Un medicamento es un producto destinado a resolver problemas de salud, con acción terapéutica comprobada y que sirve para curar enfermedades o aliviar dolores.

Pero los medicamentos tienen efectos secundarios y muchas veces no todo el mundo lo sabe.

El doctor Ignacio Ascione es médico pediatra y coordinador de puertas de emergencia de la RAP. En diálogo con El Espectador advirtió sobre los riesgos que corremos al tomar medicamentos por cuenta propia, abandonar un tratamiento o no seguirlo como se debe.

Por citar un ejemplo, señaló lo que ocurre con los antibióticos, a los que la población recurre para automedicarse y que luego son asimilados por el organismo, haciéndose resistente a ellos.

Según pudo saber El Espectador, para la venta de antibióticos no siempre se exige como condición el exhibir las recetas correspondientes.

 "Si uno toma antibióticos que no tiene indicado puede pasar lo siguiente: las bacterias tienen la capacidad de tener una memoria y de defenderse frente a esos antibióticos, por lo cual generan resistencia. La resistencia hace que una vez que vuelve a tomarse un antibiótico pierde su efecto y se va haciendo cada vez más resistente. Incluso hay antibióticos a los que se los conoce como de cuarta generación, ya que esos antibióticos iniciales fueron combatidos por las bacterias", indicó el doctor Ascione.

Todos los medicamentos tienen efectos secundarios, incluso los antigripales, que son  los más vendidos por ser productos de venta libre.

Según explicó Ascione, en este caso, se trata de medicamentos que no son recomendables para la población hipertensa.

"Los más comunes que se usan son los antigripales. Eos medicamentos tienen drogas que, para personas que tienen hipertensión o problemas cardíacos o cardiovasculares en general, pueden ser perjudiciales. De hecho, hay una droga que se llama dexedrina, que tiene la mayoría de los antigripales, y que pueden subir la presión y aumentar el ritmo cardíaco de las personas. Eso, sobre todo en niños, es perjudicial".

En algunos casos las farmacias cuentan con lo que se conoce como "atención farmacéutica", esto es la presencia del químico responsable en el local, que es quien  termina dando consejos sobre lo que se debe o no tomar.

En la mayoría de los casos, el químico solo realiza el asesoramiento técnico y quienes aconsejan terminan siendo los farmacéuticos, personas que para varios miembros del staff de médicos no tienen la suficiente "capacitación adecuada".

VENTA ILEGAL 

Con respecto a la venta ilegal de medicamentos, en el caso de las ferias por ejemplo, el doctor Ascione, dijo que resulta peligroso porque pueden no solo generar efectos adversos, sino que puede ser que no cumplan la función para la que fueron suministrados.

La venta ilegal, comenzó porque algunos medicamentos, eran de difícil acceso tanto en salud pública como privada y allí empezó la comercialización de algunos productos.

Pero no solo los adultos están expuestos, sino los niños también. Es el caso de la venta de latas de complemento para los bebés, lo que implica un riesgo mucho mayor porque generalmente se les suministran en los primeros años de vida.

Los medicamentos que son vendidos de forma ilegal, no tienen control de vencimiento y no están conservados de forma adecuada.
Por si esto fuera poco, a la problemática de la automedicación se suma el consumo de pastillas de emergencia, sobre todo en la población adolescente.

Estas pastillas son las comúnmente llamadas "del día después" y según Ascione se recetan sin discriminación.

 "Tenemos un grave problema en el Uruguay que es el embarazo adolescente. Del 15 al 20% de los embarazos que hay en Uruguay, se trata de embarazos adolescentes, según los datos del Hospital Pereira Rossell, que tiene las cifras oficiales. Y obviamente que es algo de educación. La educación sexual, habitualmente, se hace a nivel del liceo y recordemos que hay un gran porcentaje de niñas y niños que no hacen ciclo secundario". 

Numerosas evaluaciones dan cuenta de que existe una fuerte tendencia a la automedicación para las más variadas patologías, que suele tener consecuencias negativas para la salud.

El Estado debería regular y educar sobre la gravedad de este tema. Por el momento la secretaría de Estado prefirió no opinar sobre el tema.