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Barreras y recomendaciones para adoptar hábitos saludables

Como parte de las conclusiones de la tercera edición de la Serie Científica Latinoamericana, más de 200 especialistas coincidieron en la importancia de buscar modelos alternativos y multidisciplinarios que propicien un cambio positivo de conductas.


Los expertos enunciaron factores socioculturales asociados al acto de comer, el desconocimiento de la población sobre sus propios hábitos y la ausencia de coordinación entre gobierno, industria, sociedad y academia como algunos de los factores que frenan el cambio de hábitos.

A través de mesas de discusión en las que intercambiaron puntos de vista, los participantes plantearon medidas concretas para impulsar conductas saludables en la población.

Como parte de las conclusiones acordadas por los participantes, a través de distintas mesas de trabajo y avaladas por el Comité Científico que respalda estos encuentros, se planteó que hay un desconocimiento casi generalizado sobre el impacto que los hábitos cotidianos tienen en la calidad de vida, y una falta de reflexión individual sobre nuestras conductas alimentarias y actividad física.

Advirtieron que existe un vínculo emocional asociado a la comida y elementos culturales relacionados con el acto de comer en la región, que provocan una falta de conciencia sobre la calidad y la cantidad de alimentos que consumimos, lo que deriva en problemas de obesidad.

A esto se suma que los profesionales de la salud mantienen  un "paternalismo profesional" que impide que se conviertan en acilitadores del cambio, pues cada disciplina se ha asumido –sin éxito- como la vanguardia en el combate a los problemas asociados a la obesidad.

Ante este panorama, los participantes plantearon cinco soluciones para promover el cambio en la región, a través de la adopción de hábitos saludables que incrementen la calidad de vida, y reduzcan la presión sobre los sistemas de salud que han generado las enfermedades crónico-degenerativas asociadas al sobrepeso y el sedentarismo.

Los factores de cambio enunciados refieren que:

1) El cambio es posible desde el empoderamiento del individuo, como un promotor de hábitos saludables. Es decir, que cada persona debe conducir su propia transformación con la guía de los profesionales de la salud, que se convierten en facilitadores en este proceso.

2) Para promover hábitos saludables, es más efectiva una educación integral que la prohibición, ya que las iniciativas restrictivas han demostrado su poca efectividad.

3) Fortalecer la coordinación entre gobierno, academia, industria, organizaciones civiles y sociedad para lograr el bienestar.

4) Diseñar modelos integrales que tomen en cuenta los aspectos socioculturales de las comunidades para incidir positivamente en las conductas cotidianas, con el fin de mejorar su calidad de vida.

5) Encontrar enfoques multidisciplinarios que permitan abordar el problema de la obesidad y el sedentarismo de una forma integral.