Radio en vivo


14.09.2001















Dos prioridades para Israel: su seguridad, y el crecimiento económico y cultural de los vecinos árabes.

Por Carlos Maggi

Una noche cenamos con Pinchas Avivi, en una tratoría de Jerusalem. Él anunció "Vamos a probar una típica comida judía", y eran macarroni. Me dijo: "La comida típica de Israel, señor Maggi, es la comida de todo el mundo. Hay judíos por todas partes". Lo miré y sonreía; me pareció conocerlo desde mucho antes, era igualito al Beto Abdala: la nariz ganchuda y los ojos renegridos de árabe, un clásico judío de Judea.

Se trataba de un ágape oficial, ofrecido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, y a los postrer Avivi dijo un discurso breve, en el tono de una conversación entre amigos. Allí encontré lo que quería oír. Y no es poca cosa. Después supe que Avivi se iba al día siguiente para el Líbano, porque es uno de los que lleva personalmente las tratativas de paz, en el norte. Eran, pues, noticias de la boca del caballo. Dijo:

"Si miran por ese ventanal se ve la mitad de Jerusalem. Esas luces enfrente son de un barrio judío, allá es el barrio musulmán y de este lado el barrio cristiano. ¿Y qué pasa? Lo están viendo. No pasa nada entre ellos, quieren vivir en paz y no se molestan. La guerra no es un invento político. Por eso soy optimista en las gestiones de paz. Yo trato de entenderlos a ellos, para que ellos me entiendan. Si conseguimos en la mesa de negociaciones un poco de confianza recíproca, como la que ustedes están viendo, la paz se hace.

"La existencia de Israel es un hecho irreversible; ahora lo admiten todos. Y a partir de eso, a todos les conviene entenderse en vez de agredirse. Yo pienso que nosotros somos los más fuertes y los más ricos -siguió diciendo Avivi-. Aquí la entrada anual per cápita llega a los 17.000 dólares, y ellos viven con 1.000. Nosotros tenemos un nivel cultural que nos permite ejercer la democracia y ellos carecen de los presupuestos culturales, que dan acceso al sistema. No se trate de que sean diferentes: se trata de colaborar para que mejoren a su manera. Es imprescindible que mejoren sin dejar de ser quienes son.

"Israel tiene dos aspectos a cuidar: en primer término su seguridad, pero más allá de esa línea roja que es de vida o muerte (y Barak la conoce mejor que nadie), Israel debe ceder en cuanto pueda y debe hacer más aún: debe contribuir al crecimiento económico y al desarrollo cultural en los territorios árabes, especialmente en la zona palestina.

"Cualquier persona, cuando logra un nivel más humano en su vida personal, atenúa las ganas de pelear a muerte. Sin una mejoría en la cualidad de vida y sin un aggiornamento en la cuestión política, las carencias árabes trabajan a favor del fundamentalismo. Ese atraso es nuestro enemigo, mucho más que los árabes en sí mismos".

Así dijo Pinchas Avivi. Por eso soy optimista. Porque en todas partes hay fanáticos, pero también hay gente que piensa en libertad. Libre de prejuicios y fanatismo.

 





En perspectiva
l Dinámica Rural l Deportes l Página principal

Para escuchar la radio en vivo necesita el Real Player
Optimizado para Internet Explorer a 800x600
Copyright Espectador.com All Rights Reserved