Entrevistas

Grumbaum: "Los jóvenes uruguayos han naturalizado en cierta medida el consumo de alcohol no percibiendo que es un riesgo"

Grumbaum: "Los jóvenes uruguayos han naturalizado en cierta medida el consumo de alcohol no percibiendo que es un riesgo"

El Ministerio de Salud Pública (MSP) presentó una ordenanza (la número 485), titulada "Seguimiento de adolescentes y jóvenes de 10 a 24 años con episodio de intoxicación por alcohol", mediante la cual pretende atacar estos hechos a través de un tratamiento obligatorio para los a adolescentes. En diálogo con En Perspectiva la responsable del Programa Nacional de Adolescencia y Juventud del MSP, Susana Grumbaum, mostró su preocupación por el tema y en ese sentido agregó que "el rol de los padres es fundamental en el acompañamiento y el asesoramiento". La especialista marcó como un problema el hecho de que los jóvenes uruguayos hayan "naturalizado en cierta medida el consumo de alcohol no percibiendo que es un riesgo" porque esta sustancia "también es una droga". A lo que se suma que "los adultos aceptamos esta situación como algo irreversible".


(emitido a las 7.51 Hs.).

EMILIANO COTELO:
El patrón de consumo de alcohol ubica a Uruguay como un país de alto riesgo, y esto resulta especialmente grave entre los jóvenes. Una encuesta realizada entre los jóvenes de 12 a 17 años mostró que uno de cada tres tiene episodios graves de intoxicación con alcohol en los fines de semana.

En alerta ante esta situación el Ministerio de Salud Pública (MSP) elaboró hace pocos días un protocolo para el manejo de estos casos que guiará de ahora en adelante a todos los centros públicos y privados. Hospitales, mutualistas y emergencias móviles deberán registrar todas las actuaciones y hacer un seguimiento de los episodios de abuso de alcohol protagonizados por adolescentes.

Es un asunto del que hemos hablado más de una vez aquí En Perspectiva, por eso ahora, cuando se conoce esta resolución me parece que vale la pena profundizar en ella. Vamos a conversar con Susana Grunbaun, que es responsable del Programa Nacional de Adolescencia y Juventud del MSP.

Romina.

ROMINA ANDRIOLI:
Mencionábamos recién estas cifras, uno de cada tres jóvenes tiene episodios graves de intoxicación los fines de semana. Más allá de las cifras, que de por sí son impactantes, parémonos en la cancha: ¿De qué diagnóstico parten en el MSP sobre el consumo de alcohol entre los jóvenes?, ¿qué tanto les preocupa?

SUSANA GRUNBAUN:
Yo diría que nos preocupa bastante porque el tema no son solamente las intoxicaciones, que si son importantes en cuanto a la frecuencia o la gravedad, sino que también el alcohol está a menudo involucrado en otras conductas o situaciones o motivos de consulta, como accidentes, otro tipo de lesiones, vinculado también al abuso sexual.

Es decir, hay una cantidad de situaciones de la salud que preocupan en lo inmediato. Y a largo plazo las consecuencias del alcohol también son importantes y a menudo se desconocen, los adolecentes no están informados las consecuencias. Y se ha naturalizado en cierta medida el consumo de alcohol por parte de los propios jóvenes que no perciben que es un riesgo, que esta sustancia también es una droga. Pensamos que a veces también los adultos aceptamos esta situación como algo irreversible y frente a lo que no se puede hacer nada.

RA – ¿Las cifras muestran un incremento tanto en el consumo en general como en las situaciones graves? Porque uno puede decir que de alguna forma siempre en todas las épocas los jóvenes tomaron, pero en este caso, ¿perciben que se ha incrementado el problema?

SG – Esto hay que mirarlo en función de varios años, no se puede mirar en períodos cortos. En el último tiempo las cifras que el observatorio de drogas de la Junta Nacional (De Drogas) aportaba planteaban que uno de cada cuatro, la cuarta parte, sufría estos episodios de borrachera en los últimos 15 días, así es como se define el marcador, y en los últimos años esto es uno de cada tres. Entonces en cuanto a ese tipo de consumo parece que hubiera un aumento.

RA – Vayamos ahora a esta ordenanza que se plantea desde el MSP que implica establecer una especie de seguimiento para el paciente que consulta en un principio en la emergencia móvil por un episodio grave de intoxicación, pero luego la idea es trasladarlo y darle un seguimiento mayor. ¿Qué implica exactamente en la práctica esta nueva ordenanza?

SG – Aclaro que no es trasladarlo sino acompañar en el sentido metafórico del término.

RA – Claro, hacer un seguimiento.

SG – Exacto, el alta de la consulta de emergencia puede ser a las 24 horas, o puede haber requerido otras medidas como la internación o puede haber llegado a estar en un CTI. Al alta de la situación que motivó la consulta de emergencia tiene que ser referenciado, esto quiere decir que se le tiene que recomendar, sugerir, pedir, exigir, al adolescente y a su familia que consulten en los próximos días en un servicio de adolescentes.

Eso es lo que dice la ordenanza, que se acompaña también de unas sugerencias para la intervención breve para motivar al adolescente. Porque ni a los chiquilines ni a los grandes nos gusta tener que ir a una consulta médica, o sea que hay que hacer un esfuerzo para motivar que esta consulta se realice.

EC – ¿En qué consiste la atención médica que se les va a ofrecer entonces en esa especie de seguimiento que se realiza a posteriori?

SG – Cuando el adolescente va al servicio adolescente, que son servicios de policlínicas y consultorios, espacios adolescentes que existen –hace tiempo, no se crean para esto– son atendidos por equipos multidisciplinarios. Están presentes tanto en ASSE [Administración de Servicios de Salud del Estado] como en las mutualistas, como también en el Hospital Militar y el Policial, también en la Intendencia, hay en todo el país en los servicios públicos y privados.

Por eso pensamos que es el lugar ideal en el cual se debe realizar una evaluación más profunda de la situación y del problema que el adolescente tuvo. Una vez pasado el episodio agudo es la condición ideal para hacer una historia clínica detenida, larga, profunda, que evalúe cómo está el adolescente consigo mismo, con su familia, con el entorno.

Ahí se puede plantear cómo se resuelve más profundamente la situación que motivó aquella consulta de emergencia. Es decir, el adolescente puede haber tenido una equivocación, algo que no va a volver a suceder según la evaluación que se hace en el momento. Entonces uno diría que no requiere más que consejo, asesoramiento y volver a verse en un tiempo, que puede ser tres meses, seis, o un año.

Pero otros chiquilines van a precisar otro tipo de apoyo que puede ser de un servicio de salud mental, o de un equipo de adicciones, porque la consulta puede haber sido por alcohol, pero tambien ocurre que ese el chico consuma otras cosas. Entonces en el Servicio de Salud Integral del Adolescente es donde se van a definir qué otras cosas se precisan, y pueden ser vinculadas al consumo o no.

RA – ¿Todas las instituciones médicas poseen este espacio adolescente, es obligación que lo tengan?

SG – Sí, todas tienen.

RA – ¿Qué rol entienden que tienen que tener los padres en este proceso?

SG – Es muy importante su presencia porque también en las encuestas que ya se han realizado y en otras que próximamente vamos a difundir lo que se ve es que cuando los padres están poco involucrados -esto quiere decir que no saben muy bien o no siempre dónde están los chiquilines, o con quién salen, o quiénes son sus amigos, o si tienen algún problema, o si están estudiando, o si están cumpliendo con la tarea que les exige el liceo o los estudios- los chiquilines tienen más problemas de consumo u otros.

O sea, el rol de los padres es fundamental en el acompañamiento, en el asesoramiento, pero quiero decir, no solamente para poner límites en relación al consumo, sino en estar y acompañar la vida de los chiquilines. Es triste que los adolescentes digan que los padres no conocen a sus amigos o que no se preocupan por sus problemas, que eso es lo que perciben los adolescentes.

RA – Vayamos a cuestiones prácticas, ¿qué aconsejan ustedes a los jóvenes en caso de intoxicaciones graves de alcohol, más allá de lo que puede ser después llevar a un amigo a la emergencia, como primera atención?

SG – Lo primero: en la emergencia después de que se puede conversar, que la persona está lúcida, que entiende lo que pasó, es explicarle lo que pasó, que es grave, que potencialmente podría haber sido peor. Esto nos lleva a poder hablar de un compromiso, de plantearse una meta que sea posible para el adolescente. Por ejemplo, en las próximas salidas o no mezclar las bebidas, o comer, o no hacer la previa, o si se hace la previa y ya se siente como que está mareado no seguir tomando. Hay una serie de recomendaciones. Además plantearle la necesidad de que concurra a ese Servicio de Adolescentes.

RA – Veía que en el documento en el que se detalla la ordenanza se indica que los fenómenos de exceso de consumo de alcohol, son especialmente graves entre los jóvenes donde, como decíamos, uno de cada tres tiene episodios de intoxicación los fines de semana, pero señala que a eso contribuye la débil fiscalización de la venta a menores y el escaso control sobre los locales de venta, por ejemplo.  Ahora, ¿no están coordinando una política como esta que establece el MSP con los controles más firmes que puede llevar adelante el INAU [Instituto del Niño y el Adolescente Uruguayo] si es una problemática de esta magnitud?, ¿cómo lo están trabajando?

SG – Si, eso se coordina a nivel del instrumento que el país tiene hace varios años que es la Junta Nacional de Drogas, donde participan los subsecretarios de varios ministerios. Seguramente y sin duda esto que estamos planteando desde el MSP es un aporte en lo que el MSP en relación a la atención de salud tiene que hacer, además de otras cosas, posiblemente, pero esto que tu planteas desborda el rol del MSP mismo, esto está en la órbita de la Junta [Nacional de Drogas].

Como también la publicidad, porque si se hace una publicidad en la cual la cerveza parece que no tuviera ningún riesgo, incluso los adolescentes no siempre reconocen a la cerveza como potencialmente riesgosa, como una bebida que tiene alcohol, cuando se les pregunta, y es la bebida que más toman.

RA – ¿Eso muestran las encuestas?

SG – No lo perciben, no solo en las encuestas, porque en realidad nosotros tenemos varias fuentes de información y de conocimiento, porque en la Salud para nosotros lo que es muy importante es la atención clínica.

Las encuestas nos dan un panorama colectivo de una muestra general que es muy importante como dato, pero nosotros somos profesionales de la salud que atendemos adolescentes, estamos en contacto con la población en forma directa, no a través de una encuesta solamente. Eso es muy importante, nosotros sabemos que los profesionales, los colegas que atienden en las emergencias a menudo se preguntan "bueno, y ahora se va de acá y cómo hacemos para que no vuelva a pasarle esto".

Entonces esa ordenanza pensamos que va a dar una respuesta en el sentido de que tenemos por un lado esta situación, las puertas de emergencia, y por otro lado tenemos personal capacitado para atender adolescentes.

Entonces es allí donde hay que también insistir. Estos aspectos del tema alcohol que se plantean aquí desbordan al propio cometido del MSP.

***

Foto: Archivo