Consumir porno en exceso aumenta riesgo de impotencia

Una reciente investigación realizada por la Asociación de Andrología y Medicina Sexual italiana y publicada en Psychology Today informa que los jóvenes que consumen pornografía con regularidad desde la adolescencia tienden a padecer disfunción eréctil y pérdida de deseo cuando rondan los 25.
De acuerdo al estudio la causa no es tanto psicológica como fisiológica. Según explica el director de la investigación, Carlo Foresta, los usuarios de pornografía, tras muchos años de consumo, terminan por dormir la respuesta natural de su cerebro a la estimulación sexual.
El placer sexual nace en el cerebro, cuando se segrega una sustancia llamada dopamina (que se activa ante la novedad, la sorpresa o la ansiedad) y ésta provoca a su vez el deseo sexual y, por tanto, la erección. Sin embargo el estudio sostiene que si el cerebro está acostumbrado a la estimulación a través del porno, la respuesta se va haciendo cada vez más difícil pues las imágenes eróticas cada vez son menos emocionantes y menos sorprendentes.
Por este motivo la disfunción eréctil provocada por el abuso de la pornografía es difícilmente solucionable con pastillas, ya que éstas actúan directamente sobre el sistema cardiovascular (potenciando el flujo de sangre en el pene), pero no sobre la segregación de dopamina.
El consumo de pornografía se ha visto incrementado por libre acceso a internet donde el 12% de las páginas web son de contenido pornográfico.
El estudio demuestra que el proceso de recuperación es fácil: dejar de ver pornografía, al menos por un tiempo. De acuerdo al estudio, los primeros días de abstinencia lo afectados suelen experimentar fuertes deseos sexuales pero después su libido desciende y experimentan la apatía durante unas semanas. En la siguiente fase, poco a poco, comienzan a aparecer las erecciones matutinas y ocasionales y el deseo se va recuperando paulatinamente, hasta que son capaces de mantener relaciones sexuales sanas y plenas con una pareja real.
La adicción al porno funciona en la que el sistema de recompensa del cerebro al igual que una droga: necesita cada vez más para alcanzar el mismo grado de bienestar. Este efecto explica por qué los consumidores de pornografía avanzan desde contenidos suaves hacia imágenes cada vez más duras y extremas.
Foto: Hombre y salud.