El "Nigergate" y la conexión italiana
La Inteligencia italiana habría sido la responsable de la
falsa acusación contra Irak por su supuesta intención
de comprar uranio a Niger para desarrollar un porgrama de armamento
nuclear. Este fue uno de los argumentos utilizados por Estados Unidos
e Inglaterra para señalar el peligro que significaba el régimen
de Saddam Hussein para Occidente.
Según publicó ayer La Repubblica y hoy
reproduce El País de Madrid, la sede diplomática
de Níger en Roma estaba controlada por los servicios secretos
italianos desde 1983. Mediante escuchas, los agentes habían
descubierto la existencia de una petición de compra de uranio
al entonces embajador Adamou Chekou, por parte de su homólogo
iraquí ante la Santa Sede, Wissam Al Zahawie.
Al principio los servicios no dieron mayor trascendencia a esa
información. Sin embargo, tras los ataques a las Torres Gemelas
retomaron la pista de Níger. Un diplomático africano
entró en escena entonces, ofreciendo a la inteligencia italiana
material que probaría el interés de Saddam por concretar
la compra de ese mineral. Se trataba de un conjunto de cartas y
faxes entre sedes diplomáticas de Irak y del país
africano. Esos "documentos", sostiene la prensa italiana,
no resistían el mínimo análisis y su falsedad
podía ser notada por cualquier experto internacional.
Sin embargo, Inglaterra incluyó esa información en
su documento de setiembre de 2002, atribuyéndola a un "tercer
país". Y Geroge Bush la mencionó en su discruso
"Estado de la Unión" en enero de 2003 pese a que
la CIA había chequeado el dato con un agente enviado a Níger.
El funcionario, ex embajador estadounidense en Bagdad, lo descartó
por inverosímil.
El gobierno italiano, tal la costumbre de los gobiernos vinculados
en este escándalo, ha negado cualquier conexión. Bush
y Silvio Berlusconi, primer ministro italiano, se reúnen
en cuatro días en cuatro días. Seguramente, este tema
estará en la agenda.
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