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Ecuentran lugar exacto donde se origina el amor

Varios estudios han demostrado sobre cómo funciona nuestro cerebro, en cuanto a almacenamiento de recuerdos, dónde se controla la ira y el miedo y dónde se razona para resolver problemas. Sin embargo, se sabe muy poco sobre una de las emociones humanas más poderosas y complejas: el amor.


Una nueva investigación internacional encontró el sitio exacto donde se originan los sentimientos que experimenta el ser humano cuando se enamora.

Según los científicos de la Universidad de Concordia, en Canadá, el sitio donde se ubica el amor está vinculado al lugar donde se origina el deseo sexual, pero ambos están separados.

El estudio demostró que el amor está en la misma zona cerebral de la adicción a las drogas.

Varias investigaciones del cerebro ya han demostrado que las emociones humanas se originan en el llamado sistema límbico, un conjunto de estructuras importantes que incluyen el hipocampo y la amígdala, entre otras.

En esta región se controlan una serie de funciones que incluyen las emociones, la conducta, la atención, el estado de ánimo, la memoria, el placer y la adicción.

Sin embargo, hasta el momento, los investigadores no habían podido ubicar el lugar exacto del amor, porque a diferencia de otras emociones concretas como la ira o el placer, el amor es mucho más complejo y abstracto y parece involucrar muchas áreas del cerebro.

En el presente estudio se detectó que la ínsula y el núcleo estriado, son las estructuras responsables tanto del deseo sexual como del amor.

La ínsula es una porción de la corteza cerebral que está plegada en una zona entre el lóbulo temporal y lóbulo frontal, mientras que el núcleo estriado está localizado cerca, en el cerebro anterior.

Los científicos observaron que tanto el amor como el deseo sexual activan diferentes áreas del núcleo estriado.

El área que se activa con el deseo sexual se activa también con otras cosas que producen placer, como la comida.

Pero el área del núcleo estriado que se activa con el amor es mucho más compleja y aunque también se activa con el placer o deseo sexual, sólo funciona cuando hay algo con "un valor inherente" para activarla, dicen los científicos.