Publicado
en La República (24.09.01)
Discurso
de Jorge Brovetto en el IV Congreso del Frente Amplio
Compañeras y compañeros frenteamplistas. Acaban ustedes
de tomar la decisión de designarme vicepresidente del FA,
la fuerza política más grande que existe en el país,
la más pujante y la más comprometida con la suerte
de los uruguayos, de todos los uruguayos y la única capaz
de construir un futuro más rico, más generoso, más
solidario. Ustedes me honran con esta designación y a la
vez que me llena de orgullo y satisfacción por la muestra
de generosa confianza que han depositado sobre mí, me enfrenta
a una inmensa responsabilidad frente al país y frente a las
convicciones que con ustedes compartimos.
Antes de entrar
en el análisis del compromiso que asumo con esta designación,
deseo expresar firmemente mi caluroso acuerdo con el nombre que
lleva este 4º Congreso del FA. Tota Quinteros es un símbolo,
es el símbolo de la lucha sin desmayos ni tregua por el imperio
de la justicia y la búsqueda de la verdad, de la lucha contra
el silencio cómplice que pretende ocultar en las sombras
del olvido una de las páginas más negras de la historia
de este país. Con su recuerdo, con el recuerdo de la querida
Tota, reafirmamos nuestro compromiso ético con los valores
de la vida, la verdad, la justicia, que son básicos para
la convivencia civilizada.
Compañeros,
emprenderé la tarea que hoy me asignan en este nuevo puesto
de lucha conjuntamente con ustedes. Cuentan conmigo como yo cuento
con todos ustedes, todos juntos en una demostración de estrecha
unidad. Acepto este honor porque conozco lo que es el FA, querido
Pepe y por eso les digo que sí acepto esta changuita. Y por
eso, compañeras y compañeros, me apresuro a asumir
mi compromiso declarando ante ustedes que haré todo lo que
los sentimientos indiquen, la inteligencia conciba y la energía
permita para colmar las expectativas que hayan podido guardar en
vuestros corazones. Porque precisamente de eso se trata, de poner
el corazón, el cerebro y el músculo al servicio de
la causa de nuestro pueblo, de toda nuestra gente y en particular
de aquellos que más lo necesitan. Nuestra fuerza política
alberga en su corazón un inmenso sentimiento de solidaridad.
La búsqueda incansable de la Justicia social alienta nuestra
decisión. Es el compromiso con los olvidados, los marginados
y los desposeídos la fuerza que incita nuestra irrenunciable
vocación. Esos olvidados, marginados y desposeídos
que son el resultado infame de las injustas políticas económicas
y sociales en continuo crecimiento a lo largo de las últimas
décadas.
Pero no nos
equivoquemos compañeros. Sabemos muy bien que con el sentimiento
y el corazón no alcanza para encarar y resolver los problemas
que la actual situación económica y social nos plantean.
El sentimiento iluminará nuestro camino, marcará los
objetivos de nuestra acción y evitará cualquier desvío
ideológico posible. Pero aunque se trata de una condición
necesaria e imprescindible no es suficiente. La complejidad de los
problemas que representa la conducción de una nación,
tarea a la cual estará llamado en el horizonte inmediato
nuestro FA, requiere inteligencia y eficiencia. Requiere de mucha
inteligencia aplicada al análisis de nuestros problemas,
orientada a la investigación de sus causas y concentrada
en la búsqueda de las soluciones más eficientes. Y
requiere gran eficiencia social, una política que responda
a los intereses de toda la población, tratando de manera
diferente a lo que es desigual, apoyando de mayor manera a quien
más lo necesita.
Con orgullo
afirmamos frente a ustedes y a toda la nación que el FA tiene,
como ninguna otra fuerza política nacional, el mayor caudal
de inteligencia y la mayor idoneidad técnica y moral, cualidades
imprescindibles para gobernar con éxito nuestro país
para el bien de todos. El ejemplo más incontrovertible de
esta potencialidad del FA lo dan ustedes mismos en este 4º
Congreso al encarar y aprobar con espíritu fraterno y unitario
un proceso orgánico de actualización ideológica,
que como dijera nuestro presidente, Tabaré Vázquez,
es un proceso auténtico y permanente. No se trata de abandonar
nuestros principios fundacionales sino precisamente lo contrario.
Precisamente no condenarlos al olvido y a la invocación rutinaria
sino recrearlos cotidianamente. Y agrega Tabaré en su carta
abierta a los frenteamplistas: "No se trata de romper con el
pasado pero tampoco de refugiarnos en él".
Nos impulsa
a transformar la protesta en propuesta. Por eso mismo nuestra responsabilidad
es aun mayor. Todo este caudal de inteligencia debe abocarse sin
pausa, desde siempre, sin prejuicios ni engañosos triunfalismos
con el aporte de los que más saben, estén donde estén
dentro de nuestra fuerza política, debe abocarse al análisis
profundo, sin concesiones de la realidad, a la tarea de precisar
los grandes objetivos nacionales y a la elaboración de propuestas
coherentes con esos objetivos y esa realidad.
La responsabilidad
de gobernar así lo exige. El destino de nuestro pueblo bien
lo merece. Me comprometo ante ustedes a trabajar sin pausa en esta
tarea, a poner toda nuestra fuerza y experiencia al servicio de
esta causa, que es la causa de todo el Uruguay. Demostraremos una
vez más, como lo hicimos en los tres períodos de gobierno
departamental de Montevideo, que el FA es y será la fuerza
mejor capacitada para gobernar a nivel nacional porque sabe y sabrá
lo que debe hacerse para abordar los problemas de la economía,
de la producción industrial, agropecuaria, del trabajo y
el empleo, la salud de la población, la educación
en todos sus niveles, la seguridad social y todas las demás
áreas sociales y políticas del país, para preservar
y desarrollar nuestra cultura, en particular frente al proceso arrasante
de la globalización.
Pero nuestro
FA no solamente sabe lo que debe hacer sino cómo hacerlo
y lo sabrá mejor que ninguna otra fuerza del país.
El sentimiento solidario que brota de nuestro corazón y la
honesta creatividad organizada y originada en nuestra inteligencia,
ambos en sentida complementación representan una potencia
política singular de nuestro FA. Pero eso no es todo. El
FA los tiene a ustedes, compañeros, la militancia de base.
Tiene y debe implementar la militancia política de base que
se expresa dentro de cada uno de los rumbos que conforman nuestra
fuerza política como también en el espacio común
frenteamplista con el cual tanto nos sentimos identificados. La
militancia con su accionar cotidiano y permanente debe hacer latir
el corazón del FA, debe agudizar su inteligencia, suministrar
el músculo necesario para la acción, para esa acción
transformadora de la injusta realidad que hoy agobia a nuestra sociedad
y que sólo el FA y nadie más puede realizar. Fraternalmente
les digo que por supuesto compartimos que no sólo estamos
para pintar carteles, aunque todos lo hemos hecho y lo seguiremos
haciendo para lograr las voluntades que necesitamos para llegar
al gobierno. También en este caso, compañeras y compañeros,
nuestra fuerza y nuestra potencialidad van indisolublemente unidas
a nuestra mayor responsabilidad. En la medida en que cada frenteamplista,
cada uno de nosotros, sin importar el puesto de lucha que circunstancialmente
ocupe, abra su corazón, aplique su inteligencia y temple
su músculo con espíritu unitario, sin sectarismos
ciegos, sin triunfalismos engañosos, sin prejuicios paralizantes,
con el único objetivo de servir cada día mejor a nuestro
pueblo, en la medida en que nos propongamos superar nuestra propia
capacitación para gobernar, en esa misma medida podemos asegurar
compañeros que nuestro FA será gobierno. Será
el mejor gobierno para todos los uruguayos.
"Somos
una fuerza de paz"
Me sumo a ustedes en la construcción de un nuevo Uruguay.
Un nuevo Uruguay basado en la paz, paz con mayúscula, paz
en todos sus términos, paz sustentada en el derecho, paz
indisolublemente unida a la verdad. Que nadie pretenda embaucar
a nuestro pueblo con acusaciones torpes y malintencionadas. Somos
una fuerza de paz. El FA es ante todo y sobre todo una fuerza de
paz. Somos una fuerza de paz porque rechazamos sin retaceos ni matices
el terrorismo demencial, fundamentalista o imperialista, que cobra
vidas inocentes en guerras declaradas o encubiertas, allá,
aquí o donde sea. Pero basamos todas nuestras acciones en
el derecho. El derecho es justicia y razón, se fundamenta
en los principios éticos, está dotado de sanción
coercitiva y regula, tanto las relaciones internacionales como interpersonales.
Es el mejor instrumento para la convivencia entre todos, desde todas
las perspectivas posibles, tanto desde la óptica individual
como entre las potencias. El derecho tiene como principio constitutivo
la justicia, de la cual es una objetivación. Uruguay ha sido
tradicionalmente, es y seguirá siendo un defensor categórico
del derecho y deseo declarar abierta y claramente que nos enorgullecemos
como uruguayos al comprobar que estos principios éticos,
tan arraigados en las bases del FA, son también compartidos
mayoritariamente por otras fuerzas políticas nacionales.
Somos una fuerza de paz porque creemos en el diálogo, en
la confrontación de las ideas, en las libertades básicas,
en los derechos humanos, en el derecho a la vida digna y porque
repudiamos el odio ciego de la intolerancia, el fanatismo, la muerte.
Porque la paz es nuestra cultura y debe formar parte indisoluble
de la cultura uruguaya. Porque la paz no se proclama sino que se
practica y practicar la paz no consiste solamente en repudiar la
violencia sino sobre todo en construir la paz. Me sumo a ustedes,
compañeras y compañeros, para trabajar en su construcción
día a día, paso a paso, pueblo a pueblo. A construir
la paz en todas sus formas allí donde sea necesario, allí
donde se encuentra la violencia, a la luz del día u oculta
en las sombras de la injusticia cotidiana.
"Las
políticas económicas son una forma de violencia"
En cierta ocasión expresamos que si se define la violencia
en términos de la diferencia entre realización y potencialidad
de cada ser, las políticas económicas y sociales que
ponen en riesgo la salud y la educación son formas de violencia
en la medida en que impiden la plena realización intelectual
de las personas. Violencia cotidiana es el desempleo que padecen
cada vez más compatriotas como resultado de las políticas
económicas mantenidas y defendidas por estos gobiernos a
pasar de la evidencia de sus nefastos resultados económicos,
sociales y humanos, tanto aquí como en el resto del mundo.
Iniciar cada mañana como lo hacen tantos uruguayos, cada
vez más por desgracia, con la angustia de no saber cómo
sustentar una familia, cómo alimentarla, cómo asegurar
su salud y darle educación es más que violencia a
secas. Es una forma sorda y cobarde, artera de tortura continuada,
sostenida y deshumanizante.
Depositar como
única esperanza en el futuro la obtención de un pasaporte,
sumarse a la leva o la conscripción en otras tierras lejanas
o tener que incorporarse a esa emigración aun peor que lleva
del campo empobrecido a los cinturones de miseria de las ciudades
son expresiones incontrovertibles del fracaso de las políticas
aplicadas que provocan una violencia torpe, que expulsa a la fuerza
a jóvenes talentosos de su propia tierra. Violencia encubierta
es la que ejerce nuestra sociedad, la del modelo neoliberal o como
dice nuestro presidente, la del modelo tradicionalmente usado en
nuestro país, la de esos niños y jóvenes de
sonrisa forzada y ojos tristes, que delatan la angustia de sus corazones
cuando en las esquinas de Montevideo mitigan su penuria exponiendo
su carencia y su improvisada destreza revoloteando antorchas o naranjas
o lo que sea.
Somos una fuerza
de paz porque queremos que esos niños desarrollen todo su
talento malabarista en las aulas de clase, porque queremos que cada
mañana sea el despuntar de una nueva esperanza para todos
los uruguayos. Somos también una fuerza para la paz porque
creemos que la justicia de paz es posible, porque sabemos que depende
de nosotros mismos, porque estamos dispuestos a asumir su construcción
desde el gobierno nacional y porque siempre nos hemos opuesto a
la violencia institucional, porque creemos que una sociedad humana
es el conjunto de seres que decidió vivir en común
con la obligación moral de asegurar a todos sin excluir a
nadie, una vida digna y de plena realización.
Este es un compromiso
ético que todos los uruguayos deben conocer, reconocer y
demandar porque ética y política irán siempre
juntas en nuestras manos.
"Incorruptibles
y transparentes"
Somos, seremos incorruptibles y transparentes en la gestión
de la cosa política, inflexibles ante la corrupción,
la corruptela, el manejo de influencias, el amiguismo o como quieran
denominarlo. Juntos, compañeros, estamos construyendo una
cultura de paz y de ética, de estímulo y progreso,
que orientará cada una de las acciones de gobierno del FA.
Me comprometo ante ustedes a trabajar guiado por esos principios
en el apoyo firme y decidido al accionar del presidente de todos
los frenteamplistas, el compañero Tabaré Vázquez,
en el apoyo a todos los grupos políticos que conforman la
unidad del FA y me comprometo a hacerlo con ustedes, compañeros
de las bases frenteamplistas, como fuente fermental de inspiración,
como referencia de realidad y como ámbito de decisión
democrática. Como el poeta Martí les digo que estos
tiempos "no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza
sino con las armas como almohada. Las armas del juicio, que vencen
a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras
de piedras. Es la hora del recuento y hemos de andar en cuadro apretado".
Adelante compañeros frenteamplistas, a construir el futuro
con la memoria clara del pasado, el análisis certero del
presente y la proyección inteligente del porvenir. Viva el
FA. A construir nuestra historia, compañeros.
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