"UN
RIO DE LIBERTAD"
A 20 años del comienzo del fin de la dictadura
Fue
el acto político más grande de la historia de Uruguay.
El del "Río de libertad" reunido frente al Obelisco
a los Constituyentes. El de la proclama leída por Alberto
Candeau y escrita por Enrique Tarigo y Gonzalo Aguirre que llamó
a un Uruguay sin exclusiones. Aguirre junto a Danilo Astori, Ope
Pasquet y Guillermo Chifflet recuerdan aquella tarde soleada en
la que "la dictadura había muerto en el corazón
de cada uno de nosotros".
EN
PERSPECTIVA
Jueves 27.11.03, hora 8.50.
(Grabación:)
"PROCLAMA
LEÍDA POR ALBERTO CANDEAU:
Los
partidos políticos uruguayos, todos los partidos políticos,
sin exclusión alguna, han convocado hoy al pueblo a celebrar
la fecha tradicional de la elección de sus gobernantes y
a proclamar su decisión irrevocable de volver a ejercer su
derecho al sufragio de aquí a un año, el último
domingo de noviembre de 1984.
Lo hacen
al pie del Obelisco a los constituyentes de 1830, autores del primer
Código Fundamental de la República, en el que los
orientales ratificamos nuestra voluntad de constituirnos en Nación
libre y soberana y consagramos la norma sesquicentenaria que instauró
la noble práctica de renovar a los representantes de la ciudadanía
mediante su voto libérrimo, en un día como el de hoy,
el postrer domingo del mes que ya fenece."
(Fin de la
grabación)
Escuche la
proclama completa
EMILIANO COTELO:
Era 27 de noviembre de 1983, eran las cinco y media de la tarde,
era el obelisco, el Parque Batlle. Así hablaba Alberto Candeau
leyendo la
proclama de aquel acto al que habían convocado
los partidos políticos uruguayos, todos los partidos políticos,
como enfatizaba el propio Candeau en el comienzo de este texto.
El estrado que presidió la concentración tenía
como telón de fondo la leyenda "Por un Uruguay democrático
sin exclusiones".
***
(Grabación:)
"AC
- ...el anhelo de libertad y la vocación democrática
constituyen el común denominador de todos los hombres y mujeres
nacidos en esta tierra.
Y el pueblo
ha dicho presente. Lo testimonia esta multitud inmensa, y pacífica,
jubilosa y esperanzada".
(Fin de la
grabación)
***
EC - Se están
cumpliendo hoy 20 años exactamente, por eso hemos convocado
a una Tertulia especial, a cuatro protagonistas de aquella jornada,
cuatro de los dirigentes que estuvieron en el estrado del obelisco
el 27 de noviembre de 1983.
Están
con nosotros el doctor Gonzalo Aguirre, el diputado Guillermo Chifflet,
el senador Danilo Astori y el doctor Ope Pasquet.
¿Tenían
presente este aniversario, eran conscientes en estos días
de que se acercaba esta fecha?
DANILO
ASTORI:
Sí, yo era consciente, además porque se venía
comentando públicamente la proximidad de la fecha. Los uruguayos
somos afectos a realizar conmemoraciones especiales en las cifras
redondas de aniversarios, ¿no? Los 10, los 20, los 30 años
A veces toca alguno de decena y media. Pero en este caso los 20
años del Acto del Obelisco se veían venir y todos
los recordamos con mucha emoción. Ahora las rememorar las
palabras de Candeau leyendo aquel texto brillantemente escrito por
Gonzalo Aguirre y Enrique Tarigo, nos emocionamos nuevamente.
EC - ¿Qué
recuerdos le trae al doctor Aguirre, por ejemplo?
GONZALO AGUIRRE:
Recuerdos imborrables de todo el proceso que inesperadamente se
desencadenó, porque lo cierto es que los partidos políticos,
los que se nos permitía funcionar, estábamos un poco
desorientados después de la ruptura inevitable de las conversaciones
del Parque Hotel, del invierno de aquel año 1983. Los militares
prácticamente planteaban otra vez lo que el pueblo había
rechazado en el plebiscito de 1980. Entonces tuvimos que levantarnos
y decir que eso no iba más. Había señales de
dureza, era como un ir y venir, una cosa en zigzag en la conducción
militar; de repente aflojaban un poco y de repente se llevaban preso
a algún dirigente y cerraban un semanario. No veíamos
muy bien cómo íbamos a salir hasta que un día
de esa primavera, en la casa del profesor Juan Pivel Devoto, donde
nos solíamos reunir, un domingo, si no me falla la memoria,
estábamos Carlos Julio Pereyra, Fernando Oliú, Pivel,
Julio María Sanguinetti, Enrique Tarigo, Jorge Batlle y yo.
Creo que fue a Batlle a quien se le ocurrió hacer un gran
acto cuando fuera aproximadamente en la fecha de las elecciones
el año siguiente. Todos dijimos que sí pero creímos
que los militares nos iban a decir que no. Y realmente fue una sorpresa.
Yo no sé si creyeron que el acto iba a fracasar. Un día
habría que preguntarles a los militares por qué lo
permitieron. Se hicieron un gol en contra como el del jugador de
Brasil el otro día.
EC - Habían
existido algunas señales de flexibilización, por ejemplo
se había permitido por primera vez un
acto del Día de los Trabajadores, ese mismo año, el
1º de mayo, junto al Palacio Legislativo. Esa concentración
fue convocada por una organización que nacía en ese
momento: el Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT).
GA - Fue antes
de las conversaciones del Parque Hotel; después las cosas
se endurecieron porque ellos creyeron que los partidos íbamos
a ir -como se dice vulgarmente- a entregar el rosquete.
DA - Aquel acto
del 1º de Mayo fue enorme
GA - Fue enorme.
DA -
Una
acotación: no en balde se eligió el último
domingo de noviembre.
GA - Eso fue
motivo de una discusión muy dura en la casa del doctor Vicente
Chiarino
DA - Exacto.
GA
-
entre Fernando Oliú, mi inolvidable amigo, y el señor
Humberto Ciganda. Oliú quería que fuera el 30 de noviembre,
que naturalmente era la fecha del plebiscito del 80, pero también
eran los 25 años de la victoria del Partido Nacional (PN)
y no caía en domingo. No parecía muy adecuado. Al
final se impuso la tesis de que fuera el último domingo para
hacer el simbolismo o el paralelo con el próximo último
domingo de noviembre en que se tenían que celebrar -y se
celebraron- las elecciones.
EC - Recordemos
algún dato más del contexto. Un año antes habían
tenido lugar las elecciones internas de los partidos políticos
habilitados, que eran el Partido Colorado (PC), el PN y la Unión
Cívica (UC).
GA - Para decir
toda la historia como fue: consecuencia de la ley de partidos políticos;
y para hacer justicia entre todas las luces y sombras de una trayectoria:
el general Abdón Raymúndez fue quien empecinadamente,
presionando dentro del estamento militar y con la posición
contraria del presidente de facto, Gregorio Álvarez, logró
sacar adelante esa ley que condujo a las elecciones internas y al
funcionamiento, por lo menos, del PC, el PN y la UC.
EC - En este
año 83 que estamos considerando permanecían proscriptos
el Frente Amplio (FA) y sus partidos integrantes, y permanecía
proscripta una cantidad muy grande de dirigentes.
GA - Casi todos
los proscriptos estuvieron en el estrado.
DA
- Claro, salvo los que estaban presos o exiliados.
EC - Unos días
antes del acto se había desproscripto una lista corta de
25 personas, entre ellas, por ejemplo, Carlos Julio Pereyra. En
esas condiciones se produce la convocatoria a este acto. Aquí
tengo el volante que se distribuía, que dice: "Ahora
al obelisco, por libertad, democracia, trabajo, todos juntos. Domingo
27, 17 y 30 horas. Partidos políticos uruguayos". Convocaban
todos. Ese detalle no era menor.
GUILLERMO CHIFFLET:
Exactamente.
Dos breves recuerdos: el 1º de mayo de 1983, que fue realmente
muy importante, fue un río también
DA - Tremendo.
|
Enrique
Tarigo, Jose Pedro Cardoso y Carlos Julio Pereira, en un momento
del acto. (Foto tomada del Semanario Aquí)
|
GCh -
desde
todos lados. A ambos actos, el del 1º de Mayo y al estrado
del Obelisco, fui acompañando al compañero José
Pedro Cardoso, designado por el Partido Socialista, que desde luego
estaba en la ilegalidad hasta ese momento.
Me parecen muy
destacables muchos de los conceptos que he releído y escuchado
estos días. Entre otras cosas, el pueblo recuperaba o planteaba
su papel protagónico y esto se hacía en un tono sereno
pero desafiante, muy claro, diciendo que se había "agotado
y agostado" el período militar.
GA - Palabras
del doctor Tarigo, las redactó él.
GCh - Muy interesante;
yo sabía que la redacción había sido suya con
intercalados.
GA - Después
le voy a contar cómo fue eso.
GCh - Yo tenía
esa información a partir de los informes que hacía
en nuestras reuniones el compañero José Pedro Cardoso.
Creo que eso y algunas frase que se me grabaron y que subrayé
estos días, parecían escritas para Candeau, porque
la voz realmente era de algún gran actor, de estos capaces
de decir una tragedia clásica de la mejor manera, por ejemplo
el concepto de que Prometeo fue grande cuando le dijo "no"
a los dioses con pies de barro. Hubo otra frase diciendo que el
país necesitaba y llegaría con seguridad a tener libertades,
democracia y una prédica libre que ningún Torquemada
pudiera clausurar por decir su verdad. Esta frase me parece importantísima
para ese estilo de Candeau. Sé que no fueron escritas así,
porque sin ninguna duda cuando se escribió el texto no se
sabía quién lo iba a decir. Quizás el doctor
Gonzalo Aguirre pueda decirnos ahora cómo se designó
al orador.
EC - Sí,
ese es uno de los puntos interesantes para explorar en esta charla:
cómo se redactó la proclama, los entretelones, cómo
se eligió la voz que sería encargada de comunicarla.
Está con nosotros el doctor Aguirre, uno de los autores;
el otro fue el doctor Enrique Tarigo, hoy fallecido. Pero Ope Pasquet
estaba muy cerca de Tarigo en aquellos momentos, ¿no?
OPE
PASQUET:
Sí, cómo no. Sin perjuicio de lo que dijeron quienes
hablaban, en particular Gonzalo, sobre el contexto político
y las precisas marchas y contramarchas que en cada momento se daban,
lo precario de todo aquello en aquel momento, el recuerdo que me
viene a la memoria cuando pienso en aquel acto es aquella gran emoción
compartida que sentimos todos los que fuimos, en aquel día
de sol. Más allá de los problemas que había
antes y de los que iba a haber después -obviamente pensábamos
que no iba a ser fácil-, aquella tarde todos teníamos
la confianza de que el reencuentro con la democracia estaba ahí,
fuimos con la convicción de que así era. Tengo presente
la marcha hacia el lugar del acto, yo iba caminando con un grupo
de amigos por bulevar Artigas y el sol, la vibración de aquella
jornada
era todo sonrisas, todo alegría, todo confianza.
La dictadura ahí había muerto en el corazón
de cada uno de nosotros, sabíamos que ese tiempo había
pasado, que había que buscarle la vuelta, sería antes
o después, por un lado o por el otro, pero que al final la
democracia se iba a restablecer en el país. Recuerdo aquella
jornada como de emoción profunda y de confianza en el triunfo
democrático.
EC - Cuando
con esa marcha ustedes llegaron al Obelisco los recibió una
música que estaba propalándose por los parlantes.
Una canción que fue de alguna manera la cortina musical.
DA - Libertad,
libertad.
OP - La recuerdo
y me erizo todavía.
Escuche la
canción "Libertad sin ira", del grupo español
Jarcha
EC - Cuántas
veces se pasó aquella tarde esta canción no sé,
nadie lo sabe. "Libertad sin ira", ese es el título,
del grupo español Jarcha.
DA - Una versión
que además había utilizado El Galpón para musicalizar
una puesta en escena que se llamaba así: "Libertad,
libertad". Fue una especie de himno de la época, porque
esta versión de Jarcha, un conjunto contestatario español,
obviamente fue también un himno de las fuerzas contra el
franquismo.
Una pequeña
acotación. Creo que la salida del acto fue más festiva
que la llegada, porque nos fuimos con la convicción de que
había salido todo bien.
EC - Exacto.
DA - La llegada
fue muy alegre, pero con una cuota de duda. ¿Saldrá
bien? ¿Habrá gente?
EC - ¿Habrá
incidentes?
DA - ¿Habrá
incidentes
? Pero la salida, después de haber sido todo
tan perfecto, fue impresionante; yo la recuerdo también,
como Ope, llegada y despedida impresionantes. Me quedo con la despedida.
OP - Yo tenía
cierta inconciencia juvenil quizás en aquellos años,
pero fui con una fe ciega y salió todo bien.
EC - ¿Cuáles
eran las dudas? Por ejemplo: ¿imaginaban esa multitud que
se terminó concentrando en el Obelisco?
GCh - Conversábamos
con el compañero Cardoso, que paró el auto varias
cuadras antes pensando que iba a haber bastante gente, y él
hacía referencia al plebiscito del 80 diciendo que el pueblo
era capaz de aquello y sin ninguna duda iba a ser capaz de reiterarlo
en una manifestación pública. Luego en el texto del
discurso comprobamos que había un gran sentido de unidad,
se hablaba en nombre de todos los partidos; se llegó a decir
"somos representantes de partidos autorizados y no autorizados,
y no negamos nuestra filiación y nuestras adhesiones"
GA - Candeau
repitió dos veces la palabra "todos".
GCh - Exactamente.
GA - En la misma
frase la repitió.
GCh
- Ahí está, decía "filiación que
ostentamos con legítimo orgullo". Se hablaba en un tono
firme, sereno, pero también siendo claro y desafiante. Al
principio me pareció, cuando vi la cantidad de gente que
había en el estrado, que podía haber algunas diferencias,
porque en el plebiscito del 80 las había habido, había
habido sectores que se pronunciaron categóricamente a favor
de apoyar la reforma propuesta por los militares y sectores en contra.
Sin embargo el discurso planteó las cosas muy claras y el
común denominador de todas las fuerzas, sobre todo, y el
reclamo de protagonismo de la ciudadanía y de afirmación
de las libertades. Con seguridad se manejaba esto.
DA - Y en las
internas del 82 también hubo matices, incluso dentro de nuestra
propia izquierda.
GA - Cómo
no, seguro; sí, sí.
EC - 124 personas
conformaron el estrado que presidió el acto; tengo aquí
prensa de la época con una cantidad de fotografías
muy interesantes.
GA - Presumíamos
que iba a haber una multitud enorme, desde que los partidos tradicionales
y la UC definimos invitar al FA, y el FA por supuesto aceptó
y mandó a sus delegados
seguro el doctor José
Pedro Cardoso y creo que Juan Pablo Terra
GCh - Exactamente.
GA -
no
teníamos duda de que iba a ir todo el mundo y de que iba
a ir todo el mundo. Yo redacté "y el pueblo ha dicho
presente, como lo testimonia esta multitud inmensa y pacífica,
jubilosa y esperanzada", y así fue la multitud.
EC - Eso estaba
redactado de antes.
GA - Estaba
redactado antes.
DA - Lo que
no obsta que superara todas nuestras expectativas.
GA - Superó
las previsiones.
DA - Para mí
superó totalmente las expectativas; yo esperaba una multitud,
pero aquello fue
GA - Ya se sabía
desde el mediodía que se estaba llenando de gente.
DA - Sí
EC - ¿Temían
la posibilidad de incidentes? ¿Se sabía qué
actitud iba a tener la Policía, qué iba a pasar con
las fuerzas de seguridad?
GA - El acto
estaba autorizado y había una multitud, la represión
hubiera sido una catástrofe. En ningún momento pensamos
que podía haber represión.
EC - No existía
ese riesgo en el horizonte
|
Alberto
Zumarán, Chifflet, Manuel Flores Silva y, abajo, Alembert
Vaz y Ariel Díaz
|
GCh - Dos detalles:
en alguna manifestación posterior se temió que pudiera
haber incidentes. Hubo manifestaciones que siguieron por 18 de Julio
después con miles de personas. Y a propósito, se habla
de 400, 450.000, nunca se determinó exactamente el número,
fue enorme.
DA - Pero debe
haber sido el acto político más grande de la historia
de Uruguay.
GCh - Exactamente.
Pero hubo también actos en Salto y en Paysandú.
GA - En Paysandú,
donde habló Jorge Larrañaga.
GCh - Exactamente,
creo que con 6.000 personas se dice en la prensa en Paysandú;
y así en otros departamentos. Esto fue realmente impactante
en todo el país.
Escuche parte
de los cánticos de aquella tarde. Se va a acabar, se va a
acabar...
***
EC
- Seguimos en esta Tertulia especial, recordando los 20 años
del obelisco que se están cumpliendo hoy.
(Grabación:)
"ALBERTO
CANDEAU:
... El gobierno de facto al que la República fuera sometida
hace más de diez años, se halla hoy agotado y agostado.
No responde a ningún sector de la ciudadanía y constituye
un elemento artificial, incrustado por la fuerza en la vida colectiva.
Su aislamiento en el seno de la sociedad uruguaya es total, como
lo es también su aislamiento internacional ante el conjunto
de las naciones democráticas del mundo"
(Fin de la
grabación)
***
EC - Escuchamos
a Alberto Candeau leyendo la proclama; esa proclama que redactaron
Tarigo y Aguirre. No podemos desaprovechar la oportunidad de tener
al doctor Aguirre aquí.
GA - Eso se
resolvió el domingo anterior al acto en una reunión
nocturna en los altos de la casa del profesor Pivel Devoto, que
era un poco nuestro cuartel central. Allí estábamos
todos y Pivel me había dicho unos días antes: "Usted
redacte", porque el que redacte decide o resuelve. Había
que llevar un texto. Tarigo por su lado había hecho otro,
cosa que ignorábamos, entonces cuando se dijo cuál
iba a ser el texto de la proclama Tarigo dijo que él había
preparado un proyecto sujeto a revisión y lo leyó.
Estaba muy bien, el doctor Tarigo redactaba muy bien. Yo no quise
decir nada porque parecía que iba a hacerle competencia;
cuando Pivel dijo: "No, pero también el doctor Aguirre,
a mi pedido, redactó otro texto". Yo lo leí y
cuando terminé -esto sin falsa modestia-, el doctor José
Pedro Cardoso dijo: "Sólo faltaron los aplausos".
¿Qué ocurrió? El doctor Tarigo dijo: "Sí,
la verdad es que tiene más tono de proclama, es más
enfático, convoca más a la emoción". Yo
le dije: "Lo que pasa que en su texto hay conceptos que faltan
en el mío, que están muy bien -cosa que era muy cierta-;
¿por qué no los ensamblamos?". Entonces se dijo
que al día siguiente nos reuniéramos; pero él
tuvo que viajar con el doctor Sanguinetti a Buenos Aires, no sé
por qué razón. Como se venía el momento yo
los ensamblé por mi cuenta, entonces la propuesta tiene trece
párrafos que redacté yo y cinco redactados por el
doctor Tarigo. Cuando quedó el documento único, Pivel
Devoto, con aquella agudeza que tenía, dijo: "No se
le notaron los puntos de sutura". No se nota que hayan intervenido
dos plumas distintas.
|
Parte
del manuscrito de Aguirre. Haciendo click sobre el gráfico,
vea la reproducción completa de este documento histórico.
(Se trata de un gráfico que puede demorar en visualizarse)..
|
EC - Les cuento
a los oyentes que el doctor Aguirre tiene aquí, sobre una
carpeta en la mesa, el
original del texto escrito a mano.
GA - De mi puño
y letra; yo siempre escribo a mano, soy de la era de la estilográfica
o de la birome, como quieran. Están a máquina los
párrafos que se intercalaron, redactados por el doctor Tarigo.
EC - Nos va
a dejar copiar todo eso
GA - Sí,
sí, por supuesto; además algún día los
tengo que mandar, antes de que se pierdan, al Museo Histórico
Nacional.
Les voy a explicar
por qué lo leyó Alberto Candeau. Se había formado
una comisión donde intervenían representantes de los
partidos políticos y del PIT-CNT, Asceep, FEUU, todo el mundo,
para la parte operativa, es decir dónde se iba a sentar la
gente, cómo se iba a ordenar -yo por ejemplo estuve en la
primera fila entre Jorge Batlle y Rodríguez Camusso- y una
cantidad de detalles más. Entre esos detalles estaba quién
iba a leer la proclama. Se había discutido, se había
dicho: "algún político no porque vienen los celos,
porque es del partido tal"
Una de las razones por las
cuales se leyó una proclama es que si no habría una
competencia de discursos. Además no se tendría control
de que a cada uno no se le escapara en la emoción o en el
empuje del momento y dijera más cosas de las que se debía
o algunas que no se compartieran. Entonces, Pivel Devoto le dijo
al doctor Clavijo, que era uno de los representantes del PN, que
propusiera a Alberto Candeau, cosa que fue aceptada sin el menor
inconveniente... Diría yo: con entusiasmo y aplauso. Y efectivamente
la elección no pudo ser mejor.
GCh - No obstante
lo cual después hubo hasta amenazas contra Candeau y manifestaciones
en el Consejo de Estado respecto del acto y el discurso.
***
EC - Continuamos
con esta Tertulia especial
Habían quedado algunos apuntes
colgados de la primera parte de esta charla.
GCh - Brevemente.
Yo decía hoy que cuando iba hacia el acto con José
Pedro Cardoso, él me decía con mucho optimismo: "Este
pueblo es capaz de una hazaña como la del 80". Y efectivamente,
se concretó eso. Pero hubo, conviene reconocerlo y es importante
dejar constancia de ello, respuestas al acto; y no respuestas populares,
sino en algunos ámbitos. Desde luego en el Poder Ejecutivo,
en el ambiente militar, pero también en el Consejo de Estado.
Yo ayer releía en el diario El Día una crónica
en la que se dice, por ejemplo: "El consejero tal -un coronel
fallecido actualmente- dijo que no concurrió porque no deseaba
abrazarse con los totalitarismos", por eso no había
concurrido al acto; "el consejero Daniel Barreiro discrepó,
además, con el contenido de la proclama y con el acto; y
el doctor Millor se manifestó -dice El Día- en términos
similares". Hubo un consejero, el doctor Praderi, que propuso
que lo dicho en sala se publicase con avisos pagos en la prensa.
Se deliberó en torno a eso y se decidió que no se
publicaba. Pero existió esta repercusión, es decir
que había una polarización y un deseo de responder,
de contestar a algo que había sido muy importante y de gran
impacto popular.
EC - Sí;
hubo otras repercusiones y otras respuestas, por ejemplo ésta:
***
(Grabación:)
"GREGORIO
ÁLVAREZ:
Un palco de autoridades políticas como vidriera irrespetuosa
de los cambalaches. Si uno de los postulados del acto fue la defensa
de la democracia, no se puede entender que en el estrado hayan estado
presentes quienes por su ideología han sido y son sus más
recalcitrantes enemigos. Es incomprensible que se trate de reivindicar
desde el estrado y en la proclama a los dirigentes marxistas que
accionaron como grupo subversivo, infiltraron los centros de enseñanza,
subvirtieron todas las formas de la actividad nacional e intimidaron
a la población por la violencia y el miedo.
En cuanto
a la proclama, es en su contenido mentirosa e insultante. Cabe preguntar,
y así lo hacemos, a los dirigentes de los partidos políticos:
cuando se habla de construcción nacional, ¿estamos
asistiendo a la creación de un frente amplísimo en
donde veríamos mancomunados a quienes dicen defender la democracia
con quienes pretenden destruirla desde siempre
?"
(Fin de la
grabación)
Escuche parte
del discurso de Gregorio Álvarez
***
EC - Es la voz
del general Gregorio Álvarez.
DA - Yo propongo
un desagravio a Enrique Santos Discépolo.
EC
- Claro, porque lo más recordado desde siempre de aquella
cadena de radio y televisión en la que hizo este discurso
el entonces presidente, dictador, Gregorio Álvarez, fue esa
frase en la que compara el estrado del acto con un cambalache.
DA - Una noción
típicamente totalitaria, ¿no? Típicamente autoritaria...
GA - La concepción
antidemocrática y autoritaria no comprende que los que pensamos
distinto en algunas materias
DA - Exacto
nos podamos poner de acuerdo
GA -
tenemos
un común denominador sobre los principios básicos
y una tolerancia para ejercer la cultura del disenso civilizado
DA - Sí,
sí.
GA -
no
otra cosa es la democracia.
DA - Es la actitud
de exclusión que está en la base del totalitarismo,
del autoritarismo.
GCh - Lo importante
del discurso es que recoge el común denominador, justamente.
Y en el discurso del "Goyo" Álvarez, el dictador
del momento, creo que está la deformación que de alguna
manera se les había impuesto a los militares. Porque vamos
a ser claros: se les fue ganando la conciencia desde la Escuela
de las Américas. Ahora lo dicen los propios integrantes de
la Escuela de las Américas: allí se preparó
a los dictadores de América Latina.
OP - Álvarez
podía decir lo que quisiera en ese momento, era el presidente,
es decir el poder de facto, etcétera; los consejeros de Estado
lo mismo, estaban allí, pero lo que decían no tenía
ninguna vigencia social, no estaban representando a nadie, no había
una corriente de pensamiento en la sociedad uruguaya, no había
un estado de ánimo colectivo de ciertos sectores, lo que
fuera, que se expresara así. Eran reacciones meramente individuales.
Recuerdo de manera patente la vivencia de aquellos años,
todo eso eran como hojas muertas, como ramas secas que están
en el árbol. Uno decía: "Bueno, sí, todavía
están ahí; pero indefectiblemente van a caer y esto
termina, porque no representan a absolutamente nadie".
DA - Exacto.
OP - Por otro
lado, recuerdo también que el clima de aquel acto estaba
bien reflejado en la letra de esa canción tan linda: "libertad,
sin ira libertad". Diríamos con lenguaje de hoy: era
un acto con buena onda, no había un clima de agresividad,
ni de odio, ni recuerdo que se hubiesen coreado consignas o estribillos
agresivos. Buena onda, era gente que se sentía segura de
su destino, segura del reencuentro con la libertad y avanzaba con
paso de triunfador sin agravio para nadie. Estas otras personas,
Álvarez y los consejeros, eran muy lamentables pero pertenecían
a una época que había quedado ya superada en la cabeza
de todos. Esa frase que a veces se dice: "Nada hay más
poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo"; era
así, había llegado el tiempo. Lo otro eran ecos del
pasado.
GCh - En la
misma sesión en la que se critica el discurso y el acto,
etcétera, un consejero propone la Universidad paga.
EC - ¿Cómo
escucharon ustedes el discurso?
|
Julio
María Sanguinetti junto a Juan José Crottoggini.
|
GA - Las personas
que habíamos estado el domingo anterior, cuando se definió
el texto de la proclama, decidimos hacer una evaluación del
acto. Fuimos a la casa de Pivel Devoto, nuevamente en el mismo lugar,
éramos 12 o 14 personas -recuerdo que estaba don Jorge Silveira
Zabala; él lo recordará bien-; empezamos a hablar
y alguien avisó del piso bajo de la casa que estaba en cadena
saliendo el presidente de facto contestando la proclama. Se prendió
un televisor que había allí y nos pusimos todos a
escuchar; se había cerrado la ventana de la habitación
porque hacía bastante fresco. Estaba el doctor Chiarino,
alguien dijo: "Le puede hacer mal al doctor", que ya era
anciano, y se cerró la ventana. En eso escuchamos un batifondo
tremendo, una gritería. "¿Esto qué es?",
nos preguntamos. El doctor Sanguinetti, con esa agilidad mental
que tiene, dijo: "Están caceroleando". Efectivamente,
abrimos la ventana y aquello era
Ahí contestó
el pueblo. No hubo necesidad de contestar nada, el pueblo le dio
la condigna réplica en forma instantánea.
DA - Un par
de apuntes que también resumen el estado que tenía
la sociedad uruguaya y comparto lo que dijo Ope recién. El
gobierno de facto no tenía ningún apoyo en al sociedad,
eran como hojas que estaban cayendo, el otoño y el invierno
se les venían. De esa canción "Libertad sin ira"
es muy conocido el estribillo, pero durante el desarrollo de la
letra, no lo voy a decir con palabras textuales, pero la idea es:
"Dicen los viejos que en este país se necesita mano
dura", canta Jarcha, y responde el conjunto: "Pero yo
sólo he visto gente que quiere vivir tranquila, de su trabajo
y en paz". Que era lo que los uruguayos estaban buscando en
aquel acto.
El segundo apunte
que personalmente me gustaría recordar y compartir con ustedes
es la razón por la que yo estaba en el estrado aquella tarde.
Habíamos fundado un grupo que se llamaba "Núcleo
de Base Liber Seregni". Era el único grupo del FA que
no estaba proscripto, pero no porque hubiera sido desproscripto,
sino porque se fundó después de la ola de las proscripciones.
Naturalmente, seguíamos las orientaciones que Seregni desde
la cárcel nos enviaba. Yo estaba representando a ese grupo.
Habíamos jugado un papel importante en el voto en blanco
del año anterior; fue por eso que llegué al estrado,
a aquella segunda fila. El estrado estaba organizado en tres filas,
a mí me tocó en la segunda, sobre un extremo. Quería
recordar a los Núcleos de Base Liber Seregni, que muchas
veces recibíamos información y uno de los vehículos
importantes era el doctor Hugo Batalla, que era el abogado de Seregni,
una de las personas que lo veían, sino además una
persona muy conocida de esta casa, que en aquella situación
seguía siendo secretario político de Liber Seregni,
que es Óscar Bottinelli.
GA - En la primera
fila del estrado, en los lugares centrales, de un lado se sentó
el doctor Sanguinetti y del otro el profesor Pivel Devoto, en sus
respectivas calidades de secretario del Comité Ejecutivo
del PC y presidente del Directorio del PN; al lado de uno de ellos
-creo que de Pivel Devoto-, estaba sentada la señora de Seregni.
GCh - Esto es
un hecho a recordar que ustedes marcan.
|
Juan
Pablo Terra, Silvia Ferreira y Lilí Lerena de Seregni.
(Foto tomada del Semanario Aquí.) |
EC - Las ausencias
que eran presencias: por un lado la de Seregni que estaba preso
en Cárcel Central y estaba representado por su esposa, Lilí
Lerena, y por otro la de Wilson Ferreira Aldunate, que estaba exiliado
y requerido, y estaba presente a través de su hija, Silvia
Ferreira.
DA - Wilson
estaba llegando porque iría a Buenos Aires a los pocos días
para la asunción de Raúl Ricardo Alfonsín
GA - El 10 de
diciembre de 1983.
GCh - Y la señora
del profesor Massera, también.
EC - Exactamente,
Marta Valentini de Massera también estaba en la primera fila.
GCh - Entre
paréntesis: cuando se hizo la manifestación de ASCEEP,
algunos meses antes, desde luego participaron muchachos de todas
las tendencias -esto no era una cosa partidista tampoco-. Y cuando
se pasó en marcha hacia el Parque Rodó frente a la
casa de Seregni, en Bulevar y Bulevar, la gente masivamente gritaba:
"Seregni, amigo, el pueblo está contigo", y saludaba
la señora Lilí. Fue en setiembre.
***
(Grabación:)
"AC
- Con esta conciencia tranquila es que exigimos la eliminación
inmediata y definitiva de todas las proscripciones que aún
penden sobre los ciudadanos y partidos, sabedores de que la democracia
es incompatible con estas arbitrarias exclusiones de la vida cívica
y de que únicamente la soberanía popular, manifestada
en las urnas, puede disponer la postergación de quienes se
postulan ante ella para el desempeño de los cargos de gobierno".
(Fin de la
grabación)
***
EC
- Doctor Aguirre, usted tenía algo para agregar.
GA - Estaba
mirando que en los últimos párrafos de la proclama,
del texto que yo escribí, hay por dos veces una referencia
a la noche. Habíamos planificado el acto para la noche. Evidentemente
el gobierno de noche no autorizó, debe haber tenido temor
de que hubiera desórdenes, le pareció que controlaba
todo mejor de día, entonces hubo que cambiar. Por ejemplo,
en el último párrafo dice así: "Queridos
compatriotas, gritemos bien alto y todos juntos, para que nuestro
grito rasgue la noche"; entonces lo cambié y puse: "rasgue
el firmamento y resuene de un confín a otro del terruño,
de modo que ningún sordo de ésos que no quieren oír
diga que no lo escuchó. ¡Viva la democracia, viva la
libertad, viva la patria!". Así terminaba la proclama.
La anécdota
es la siguiente; como dije, estaba sentado al lado de Rodríguez
Camusso
EC - Aclaro
a los oyentes: yo les había preguntado si tenían anécdotas
del desarrollo del acto mismo.
GA -
y
estaba prohibido
bah, se había acordado no levantar
emblemas o consignas partidarias. En algún momento vimos
que algunos muchachos del FA levantaban alguna enseña del
Frente, entonces Rodríguez Camusso se sintió obligado
a descender del estrado y llamarles la atención, que eso
no era lo acordado. ¡Para qué! Volvió y me dijo:
"¡Para qué habré bajado, lo que me dijeron!".
No fue precisamente respetuoso. Eran unos muchachos que no sabían
quién era don Pancho Rodríguez Camusso y habrán
dicho "¡¿qué viene este señor aquí
a decirnos que no hagamos esto?!"
EC - Efectivamente
terminó habiendo algunas enseñas partidarias, pese
a que la convocatoria era a concurrir con símbolos patrios.
DA - Sí,
lo que pasa es que
En defensa de los frenteamplistas digo
que los frenteamplistas estaban aquella tarde con un hambre de exteriorizar
su presencia
GA - Danilo:
no lo dije como crítica, es una anécdota.
DA - No, no,
por supuesto; no lo tomé así, no lo tomé como
crítica ni mucho menos. Explico que había realmente
un deseo de exteriorizar la presencia del FA, que obviamente estaba
cercenada por todas partes.
EC - El hecho
de que el acto haya sido finalmente de tarde, a las cinco y media,
permitió entre otras cosas que quedaran para la historia
fotos espectaculares.
DA - Hay que
recordar la de Pepe Plá.
EC
- Sobre todo una, la de Pepe Plá, "Un río de
libertad", que fue la que quizás más difusión
tuvo en el mundo.
GA - Se ve la
gente en la avenida central, pero la que había debajo de
los árboles ni se sabe.
DA - Es una
de las fotos del siglo.
EC - Claro,
tiene el problema de que no se ve toda la gente que estaba debajo
de los árboles, ¿no?
DA - Tomada
desde un edificio posterior al estrado.
***
EC - El propio
fotógrafo nos contó 20 años después
la historia de aquella toma:
""PEPE
PLA:
Cuando dijeron que iba a haber un acto en ese lugar, desde la semana
anterior todos los fotógrafos de todos los diarios y de las
agencias que había empezamos a ver los posibles lugares desde
donde podía tomarse una buena foto. Porque, además,
habían elegido hacerlo hacia el peor lugar; si lo hubieran
hecho hacia 18 de Julio, no había ningún problema
para tomar la foto. Y se llegó a la conclusión de
que el mejor lugar era la azotea del edificio en cuya planta baja
había una florería y ahora hay un club de video, justito
en la esquina de 18 y Bulevar.
"Pero fueron como 40 fotógrafos que visitaron el
lugar. Y entonces, un par de días antes, la asamblea de copropietarios
del edificio dijo que no entraba nadie. Y si entraba alguien, tenía
que pagar. No me acuerdo cuánta plata era.
"Dio la casualidad de que en mi familia conocían
a los dueños del «pent house», que por unos problemas
familiares en ese momento estaba desocupado. Pero yo conseguí
hablar con la señora de la casa, y me dijo que sí,
que no había ningún problema, que ella iba a estar
y me iba a recibir.
"Pasó que cuando ella llegó, se dio cuenta
de que a su apartamento desocupado el portero le había abierto
a la Policía para que tomara fotos desde arriba. Y entonces
había ya toda una cantidad de policías de particular,
con cámaras fotográficas, teleobjetivos largos, y
algún jerarca muy importante... Uno de ellos era el jefe
de Policía, que estaba ahí arriba mirando el acto.
La señora ésta en planta baja me hizo sacar cualquier
acreditación. Entonces entré al «pent house»
como invitado.
"El autor del título es Antonio Dabezies, el actual
director de la revista Guambia, que en aquel tiempo diagramaba el
semanario Aquí, y era un poco el que elegía todos
los títulos de tapa y de contratapa. Y es muy importante
lo del título, porque es el momento en que salió la
foto y el título que tenía que le dio valor a esa
foto. Si tú llevás esa foto a un concurso en cualquier
lugar, no dice nada. O sea: les dice mucho a los uruguayos por todo
lo que iba cargado en esa foto de expectativas y de festejo por
lo que se había logrado, la cantidad de gente que había
ido y todo eso.
"Ningún otro fotógrafo tuvo acceso a ese
«pent house», salvo los de la Policía. En la
Jefatura debe de haber un «Río de libertad» igual
al mío sacado por ellos".
***
EC
- La repercusión del acto fue enorme; ya hablábamos
de algunas de las respuestas que tuvo en nuestro país, por
ejemplo desde el gobierno, pero habría que agregar todo lo
que se informó y se analizó en el exterior sobre semejante
concentración. Mi pregunta es: ¿para qué sirvió
el acto del obelisco? ¿Qué pasó a raíz
del acto del obelisco?
GCh - Yo dije
algo al principio: la proclama recogió un denominador común,
pero era algo muy sentido por nuestra gente. Yo no sé si
a raíz de la mesa redonda de hoy quedó claro los horrores
que se habían vivido.
GA - Por supuesto.
|
Vicente
Chiarino saluda a Jorge Batlle. Entre ellos, Jorge Sapelli
y Amílcar Vasconcellos.
|
GCh - Eran realmente
crímenes, persecuciones, allanamientos, arbitrariedades,
desapariciones, muertes, etcétera. Y todo eso desembocó
en este río de libertad y en un ambiente de alegría,
de optimismo. ¿Por qué? Porque a la gente se le consiguió
trasmitir la seguridad de que esto era el principio del fin, de
que la dictadura tenía que terminar. Es verdad: a la dictadura
llegamos por un proceso, y de la dictadura salimos también
en un proceso, no hay pasos mágicos, pero la gente salió
con la convicción de que habría desproscripciones,
de que era absolutamente necesario, que no podía haber democracia
sin pluralismo, que todos aquellos odios que se habían trazado
desde el poder contra los ciudadanos, que Wilson iba a ser desproscripto,
que tenía necesariamente que volver al país la gente
que se había ido en el exilio, en la diáspora política,
etcétera. Creo que esto fue lo que definió el acto,
y nos define hoy históricamente, así como nos sentimos
unidos en el Éxodo, para citar un antecedente, los uruguayos
nos sentimos unidos en esto, como se dijo en la proclama.
EC - Ope, tú
que estabas empezando a desarrollar tu militancia política,
contabas que llegaste al acto cargado de alegría y de entusiasmo.
¿Cómo viste lo que vino después?
GA - Teníamos
la sensación clarísima, fortísima, de que el
destino final estaba resuelto. Es como en esas situaciones que plantean
los problemas de ajedrez, me gusta el ajedrez y veo los problemas
que plantea Lincoln Maiztegui a veces en El Observador, sale el
diagrama y dice: "Juegan las blancas y ganan"; uno sabe
que al final gana la blanca, el asunto es
¿puede usted
encontrar el camino? Allí la cuestión era: está
bien, Uruguay va hacia la democracia; ¿cómo llega,
cómo se va a armar esto, cómo se va a hacer la salida?
Ésa era la tarea pendiente y la que se desarrolló
en el año 84. Por supuesto, después surgieron las
diferencias entre los partidos, que conocemos, pero el resultado
final se logró y ganó la democracia.
GA - Porque
los militares también jugaban, también ponían
obstáculos.
DA - El año
83 fue un año bisagra y este acto también. Culmina
un proceso cuyos dos antecedentes fueron: el acto del 1º de
Mayo del 83, en torno al Palacio Legislativo, cambiando un poco
la ubicación de los últimos que se habían hecho
GCh - Con soldados
con ametralladoras en el techo del Palacio.
DA - Exactamente;
un acto multitudinario, grande, muy grande, también una tarde
espectacular aquel 1º de mayo; siguió con la movilización
estudiantil de setiembre, un gran acto en el Parque Franzini, en
la cancha de Defensor -ahí también estuve en el estrado
pero como decano, perdón, como ex y futuro decano, porque
después volví a serlo-, y esta es la culminación.
Es el acto político más grande de la historia de Uruguay.
Al mismo tiempo -y subrayo las palabras de Ope de hoy- es el comienzo
de la recta final de derrota de la dictadura. Así que me
parece que esa es la gran consecuencia: abre el tramo final de apertura.
GA
- Yo no voy a hacer consideraciones porque sería reiterativo
de lo que se acaba de decir sobre las consecuencias del acto, pero
quiero decir algo sobre lo que expresó Chifflet, porque creo
que para la gente joven que o por serlo no tenía conciencia,
eran niños o adolescentes, o por no ser nacida; sobre lo
que era la dictadura. Cuando vino aquel embajador americano Toddman
en el año 77, Enrique Beltrán, que fue uno de los
delegados por el PN, uno de los cuatro, le dijo: "Mire, ¿quiere
definir esto? Esto no es una simple dictadura, esto es un régimen
totalitario". ¿Por qué era totalitario? Porque
aparte de los crímenes, las desapariciones, las torturas,
que eran lo más espantoso, pero que naturalmente no se practicaban
a nivel masivo sino contra determinadas personas, existía
un régimen de intimidación y de falta de libertad
absoluta, general y de arbitrariedad a todos los niveles. Los ciudadanos
estábamos clasificados en categorías A, B y C; al
que tenía el C lo echaban, por el acto 7 dejaba de ser funcionario
público. Los jueces por el acto 8 podían ser echados
y muchos lo fueron. Para formar la directiva de un club de bochas
o de básquetbol había que presentar en la calle Maldonado
y Paraguay una nota y entonces se sacaba la lupa para ver a todos
los dirigentes.
DA - Y los cumpleaños,
que estaban limitados.
GA - Una vez
quisieron objetar a Pivel Devoto porque había viajado a Cuba
en el año 63. Dijo: "Sí, viajé porque
como ministro fui a un congreso en Caracas de ministros de Educación
y como la embajada se cerraba fui ahí a liquidar todas las
cuentas en representación del gobierno de mi país",
le dijo enojado, con toda razón. Lo cuento como anécdota
porque era increíble.
DA - ¡Estaban
limitadas las reuniones familiares!
GA - Sí,
hasta en reuniones familiares se ponían
Un baile de
15 años, ¡cuidado!
DA - "Hasta
tantas personas", sí, sí
GA - Mucha gente
no lo vivió. Y la justicia militar, la Corte de Injusticia
de la época, que me suspendió el título porque
me había procesado la justicia militar, lo que hoy puedo
contar como un honor, por supuesto.
EC - A todos
quienes estuvimos en aquel acto sigue estremeciéndonos hoy
este final de la proclama leída por Alberto Candeau:
***
(Grabación:)
"AC
- ¡COMPATRIOTAS!: proclamemos bien alto y todos juntos, para
que nuestro grito rasgue el firmamento y resuene de un confín
a otro del terruño, de modo que ningún sordo de esos
que no quiere oír diga que no lo escuchó: ¡VIVA
LA PATRIA! ¡VIVA LA LIBERTAD! ¡VIVA LA REPUBLICA! ¡VIVA
LA DEMOCRACIA!"
(Fin de la
grabación)
***
EC - El doctor
Aguirre comentaba que hubo algunos cambios sobre la marcha.
GA - "Viva
la república" lo incluyó él, y alteró
el orden en que yo lo había escrito, puso primero la patria,
como corresponde.
Nota relacionada:
Especial
realizado al cumplirse los 15 años del acto
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Transcripción:
María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
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