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Espasticidad focal, cuando los músculos no responden

Haciendo hincapié en la movilidad, poniendo en práctica el trabajo interdisciplinario y focalizándose en el alivio del dolor, es posible mejorar la calidad de vida del paciente. La aplicación de toxina botulínica es otra de las herramientas a tener en cuenta, porque permite llegar al punto del problema.

La dificultad para movilizar determinados miembros o llevar a cabo movimientos es la forma en la cual se manifiestan una gran cantidad de trastornos neurológicos. Dentro de este campo, la espasticidad se caracteriza como una condición en la cual la permanente contracción de los músculos provoca la rigidez de los mismos generando problemas a la hora de caminar, hablar, manipular objetos o alimentarse.

Por otro lado, debido a que el desarrollo de la espasticidad en un brazo o una pierna suele estar acompañado por la pérdida de la fuerza muscular, las caídas, contracturas y los problemas de postura están a la orden del día, pues el proceso de endurecimiento, que es progresivo, se acentúa cuando los hombres y mujeres que padecen esta condición hacen "fuerza" para lograr movilizar el miembro afectado.
 
La realización de ejercicios ayuda a recuperar la movilidad
 
El dolor y la aparición de dificultades para higienizarse así como también la fatiga y la disfunción sexual son otros de los "síntomas" más frecuentes de esta afección.

"La espasticidad puede tener características leves o casi no ser percibida, pero también, cuando es severa, manifestarse en una contracción muscular involuntaria capaz de dificultar o incluso impedir la movilidad de una parte del cuerpo", explicó Javier Ziliani, médico neurólogo integrante del Instituto de Neurología y Neurocirugía de La Plata profesor César Burry.

De aparición espontánea, el origen de esta patología está relacionado con diversos cuadros clínicos entre los que se encuentran el traumatismo de cráneo; las lesiones medulares; la esclerosis múltiple; la parálisis cerebral y los accidentes cerebrovasculares.

"En las personas mayores es muy probable que la espasticidad se desarrolle como consecuencia de otras afecciones o traumatismos. En los niños, en cambio, suele obedecer a problemas ocasionados en el momento del nacimiento o en el vientre materno. Si la espasticidad que es una afección en sí pero además es manifestación de otras cuestiones no se trata a tiempo, es posible que los músculos terminen dañándose en forma permanente generando posturas que se hacen crónicas y resultan incorregibles", puntualizó Ziliani.

El tratamiento
Dado que el cuadro que se desarrolla es muy complejo, para poder comenzar el tratamiento de la espasticidad, es necesaria la intervención de diversos especialistas.

A través del trabajo coordinado de neurólogos, fisiatras y especialistas en traumatología y ortopedia es posible no sólo mejorar la calidad de vida del paciente, sino además lograr que éste recupere la posibilidad de llevar adelante, por si mismo, sus actividades cotidianas.

Además, se puede evitar la deformación de los miembros afectados trabajando en su movilidad. De esta forma, los músculos no se atrofian y la pérdida de tonicidad y fuerza se retrasa.

"Las personas con secuelas neurológicas que resultan en espasticidad se ven muy afectadas en su vida diaria tanto emocional como físicamente. Muchos presentan dificultades en la realización de tareas rutinarias como sentarse, hablar o caminar; así como también la deformación de los miembros, al margen del desarrollo de episodios de dolor. Los cuadros de depresión provocados, generalmente, por falta de independencia y la sensación de ser una carga para la familia, también son bastante frecuentes", postuló Alejandro Andersson, médico neurólogo y neurofisiólogo, director del Instituto de Neurología de Buenos Aires (INBA).

La toxina botulínica, un importante aliado
Para los casos de espasticidad generalizada, el tratamiento de elección es la medicación oral. No obstante, esta alternativa terapéutica puede combinarse con otras herramientas disponibles como quimiodenervación, rizotomía dorsal selectiva o cirugía, tratamientos ortopédicos y aplicaciones de toxina botulínica (Botox es la marca comercial más conocida, pero hay más de una en el mercado).

En la mayoría de los casos, un paciente espástico presenta una contracción muscular exagerada, la cual puede interferir con la función de un miembro, es decir que es focal o localizada. Con la aplicación de toxina botulínica lo que se logra es la relajación del o los músculos comprometidos. A raíz de este proceso, la rehabilitación suele facilitarse debido a la disminución en la cantidad de contracturas.

Luego de la aplicación de esta terapia, cuyo efecto se prolonga entre tres y seis meses, el siguiente paso es la rehabilitación física del paciente. "El tratamiento con medicación oral tiene una contra: si bien es posible lograr notables mejorías, los medicamentos orales tienen efectos colaterales que, al no discriminar el músculo afectado, repercuten en todo el organismo provocando malestar. El abordaje focalizado, ámbito en el cual la revolución es la aplicación de toxina botulínica, herramienta que presenta muy buenos resultados a largo plazo, no tiene esa desventaja y permite, a la vez, trabajar otros aspectos de la recuperación", destacó Ziliani.

Por su parte, el doctor Andersson concluyó: "El uso de toxina botulínica como es una alternativa útil para el tratamiento de la espasticidad focalizada".

Sugerencias a tener en cuenta:

- Al observarse los primeros síntomas, consultar con el médico especialista a fin que éste instrumente el tratamiento adecuado para cada caso.

- Evitar posiciones que causen dolor o que dificulten la movilidad del o los miembros afectados.

- Hacer ejercicios lentos pues éstos contribuyen a la rehabilitación de los músculos tratados.

- Tomar en cuenta que mover un músculo espástico a una nueva posición puede causar más espasticidad. Si esto ocurre, deje pasar algunos minutos para que los músculos descansen.
 
(Fuente: Pro-Salud)