"Yo me ayudé..."
DIEGO BARNABÉ:
"Schiaffino empató el clásico frente a Brasil,
que luego Ghiggia desniveló para Uruguay. Historia conocida.
Con su clase hizo enmudecer a las casi 200.000 personas que estaban
en el Maracaná.
El mismo Pepe declaró muchas veces: "Dios no quiso
que gane Brasil. Esa selección nos metía tres y cuatro
goles en los partidos amistosos". Ese grandioso jugador y humilde
y sincero declarante, brilló en su selección en ese
mundial y en el de 1954, en Suiza. Brindó cátedra
12 años en Peñarol, jugó entre el 54 y el 59
en el Milan de Italia, en el 60 en la Roma y hasta se dio el lujo
de integrar en cuatro partidos la selección italiana.
Dicen que el Pepe andaba caído porque no logró superar
la muerte de su esposa y, tal vez, la tristeza le hizo decir adiós.
Hasta a los héroes... les pasa", escribió Julio
Marini en Clarín.
Juan Alberto Schiaffino uno de los grandes jugadores que ha dado
el fútbol uruguayo en toda su historia, campeón mundial
en 1950, falleció ayer a los 77 años y después
de una larga enfermedad.
El Senado de la República le rindió homenaje. Varios
legisladores se sorprendieron con la noticia cuando el senador blanco,
Jorge Larrañaga, pidió al cuerpo un alto en la consideración
del orden del día, para exponer unas palabras de reconocimiento
a su trayectoria.
Quería compartir con ustedes parte de la historia que uno
puede atesorar en un archivo personal. En este caso un encuentro
con "Pepe" Schiaffino hace ya más de 12 años.
Me encontré con él en un atardecer de verano a comienzos
de marzo de 1990 en la rambla de Piriápolis. En ese lugar
él pasaba más de la mitad del año. Había
viajado a Italia recientemente para facilitar contactos a la delegación
uruguaya que iba a participar del mundial que ese año se
disputaría en ese país. Habían pasado 40 años
del Maracanzo.
Era muy respetado en Italia. A tal punto que por aquel entonces
lo consultaban frecuentemente sobre la calidad de los jugadores
uruguayos. Fue así que Schiaffino apuntaló los pases
de Rúben Sosa y Nelson Gutiérrez, que después
abrieron las puertas a una cantidad de gente. Mantenía relaciones
con muchos viejos amigos italianos como Maldini padre, que fuera
entrenador de la selección italiana, Giussepe Trapatoni,
ex entrenador del Inter, y Gianni Rivera que llegó a ser
diputado.
La noticia de este fallecimiento produjo impacto en "La Bota".
El público del Estado del Milan dedicó ayer un emocionado
y último aplauso al conocer la noticia cuando, minutos antes
de iniciarse el partido Milan - Deportivo La Coruña por la
Liga de Campeones, los altavoces anunciaron la muerte del futbolista.
En ese momento, los cerca de 40.000 espectadores irrumpieron en
un espontáneo aplauso a la vez que los jugadores salieron
al campo con un brazalete negro en señal de luto.
Vamos a aquel encuentro con Schiaffino, hace 12 años.
***
DB - ¿Qué ha significado Italia en ese pasaje que
usted tuvo? Más allá del futbol y de todas las amistades,
¿es un país que lo estremece?
JUAN ALBERTO SCHIAFFINO:
Es realmente así. Siento emoción cuando piso tierra
italiana porque he sido recibido de la mejor manera posible y eso
no se olvida. El recuerdo que tengo de Italia es imborrable. Cuando
retorno y empieza a mirar las casas y la gente que todavía
me recuerda, siento una emoción muy linda.
***
DB - "Un maestro del fútbol". "El más
fuerte entre los fuertes y un grande", dijo ayer en Italia
Cesare Maldini entre otros grandes del calcio.
Hablando de otras cosas con Pepe Schiaffino, aparecía lo
que sigue:
***
DB - ¿Qué le dio el fútbol que no le hubiera
dado otra profesión?
JAS - Yo no tenía profesión. Trabajaba en un lado
y en otro. Fui panadero y después entré en una fábrica
de aluminio. Después me decidí por el fútbol
porque me llamaron de Peñarol.
DB - Y no se arrepiente.
JAS - No. Tuve suerte. El destino era ese. Para cada persona parece
estar señalado. Uno ayuda, por las condiciones que pueda
tener. Yo tuve suerte de estar en un club grande como Peñarol
y después en el Milan, eso fue favorable. Ir a una institución
grande siempre es más conveniente. Además, económicamente
me fue bien. Después me ayudé para colaborar en mi
profesión y en las demás cosas. No es fácil
la tarea del jugador de fútbol.
DB - Peñarol es un club que sigue queriendo muy especialmente.
JAS - Indudablemente. Yo le dio a Peñarol pero Peñarol
me dio muchísimo.
***
DB - "Y yo me ayudé después"... Qué
humildad la de Schiaffino para decir lo que hizo en el fútbol.
Finalmente le preguntamos algo que para cualquier figura de la talla
suya y de época que vivió, es ineludible. "¿Ya
no se ven jugadores como usted o sí?", le pregunté
hace 12 años.
***
JAS - En cierto modo si y no. Yo diría que el fútbol
fue cambiando y al hacerlo, a veces se empeora o se queda. Uruguay
es un país chico, con poca población y eso dificulta.
Además, el mundo futbolístico ha ido avanzando. Ya
no es más 1950, han pasado 40 años. El fútbol
cambia y otras cosas también. El país tiene que estar
al día, es como la ropa o las comidas. Hay una serie de dificultades
que se han presentado en el fútbol. Los países que
antes estaban muy por debajo de nosotros hoy en día, por
motivos muy largos de explicar, se han puesto a la cabeza del fútbol.
Nuestro país no ha avanzado mucho por la pequeña población
y la tecnificación de los otros. Ellos han adquirido jugadores
sudamericanos, han mejorado su técnica. Hasta los coreanos
juegan bastante bien y los africanos.
DB - Ahora, ¿se puede decir que en aquella época
se jugaba de una manera más vistosa, se daba más lugar
al espectáculo?
JAS - No. Era otra cosa. Se jugaba más lento, había
más posibilidad de jugar porque no se marcaba tanto. Hoy
en día, la dinámica, la marcación se ha acentuado.
Al no dejar jugar al adversario, usted no me deja jugar a mí
y yo tampoco a usted. Hay una lucha permanente en mitad de cancha.
Hay tanta preparación física y se corre tanto en el
campo que no se permite desarrollar el fútbol que uno quisiera
ver. Eso se ha acentuado en todos los equipos, se ha hecho una gran
preparación física. Acaba de decir Tabárez
que los españoles no paran nunca, corren todo el tiempo a
un ritmo infernal. Nosotros no estamos acostumbrados a ese tipo
de juego. Somos de otro tipo.
DIEGO BARNABÉ:
"Schiaffino empató el clásico frente a Brasil,
que luego Ghiggia desniveló para Uruguay. Historia conocida.
Con su clase hizo enmudecer a las casi 200.000 personas que estaban
en el Maracaná.
El mismo Pepe declaró muchas veces: "Dios no quiso
que gane Brasil. Esa selección nos metía tres y cuatro
goles en los partidos amistosos". Ese grandioso jugador y humilde
y sincero declarante, brilló en su selección en ese
mundial y en el de 1954, en Suiza. Brindó cátedra
12 años en Peñarol, jugó entre el 54 y el 59
en el Milan de Italia, en el 60 en la Roma y hasta se dio el lujo
de integrar en cuatro partidos la selección italiana.
Dicen que el Pepe andaba caído porque no logró superar
la muerte de su esposa y, tal vez, la tristeza le hizo decir adiós.
Hasta a los héroes... les pasa", escribió Julio
Marini en Clarín.
Juan Alberto Schiaffino uno de los grandes jugadores que ha dado
el fútbol uruguayo en toda su historia, campeón mundial
en 1950, falleció ayer a los 77 años y después
de una larga enfermedad.
El Senado de la República le rindió homenaje. Varios
legisladores se sorprendieron con la noticia cuando el senador blanco,
Jorge Larrañaga, pidió al cuerpo un alto en la consideración
del orden del día, para exponer unas palabras de reconocimiento
a su trayectoria.
Quería compartir con ustedes parte de la historia que uno
puede atesorar en un archivo personal. En este caso un encuentro
con "Pepe" Schiaffino hace ya más de 12 años.
Me encontré con él en un atardecer de verano a comienzos
de marzo de 1990 en la rambla de Piriápolis. En ese lugar
él pasaba más de la mitad del año. Había
viajado a Italia recientemente para facilitar contactos a la delegación
uruguaya que iba a participar del mundial que ese año se
disputaría en ese país. Habían pasado 40 años
del Maracanzo.
Era muy respetado en Italia. A tal punto que por aquel entonces
lo consultaban frecuentemente sobre la calidad de los jugadores
uruguayos. Fue así que Schiaffino apuntaló los pases
de Rúben Sosa y Nelson Gutiérrez, que después
abrieron las puertas a una cantidad de gente. Mantenía relaciones
con muchos viejos amigos italianos como Maldini padre, que fuera
entrenador de la selección italiana, Giussepe Trapatoni,
ex entrenador del Inter, y Gianni Rivera que llegó a ser
diputado.
La noticia de este fallecimiento produjo impacto en "La Bota".
El público del Estado del Milan dedicó ayer un emocionado
y último aplauso al conocer la noticia cuando, minutos antes
de iniciarse el partido Milan - Deportivo La Coruña por la
Liga de Campeones, los altavoces anunciaron la muerte del futbolista.
En ese momento, los cerca de 40.000 espectadores irrumpieron en
un espontáneo aplauso a la vez que los jugadores salieron
al campo con un brazalete negro en señal de luto.
Vamos a aquel encuentro con Schiaffino, hace 12 años.
***
DB - ¿Qué ha significado Italia en ese pasaje que
usted tuvo? Más allá del futbol y de todas las amistades,
¿es un país que lo estremece?
JUAN ALBERTO SCHIAFFINO:
Es realmente así. Siento emoción cuando piso tierra
italiana porque he sido recibido de la mejor manera posible y eso
no se olvida. El recuerdo que tengo de Italia es imborrable. Cuando
retorno y empieza a mirar las casas y la gente que todavía
me recuerda, siento una emoción muy linda.
***
DB - "Un maestro del fútbol". "El más
fuerte entre los fuertes y un grande", dijo ayer en Italia
Cesare Maldini entre otros grandes del calcio.
Hablando de otras cosas con Pepe Schiaffino, aparecía lo
que sigue:
***
DB - ¿Qué le dio el fútbol que no le hubiera
dado otra profesión?
JAS - Yo no tenía profesión. Trabajaba en un lado
y en otro. Fui panadero y después entré en una fábrica
de aluminio. Después me decidí por el fútbol
porque me llamaron de Peñarol.
DB - Y no se arrepiente.
JAS - No. Tuve suerte. El destino era ese. Para cada persona parece
estar señalado. Uno ayuda, por las condiciones que pueda
tener. Yo tuve suerte de estar en un club grande como Peñarol
y después en el Milan, eso fue favorable. Ir a una institución
grande siempre es más conveniente. Además, económicamente
me fue bien. Después me ayudé para colaborar en mi
profesión y en las demás cosas. No es fácil
la tarea del jugador de fútbol.
DB - Peñarol es un club que sigue queriendo muy especialmente.
JAS - Indudablemente. Yo le dio a Peñarol pero Peñarol
me dio muchísimo.
***
DB - "Y yo me ayudé después"... Qué
humildad la de Schiaffino para decir lo que hizo en el fútbol.
Finalmente le preguntamos algo que para cualquier figura de la talla
suya y de época que vivió, es ineludible. "¿Ya
no se ven jugadores como usted o sí?", le pregunté
hace 12 años.
***
JAS - En cierto modo si y no. Yo diría que el fútbol
fue cambiando y al hacerlo, a veces se empeora o se queda. Uruguay
es un país chico, con poca población y eso dificulta.
Además, el mundo futbolístico ha ido avanzando. Ya
no es más 1950, han pasado 40 años. El fútbol
cambia y otras cosas también. El país tiene que estar
al día, es como la ropa o las comidas. Hay una serie de dificultades
que se han presentado en el fútbol. Los países que
antes estaban muy por debajo de nosotros hoy en día, por
motivos muy largos de explicar, se han puesto a la cabeza del fútbol.
Nuestro país no ha avanzado mucho por la pequeña población
y la tecnificación de los otros. Ellos han adquirido jugadores
sudamericanos, han mejorado su técnica. Hasta los coreanos
juegan bastante bien y los africanos.
DB - Ahora, ¿se puede decir que en aquella época
se jugaba de una manera más vistosa, se daba más lugar
al espectáculo?
JAS - No. Era otra cosa. Se jugaba más lento, había
más posibilidad de jugar porque no se marcaba tanto. Hoy
en día, la dinámica, la marcación se ha acentuado.
Al no dejar jugar al adversario, usted no me deja jugar a mí
y yo tampoco a usted. Hay una lucha permanente en mitad de cancha.
Hay tanta preparación física y se corre tanto en el
campo que no se permite desarrollar el fútbol que uno quisiera
ver. Eso se ha acentuado en todos los equipos, se ha hecho una gran
preparación física. Acaba de decir Tabárez
que los españoles no paran nunca, corren todo el tiempo a
un ritmo infernal. Nosotros no estamos acostumbrados a ese tipo
de juego. Somos de otro tipo.
Transcripción y edición: Mauricio Erramuspe
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