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28.08.2003




























Hallan el cadáver del testigo de la BBC
En la mañana de este viernes la policía halló el cadáver del funcionario David Kelley, ex inspector de armas de Naciones Unidas que reconoció ser una de las fuentes de la BBC en el informe que denunció al gobierno por manipular los informes de Inteligencia sobre Irak. El funcionario había sido reportado como desparecido hace 24 horas cuando salió a caminar.

Ese informe desató una polémica sin precedentes entre el gobierno británico y la corporación de noticias, BBC. Kelley reconoció haber hablado con el periodista Andrew Gillian, pero negó ser la única fuente de aquella nota que afirmaba que miembros de la administración laborista habían manipulado datos de inteligencia para reforzar el caso contra Saddam Hussein, informó hoy la BBC.

La Policía continúa investigando las causas de la muerte de este funcionario.

"La historia nos perdonará"
Pocos mandatarios extranjeros tienen la posibilidad de dirigirse directamente a las cámaras del Congreso de Estados Unidos. El premier inglés Tony Blair la tuvo. Y aprovechó la oportunidad para asegurar que la historia lo absolverá por haber acompañado la acción militar en Irak, a pesar de que no se encuentren armas de destrucción masiva. Los congresistas aplaudieron de pie.

Tanto congresistas demócratas como republicanos están planteando serias dudas respecto al peligro que signifcaba Saddam Hussein. Blair habló ante ellos y les preguntó: "¿Podíamos estar seguros de que el terrorismo y las armas de destrucción masiva se juntarían?". Y se respondió: "Si estuvimos equivocados, al menos destruimos una amenaza responsable de una carnicería inhumana y de sufrimiento. "Eso es algo que, estoy seguro, la historia perdonará", afirmó. El primer ministro dijo estar convencido de que actuaron correctamente y que la historia no hubiera perdonado el no tener el liderazgo necesario para atacar Irak.

Esta semana, los cuestionamientos a la guerra en Irak llegaron a su punto máximo en Estados Unidos. George Bush tuvo que respaldar al jefe de la CIA aun cuando se comprobó que era falso el principal argumento que había usado en su discurso "Estado de la Unión" de enero de 2003 para remarcar el peligro nuclear que representaba el régimen de Saddam Hussein. Citando a la Inteligencia británica, que a su vez había referido supuestamente a informes de la Inteligencia italiana, Bush afirmó que Irak había intentado comprar uranio en Níger a pesar de que no tenía un programa nuclear civil. A través de un enviado a ese país africano, la CIA había descartado esa información por inverosímil.



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