Se viene cambio de horario que afectará a niños y ancianos
Los relojes se adelantarán una hora en la madrugada del domingo que viene -a las dos serán las tres-, un cambio que afecta más a los ancianos, a los niños y a las personas que se acuestan más tarde y no suelen madrugar.
Según lo que establece un decreto emitido en 2006, el primer domingo de octubre de cada año se deberá adelantar una hora en los relojes de los uruguayos a partir de las 2 de la madrugada.
Lo que se busca con esto es generar condiciones que conduzcan a un ahorro de energía y una mejora en el factor de carga diario, así como el desplazamiento del pico del consumo del verano.
Los efectos del cambio horario en el cuerpo se notarán sobre todo en el sueño.
Durante los tres o cuatro primeros días del nuevo horario podrá ser habitual la sensación de cansancio y habrá más dificultad para irse a la cama como consecuencia de la alteración del reloj biológico.
Según el director del laboratorio de Cronobiología de la Universidad de
Murcia, España Juan Antonio Madrid, el cambio de horario "claro que
influye" en las personas aunque hay que "relativizar" su impacto, porque
es como un "pequeño jet lag".
No obstante, existe "gran variabilidad" en la capacidad de las personas a estos cambios y "en buena medida" se debe al carácter matutino o vespertino de las personas.
Los madrugadores serán los que mejor se adapten a dormir una hora menos, ya que "no tienen tanta inercia de sueño" y se "activan antes".
"Les afecta muy mal a los vespertinos, se les quita una hora más para dormir", ha indicado el doctor Madrid, quien ha concretado que las personas que se acuestan tarde y no suelen madrugar tienden a estar más cansados los primeros días.
El adelantar una hora en el reloj biológico para compensar la pérdida de sesenta minutos por el cambio horario también repercute en el apetito.
"Todavía nuestros relojes del tracto digestivo y los que regulan el apetito no se han adaptado y tenemos hambre según el horario antiguo", ha subrayado el doctor Madrid.
Este cambio afectará también de forma especial a los niños, sobre todo a los menores de cinco años, y a los ancianos.
En el caso de las personas mayores se debe a que suelen tener ya "una cierta alteración del ciclo sueño/vigilia" y no tienen sincronizadores sociales como ir al trabajo, que favorecen la adaptación a la nueva hora.
En cuanto a los niños, si bien a unos les afecta más que a otros, por lo general, durante cuatro días tendrán menor capacidad de aprendizaje y estarán más irritables (sobre todo los lactantes), ya que su sistema hormonal es inmaduro.
La solución para los padres es iniciar el cambio de forma paulatina los días previos, y así la adaptación del menor "será más suave".
Una recomendación que también sirve para los adultos es fraccionar la hora de diferencia adelantando los días previos las rutinas unos quince minutos de forma progresiva.
Por su parte, el doctor Madrid ha agregado a estas medidas que favorecen la adaptación la de exponerse a luz natural y hacer ejercicio físico a primera hora de la mañana.