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Nuevas técnicas para mejorar los trasplantes de riñón

Nuevas técnicas para mejorar los trasplantes de riñón

Dos estudios, llevados a cabo en Estados Unidos y el Reino Unido, presentaron nuevas técnicas que mejoran las posibilidades de éxito de un trasplante de riñón.

Los resultados de ambas investigaciones podrían beneficiar a miles de pacientes y reducir las largas listas de espera para obtener un órgano donado.

El primer estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Louisville y el Hospital Northwestern Memorial en Chicago, demuestra que una inyección de células madre al paciente que recibe el trasplante, evita la necesidad de tomar fármacos supresores del sistema inmune para no rechazar el órgano.

Las pruebas preliminares llevadas a cabo con un número pequeño de pacientes mostraron resultados exitosos.

El hallazgo, agregan, podría tener un "enorme impacto".

Uno de los principales problemas tras el trasplante de un órgano es el riesgo de que el sistema inmune lo reconozca como un invasor foráneo y lo ataque.

Para evitar este rechazo los pacientes necesitan tomar durante el resto de su vida los fármacos supresores del sistema inmune.

El problema es que entre los efectos secundarios de estos medicamentos están el riesgo de desarrollar hipertensión, diabetes e infecciones graves.

En el estudio con ocho pacientes, el órgano para trasplante provenía de un donante vivo, el cual fue sometido al mismo tiempo a una extracción de células madre de la sangre.

El receptor, mientras tanto, fue sometido a radioterapia y quimioterapia para suprimir su sistema inmune.

Dos días después de que se llevó a cabo el trasplante se le inyectaron las células madre.

La idea es que estas células ayuden a generar un sistema inmune modificado que reconozca al órgano como si fuera propio.

La segunda técnica pionera fue llevada a cabo por científicos de la Universidad de Leicester, Inglaterra.

Esta involucra "lavar" el riñón donado con sangre oxigenada (la sangre "limpia" que transportan las arterias) antes de que sea trasplantado.

El procedimiento, que fue probado con 17 pacientes, mejoró la calidad de los órganos e incluso logró que riñones dañados que previamente habrían sido rechazados para trasplante, fueran utilizados con éxito.

Tal como señalan los investigadores, el avance podría reducir más de 10% las listas de espera de órganos.

La técnica, llamada perfusión normotérmica, mejora la función de los riñones dañados, por ejemplo de las personas de edad avanzada o quienes sufren hipertensión y diabetes, los llamados "donantes marginales".