Esta patología es un cuadro donde el corazón no puede bombear suficiente sangre a todo el cuerpo. El Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de Estados Unidos indica que no significa que el corazón se ha detenido o está por dejar de funcionar.

La insuficiencia cardíaca es un proceso crónico y es posible no tener síntomas durante muchos años.

La doctora, Mirta Diez, jefa del Servicio de Insuficiencia Cardíaca del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires dijo al diario La Nación que esta enfermedad es un síndrome clínico en el cual una alteración estructural o funcional del corazón provoca la incapacidad de este para enviar la cantidad de oxígeno que necesitan los órganos para su metabolismo.

La doctora indicó que esta patología se caracteriza por síntomas de falta de aire, deterioro de la capacidad de ejercicio y signos de retención de líquido como edemas y congestión hepática.

Agregó que "las causas más frecuentes son el infarto, la hipertensión arterial, las formas idiopáticas, las secundarias a enfermedades valvulares o malformaciones cardíacas de nacimiento".

Diez, explicó que la insuficiencia cardíaca es una enfermedad en aumento, que constituye la primer causa de internación en personas mayores de 65 años y que será una pandemia en este siglo.

Respecto a las estadísticas en el mundo, la doctora explicó que la prevalencia de esta patología está en aumento porque la población envejece y su frecuencia aumenta en cada década de la vida.

La incidencia anual de la insuficiencia cardíaca en Argentina y los países de la región es aproximadamente de 300 cada 100.000 habitantes.

Según indica en su página web la Fundación del Corazón, aunque la palabra insuficiencia sugiere un proceso benigno, la insuficiencia cardiaca, sin tratamiento, tiene un pronóstico peor que muchos cánceres. Por esta razón, resulta tan importante el prevenir su aparición y el seguimiento correcto de las indicaciones realizadas por profesionales.    

Las personas que padecen esta enfermedad deben realizar periódicamente controles médicos, cumplir con una dieta pobre en sal, realizar actividad física reglada y tomar los medicamentos indicados por su médico.