"La guerra"
Eduardo Galeano (publicado en La Jornada el 19 de marzo de 2003)
Seré
curioso. A mediados del año pasado, mientras esta guerra
se estaba incubando, George W. Bush declaró que "debemos
estar listos para atacar en cualquier oscuro rincón del mundo".
Irak es, pues, un oscuro rincón del mundo. ¿Creerá
Bush que la civilización nació en Texas y que sus
compatriotas inventaron la escritura? ¿Nunca escuchó
hablar de la biblioteca de Nínive, ni de la torre de Babel,
ni de los jardines colgantes de Babilonia? ¿No escuchó
ni uno solo de los cuentos de las mil y una noches de Bagdad?
¿Quién lo eligió presidente del planeta? A
mí, nadie me llamó a votar en esas elecciones. ¿Y
a ustedes? ¿Elegiríamos a un presidente sordo? ¿A
un hombre incapaz de escuchar nada más que los ecos de su
voz? ¿Sordo ante el trueno incesante de millones y millones
de voces que en las calles del mundo están declarando la
paz a la guerra?
Ni siquiera ha sido capaz de escuchar el cariñoso consejo
de Günter Grass. El escritor alemán, comprendiendo que
Bush tenía necesidad de demostrar algo muy importante ante
su padre, le recomendó que consultara a un sicoanalista en
lugar de bombardear Irak.
En 1898, el presidente William McKinley declaró que Dios
le había dado la orden de quedarse con las islas Filipinas,
para civilizar y cristianizar a sus habitantes. McKinley dijo que
habló con Dios mientras caminaba, a medianoche, por los corredores
de la Casa Blanca. Más de un siglo después, el presidente
Bush asegura que Dios está de su lado en la conquista de
Irak. ¿A qué hora y en qué lugar recibió
la palabra divina? ¿Y por qué Dios habrá dado
órdenes tan contradictorias a Bush y al Papa de Roma?
Se declara la guerra en nombre de la comunidad internacional, que
está harta de guerras. Y, como de costumbre, se declara la
guerra en nombre de la paz. No es por el petróleo, dicen.
Pero si Irak produjera rabanitos en lugar de petróleo, ¿a
quién se le ocurriría invadir ese país? Bush,
Dick Cheney y la dulce Condoleezza Rice, ¿habrán renunciado
realmente a sus altos empleos en la industria petrolera? ¿Por
qué esta manía de Tony Blair contra el dictador iraquí?
¿No será porque hace 30 años Saddam Hussein
nacionalizó la británica Irak Petroleum Company? ¿Cuántos
pozos espera recibir José María Aznar en el próximo
reparto? La sociedad de consumo, borracha de petróleo, tiene
pánico al síndrome de abstinencia. En Irak, el elixir
negro es el menos costoso y, quizá, el más cuantioso.
En una manifestación pacifista, en Nueva York, un cartel
pregunta: "¿Por qué el petróleo nuestro
está bajo las arenas de ellos?" Estados Unidos ha anunciado
una larga ocupación militar, después de la victoria.
Sus generales se harán cargo de establecer la democracia
en Irak. ¿Será una democracia igual a la que regalaron
a Haití, República Dominicana o Nicaragua? Ocuparon
Haití durante 19 años y fundaron un poder militar
que desembocó en la dictadura de Francoise Duvalier. Ocuparon
Dominicana durante nueve años y fundaron la dictadura de
Rafael Leónidas Trujillo. Ocuparon Nicaragua durante 21 años
y fundaron la dictadura de la familia Somoza. La dinastía
de los Somoza, que los marines habían puesto en el trono,
duró medio siglo, hasta que en 1979 fue barrida por la furia
popular. Entonces, el presidente Ronald Reagan montó a caballo
y se lanzó a salvar a su país amenazado por la revolución
sandinista. Nicaragua, pobre entre los pobres, tenía, en
total, cinco ascensores y una escalera mecánica, que no funcionaba.
Pero Reagan denunciaba que Nicaragua era un peligro; y mientras
él hablaba, la televisión mostraba un mapa de Estados
Unidos tiñéndose de rojo desde el sur, para ilustrar
la invasión inminente. El presidente Bush, ¿le copia
los discursos que siembran el pánico? ¿Bush dice Irak
donde Reagan decía Nicaragua? Títulos de los diarios,
en los días previos a la guerra: "Estados Unidos está
pronto a resistir el ataque".
Récord de ventas de cintas aislantes, máscaras antigas,
píldoras antirradiaciones... ¿Por qué tiene
más miedo el verdugo que la víctima? ¿Sólo
por este clima de histeria colectiva? ¿O tiembla porque presiente
las consecuencias de sus actos? ¿Y si el petróleo
iraquí incendiara el mundo? ¿No será esta guerra
la mejor vitamina que el terrorismo internacional está necesitando?
Nos dicen que Saddam Hussein alimenta a los fanáticos de
Al Qaeda. ¿Un criadero de cuervos para que le arranquen los
ojos? Los fundamentalistas islámicos lo odian. Es satánico
un país donde se ven películas de Hollywood, muchos
colegios enseñan inglés, la mayoría musulmana
no impide que los cristianos anden con la cruz al pecho y no es
muy raro ver mujeres con pantalones y blusas audaces.
No hubo ningún iraquí entre los terroristas que voltearon
las torres de Nueva York. Casi todos eran de Arabia Saudita, el
mejor cliente de Estados Unidos en el mundo. También es saudita
Bin Laden, ese villano que los satélites persiguen mientras
huye a caballo por el desierto, y que dice presente cada vez que
Bush necesita sus servicios de ogro profesional. ¿Sabía
usted que el presidente Dwight D. Eisenhower dijo, en 1953, que
la "guerra preventiva" era un invento de Adolfo Hitler?
Afirmó: "Francamente, yo no me tomaría en serio
a nadie que me viniera a proponer una cosa semejante".
Estados Unidos es el país que más armas fabrica y
vende en el mundo. Es, también, la única nación
que ha arrojado bombas atómicas contra la población
civil. Y siempre está, por tradición, en guerra contra
alguien. ¿Quién amenaza la paz universal? ¿Irak?
¿Irak no respeta las resoluciones de la Organización
de Naciones Unidas (ONU)? ¿Las respeta Bush, que acaba de
propinar la más espectacular patada a la legalidad internacional?
¿Las respeta Israel, país especializado en ignorarlas?
Irak ha desconocido 17 resoluciones de la ONU. Israel, 64. ¿Bombardeará
Bush a su más fiel aliado?
Irak fue arrasado, en 1991, por la guerra de Bush padre, y hambreado
por el bloqueo posterior. ¿Qué armas de destrucción
masiva puede esconder este país masivamente destruido?
Israel, que desde 1967 usurpa tierras palestinas, cuenta con un
arsenal de bombas atómicas que le garantizan la impunidad.
Y Pakistán, otro fiel aliado que además es un notorio
nido de terroristas, exhibe sus propias ojivas nucleares. Pero el
enemigo es Irak, porque "podría tener" esas armas.
Si las tuviera, como Corea del Norte proclama que las tiene, ¿se
animarían a atacarlo?
¿Y las armas químicas y biológicas? ¿Quién
vendió a Saddam Hussein las cepas para fabricar los gases
venenosos que asfixiaron a los kurdos, y los helicópteros
para arrojar esos gases? ¿Por qué Bush no muestra
los recibos? En aquellos años, guerra contra Irán,
guerra contra los kurdos, ¿era Saddam menos dictador de lo
que es ahora? Hasta Donald Rumsfeld lo visitaba en misión
de amistad. ¿Por qué los kurdos son conmovedores ahora,
y antes no? ¿Y por qué sólo son conmovedores
los kurdos de Irak, y no los kurdos mucho más numerosos que
sacrificó Turquía?
Rumsfeld, actual secretario de Defensa, anuncia que su país
usará "gases no letales" contra Irak. ¿Serán
gases tan poco letales como esos que Vladimir Putin usó,
el año pasado, en el teatro de Moscú, y que mataron
a más de cien rehenes?
Durante unos cuantos días, Naciones Unidas cubrió
con una cortina el Guernica de Picasso, para que esa desagradable
escenografía no perturbara los toques de clarín de
Colin Powell.
¿De qué tamaño será la cortina que
esconderá la carnicería de Irak, según la censura
total que el Pentágono ha impuesto a los corresponsales de
guerra? ¿A dónde irán las almas de las víctimas
iraquíes? Según el reverendo Billy Graham, asesor
religioso del presidente Bush y agrimensor celestial, el paraíso
es más bien chico: mide nada más que mil 500 millas
cuadradas. Pocos serán los elegidos. Adivinanza: ¿Cuál
será el país que ha comprado casi todas las entradas?
Y una pregunta final, que pido prestada a John Le Carré:
-¿Van a matar a mucha gente, papá?
-Nadie que conozcas, querido. Sólo extranjeros.
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