Entrevistas

Cardiólogo Mario Zelarayán: hay una "falta de percepción de riesgo" de la mujer respecto a su salud cardiovascular

Cardiólogo Mario Zelarayán: hay una "falta de percepción de riesgo" de la mujer respecto a su salud cardiovascular

En Uruguay la principal causa de muerte de las mujeres son las enfermedades cardiovasculares y además, contrariamente a lo que se cree, mueren más mujeres que hombres por esta causa. Esta realidad apareció destacada en estos días en el marco de la vigésimo primera Semana del Corazón, que este año ha puesto el énfasis en la mujer. Para profundizar en este tema, En Perspectiva entrevistó al doctor Mario Zelarayán, director ejecutivo de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, quien explicó que si bien son los hombres quienes sufren más infartos, las enfermedades cardiovasculares no abarcan solo las del corazón. En este sentido, manifestó que la mujer, que es quien más sufre de la totalidad de las enfermedades cardiovasculares, muchas veces está "subdiagnosticada" y "subtratada" debido a su "baja percepción" de los riesgos de su salud cardiovascular. El cardiólogo dijo también que es posible disminuir las posibilidades de padecer algunas de estas enfermedades en un 70 u 80% mediante la eliminación de factores de riesgo como el tabaquismo, la obesidad o el sedentarismo.


(emitido a las 9.00 Hs.)

EMILIANO COTELO :
En Uruguay, el 30% de los fallecimientos se produce como consecuencia de problemas cardiovasculares. Y aunque cuando hablamos de patologías asociadas al corazón habitualmente tendemos a pensar en hombres, en estos días se está destacando que en realidad son las mujeres las principales víctimas de estas enfermedades.

Hoy en nuestro país, cada día mueren 15 mujeres por enfermedades cardiovasculares, lo que nos posiciona como el país con la tasa más alta de mortalidad por esta causa en América Latina y el Caribe.

En estos días, se está desarrollando la vigésimo primera Semana del Corazón, que este año ha elegido, precisamente, poner el foco en las mujeres porque, según la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, "el corazón de la mujer no tiene primera plana".

Para darle "primera plana", pero además para hablar sobre todos los temas que se están abordando en esta Semana del Corazón que culmina mañana, vamos a conversar con el doctor Mario Zelarayán, médico cardiólogo y especialista en terapia intensiva, director ejecutivo de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular desde 2005.

Empecemos con algo básico, algo que puede parecer obvio. ¿Cuáles son las enfermedades cardiovasculares?

MARIO ZELARAYÁN:
Las enfermedades cardiovasculares importantes son cuatro: las cerebrovasculares, las cardiovasculares propiamente dichas, las renovasculares, es decir las que tienen que ver con el riñón, y las de miembros inferiores.

EC – El concepto entonces es bastante amplio.

MS – Muy amplio, esto es uno de los problemas por el cual no entendemos bien esta patología.

EC – ¿Hay un problema de terminología? Porque cuando uno escucha hablar de cardiovascular o enfermedad cardiaca tiende a pensar solamente en el corazón, ¿no?

MS – Exactamente, yo creo que esto se da por una tendencia sexista, porque realmente los que sufren del corazón son los hombres y se tiende a nombrar enfermedades cardiovasculares pensando solamente en los hombres.

EC – ¿El concepto entonces abarca a lo que podríamos llamar enfermedades del aparato circulatorio?

MS – Exactamente, estos cuatros sistemas tienen un origen común, que es que los factores de riesgo que conocemos atacan a las arterias. Ataca a las arterias del cerebro, del corazón –que son las coronarias– las del riñón y la de los miembros inferiores.

EC – ¿Estas enfermedades son hereditarias o son adquiridas en la propia vida de la persona sin que hubieran existido antecedentes familiares?

MS – Hay un componente hereditario pero es menor. Estas son enfermedades adquiridas y hay antecedentes familiares que predisponen.

EC – ¿La existencia de antecedentes familiares implica necesariamente que una persona sufrirá enfermedades cardiacas?

MS – No, quiere decir que solo cuando hay un componente genético allí, implica que la descendencia tenga la enfermedad. Pero en estas enfermedades hay poco de determinismo genético.

EC – ¿Algo más como consideración general?

MS – Que es una enfermedad cultural y social. Las enfermedades cardiovasculares están dentro de lo que se llaman las enfermedades crónicas no trasmisibles, que implican las cardiovasculares y diabetes.

Pero también hay una equivocación con el término "no trasmisibles". Nosotros solemos pensar que lo trasmisible es una enfermedad infecto-contagiosa, pero estas enfermedades en realidad son realmente trasmisibles desde el punto de vista cultural. El cigarrillo es un ejemplo de eso. ¿Por qué hay tanta incidencia del tabaquismo en el mundo y en Uruguay? Por imitación, la gente empieza a fumar por imitación y por apoyo de la sociedad a esta práctica. La obesidad también, hay un 60% de obesidad en Uruguay. Es que en realidad la sociedad es obesógena, porque le da una oferta de alimentos hipocalóricos poco nutrientes, alimentando el sedentarismo, que hace que la población sea cada vez mas obesa, cuando en la obesidad también hay un componente genético, pero es bajo. El 80% de la obesidad es social. Entonces hay una tendencia tabacógena, obesógena, hipertensógena que favorece la prevalencia de los factores de riesgo.

EC – Más adelante vamos a profundizar en ese aspecto, pero vayamos al dato que ustedes están poniendo de relieve este año en la semana del corazón: "En Uruguay fallecen más mujeres como consecuencia de enfermedades cardiovasculares que hombres". De hecho, es la primera causa de muerte entre las mujeres, por encima de otras que a uno le suenan en el imaginario más inmediatamente, por encima del cáncer de mama o el cáncer de útero.

Esto que ustedes están subrayando no es, en general, lo que pensamos. Es a los hombres a quienes tendemos a asociar con enfermedades cardiovasculares. ¿Por qué?

MS – Porque hay una tendencia a decir que las enfermedades cardiovasculares son las enfermedades del corazón. Los infartos son mucho más frecuentes en los hombres que en la mujer. Pero abarcando la totalidad de las enfermedades cardiovasculares, la mayoría de estas enfermedades atacan más a las mujeres que a los hombres. Y sobre todo las cerebrovasculares, es la principal causa de muerte de las uruguayas. Y de los uruguayos también.

EC – ¿Cuál sería una enfermedad cerebrovascular?
MS – La hemiplejia, o la muerte cerebral, por infarto cerebral o por hemorragia cerebral. En estos casos, cuando no se mueren pueden quedar con hemiplejia, pérdida del habla o ambas cosas.

EC – ¿Por qué ocurre eso? ¿Cuándo es que se da?

MS – Fundamentalmente está muy asociado a dos grandes patologías: la hipertensión arterial y a ciertas arritmias.

EC – Esto de que las enfermedades cardiovasculares sean la principal causa de muerte entre las mujeres, ¿siempre fue así o es un fenómeno relativamente nuevo?

MS – Relativamente nuevo, pero estamos hablando 20 años atrás, no es enteramente nuevo. La Comisión para la Salud Cardiovascular hace muchos años que viene predicando que hay que atender más a la mujer en este sentido, que está subtratada y subdiagnosticada. No es nuevo.

EC – ¿Desde cuándo tienen estadísticas que avalen lo que ahora están decidiendo promover?

MS – Las estadísticas sobre enfermedades cardiovasculares vienen de muchos años. A partir de la década del 50 las enfermedades cardiovasculares empezaron a ser la primera causa de muerte y yo creo que desde la década del 70, 80 las mujeres han ido ocupando el primer lugar por muertes cardiovasculares, sobre todo de cerebrovasculares.

EC – ¿Cuál puede ser la interpretación? Porque desde el martes algunas oyentes, al enterarse de esta noticia, interpretaban que las mujeres en estas últimas décadas ya no solo se ocupa de la crianza de sus hijos y las tareas de la casa, sino que además sale a trabajar, asume cargos de mayor responsabilidad en empresas, etcétera. ¿Ese puede ser un motivo?

MS – Sí, pero no es el único motivo. Hay otro motivo que tenemos que sondear. Otra es la falta de percepción de riesgo que tiene la mujer. En una encuesta que hicimos recientemente en este mes con la empresa Edenred, le preguntábamos a la mujer de qué pensaba que se iban a morir más adelante. El 70% pensaba que se iba a morir de cáncer, cuando es exactamente al revés. Hay una baja percepción de la mujer en saber su salud cardiovascular, en saber el peligro de los riesgos de su salud cardiovascular.

La otra razón es el poco cuidado que tiene la mujer acerca de su salud cardiovascular. La mujer consulta poco al cardiólogo por los factores de riesgo. Lleva de las orejas al papá, a sus compañeros, a los hijos, pero no consulta por ella. Tiene una hiper consulta, por suerte, al ginecólogo. Es un problema común en el resto del mundo, tanto que en algunos lugares como Estados Unidos están pensando en preparar a los ginecólogos para que ayuden a la prevención cardiovascular en las mujeres.

EC – ¿Tiene algo que ver la mayor longevidad de la mujer?

MS – Por supuesto. Las enfermedades cardiovasculares comprometen al hombre 10 años antes que la mujer.

EC – Un oyente, Daniel de Pocitos, dice que "las mujeres viven más, por lo tanto, es razonable que pase esto".

MS – Sí, es otro componente, pero no es exclusivo. La tercera parte de las mujeres mueren a edad temprana, menos de 65 años. El aparato circulatorio compromete a la mujer en edades jóvenes y hasta a veces muy jóvenes. Tenemos mortalidad del grupo de 35 a 40 años. Mujeres operadas a esa edad, con infartos a esa edad.

EC – Mujeres relativamente jóvenes que han pasado por qué problema, o qué enfermedad.

MS – Muertes, cirugía cardíaca. Cirugía angioplástica, en las arterias coronarias. En Uruguay hay un promedio de cuatro mujeres que pasan por cirugía cardíaca, angioplastia por día, para tratarse problemas exclusivamente coronarios.

EC – ¿Y eso no se da solo en mujeres mayores?

MS – No, la tercera parte de estas mujeres tienen menos de 64 años.

EC – En general, ¿a qué edad pueden empezar a detectarse los síntomas de estas patologías?

MS – En el hombre a los 50 años y en las mujeres por arriba de los 65 años, en general.

EC – Vayamos a lo que usted recién estaba remarcando. ¿Incide el hecho de que la mujer sí lleva al esposo o a su hijo a hacerse consultas cardiológicas, pero ella no se preocupa por ese tipo de exámenes? Sí, en cambio, consulta mucho por el lado ginecológico.

Por ley, la mujer tiene la posibilidad de tomarse días libres para realizarse mamografías o el examen del Papanicoloau (PAP), justamente porque se busca prevenir el cáncer de mama en Uruguay o de cuello de útero. Es curioso que no haya el mismo tipo de facilidades para consultas de tipo cardiológica.

MS – Me congratula que me pregunte eso, porque yo se lo planteé a la exministra de Salud Pública (María Julia) Muñoz, una vuelta en un corredor, y le decía precisamente esto: "Deberían darle un día libre a la mujer para que consulte al cardiólogo y se tome la presión, se mida la glucemia, el colesterol, se pese y se mide la talla para saber cuál es el índice de masa corporal". Porque de esto se mueren las mujeres, mucho más que de lo otro. Ella me decía: "Lo que pasa es que usted quiere quedar bien con las mujeres". Y las dos cosas son ciertas.

EC – Es llamativo que se haya puesto foco en la prevención de determinados tipos de cáncer y no en esta, que es la principal causa de muerte.

MS – Exactamente, la sensibilidad es diferente en la mujer, pero también en las autoridades nacionales. Esto en lo que nosotros ponemos énfasis es por un mandato internacional. La Federación Cardiológica Mundial ha hecho hincapié en que en esta Semana del Corazón en todo el mundo se haga hincapié en la perspectiva de salud cardiovascular, porque todos compartimos el mismo problema.

EC – Con todas estas facilidades que tienen las mujeres para realizarse mamografías y PAP, si habría que extenderla para electrocardiogramas y otros exámenes, no sé por qué no se hace lo mismo con los hombres, ¿no?

MS – También. Si hubo sensibilidad para reglamentar esto para la mujer, bien debería hacerse para el hombre. Hace mucho tiempo que nosotros estamos prodigando el acceso libre a las policlínicas de los factores de riesgo, que la gente puede controlarse la presión, la glucosa, el colesterol sin tener la necesidad de pagarse una orden y esperar dos meses para ir a la consulta.

EC – El problema no es solo del paciente, sino también del médico. Por lo visto sus colegas no están suficientemente concientizados de estas realidades que usted está describiendo. No recomiendan, no insisten para que la mujer se haga este tipo de exámenes.

MS – No le voy a quitar el sayo a los cardiólogos, pero el cardiólogo es un médico que está sentado en su consultorio y está esperando que el paciente venga. Lo que nosotros y las autoridades nacionales tenemos que hacer es llevarle el paciente al cardiólogo. Y si no va el paciente, hay que ir a buscarlo a la casa.

EC – Pero el médico general, el médico de cabecera, tendría que hacer esta recomendación.

MS – Por supuesto, pero las madres y las maestras también tienen que ayudar en la educación de este problema. Incluso habría que ampliar lo que es la pesquisa de los factores de riesgo. La presión no tiene por qué tomarla el médico. Lo puede hacer una enfermera, se puede hacer en la farmacia. Todo el mundo puede tomar la presión, pedir la glucosa, el colesterol. Hay que ampliarlo y facilitarle a la población el acceso al control de los factores de riesgo.

***

EC – Algunas preguntas de los oyentes. José de Maldonado dice: "Existe el carnet de salud obligatorio, esa es la instancia para hacer todos los chequeos, no es necesario dar más días libres". ¿Qué responde usted?

MS – El carnet de salud es muy útil para la detección de estos factores de riesgo, pero no ha sido enteramente útil para el tratamiento. Se detectan factores de riesgo, se le retiene el carnet de salud, se lo envía al cardiólogo. El cardiólogo le hace un inicio del tratamiento e inmediatamente la paciente exige el certificado de que está en tratamiento, se lo lleva al certificador y con eso le dan el carnet de salud. Pero el paciente no vuelve a la consulta. Se llama el síndrome del radar. Aparece en el radar, el cardiólogo lo saca del radar y desaparece el tratamiento.

El gran problema que tenemos con la hipertensión, por ejemplo, es que la mitad de las personas que sabe que tiene hipertensión no se trata. La otra mitad ni siquiera sabe que es hipertenso.

ROMINA ANDRIOLI:
Eduardo de Pocitos nos planteaba: "Consideren el altísimo uso de anticonceptivos en las mujeres en Uruguay, ¿eso puede tener incidencia?"

MS – Tiene incidencia positiva hasta que llegan a la menopausia, después pierde esa protección hormonal natural y después, a esa edad, empieza la alta prevalencia de la enfermedad cardiovascular en la mujer, que no se trata con más hormonas. La terapia sustitutiva hormonal a esa edad no sirve y algunos dicen que está contraindicada.

RA – También preguntan si el hecho de que las mujeres fumen más pueden ser uno de los factores que inciden más en la prevalecencia de estas enfermedades.

MS – Las mujeres no fuman más, fuman más los hombres. Las adolescentes fuman más que los adolescentes. Pero la mujer no fuma más que el hombre. En realidad, en casi todos los factores de riesgo –obesidad, hipertensión, sedentarismo– no hay diferencias significativas entre hombres y mujeres.

RA – Nos preguntan también cómo se detecta en los miembros inferiores estas enfermedades.

MS – Con síntomas y a través del método de Doppler. Se estudia la circulación sobre la vasculatura de miembros inferiores.

EC – Pero para eso tiene que haber un llamado de atención a la persona para que acuda a hacerse ese examen.

MS – Sí, pero por ejemplo, las mujeres con diabetes tienen mayor incidencia de esta patología, entonces a ellas ya se las estudia particularmente. La gente que fuma también, al menor síntoma se lo estudia particularmente.

EC – Desde la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular se hace un énfasis importante en la prevención, algo ya hemos dicho en estos minutos. ¿Cuáles son los factores de riesgo más habituales para contraer una enfermedad de tipo cardiovascular?

MS – El tabaco, el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad; la hipertensión, el colesterol, el tabaquismo, la diabetes. Otro factor que últimamente se está hablando es del estrés ambiental y laboral.

EC – ¿Qué es eso?

MS – Es una cosa muy amplia, pero el estrés laboral tiene mayor incidencia en las enfermedades cardiovasculares, en el desencadenante y en la génesis de las enfermedades. Se está estudiando a ver si es en vía directa o indirecta. Es decir, si la persona estresada fuma más, come más, hace vida más sedentaria. Pero hay una correlación directa.

EC – ¿Si se eliminan esos factores de riesgo, se elimina la posibilidad de padecer una enfermedad cardiovascular?

MS – Sí, perfectamente. Este es el punto, cerca del 70% de los infartos podrían prevenirse, cerca del 80% de las insuficiencias renales podrían prevenirse evitando estos factores de riesgo. Y también la mayor parte de las enfermedades cerebrovasculares.

EC – Entonces, ¿la receta cuál es? ¿Cuáles son las medidas para prevenir enfermedades cardiológicas?

MS – Las clásicas, y son las más fuertes, las más eficaces y las más visibles. Dejar de fumar, tener una correcta alimentación, menos sal, menos grasa, nada de grasas trans, mucha fruta, mucha verdura, hacer una actividad física moderada, 150 minutos a la semana: 30 minutos, cinco veces a la semana.

EC – Esa es la receta para personas mayores, porque veía, repasando antecedentes, que usted está preocupado por los niños: "Un niño quieto es un niño enfermo". Usted manifestó que los niños tienen que hacer una hora intensa de actividad física todos los días.

MS – Todos los días. Los niños tienen que moverse, tienen que gastar energía. Eso ayuda a toda su salud y en particular a la cardiovascular. Un niño sano desde el punto de vista intelectual tiene que hacer una hora de ejercicio intenso por día.
 
EC – Para los adultos la exigencia ya baja. Se trata de media hora de actividad moderada, cinco veces a la semana. ¿Con eso alcanza? Estamos hablando de andar en bicicleta, caminar o de bailar. Parece que bailar es una actividad altamente beneficiosa.

MS – Altamente beneficiosa, porque no solo tiene los beneficios de caminar, sino que también alegra el espíritu, sociabiliza a las personas. Desde el punto de vista de la coordinación neurológica es mucho más beneficioso que caminar. Las personas mayores, por ejemplo, es bueno que tengan como costumbre bailar; tendrán menos caídas, menos fracturas de cadera.

EC – Preguntan a propósito del alcohol. ¿Cómo juega dentro de este paquete?

MS – Mucho. Es el único factor de riesgo donde hay una diferencia significativa en perjuicio de los hombres. Los hombres tienen más adicción al alcohol que la mujer. Y esto influye mucho en cuanto a la diabetes, hipertensión, sedentarismo.

EC – Pero, ¿cuál es la recomendación? ¿Cero alcohol?

MS – Cero alcohol.

EC – ¿No hay margen? Por ejemplo se dice que una copa de vino todas las noches es hasta saludable.

MS – Una copita de vino no hace mal, incluso es beneficioso. Pero cuando uno dice una copita de vino, es una copita, no más. Las recomendaciones son: las personas que no toman alcohol, que sigan sin tomar alcohol. Y las personas que sí toman, no pueden pasar de más de un vasito de vino por día.

EC – Para terminar, los diarios muestran fotos de esta actividad que se cumplió ayer (jueves) en la Explanada de la Intendencia de Montevideo, de la que incluso tomó parte la jefa comunal, Ana Olivera, en entrenamiento de resucitación cardiaca. Cuéntenos a propósito de la importancia de este conocimiento.

MS – En esa actividad estuvimos también nosotros apoyando la actividad de la Sociedad Uruguaya de Emergencia y Trauma. La muerte súbita es otro de los grandes problemas que tenemos en la vida moderna y los uruguayos y uruguayas. Es una forma de morirse, tal vez sea la forma más frecuente de morirse. La muerte súbita, que como lo dice, se produce de forma súbita, se produce generalmente en ambientes extra hospitalarios, 70% de las muertes súbitas se sucede en los lugares de trabajo, en la calle, en cualquier lugar menos adentro de los hospitales.

Hay que salvar esas personas de la muerte súbita y hay que actuar rápidamente. Las emergencias móviles han sido un avance importantísimo para salvaguardar estas personas, pero no es suficiente. La dinámica urbana hace que las emergencias demoren 10 minutos promedialmente. Esos 10 minutos son vitales. Hay que preparar a la mayor parte de la gente, para cuando una persona tenga una muerte súbita, esa persona entrenada en hacer masajes cardiacos, ayude. Y ayuda enormemente.

EC – ¿Estamos hablando de resucitar, no de reanimar?

MS – Las personas no pierden el ánimo, pierden la vida.

EC – ¿O sea que lo que se trata es traer de la muerte a alguien que se murió?

MS – Es así. De hecho las personas comunes y sencillas que aprenden masajes cardiacos traen de la muerte a estas personas.

EC – ¿Cuánto incide? ¿Cuánto juega la posibilidad de que se le haga reanimación al minuto?

MS – Por cada minuto en que el paciente está muerto, se pierde el 10% de probabilidad de recuperarlo. Si uno pasa 10 minutos sin hacerle nada, perdemos toda probabilidad. Entonces, hay que actuar rápidamente.

EC – ¿Son fáciles de aprender estos masajes?

MS – Muy, muy fácil. De hecho, nosotros no enseñamos directamente a la población. Nosotros preparamos gente, instructores, que replican la enseñanza. Y los instructores son bomberos, policías, porteros del Sodre, maestros, vecinos, vecinas. Ellos aprenden y ellos luego lo enseñan a la comunidad.

EC – ¿Y dónde se aprende esto?

MS – Hay varios centros que tienen este tipo de curso. Pero la Comisión está haciendo cursos de rehabilitación cardiaca en varias instituciones públicas y privadas. En la Intendencia, en Antel, en el Palacio Legislativo, que ya tiene el 80% del personal entrenado. Diferentes lugares donde nosotros plantamos los instructores, le dejamos los muñecos y nos vamos, y ellos enseñan a los demás.

EC – Resucitación no quiere decir que la persona se recupere plenamente.

MS – No, muchas de ellas fallecen, muchas quedan con secuelas, pero con este tipo de maniobras y actividades recuperamos muchísima gente que antes se perdía.

EC – ¿Dónde los oyentes pueden profundizar en todo esto? Hay una página web?

MS – Sí, es www.cardiosalud.org.

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