover
ninguna ley de refinanciación porque se estarían violando
los contratos privados y que el país debía tener seguridad
jurídica para dar señales internacionales que le permitieran
traer inversión. ¿Y qué son los contratos que
el BROU tiene con sus deudores? ¿Acaso no son contratos privados?
Al sector privado le mantenemos la seguridad jurídica, al
BROU no. Ésos son los centros que hay que dirimir.
El tema de la refinanciación no implica que no se deba atender
a los sectores que verdaderamente lo necesitan. En todo caso, si
el Estado resuelve atender a determinados sectores, que diga cuánto
hay que poner, cuánto hay y que el BROU tenga los fondos.
Además se genera en el país la cultura del no pago,
deberle al Estado es lo más fácil, porque después
un sector político o X actores de presión vienen y
generan el no pago. Así tenemos la cartera del propio BHU,
en una situación de recuperación también muy
complicada. Para evitar esos problemas es necesario que se dirima
con claridad dónde está el BROU en su acción
como banco, de banco de fomento y dónde empieza a jugar su
rol de empresa del Estado.
También hay que decir que las leyes de refinanciación
han amparado terribles injusticias. Hay grupos económicos
que han podido pagar y que hoy, enancados en la crisis, se beneficiarían
con una nueva ley de refinanciación. Hay que distinguir adecuadamente,
creemos que debe hacerlo el propio banco en forma selectiva, caso
por caso, de modo de asegurar la recuperación de la cartera.
Yo lo diría de esta manera: hay que vacunar al BROU contra
la injerencia política externa, ponerlo a salvaguarda porque
el Estado lo precisa. ¿Y saben quién lo necesita también?:
el sector agropecuario para el futuro. El sector agropecuario tiene
que ser consciente de que lo necesita para vivir en el futuro; hoy
el banco está en un cruce de caminos y en consecuencia también
tiene que ser responsable de esta situación.
Resumo tres conceptos básicos: transparencia en los números,
adecuado manejo de la cartera, que el Estado asuma políticas
de Estado, no erráticas, para el BROU y que el resto de los
actores, que son los ahorristas y los deudores, también asuma
responsabilidad en un instrumento del cual todos somos accionistas.
Les agradezco muchísimo.
Transcripción: María Lila Ltaif
Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Gentileza de Rúbrica
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