DISCURSO
DEL PRESIDENTE DE BRASIL, LULA DA SILVA
"No nacimos para ser pobres"
En su discurso
el presidente de Brasil, Luiz Inácio "Lula" Da
Silva afirmó que la instancia histórica que el Mercosur
vivió en Montevideo fue producto de la determinación
de los países de reconstruir el bloque. "El Mercosur
nunca había fracasado. Lo que había fracasado era
la economía de Brasil, de Argentina y de los otros países".
"Pienso que hoy consolidamos el Mercosur y a partir de esa
consolidación, sin que ningún país pierda la
posibilidad de hacer sus aportes bilaterales con otros países,
queremos hacer más", agregó.
Texto completo
del discurso:
"Cuando
no tenía llaves de la ciudad de Montevideo, esa ciudad ya
estaba con sus puertas abiertas para centenas de brasileños
que en un momento histórico, que fue muy malo para nuestro
país desde el punto de vista de la democracia, encontraron
aquí un lugar para refugiarse, para repensar en sus vidas
y cambiar ideas. Ahora, con las llaves, me imagino que podremos
mandar muchas más personas...
(Risas y aplausos)
Espero que no
sea por problemas políticos sino para convivir con este pueblo
extraordinario de Uruguay, con este pueblo extraordinario de Montevideo
y siempre aprender un poco más.
Quería,
mi querido intendente Mariano Arana, hablar de mi alegría
al recibir estas llaves junto al presidente Kirchner, al presidente
Mesa -y nuestro compañero Nicanor Duarte, de Paraguay, que
tuvo que irse-, en un momento en que tuvimos una extraordinaria
reunión del Mercosur en la capital del Mercosur que es Montevideo.
Hicimos un acuerdo histórico en la medida de que el Mercosur
y la Comunidad Andina firmaron un tratado que ciertamente cambiará
mucho las relaciones que tuvimos hasta ahora. Además, en
el momento en que nosotros estamos en esta ciudad, (se reunieron)
decenas o centenas de compañeros dirigentes sindicales de
todo el Mercosur. En el momento en que nosotros estuvimos en esta
ciudad, (se reunieron) decenas de intendentes de las ciudades más
importantes (de la región). También porque tenemos
parlamentarios de varios países que componen el Mercosur.
Por sí
solo ya sería un momento excepcional pero tenemos aquí
algunas personalidades. Me gustaría que mi querido alcalde
Mariano Arana pudiera saber que aquí están el gobernador
de Santa Catarina, nuestro compañero Luiz Henrique (da Silveira),
nuestro compañero Zeca do PT, gobernador del estado de Mato
Grosso do Sul, nuestro compañero Antonio Palocci, ministro
de Economía de Brasil... Después Kirchner presenta
a los ministros de Argentina que están con él...
(Risas)
No tengo el
equilibrio emocional del presidente Carlos Mesa, que consiguió
dominar sus tres minutos de improvisación. Si comienzo a
improvisar y me voy envolviendo, me temo que el día de hoy
será muy largo.
Pero estoy feliz.
Estoy feliz por las llaves de la ciudad, estoy feliz por el cariño
que he recibido de hombres y mujeres uruguayos donde quiera que
los haya encontrado, en Brasil, en Argentina, en Perú o en
cualquier lugar del mundo. Estoy feliz porque este encuentro de
hoy del Mercosur es para mi cabeza algo muy gratificante. Durante
mucho tiempo algunos dirigentes políticos de mi país
y algunos de América Latina decían que no podía
ser electo presidente porque iba a acabar con el Mercosur. Ya durante
la campaña habíamos tomado el compromiso de que el
Mercosur sería la base de la construcción de nuestra
política externa. Como primera demostración de eso
hice una visita a Argentina. Tuve el primer contacto con el presidente
Duhalde. Allí firmamos un pacto de que era preciso trabajar
y trabajar mucho para que pudiésemos reconstruir el Mercosur.
El Mercosur nunca había acabado. Nunca había fracasado.
Lo que había fracasado era la economía de Brasil,
de Argentina y de los otros países.
Resolvimos reconstruir
el Mercosur, tomando conciencia, mi querido intendente, de que la
reconstrucción de un foro como el Mercosur precisa primero
tener confiabilidad política de las personas que participan
de él. Era preciso que entre los dirigentes de nuestros países
no hubiera desconfianza, disputas menores y pensáramos siempre
de forma positiva en lo que podríamos ganar con esa integración.
En 11 meses
me reuní con todos los presidentes de los países de
América del Sur. Con algunos, más de una vez. En 11
meses tuvimos muchos contactos con Argentina, cuando no entre los
presidentes, se encontraron los ministros. Con Uruguay, lo mismo.
No conversamos apenas con aquel del que gustamos. Conversamos con
los que ejercen el papel de jefes de Estado. Cuando voy a un país
no quiero saber si el presidente es ideológicamente afín
o no conmigo. Quiero saber si es el presidente del país y
tengo que tratarlo como jefe de Estado y hacer la política
que un jefe de Estado tiene que hacer con otro jefe de Estado.
Cuando me tenga
que reunir con aquellos que me gustan, no los visitaré como
jefe de Estado y sí como compañero de un partido político
para poder...
(Aplausos)
Esa reunión
de hoy fue el coronamiento de una tarea que Argentina, Brasil, Uruguay
y Paraguay nos propusimos hacer. Nos propusimos trabajar, vencer
las divergencias que pudieran existir entre nosotros, las históricas
y las contemporáneas. Y pienso que hoy consolidamos el Mercosur
y a partir de esa consolidación, sin que ningún país
pierda la posibilidad de hacer sus aportes bilaterales con otros
países, queremos hacer más. Queremos que el Mercosur
no pierda de vista su relación con su relación con
la Unión Europea y los Estados Unidos que son nuestros mayores
socios comerciales. Pero nunca podemos perder de vista la importancia
que tiene China en su relación con el Mercosur y con América
del Sur. No podemos perder de vista lo que India puede representar
en la relación con el Mercosur. No podemos perder de vista
lo que podemos ganar en una alianza entre Mercosur y África;
entre Mercosur y los países árabes; entre Mercosur
y otros países asiáticos.
Lo importante
es que nos vamos a esperar que alguien venga al Mercosur para saber
lo que es. Vamos a viajar para mostrar lo que somos, lo que tenemos
y lo que queremos. Es por eso es que en el último viaje tuve
el placer de tener la compañía del compañero
Duhalde, ex presidente de Argentina, hoy presidente del Comité
Parmanente del Mercosur. Vamos a continuar haciendo eso porque creemos
que no nacimos para ser pobres la vida entera, no nacimos para ser
países en desarrollo la vida entera pero tampoco nacimos
para estar de foro en foro, llorando el hecho de que la vaca lechera
no haya pasado por la puerta de nuestra casa.
Siempre digo
que no es posible hacer política y la buena política
si quien la hace no tiene autoestima. Primero tenemos que creer
en lo que estamos haciendo. Segundo, tenemos que hacer que las personas
crean en que lo que estamos haciendo es importante para ese momento
histórico.
No puedo hablar
por otro país pero como tengo muchos amigos en Argentina,
en Paraguay y algunos en Brasil, incluso podría decir por
mis compañeros de Bolivia... que creo en este continente
en pocos momentos de la historia el pueblo vivió con una
autoestima tan elevada como está ahora. En América
de Sur en pocos meses pasó una cosa que mucho cientista político
con doctorado en la Sorbona o en otra cualquier no imaginaba que
pudiese pasar. Kirchner no estaba en los pronósticos de los
que preveían el resultado electoral. Lula, venido de donde
vino y teniendo la formación que tiene, no estaba predestinado
a ser presidente de Brasil. Y Carlos Mesa era vice. Nicanor ha roto
con la cultura de los partidos tradicionales de Paraguay. Con Chavez
pasó lo mismo. Y hay más cosas para cambiar. Hay más
cosas para cambiar.
(Risas y aplausos)
Sobre nosotros
pesa una responsabilidad que puede no pesar en los hombros de un
político tradicional. Un político tradicional se aleja
si no acertó, vuelve para su actividad o va a hacer cualquier
cosa no sé dónde. Pasó. Nosotros tenemos una
responsabilidad mucho mayor porque lo que está en juego no
es nuestro mandato. Es nuestra historia.
Cuando pasa
eso, aumenta nuestra responsabilidad. De vez en cuando tengo compañeros
que quieren dar pasos más rápidos, otros menos. Siempre
digo lo siguiente. No podemos dar un paso muy lento ni dar un paso
muy grande porque hasta los grandes jugadores de fútbol que
entrenan todo el día, cuando se fuerzan de más, tienen
lesiones y están mucho tiempo sin jugar. En la política
tenemos que dar los pasos medidos, pensados, calculados, pensando
estratégicamente lo que va a pasar en el mes siguiente, en
el año siguiente porque un error puede ser fatal para quien
quiere contribuir con el quiebre de la tradición oligárquica
que durante tantos y tantos años gobernó nuestro contiente.
Por eso estoy
feliz. Creo que ya hicimos mucho en estos pocos meses de Kirchner,
en estos pocos días de Mesa. Ni siquiera lo conocía.
Cuando fui a Bolivia, a Santa Cruz de la Sierra a hacer una reunión,
pensé "tiene buena cara, creo que va ser un buen presidente".
Pienso que Bolivia estaba precisando de una persona equilibrada,
no populista, ni de aquellos que hablan cosas que ni ellos creen
pero hablan porque hablar es más fácil que hacer.
Como he perdido
tres elecciones en Brasil y sé lo duro que es perder, quiero
que mi querido intendente sepa que no tiraremos afuera esta oportunidad
de hacer que el pueblo de mi país, y los otros presidentes
con los pueblos de sus países, recuperen no apenas la autoestima,
sino la dignidad de vivir bien en nuestros países. Con esta
llave, ciertamente, todo será más fácil".
Discurso
de Kirchner
Discurso
de Mesa
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