Uruguay y España estudian los efectos del estrés
El investigador de la Universidad de la República, Rafael Radi, visita la Universidad de Salamanca para colaborar con el equipo de Juan Pedro Bolaños y conocer cómo afecta el estrés oxidativo en enfermedades neurodegenerativas.
Científicos de la Universidad de Salamanca y de la Universidad de la República, de Montevideo (Uruguay), mantienen diferentes líneas de investigación en torno al estrés oxidativo, un fenómeno natural de los organismos que es consecuencia del consumo de oxígeno, pero que se relaciona con el envejecimiento y con varias patologías, en particular, las enfermedades neurodegenerativas, es decir, las que se caracterizan por el deterioro de las neuronas, como el alzhéimer o el párkinson.
Los investigadores de Salamanca y de Montevideo estudian cerrar una colaboración para iniciar una línea de investigación conjunta en este campo.
La visita a Salamanca de Rafael Radi, especialista de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, es el comienzo de esta colaboración científica.
El nivel de oxidantes crece por factores como la radiación ultravioleta, la exposición a contaminantes ambientales, el tabaco o por condiciones endógenas como patologías inflamatorias, fenómenos neurodegenerativos o exceso de colesterol.
Dentro de este marco general, el grupo de investigación de Rafael Radi, trabaja en modelos de neurodegeneración con resultados de gran interés. "Hemos podido comprobar que en algunas enfermedades neurodegenerativas, las mitocondrias, partes de la célula que son el orgánulo principal de producción de energía del organismo, son actores principales en la formación de radicales libres y oxidantes y participan en enfermedades relacionadas con la muerte neuronal".
Gracias a una colaboración con investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), la Universidad de la República ha desarrollado moléculas antioxidantes que van dirigidas a la mitocondria y, en modelos animales, han comprobado que cuando se les administra estas moléculas, la mitocondria está protegida y el fenómeno neurodegenerativo se neutraliza, de manera que los animales retardan mucho el desarrollo de la enfermedad. "Creemos que, si todo va bien, en el futuro se podrían aplicar en fármacos para humanos", afirmó Bolaños.
Otra línea de investigación en este campo está relacionada con el sistema inmune. "Hay una parte buena de la formación de oxidantes, nuestras propias células del sistema inmune producen oxidantes para matar organismos invasores como bacterias, parásitos o las propias células tumorales", señala.
El grupo trabaja en una de las infecciones de relevancia en América Latina, la enfermedad de Chagas, para tratar de optimizar las células del sistema inmune a través del estrés oxidativo para matar más eficientemente los tripanosomas, que producen la patología, y de esa forma poder tener más opciones de tratar a los pacientes en el futuro con fármacos que potencien el rol oxidativo de las células del sistema inmune.