Ahora, los hechos
La investigación británica sobre los argumentos
que derivaron en la decisión de invadir Irak, desvió
su atención a aspectos laterales del asunto. Tal el caso
de la discusión sobre si la BBC estuvo bien al reproducir
la información de una fuente de Inteligencia respecto a que
el gobierno habría "hecho más atractivos"
los informes que llegaban desde los servicios de Seguridad. El Comité
parlamentario que investigó el tema concluyó que el
jefe de la comunicación del Primer Ministro, Alastair Campbell,
no "embelleció" la información de Inteligencia
y que el gobierno no engañó al Parlamento para convencerlo
de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak.
Ahora, en cambio, parece que se discutirá lo sustancial:
¿Saddam Hussein era realmente una amenaza para Occidente
y su régimen debía ser derrocado, aún con los
altos costos civiles que tuviera esa campaña militar?
Los argumentos utilizados para invadir Irak, ciertos o no, provenían
de servicios de Inteligencia o al menos los invocaban. Entonces
nunca como ahora estuvo en entredicho la confiabilidad de esos servicios,
sostiene el diario británico Guardian.
Sucesivos testimonios ante el Comité de Asuntos Internacionales
reconocieron las dificultades que tenían los servicios de
inteligencia occidentales para reunir información confiable
de qué pasaba en Irak y cuáles eran los planes de
Saddam.
Por ejemplo, Gary Simone, experto en proliferación armamentística
del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, declaró
que "el registro de la información de las agencias de
Inteligencia sobre los diferentes programas de armas de Irak era
muy pobre". Y el ex canciller inglés Robin Cook afirmó
que en Estados Unidos se sostenían mucho en fuentes del exilio
iraquí que tenían sus propios intereses en este conflicto.
El informe del comité investigador echa dudas sobre muchos
de los argumentos utilizados pero, fundamentalmente, sobre el principal:
la capacidad iraquí de desplegar armamento de destrucción
masiva en 45 minutos. Este extremo hoy parece prácticamente
descartado incluso por los propios servicios de Inteligencia. Y
los legisladores piden que se explique por qué se le dio
tanta trascendencia a este dato, cuando provenía de una única
fuente sin corroborar.
Tras la publicación del informe muchos legisladores de la
oposición vuelven a reclamar una investigación judicial
independiente. Afirman que durante el trabajo del Comité
se avanzó muy poco. La prensa sostiene que ahora es más
necesario para el gobierno el hallazgo de pruebas concretas. Es
que la baja en el apopyo poular a la administración Blair
es sensible. Una encuesta publicada por el diario The Times reveló
que mientras antes de la guerra el 74% de los británicos
apoyaba la invasión a Irak; hoy sólo lo hace el 47%.
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