En primera instancia, por dos años, Uruguay recibe una donación en el entorno de los tres millones de dólares para abordar la problemática.  De acuerdo a cómo se implemente el proyecto, Uruguay puede extender la donación por tres años más.

Este plan tiene como fin orientar las acciones de prevención a dos de las poblaciones más vulnerables de esta enfermedad: población de travestis y  transexuales; y a la población de hombres que tienen sexo con hombres.

La coordinadora del proyecto y directora del Programa Nacional de Lucha contra el Sida, María Luz Osimani habló con El Espectador sobre las dificultades del Estado a la hora de trabajar en la lucha contra esta enfermedad.

"En comparación con otros países, Uruguay tiene bien la atención a las personas con VIH, sea porque el sector público entrega los medicamentos o porque el sector privado del Sistema Nacional Integrado tiene por normativa obligación entregarlos. Más del 80% de la población con VIH accede a los tratamientos. En los países del Sur hay mayores dificultades. El gran problema que Uruguay tiene es que hay algunas poblaciones que son más vulnerables al VIH", señaló Osimani.

La  inversión permitirá fortalecer el Sistema Nacional Integrado de la Salud, contar con un enfoque integral de la Salud y mejorar la respuesta a la epidemia en el país.

"Al tener el Estado la responsabilidad de la atención en la medicación, evidentemente ha tenido las dificultades de trabajar fuertemente en prevención. Uruguay pidió a este fondo mundial que lo integran los grandes ocho países –el G8– más distintas fundaciones, gana esta convocatoria y firma este acuerdo de donación en el mes de diciembre. A partir de eso, el proyecto está orientado a intervenciones de prevención y de acceso al diagnóstico que es la debilidad que tenía Uruguay. Con este refuerzo presupuestal va a haber una serie de acciones de prevención a nivel nacional que Uruguay no estaba pudiendo afrontar", sostuvo Osimani.
Asimismo, las intervenciones incluyen el desarrollo de los servicios de la salud, el fortalecimiento de organizaciones comunitarias de estas poblaciones y la promoción del compromiso multisectorial para la inclusión de los grupos objetivo, disminuyendo el estigma y la discriminación que afecta a las poblaciones más vulnerables socio económicas.

Los receptores principales son el Ministerio de Salud Pública y la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANII).  Estos organismos se encargarán de realizar las acciones de prevención correspondientes según dijo Osimani.
 
En  el contexto del proyecto, se implementaran cinco centros de Excelencia de Diagnostico coordinados con el sector público de salud, en los diferentes departamentos del país.

Además, se instrumentaran dos Unidades Móviles de Atención a la Salud que recorrerán diferentes zonas a nivel nacional, focalizados en la distribución de insumos de prevención, promoción del acceso a diagnóstico de sífilis y VIH.