Poco a poco se va apagando la mecha de Roland Garros, aunque todavía resta la explosion más importante de parte del público, cuando aplaudan al gran ganador de caballeros, en la jornada de este domingo.

Una vez más, el estadio principal Philippe Chatrier no dejó ver una sola de sus butacas desnudas, cuando llegó la hora de la gran final entre las damas. La rubia australiana Stosur venía como favorita de cara al encuentro final, contra la morocha tana y de pelo corto, Schiavone. 

La sangre de la itálica pesó mucho a la hora de plantear el partido y con mucho temperamento y ganas, fue ganándole de a poco al buen tenis de la australiana, que había dejado en el camino a varias de las favoritas para el título.

El tanteador fue sets corridos (6-4 7-6) y tuvo el festejo de la "famiglia" en la tribuna parisina y seguramente en todas las casas de Italia, ya que ésta fue la primera vez que una italiana gana un torneo de Grand Slam. Schiavone se mostró muy sólida no sólo durante todo el partido, sino también a la hora de definir el tie break del segundo set, cuando con un pulso excepcional se encargó de ir a la volea y terminar cuanto antes los puntos, para depender lo menos possible de la suerte y del nerviosismo.

El juego inteligente y cercano a la red de Schiavone fue lo que más confundió a la favorita Stosur, que nunca llegó a encontrar el "timing" necesario, en un tipo de juego muy acostumbrado a los peloteos de fondo y que no veía a una jugadora tan volcada hacia la red, tal vez desde la época de Sabatini y Navratilova.

La emoción de la preclasificada 17 del torneo la desbordaba y se colaba por todos lados aunque ella no quisiera, en esa mezcla de entrega protocolar e improvisadas declaraciones, donde los deportistas son tomados en sus momentos más alegres y espontáneos, y así regalan, ya lejos de las tensiones, su lado más humano.

"¡Es el día más importante de mi vida! Samantha es una jugadora muy potente, pero yo jugué mucho más agresiva", dijo la tenista de Milán tras el triunfo según recogió AFP.

La más veterana

Con éste triunfo, la italiana va a cambiar algunas estadísticas, ya que se convirtió en la jugadora más veterana en ganar un Grand Slam en la era moderna (con 29 anios), además de la primera jugadora desde 1933 en salir campeona estando fuera del top 10 del ranking WTA. También a partir de maniana vencerá un record personal, ya que sera la nueva número 6 del mundo, y con este ranking, se estará metiendo por primera en su carrera entre las diez mejores del mundo. 

A pocos minutos de entregados los respectivos trofeos a las finalistas, los hombres fueron los encargados de batirse a duelo para saber quiénes serían los ganadores del trofeo qué, hace dos anios, supo ganar nuestro compatriota Cuevas junto al peruano Horna. La suerte y el mejor tenis estuvieron del lado del canadiense Daniel Nestor y el serbio Nenad Zimonjic (ganador además en el doble mixto) que vencieron en dos sets a los famosos Lukas Dlohuy y Leander Paes.

También en otras canchas se jugaron las finales de los torneos senior de dobles +35 y +45, que tuvieron a varias leyendas paseando su mejor tenis y reacomodando algunos de nuestros más lindos recuerdos. Así fue que John McEnroe, Andrés Gómez, Michael Stich, Goran Ivanisevic o el francés Cedric Piolin, se hicieron presentes ante nuestros ojos, que algún día habían tenidos la mala y falsa noticia, de que no los volverían a ver jugar.

Máxima expectativa

Así que este sábado fue un buen preparativo y actuó como uno de los mejores ansiolíticos para la espera de la final masculina, que será este domingo a las 15:00 horas de París.

Por suerte, no pecaremos de machistas, porque lo que contaré, pasa con absolutamente todas las categorías; pero es verdad que la atención de todo el público y también de los periodistas, se centra en el torneo de singles, y dentro de esa especialidad, sin dudas en la final Nadal-Soderling.

Veremos si Rafa Nadal puede tomarse su revancha del 2009 y de paso, vencer también a Roger Federer para arrebatarle el primer puesto del ranking mundial; o si el sueco Soderling sigue diciendo con golpes rudos y saques de 220 kilómetros por hora que no le gusta que haya favoritos en el torneo.

Eso se verá mañana por millones de personas que acompañarán desde sus casas lo que parece ser el partido más esperado, que será el que cierre las puertas y apague las luces del recinto de Roland Garros.

Foto: captura www.rolandgarros.com.