Plaza
Zabala
La Plaza Zabala ocupa el predio de la antigua casa de gobierno,
que se incendió en 1829. El espíritu "Belle
Epoque" que invade a la sociedad montevideana a fines
del siglo XIX pone su foco en las ciudades-jardín europeas.
En 1889, se encarga la construcción de la plaza al
paisajista francés Edouard André.
La caminería ondulante, bordenado los amplios canteros
de césped con macizos de flores y variadas especies
de árboles, se complementa con el equipamiento en estilo
gótico. Varias plazas montevideanas contaron en su
tiempo con verjas a la usanza francesa o inglesa, pero sólo
la Zabala las conserva hasta hoy.
Pensada desde su creación como un "pulmón
verde" para la ciudad, mantiene hasta hoy ese ambiente
de remanso, rodeado por importantes edificios como el Palacio
Taranco o la casa de Sáenz de Zumarán.
Fue reconocida como Monumento Histórico Nacional en
el año 1975.
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