Se estima que este problema afecta a un tercio de los adultos mayores en nuestro país, según la Organización Mundial de la Salud.

Se producen alrededor de 37 millones de caídas al año, cuya gravedad requiere atención médica. Es la segunda causa mundial de muerte por lesiones accidentales, y esto lo sufren especialmente las personas mayores de 65 años.

Nicolás Fernández, cofundador de Medicaa, relató a El Espectador cómo funciona este sistema.

"El sistema genera ambientes de realidad virtual, es decir, trata de diagnosticar al paciente en situaciones de la vida real emuladas, por ejemplo caminando en sus casas. Al mismo tiempo el sistema está midiendo la respuesta de su sistema, entonces se evalúa en cuáles de esas situaciones posiblemente podría haber tenido una caída y en base a eso es que el terapeuta, cuando identifica en las situaciones que el sistema no performa bien, es que postula toda la parte de rehabilitación y cuál es la metodología para trabajar con él".
 
El sistema está basado en la técnica de rehabilitación vestibural, que es una técnica para tratar pacientes con problemas de equilibrio ya probada internacionalmente. Pero éste es el primer equipo que hace eso en forma tecnológica y que permite medir todo el proceso. "Los resultados hasta ahora son muy buenos. En este momento el equipo está instalado en unos 50 países, no sé exactamente cuál es el número de personas que está pasando por esos equipos, pero ya es un número significativo", dijo.

En Uruguay está instalado en el Hospital de Clínicas, en la clínica de Mariana Arocena y también en Maldonado, en el Centro de Rehabilitación de Maldonado.

¿Cómo se accede a este sistema? Fernández explicó que no todos los problemas de equilibrio pueden ser tratados con este equipo. "Se hace una batería de exámenes y dependiendo del resultado el médico tratante los va al otorrinolaringólogo, el audiólogo y dependiendo lo que él considere si el paciente debe ser derivados a rehabilitación vestibular. Ahí es que entra el equipo", comentó.  

Según Fernández el costo en una clínica privada puede se de 30 o 35 dólares por sesión de tratamiento.

En cuanto a las contraindicaciones, Fernández dijo que no hay, aunque destacó que a las personas de tercera edad que tuvieran demasiado caminar, "tal vez el tratamiento no sea tan efectivo. Pero no es una contraindicación propiamente dicha", concluyó.